Al otro lado del mundo material/Visita de Vladimir a mi casa
Visita de Vladimir a mi casa
Mis errores
y la amargura de la despedida
Habíamos acordamos con Vladimir que él me visitaría para ayudarme a encontrar nuevos sitios de poder en mi tierra.
Llegó el día de su arribo.
Yo vivía en un departamento de una sola habitación grande, combinada con la cocina.
Tenía solamente un lugar para dormir: un sofá cama. Por lo tanto, preparé otro lugar para mí en el piso, sobre una colchoneta.
Sin embargo, Vladimir, después de mirar alrededor, escogió para sí exactamente ese lugar en el piso diciendo:
—¿Para qué voy a perturbar tu estilo de vida habitual?
Luego él comenzó a examinar el resto de mi vivienda y llamó mi atención sobre el gran número de plantas de interior en macetas. Eran unas 20 y ocupaban todo el alféizar de la ventana junto con un rincón entero del cuarto, donde estaban puestas en estanterías especiales de metal.
—¿Para qué necesitas tantas? ¡Parece que ellas han ocupado en tu vida —por su importancia— el mismo lugar que antes había pertenecido a los gatos!
»Como resultado, tu atención no se ha limpiado de lo superfluo y de lo innecesario de acuerdo con el principio monástico de aparigraha. ¡Solamente tuvo lugar el remplazo de una cosa superflua con otra!
»¡Resultó que tú simplemente no puedes vivir sin estos —atractivos para tus indriyas— objetos de atención! ¡Pero cuanto hemos hablado de esto, cuanto podrías leer acerca de esto en nuestros libros!
»¡Pues una de las reglas de la vida monástica consiste en deshacerse de todo lo que distrae la atención de Dios, del anhelo de alcanzarlo a Él y del servicio a Él!
Intenté objetar débilmente:
—Pero son mis amigas, las cuido.
—Bueno, vamos a examinar más de cerca a tus amigas.
»Esta planta grande, sí, es tu amiga. ¡Tiene una energía maravillosa que corresponde a un anahata humano, fuerte y puro!
»Esta pequeña, de la misma especie, es también tu amiga, pero es demasiado chiquita para dar algún efecto positivo.
»En cambio, todas éstas son bioenergéticamente neutrales, no son ni amigas ni enemigas. Simplemente ocupan el espacio y también tu atención y tiempo. ¿Por qué no las regalas a alguien? También podrías simplemente ponerlas en el alféizar en la escalera principal junto con una nota: “Tome el que necesite”.
»Ahora mira esta planta con las hojas duras. Percibe su energía. ¡Es muy gris! ¡Su campo bioenergético está hostil hacia ti! ¡Esta planta, obviamente, te hace daño!
»¿Y, en general, no es mejor plantar en las mismas macetas algo comestible? Por ejemplo, apio, perejil, eneldo u otras…
»Ahora veamos las paredes.
»¡Estas fotografías de nuestros paisajes son hermosas y nos sintonizan con la belleza sutil de la naturaleza! ¡Estos retratos de Jesús, de Sathya Sai y de Babaji son como unas ventanas a Sus Almas Divinas!
»¿Y este mamarracho? —Vladimir señaló un cuadro, de verdad, mamarracho, colgado sobre la pared. Eran unas pinceladas de color verde. Por lo visto, los primeros intentos de dibujar de algún niño de uno o dos años. No sabía su origen, ya que obtuve aquel cuadro junto con el departamento.
»Percibe esta situación adecuadamente —continuó Vladimir—. Estas cosas —energéticamente— no son ni beneficiosas ni perjudiciales. ¡Pero ellas —de vez en cuando— atraen tu atención distrayéndote de los objetos verdaderamente útiles para ti: de tus Maestros Divinos y de las personas a las cuales estás ayudando!
»Permíteme tocar nuevamente el tema relacionado con las profundidades de la metodología del perfeccionamiento espiritual. ¿Recuerdas que una vez hablamos sobre los vectores de la escala de la multidimensionalidad? En aquel entonces, examinamos sólo uno de estos vectores. No obstante, en realidad, existen otros que permiten ilustrar y hacer evidente y claro para uno mismo las secuencias de las transiciones entre los dos extremos opuestos. Son como unas trayectorias, trazadas para el trabajo sobre sí.
»El primero y el más importante vector es entre el infierno y la sutileza máxima de la Conciencia Primordial.
»El segundo es entre la materia y su Creador.
»Además podemos mencionar los siguientes vectores:
— entre la oscuridad de la ignorancia y el conocimiento sobre lo más importante en la vida,
— entre el egocentrismo ciego y el amor abnegado,
— entre la guna tamas y la guna sattva, después de la cual siguen otros estados aún más altos del Espíritu Santo y del Creador,
— entre la sintonización emocional con los propios enemigos o con la Infinitud del Amor de Dios,
— entre ser esclavizado por las enfermedades y la pureza absoluta tanto del alma como del cuerpo, e incluso el logro de la Inmortalidad.
»¡Además, entre los objetos concretos y localizados del mundo de la materia y la Infinitud y Eternidad de la Conciencia Primordial!
»Tratando de conocer al Creador, debemos acostumbrarnos a sintonizarnos no con los objetos pequeños, sino con los objetos cada vez más grandes. Acuérdate de cómo tú misma creciste. Empezamos llenando con la conciencia los capullos de los árboles, luego las inmensidades sobre el mar, luego las Conciencias gigantes de los Espíritus Santos, luego los eones “detrás del espejo”… El mecanismo de la “reciprocidad total” permitía disolverse realmente, con el corazón espiritual, en las Manifestaciones mencionadas del Absoluto y esto, a su vez, nos acercó a la posibilidad de la Unión cada vez más firme con el Unido Nosotros de la Conciencia Primordial.
»Pero resulta que tú, dentro de tu habitación, te opones activamente a esta tendencia volviendo una y otra vez a la “unión” con las menudencias materiales.
»¡Y esta foto de un gato dormido! ¡Sí, él tiene una posición simpática del cuerpo! ¡Pero en el momento en el que fue tomada esta foto, él estaba viendo un sueño muy feo! ¡Y su cabeza está negra por dentro! ¿Y no será que esta es la razón porque tú también siempre tienes la suciedad energética en tu cabeza como resultado de la sintonización y admiración de este gato? ¡Pues durante cada uno de nuestros encuentros, me toca limpiar tu cabeza! ¡Y cuando no nos encontramos por mucho tiempo, siempre te quejas de que ésta te dolió todo el tiempo!
Me dio tanta vergüenza. ¡¿Por qué yo misma no noté todas estas cosas?! Una vez más me cercioré de que Vladimir siempre tiene razón y sabe cómo ayudarme a resolver mis problemas con mi salud.
—¡¿Por qué tienes en tu teclado de computadora las letras rojas oscuras sobre un fondo negro?! —seguía destrozando mis «fundamentos de la vida» Vladimir —. ¡¿Acaso tal sobretensión de tu vista es buena para ti cuando estás digitando algo?! ¡¿Y por qué la luz de una lámpara fluorescente golpea directamente en tus ojos desde la distancia de medio metro solamente?! ¡Por eso, debe ser que no hemos logrado recuperar tu vista, pues tú misma la estás dañando!
Por otra parte, vale mencionar que Vladimir decía todo esto con su habitual tono tranquilo y suave. Pero alguna otra persona podría gritar irritadamente en este caso.
Y luego yo hice algo por lo que siempre sentiré vergüenza.
El hecho es que tenía un estereotipo de vida, formado desde la niñez, de levantarme en la mañana tan tarde que solamente alcanzaba ducharme rápidamente, tomar una taza de café y correr al trabajo.
Vladimir, en cambio, actuaba de manera opuesta. Él se levantaba temprano y, después de comer para tener energía, meditaba si no tenía algún otro asunto urgente.
La diferencia entre mi hora de levantarme y la suya era de varias horas.
Y en esta situación entendí lo que Vladimir quería decir cuando mencionaba que para cada monje sería bueno tener su propia celda.
Después de comprender que no era posible cambiar rápidamente mi hábito de levantarme tarde, Vladimir al principio —durante horas— simplemente se quedaba acostado sobre su colchoneta tratando de no perturbar de ninguna manera mi sueño. Luego, después de varios días, él comenzó a intentar levantarse silenciosamente y meditar sentado sobre una silla en la oscuridad, aunque claro está que la efectividad de tal trabajo era lastimosamente baja.
Yo comprendía que él sufría por eso. ¡Pues más de una vez, él me había dicho que cada hora, regalada a nosotros por Dios, debe ser ocupada al máximo con el trabajo útil!
Pero yo no estimé necesario cambiar mi conducta en este mismo instante, ¡pues era tan agradable dormir por lo menos un poco más en la mañana!
Y un día no aguanté y me «desaté» emocionalmente cuando Vladimir me despertó sin querer. Mi irritación resultó ser muy tempestuosa y prolongada, aunque no dije ni una sola palabra con respecto a este tema.
Vladimir tampoco, a pesar de experimentar muy bien mi estado, lo que llegué a saber más tarde, no me dijo nada en aquel día. Él esperaba el momento cuando yo pudiera escucharle en un estado equilibrado.
Solamente al día siguiente él empezó a hablar de este caso:
—Debemos conversar seriamente sobre tus logros y tus faltas en nuestro trabajo común y también hacer los planes para el futuro.
Primero él enumeró —punto por punto— mis logros.
Pero después, escogiendo escrupulosamente las palabras adecuadas para no traumatizarme demasiado, comenzó a hablar sobre mi estado del día anterior.
—Pero mira, ayer, tú, se puede decir, casi tachaste todos tus logros…
»Pues ¿qué es la autorregulación psíquica? Es saber cambiar fácilmente y a voluntad el propio estado emocional. Tú lo has aprendido.
»¿Para qué lo necesitamos? Principalmente, para destruir dentro de sí incluso la habilidad misma de manifestar cualquier grosería, para fortalecerse al máximo en la sutileza y llegar a ser un Alma Perfecta, digna de entrar en la Conciencia Primordial.
»Puedes objetar que entraste en aquel estado por poco tiempo, solamente por unas dos horas.
»Sí, tal justificación sería admisible, si se tratara de una persona común y corriente según su nivel energético. ¡Pero tú tienes el poder de Nanak junto con aquello que has acumulado en esta encarnación!
»Y cuanto más poder de la conciencia posee una persona, más debe él o ella ser cautelosa con este poder.
»Un alma pequeña puede causar daño con su estado negativo, como aquel que tú experimentaste, solamente a unos pocos seres que tuvieron la mala suerte de encontrarse cerca.
»¡Pero el daño que causan los estados negativos de las almas grandes puede ser tremendo!
»Pues las almas grandes y sutiles —de hecho, y no solamente en cuentos y leyendas— ennoblecen el espacio alrededor de sus cuerpos por kilómetros, por cientos de kilómetros o por volúmenes aún más grandes. Y aquellas personas encarnadas que desean acercarse a la Divinidad pueden hacerlo, entre otros métodos, a través de la sintonización con tales Almas.
»¡Pero tú, cuando te estaba observando desde muy lejos en aquellas horas de tu estado infernal, te convertiste en algo similar a un tumor negro dentro de la Luz de los Espíritus Santos!
»¡Y con este estado tuyo, entre otras cosas, me diste un puntapié tan fuerte que me experimento en el vuelo hasta ahora! ¡Y solamente mi cuerpo se ha quedado todavía en tu casa! ¡Pero hoy voy a tener que llevarlo conmigo también!
»Es por eso que estoy obligado ahora a abandonarte incluso con mi cuerpo.
»En las situaciones parecidas a ésta, Dios usa la siguiente fórmula, como una recomendación para aquel que abandona la corriente particular del trabajo espiritual: “Ahora tendrás que empezar todo desde cero”.
»En este momento, tienes otra vez la libertad de escoger tu camino en la vida. Eres libre de hacer ahora —así como siempre— cualquier elección. Con todo, debes tener en cuenta la ”ley del karma”.
»Si decides seguir el camino que empezaste seguir con nosotros, comienza a comprender y a aplicar a ti misma los primeros dos escalones del esquema de Patanjali que están descritos, entre otros, en nuestro libro Ecopsicología.
»Destaco que tú ni siquiera has dominado todavía los dos primeros escalones.
—Sí, estoy de acuerdo. Todo era tan rápido.
—Sí, claro… ¡Solamente fueron algunos años los que tuviste para aplicar a ti todo lo que leíste en nuestros libros y transformarte de acuerdo con muchas recomendaciones de Dios! —con un suave sarcasmo y tristeza contestó Vladimir.
Después de quedarse un rato en silencio, él continuó con un tono emocional optimista:
—¡Por otra parte, durante los meses de nuestro trabajo común, adquiriste una gran experiencia de la vida y llegaste a saber muchísimo sobre Dios, sobre las personas y sobre ti misma, aunque, como ves, algunos problemas siguen estando irresolutos!
»Ahora estás en una situación muy favorable, ya que puedes, usando todo el conocimiento recibido, reexaminar y rehacer tanto tu vida como a ti misma otra vez desde el principio.
»¡Hubieras podido no solamente escuchar sobre la “forma humana”, sino también reexaminar todos los componentes de tu vivir y deshacerte de todo lo tamásico que todavía estaba presente en ti!
»Pero no te aflijas por lo que pasó contigo ayer. Esto pasa con muchos practicantes que luego, sin embargo, continúan exitosamente su crecimiento espiritual.
»Resulta que no es tan fácil no sólo estar de acuerdo con los principios de la vida sugeridos a nosotros por Dios, sino también aplicarlos a uno mismo.
»A propósito, uno de estos principios es: “Cada salida del estado de amor produce la acumulación del karma negativo”. Sobre esto yo conté en el libro “Cómo conocer a Dios”.
»¡Creo que vencerás todas las dificultades! ¡Pues has obtenido una experiencia muy abundante, incluso la de estos últimos días!
»¡Te deseo éxito y la felicidad total tanto en lo terrenal como en lo espiritual!
Luego Vladimir habló conmigo durante varias horas más, recordándome, entre otras cosas, cuáles eran los principios por los que él y sus compañeros de viaje se guiaban al ayudarme.
—¡Presta atención al hecho de que existe una gran cantidad de ignorantes que se autoproclaman «gurús iluminados» y que venden sus tonterías, o incluso mentiras deliberadas, a la gente! Nosotros, en cambio, te estábamos regalando.
»¿Y acaso puede existir el interés material en las relaciones basadas en el amor espiritual verdadero?
»¡Date cuenta de que el amor es exactamente regalar lo que tienes, es darse uno mismo al otro! Cuando las almas que se aman así se conectan, entonces surge la armonía y luego la unión entre ellas.
»¡Y las personas que lo han aprendido amándose el uno al otro luego se unen fácilmente en el amor con Dios!
»En el futuro tú puedes, si aceptas este principio, actuar de la misma manera.
»Ahora, según tus estados, te has estirado entre la inercia de la guna tamas y aquello que supera incomparablemente la guna sattva. ¡Pero no es posible vivir así durante mucho tiempo!
»Debes detenerte, descansar, mirar alrededor y escoger qué es lo que quieres, cómo deseas vivir de aquí en adelante y quién anhelas ser. Tienes absoluto derecho para tal elección.
»Si quieres seguir creciendo, te pueden ayudar todas nuestras publicaciones, incluso diversos poemas-meditaciones regalados a nosotros por los Maestros Divinos. Especialmente debo destacar la importancia del trabajo con los consejos-preceptos de los Maestros Divinos que están recopilados en nuestros libros. Yo mismo, en los años anteriores, los volví a leer muchas veces “grabándolos” en el alma. ¡Es un método fundamental de la autotransformación ética!
»También puedo aconsejar leer el libro de Baird T. Spalding “La vida y las Enseñanzas de los Maestros del Lejano Oriente”. Este libro fue publicado en la primera mitad del siglo anterior en los Estados Unidos y contiene el relato sobre una expedición por los países de aquella parte del planeta. En este viaje, que duró varios años, sus participantes se encontraron y conversaron, durante largo tiempo, con muchos Maestros espirituales del nivel Divino de desarrollo. Entre Ellos, también estaba Jesús, Quien recreaba para tales encuentros Su cuerpo. Todas las conversaciones con Jesús y con otros Maestros Divinos fueron primero estenografiadas y luego publicadas por el autor en varios volúmenes.
»Además, los miembros de esta expedición eran testigos y participantes directos de muchos milagros, tales como la desmaterialización y materialización de los cuerpos, creación de cualquier cantidad de comida material y de muchas otras cosas.
»Yo mismo me he familiarizado con este libro recién cuando nuestros lectores de los Estados Unidos me escribieron sobre éste.
»¿Por qué dicho libro es especialmente valioso para nuestro grupo científico? Porque contiene las instrucciones acerca de qué podemos hacer después de aprender a entrar en la Morada de la Conciencia Primordial.
»Tú puedes preguntar: “¿No será entonces que este libro es un manual completo de la metodología del perfeccionamiento espiritual?”.
»Lamentablemente, no. El problema consiste en que allí están descritos sólo los escalones más altos del Camino para aquellos practicantes que ya se han transformado en los corazones espirituales desarrollados y han conocido profundamente, en su propia experiencia práctica, muchas realidades de la estructura multidimensional del Absoluto aproximadamente a nuestro nivel.
»Por supuesto, en las prédicas de los Maestros presentadas en este libro, siempre encontramos el llamamiento a desarrollar el corazón espiritual y a tratar de vivir en el estado de amor.
»Pero el problema es que muchas personas que viven ahora alrededor de nosotros ni siquiera comprenden qué es el corazón espiritual. ¡Para la mayoría, el corazón espiritual no es nada más que unas palabras bellas, pero vacías, un símbolo de vivir siendo “arrastrado por la corriente de las propias emociones”!
»Resultó que el componente metodológico de este libro se parece a una escalera que tiene solamente los escalones más altos, pero no dice cómo llegar a éstos.
»Con todo, este tema ha sido examinado, desarrollado y descrito en las obras de nuestra Escuela. Y nosotros te hemos acercado a estos escalones superiores.
»Me permito disipar con anticipación tus futuras dudas oportunas acerca del carácter adecuado de la afirmación meditativa “yo soy”, recomendada en este libro. Esta afirmación, a propósito, es propia de la literatura ocultista, publicada al final del siglo antepasado y al principio del siglo pasado.
»¿Qué significa este “yo soy”? ¡Es —según la comprensión correcta— la llamada a experimentarse en la Unión con Dios, es decir, en el estado de Advaita, de No Dualidad con respecto al Creador y al Absoluto entero! ¡En este caso, existe solamente Uno Solo! ¡Y únicamente en esta etapa del perfeccionamiento, es apropiado hacer esta meditación!
»¡Pero cuántos esquizofrénicos, paranoicos, diferentes personas primitivas y agresivas y otros dementes van a querer aplicar este principio a ellos mismos! ¡Y así reforzarán —con la ayuda de esta fórmula— su patología!
»También quiero aclarar la afirmación, que podemos encontrar con frecuencia en este libro, de que “todo es vibración”. Debemos entender que es simplemente un ejemplo del uso del término inadecuado en el caso cuando los oyentes no tienen en su léxico las palabras más apropiados para comprender el material intelectual que está todavía ”más allá de sus capacidades” y que ellos deben solamente anotar para entenderlo más tarde. En realidad, en este caso no debemos hablar de las “vibraciones”, sino de los diferentes tipos de energía, propios de diferentes eones, y de la posibilidad de transmutar estos estados en otras variaciones, propias de otros eones.
»¡Pero, en general, yo recomendaría familiarizarse con este libro a todas las personas psíquicamente sanas! ¡Es uno de los libros más valiosos en la historia de la humanidad! ¡Y cada persona intelectualmente desarrollada podrá encontrar allí algo valioso para sí! ¡Y que esto le inspire a las hazañas espirituales!
Escuchando a Vladimir, yo otra vez comenzaba a ver todo con más claridad. Lo que él decía yo también había visto antes, pero no lo tomaba en cuenta. Simplemente me dejaba llevar por la corriente del río de su amor.
Las lágrimas caían de mis ojos y fluían por las mejillas.
Despidiéndonos, yo contuve con dificultad los sollozos y pronuncié:
—¡Te agradezco a ti y a todos ustedes! ¡Perdóname!
—Y tú perdóname por no haber podido ayudarte mejor —contestó él.