Al otro lado del mundo material/Familiarizarse con el infierno Familiarizarse con el infierno—Podemos considerar el infierno como algo expulsado fuera de Dios en el Aspecto del Absoluto. El infierno es el «basurero» del Proceso Evolutivo. Nos acercamos a un hospital oncológico y enseguida «me encogí». No sentí ningún entusiasmo por conocerlo más de cerca. —Cuando habíamos trabajado antes fuera de nuestros cuerpos —continuó Vladimir—, salimos del anahata hacia atrás y tratamos de expandirnos allí. Pero ahora hagámoslo de otro modo: salimos de la «burbuja baja de percepción» hacia arriba. Permaneciendo en este sitio de poder negativo y desagradable, descubrimos fácilmente un estrato cercano de negra grosería. ¡Pero no debemos entrar allí en ningún caso! ¡Si no, la «suciedad» de este eon «se nos pegará» y luego tendremos que «lavarnos» durante mucho tiempo! »¿Entonces experimentas allí algo muy desagradable? Pero yo solamente estaba mirando suspicazmente hacia esta dirección, calculando cómo podría echar una mirada allí sin atraer hacia mí la atención de los habitantes de este eon. —¿Entonces qué? ¿No existe para ti el infierno? —viendo mi inseguridad, me preguntó seriamente Vladimir. —Es que ya había visto lo suficiente el contenido de este eon en mis «aventuras astrales» —dije yo y recordé aquellas «aventuras» debido a las cuales decidí por primera vez contactarme con Vladimir. No eran sueños, sino que yo realmente caía en los estratos de la grosería, habitados por entidades horrorosas ante las cuales «se hiela la sangre en las venas». Sin embargo, nunca se lo conté a nadie. —Conocer el infierno, aún sin entrar allí, es fundamental para que sigas progresando en tu Camino espiritual —estaba diciendo Vladimir en este momento—. En otras palabras, podemos trazar para nosotros el «vector de la escala de la multidimensionalidad» que va desde el infierno hasta la Morada del Creador y podemos encontrar la entrada en esta Morada dirigiéndonos en la dirección contraria al infierno, hacia su polo opuesto, por decirlo así. Finalmente, tuve la valentía de acercarme al infierno. —No debes entrar allí —exclamó enseguida Vladimir—. ¡Sólo debes percibir la frontera con este eon! ¡De ningún modo se debe penetrar allí! Solamente es necesario saber qué es el infierno para poder reconocerlo y evitarlo. Yo, con cuidado, tocaba el estrato del infierno experimentando su grosería. Pero éste no me asustaba, sino que simplemente me causaba cierta incomodidad. Mis sensaciones actuales eran incomparablemente menos intensas en comparación con aquel horror místico que experimenté durante mis «salidas astrales» hace mucho tiempo. —Mira qué situación tan interesante tenemos—continuó Vladimir—. Castaneda describió un «plano negro» y mencionó que era el único que tenía el poder verdadero. Claro está que en este caso Juan Matus no le habló del infierno. »Pues existen otros eones sin una luminosidad intensa a los cuales alguien también pudiera calificar de “negros”. Entre éstos está el eon, ya conocido por ti, de protoprakriti. Como consecuencia, se produjo una confusión muy peligrosa. Y yo, por ejemplo, una vez me encontré con un tipo que se autollamaba “iluminado” solamente porque había conocido el infierno. »¡Pero la palabra iluminación significa la transformación real, y no simbólica, de la conciencia individual en Luz! »¡Ves qué casos tan curiosos tienen lugar en el ambiente de las personas pseudoespirituales e ignorantes! »En cuanto al discernimiento del eon negro infernal de otros eones sin luminosidad intensa, debemos tener en cuenta que, por ejemplo, al apagar la luz en un cuarto durante la noche, éste no se convierte en un infierno, sino que allí simplemente no hay la iluminación.
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