Al otro lado del mundo material/Soy una nube de la Luz Dorada Soy una nube de la Luz DoradaPasamos medio kilómetro y Vladimir anunció: —Estamos cerca de la frontera del sitio de poder de Sarkar y a punto de entrar en Él. Es un gran territorio que ocupa varios kilómetros y en el espacio celestial sobre este lugar, es posible ver Su Nombre. Enseguida recordé cómo antes de mi visita actual, Sarkar y David me habían visitado varias veces en el parque de mi ciudad cuando estaba sentada en una banca debajo de un abeto espeso. Yo en aquel tiempo aprendía a experimentar la presencia de los Maestros Divinos y distinguir Quién de Ellos vino. En aquel momento también pude ver el nombre de Sarkar escrito en el cielo sobre las nubes. Y aunque en esa época yo todavía dudaba a menudo acerca de que si fuera correcta o no mi percepción, sabía que los Maestros Divinos vienen apenas pensamos en Alguno de Ellos. Como ya lo dije, el Amor de cada uno de los Maestros tiene su matiz emocional distintivo, el que es preciso tratar de memorizar y aprender a reconocer. ¡El matiz del Amor que tenía Sarkar en este sitio de poder resultó ser muy familiar para mí! Era muy parecido a mis propias emociones cuando me enamoraba de alguien en el pasado o cuando soñaba con un amor verdadero, soñaba con caminar tomados de la mano con mi amado en el parque y disolverme en él. ¿O tal vez todas aquellas veces era Sarkar? En esta encarnación yo no he tenido una reciprocidad profunda en el amor de parte de las personas encarnadas; por lo tanto, no sé de dónde vienen estos recuerdos y la comprensión de que un verdadero amor debe ser así. ¡Paseando de esta manera con Sarkar por las sendas del parque, me experimentaba infinitamente grande y llena de felicidad! Me hacía falta, creo, solamente un Sarkar materializado. —¿Y cómo se puede llevar la conciencia en los brazos? —me dirigí a Vladimir habiendo interrumpido el corto silencio. Admití que en aquel momento yo preferiría ser Tania que el Gurú Nanak-2 para que David pudiera llevarme en Sus brazos, ya que llevar a Nanak sería poco romántico. ¡Desde la niñez temprana, me gustaba mucho cuando me llevaban en los brazos! ¡Recuerdo que mi mamá hasta tuvo que decirme directamente que ya había crecido y que me había vuelto muy pesada para poder levantarme! «¡Ya puedes caminar con tu propios pies!», dijo ella. En aquel entonces, yo, por un lado, me ofendí porque me privaron de una alegría efímera tan apreciada por mí. Pero, por el otro lado, me sentí orgullosa de mí, pues ya podía hacer algo por mí misma, concretamente, podía caminar. —Si la conciencia es una condensación —me contestó Vladimir—, entonces otra conciencia puede fácilmente llevarla en sus brazos. En cambio, si la conciencia está disuelta y unida con el espacio a su alrededor, entonces es imposible. »Tú, durante esta visita, deberás aprender, entre otras cosas, la «reciprocidad total». Pero el Gurú Nanak-2 no lo sabía hacer. Y luego deberás seguir desarrollándote en esta dirección. El estado de disolución de una conciencia debidamente desarrollada se designa con el término Nirodhi, que significa la desaparición de la individualidad y, como consecuencia, de todos sus posibles sufrimientos. »En este momento estamos entrando en el centro del Mahadoble de Sarkar. ¡Él se llena de las emociones de alegría por esto! ¡Experiméntalo! »¡Ahora puedes unirte con Su Alegría, con Su Éxtasis y Libertad Divinos, Libertad de las limitaciones impuestas por el plano material! »¿¡No crees que sería una felicidad interminable desencarnarse ahora y quedarse para siempre en esta Extática Unión con Dios!? ¿Puedes imaginarlo? ¡Aquí está la Libertad a través de la desencarnación! »¡Pero no lo debemos hacer en ningún caso, puesto que necesitamos realizar tantas obras buenas en la Tierra a través de nuestros cuerpos materiales! »¡Además, todavía nos queda por hacer tanto en nuestro propio desarrollo espiritual! ¡Nadie, ni tú, ni yo, ni cualquiera, nunca debe satisfacerse con lo que ha alcanzado! ¡Aquel que ha dejado de avanzar en su desarrollo en el Camino espiritual empieza a caer inevitablemente! ¡Dios nos dio estas vidas en la Tierra para que nos perfeccionemos! ¡Y debemos hacerlo hasta la última respiración de nuestros cuerpos materiales, aun si la muerte ya está cerca y quedan unos minutos o incluso segundos para que llegue! »Con todo, quiero destacar que las personas que han vivido virtuosamente, es decir, de acuerdo con la Voluntad de Dios, en el amor tierno, en la ocupación de los otros seres, en el servicio a Dios, que se manifiesta en la ayuda a todos los dignos, ¡no tienen por qué temer a la muerte de su cuerpo! ¡Lo digo como aquel que ya ha conocido dos veces la muerte de este cuerpo material! La vida de aquellos que han vivido virtuosamente en la Tierra continúa en el éxtasis inexpresable. Además, ellos ya no tienen que superar las diversas dificultades de la existencia terrenal. »En cambio, a aquellos que no han desarraigado la grosería, la violencia y la disposición a apropiarse de lo ajeno, a aquellos que disfrutan haciendo daño y mancillando a otros seres y a aquellos que no han desarrollado la facultad de experimentar el dolor ajeno y evitar causarlo por todos los medios a los otros, ¡a ellos que les asuste la perspectiva de su muerte y de aquello que vendría después de ésta! ¡Y que este miedo les haga empezar a cambiar! Vladimir ya iba a continuar el camino, puesto que pensó que me había comunicado lo suficiente con Sarkar por ahora. Pero yo no quería salir de los Brazos Divinos y llenos de Alegría de Sarkar. Vladimir, después de echar su mochila a la espalda, de pronto se volvió. —Sarkar me dice: «¡Espera!». ¡Palmoteé mentalmente con regocijo! Decidimos hacer un pequeño alto y comer un poco. —En este lugar es muy fácil expandirse como corazón espiritual y luego experimentarse en lo alto —empezó a explicarme Vladimir después de que comimos y descansamos un poco—. Debes llegar a ser un anahata gigante, casi infinito y expandido sobre este lugar. Y es desde este estado desde el cual debes comunicarte y unirte con Sarkar. »Además, Él te propone intentar convertirte en un anahata de fuego con las lenguas de la Llama Divina dentro. Si logras esto, serás casi como Él. Ahondándome más en la meditación, empecé a experimentarme como una gran bola de fuego dorado, casi transparente, que comenzó a crecer. Este Fuego brillaba tranquila y alegremente y yo podía mirar el mundo material desde allí. Después de esta meditación, tuve que descansar y luego me acerqué a Vladimir. Él mismo comenzó a hablar: —Debes dejar que Sarkar cambie paulatinamente tu estado de conciencia. ¡Debes resucitar, lo más pronto posible, los recuerdos de tu encarnación pasada! Ya te describí tu aspecto de aquel tiempo: cuerpo masculino, tranquilidad profunda de la conciencia, ausencia de la preocupación por lo terrenal, lo que permite concentrarse en la existencia en otros eones y en la transformación en el Fuego Divino, como aquel que tiene Sarkar. Esta nube de Luz-Fuego dorada no es como los cúmulos en el cielo, sino como los cirros, pero condensados en el espacio. ¡Y es posible mirar desde los dos dantianes bajos «nublados» a lo lejos! No logré hacer esta meditación enseguida. Vladimir tuvo que recordarme varias veces que yo debería salir completamente de la «burbuja alta de percepción». Pero no era fácil de hacerlo y, de vez y cuando, yo subía otra vez a esta «burbuja». Tuve que esforzarme muchísimo para poder mantener el estado necesario el mayor tiempo posible. Sin embargo, cuando lograba esto, de hecho me experimentaba como un varón en ropas anaranjadas, bien parado sobre la tierra y de una postura segura y tranquila. Con todo, lo más interesante era que mi cabeza y cuello no estaban en su lugar habitual, sino que estaban unidos con el corazón espiritual. Tuve que descansar otra vez. Mientras tanto Vladimir seguía explicando: —Presta atención que te experimentaste como Nanak tanto en su cuerpo y alrededor de éste como en su estado totalmente incorporal. Es decir, en el segundo caso, el cuerpo desaparece de la percepción y queda sólo la conciencia en forma de Luz-Fuego dorada tierna. Entré nuevamente en la meditación experimentando la grandeza y majestuosidad de aquel estado mío. En cierto momento, como a través de una neblina, oí las palabras entrecortadas de Vladimir: —Para gustarle a Sarkar, debes disolverte en Él completamente.
|
| ||||||||
|