Al otro lado del mundo material/caminar sobre la cúpula del pabellón y el viaje al centro de la Tierra caminar sobre la cúpula del pabellón y el viaje al centro de la TierraNos pusimos nuevamente en camino. Este día deberíamos visitar el otro sitio de poder de Ptahhotep con nuevas propiedades y posibilidades meditativas. Caminamos con dificultad atravesando la espesura del bosque. Las sendas anteriores se cubrieron de plantas y tuvimos que abrir el camino nuevamente. Lo bueno era que de paso encontramos unos arbustos silvestres del grosellero negro (Ribes nigrum) que justo estaba maduro en aquel tiempo. Vladimir bromeaba que era un regalo de Ptahhotep para nosotros y que si no comíamos todo esto, Le ofenderíamos. ¡Estaba delicioso! ¡Nos hartamos! El sol subía cada vez más calentando el aire y nuestros cuerpos. Así que, cuando llegamos al lugar deseado, se hizo un calor realmente fuerte. Con agrado nos quitamos las mochilas y la ropa gruesa. Cerca fluía un pequeño río de unos 5 metros de ancho. Nos instalamos en una senda poco notoria que pasaba a lo largo de la orilla. Ante nosotros se extendía un prado anegadizo cubierto de una hierba alta. La meditación que yo debía aprender esta vez se llamaba «Pabellón» y este «Pabellón» fue creado aquí por Ptahhotep. La primera tarea que Él tenía para Sus discípulos en aquel sitio de poder consistía en llenar con la conciencia este gigante «Pabellón» con dimensiones de centenares de metros, luego subir a su techo y caminar sobre éste en forma del propio Mahadoble o Mahadobles, con la particularidad de que era posible crear estos Mahadobles desde todos los segmentos. —Otra propiedad de este sitio de poder —seguía explicando Vladimir— consiste en que aquí es muy fácil conocer el espacio dentro de nuestro planeta e incluso su núcleo de fuego. Podemos experimentar realmente este núcleo en la profundidad del planeta y hasta intentar penetrar allí con la conciencia. Pero sólo es posible hacerlo acercándose al núcleo desde atrás si correlacionamos la dirección con la posición del propio cuerpo. »El hecho es que detrás de la espalda del cuerpo de cada persona existe un plano vertical, invisible para la vista normal. Este plano se extiende hacia la derecha, izquierda, arriba y, lo más importante, abajo. Si nos movemos a lo largo de este plano hacia abajo, podemos observar que éste atraviesa el núcleo del planeta dividiéndolo en dos partes iguales. »Podemos encontrar la entrada en el núcleo detrás de este plano. »Y también podemos llenar con nosotros mismos como conciencias el espacio dentro del planeta tanto delante de este plano como detrás. »¡Y luego se puede repetir todo esto desde los cuatro segmentos! El sol se encontraba en el cenit recordando que estábamos en pleno verano. Parecía que la cabeza «se fundía» por el calor. El cuerpo estaba cansado y pedía descanso. Las piernas ya temblaban. A pesar de esto, yo no quería dejar algo «para más tarde» y deseaba experimentar todo al máximo ahora mismo. Vladimir seguía insistiendo que en los sitios de poder casi siempre es mejor mover el cuerpo. Así el trabajo se vuelve más eficaz. Por lo tanto, superando el cansancio, yo caminaba por la senda y giraba y giraba la conciencia para experimentar de la mejor manera las salidas desde cada segmento. De repente Vladimir miró mi cuerpo con atención y seriedad estudiando su lado derecho. —Elisabeth Haich está aquí. Ella señala con Su dedo un oscurecimiento en tu glándula mamaria derecha. Debes ocuparte de esto necesariamente. Me quedé helada. ¡Ahora comprendo todo! Es un tumor en crecimiento, un cáncer futuro de mama. Vladimir me contó sobre esto mucho más tarde escogiendo un momento apropiado. ¡Pero yo lo entendí en ese mismo instante! ¡Aquí está la causa de la sensación imprecisa de alarma y del miedo agobiante que aparecieron en mí desde el momento en el que llegué a saber sobre mis errores de mi encarnación pasada! ¡Como médico, me imaginaba muy bien qué es un cáncer de mama! Vi a esas pobres mujeres enfermas después de la operación y en el transcurso de su tratamiento con radioterapia. ¡El horror me llenó al pensar que lo mismo me podría esperar en el futuro! La desesperación comenzó a inundarme. ¡Mis fuerzas disminuyeron rápidamente! ¡Ya no quería hacer ninguna meditación más! ¡Solamente quería caer sobre la hierba, dormir y olvidarme! Vladimir ya hace tiempo me había propuesto descansar y comer un poco y yo, por fin, lo acepté. Pusimos unas colchonetas en el suelo y comimos. Después de esto, me acosté aquí mismo y dormí a pesar del peligro de ser picada por las pulgas que pudiera haber en la hierba. Tales insignificancias ya no me importaban. Estaba acostada sobre la espalda con los ojos cerrados. Vladimir dijo algo varias veces e incluso creo que preguntó alguna cosa, pero yo no tenía fuerzas para escuchar. Me encontraba cayendo en el Fuego del Sol Divino, creado aquí, en este sitio de poder, por Ptahhotep. Este Sol era tierno y ligero y allí se disolvieron y desaparecieron todos mis sufrimientos. Estaba deleitándome en este Sol, habiendo dejado mi cuerpo hasta tal grado que no podía mover ni un solo músculo. ¡Quería quedarme en este estado para siempre! ¡Quería abandonar el mundo denso y pasar a vivir en el Éxtasis de Dios en este mismo momento! No sé cuánto tiempo había pasado, pero el miedo se desvaneció. Comprendí que me habían hecho regresar al cuerpo y que Dios me había dado la oportunidad de corregir mis errores y de vencer de este modo la enfermedad que me esperaba. Por fin, me recobré totalmente. Sentí que había regresado siendo mucho más madura.
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