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Ensayos sobre lo Principio/Las almas son diferentes y tienen diferentes destinos

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Las almas son diferentes y tienen diferentes destinos

Nuestro Creador común (la Conciencia Primordial) nos envió una vez más a encarnar en nuestro planeta, con el objetivo de desarrollarnos a nosotros mismos.

Pero debemos entender cuáles cualidades nos serán útiles y cuáles no.

Dios nos ha explicado esto muchas veces. Pero la gente siempre ha rechazado o distorsionado las Enseñanzas de Dios. Nuestra misión es restaurarlas.

Jesucristo explicó que Dios es Amor (1 Juan 4:8; 4:16) e invitó a todos a aprender a ser amor siguiendo Su ejemplo.

¿Pero cómo se manifiesta el amor en una persona? Es esa persona a la que le encanta dar, hacer el bien por los demás, y sacrificase por el beneficio de los otros.

Las técnicas de autorregulación psíquica en la tradición del hesicasmo, pueden ayudar aún más a tales personas a desarrollar el amor espiritual en sí mismas. Me refiero a encontrar la paz en las profundidades del corazón espiritual desarrollado —para luego volverse uno ese corazón espiritual— y crecer aún más en esta cualidad. Así es como Dios puede ser conocido fácilmente: primero como los Espíritus Santos y luego como la Conciencia Primordial Universal Unificada. Luego, uno sólo tiene que fluir hacia Él con la conciencia desarrollada.

Permítanme destacar que las personas amorosas son benevolentes, no conflictivas, inclinadas a perdonar y carecen del deseo de vengarse. Es agradable comunicarse con ellos, hacer cosas juntos o simplemente relajarse en su compañía.

Dios también ama en gran medida a tales personas, los abraza y los acaricia durante sus entrenamientos meditativos insuflándolos de dicha.

La relación con Dios es precisamente una relación de amor. Si no hay amor en una persona, ésta entonces no posee con qué relacionarse con Dios. Más si tiene la habilidad para amar desarrollada, ese amor puede ser fácilmente redirigido —desde los objetos de la Creación, hacia el Creador—.

Por el contrario, las personas con cualidades espirituales opuestas, expresan tan solo el ansia de recibir de los demás. No tienen amor y son propensos a desarrollar en sí mismos precisamente esas malas cualidades que conducen en sentido contrario a Dios, es decir, al infierno. Son egocéntricos, conflictivos, agresivos, envidiosos, sarcásticos, engañosos, celosos, y disfrutan de hacer mal a los demás cuando se presenta la ocasión. Participan en conflictos grandes y pequeños, y golpear y empujar a los demás es de sus pasatiempos favoritos. De ellos siempre se puede esperar mezquindad y traición… Y viven en una avidez constante de querer de los demás o de Dios, lo que por supuesto conduce a cultivar el vampirismo bioenergético cada vez en mayor medida. Así, la grosería de sus propios campos bioenergéticos —es su rasgo característico—.

En las relaciones sexuales, las personas amorosas se deleitan en brindarle el máximo placer a su pareja y tienen cuidado de no provocar ningún problema como un embarazo no deseado. Las personas con cualidades opuestas solo se ocupan de sí mismas y pueden ser malas y crueles.

… Cualquiera puede analizar sus propias cualidades espirituales, hasta incluso hacer una lista de ellas. Entre ellas puede haber cualidades tanto positivas como aquellas que agravan el karma ya negativo. Más conviene que uno comience a destruir activamente las cualidades negativas en sí mismo y comenzar a fortalecer las positivas.

El desarrollo espiritual consta de tres direcciones: la intelectual, la ética y la psicoenergética.

La necesidad de buscar conocimiento espiritual ayuda en la dirección intelectual leyendo libros adecuados, asistiendo a conferencias inteligentes, y comunicándose con personas dignas.

El mecanismo para desarrollarse en la dirección psicoenergética, son las numerosas etapas del entrenamiento meditativo.

Y el componente ético del desarrollo en ningún caso debería quedarse atrás. De lo contrario, pueden formarse terribles perversiones pseudo espirituales. Hablamos de todo esto con gran detalle en casi todos nuestros libros.