Ensayos sobre lo Principio/Una vez más sobre el Karma Una vez más sobre el KarmaEste ensayo trata sobre cómo el karma es formado y realizado, a su vez sobre: cómo uno puede vivir con karma puro, cómo uno puede no temer a las amenazas de los seres del infierno, y sin embargo ser el directo discípulo de Dios y servirle. * * * Una vez tomé para mí un principio vital tal: «Tratar de no hacerle daño a nadie, ni siquiera afligirle. Por el contrario, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, esforzarse por ayudar a todos en todo lo bueno, incluso en detrimento de uno mismo.» Así viví muchas de las últimas décadas de esta vida en la Tierra. Y Dios constantemente me mostró el ulterior Camino hacia Sí Mismo y me permitió entrar en Él. * * * Probablemente, casi todas las personas de mentalidad «occidental» escucharon la palabra «karma», pero solo unas pocas personas entraron en el entendimiento del mecanismo de su formación y realización. En general, la «ley del karma» puede formularse, inclusive, como una recompensa por el bien —con el bien—; y para el mal —con el mal—. El destino (karma) de cada uno de nosotros está controlado por los Espíritus Santos, pero a veces Ellos trasladan la realización de eventos concretos a espíritus no Santos, incluso del infierno. Ateos y creyentes primitivos no entienden que no podemos esconder nada de Dios. Si alguien está seguro de haber logrado ocultar sus crímenes ante las personas, esto no significa que estos crímenes permanecerán sin una respuesta adecuada de Dios. Dios está interesado en que las personas se hagan perfectas, incluyendo, primero que todo, éticamente. Es por esto que Él manifiesta Su Amor en relación con todos —en concreto— por diferentes métodos (a veces —muy dolorosos—), tratando de desacostumbrar de las acciones éticamente inadecuadas. En particular, esto también sucede así: ¡las personas y los animales, ofendidos de una u otra forma, una vez desencarnados, encuentran a sus ofensores fácilmente! Y aquellos que han sido ofendidos pueden comenzar la revancha (no todos son adherentes y ejecutores de las Enseñanzas de Dios, que nos ofrecen a no tomar revancha; véase «Las Enseñanzas de Jesucristo» sobre nuestro significado de vida y cómo realizarlo). Los espíritus vengativos tienen muchas oportunidades de «arruinarle la vida» a los ofensores encarnados. Por ejemplo, es posible impedir los éxitos, fomentar los fracasos, día a día «estropear el estado de ánimo», causar enfermedades, incluidas las mentales, así como también asentar en un cuerpo humano —el cáncer—. Esto se relaciona, entre otras cosas, con el tema de matar animales por el fin de alimentarse de sus cuerpos. Los «clarividentes» estúpidos en tales casos buscarán y culparán a alguien quien presuntamente «ha impuesto una maldición genérica»… Aunque el paciente mismo fue el culpable. Y este debe buscar y encontrar la falla en sí mismo. ¡Y, —arrepentirse sinceramente—! ¡Es decir, arrepentirse para que tales acciones pecaminosas se vuelvan imposibles en toda vida subsiguiente! ¡Limpiar el alma de la misma capacidad de pecar es la única tarea del arrepentimiento! Si nosotros simplemente curamos a alguien sin analizar las causas del sufrimiento y, aún más, si buscamos la culpa en alguien más, —entonces de tal «ayuda», generalmente no habrá más que daño—. * * * Es posible también observar lo opuesto. Me refiero a la protección de personas justas de los problemas llevada a cabo por los Espíritus Santos. Para que quede claro a los lectores, es necesario mencionar cómo fue formado el dossier sobre mí. Estaba este compuesto, en su mayoría, o completamente, —de mentiras—. Por ejemplo, el mismo dice que no he trabajado en ninguna parte durante muchísimos años. Aunque yo podría probar fácilmente lo contrario sobre la base de los registros en mi «libro de trabajo». O bien, —que conduje clases de «sexo grupal»—. Pero esto nunca existió en mi vida, ni siquiera en mis pensamientos. ¡Esto diametralmente contradice mis convicciones! En esto, me disgregaré un poco del tema principal del ensayo: para que nos riamos juntos. Algunas décadas atrás, conduje clases sobre la limpieza de chakras y la «apertura» de los corazones espirituales. En esos cursos, participaron inclusive dos hijas adultas de uno de los profesores de la universidad. Un día, la mayor de ellas me llama por teléfono y ansiosamente pide una reunión urgente. Nos encontramos. Ella explicó: «—¿Cómo es eso?— ¡Resulta ser que tú también estás dictando clases de «sexo grupal», mi hermana me contó sobre esto, ella misma participó! ¡Pero yo no me perdí ni una sola de tus lecciones! ¿Cómo pasó que yo no supe nada sobre esto?» Tuve que consolarla: «Es de ti que escucho sobre este tipo de clases por primera vez. ¡Yo nunca he estado en ellas tampoco!» …En la ciudad donde vivo, algunos años antes había 12 de mis homónimos completos, incluido el patronímico. Uno de estos hombres se había convertido en banquero. Él, posiblemente, cometió algún tipo de delincuencia. En los mensajes de la radio, parecía que la policía lo arrestó en Letonia, luego en Inglaterra. Por supuesto, teníamos diferentes datos de pasaporte, también tenía él la mitad de mi edad, era aficionado, a diferencia de mí… al fútbol. Pero la información sobre sus posibles malas acciones sirvió de base para acusarme de… «lavado de dinero»… …Una vez vi mi dossier en la oficina del fiscal. Aunque no lo leí. ¡Se veía muy voluminoso! ¡Cuánta suciedad fue fabricada sobre mí en este! ¿De qué otra forma explicar el odio que varias veces «se derramó» sobre mí desde este? Allí, —inclusive—, decía que hasta he sido tratado por alcoholismo, que me mantuvieron en un «hospital psiquiátrico», y que también soy el líder de las actividades de diferentes sectas… * * * Miembros de la pandilla que mencioné en otras publicaciones, planearon robar mi departamento, —para recopilar evidencia que me desacreditara—. A los actores específicos les fue dada la dirección: la casa es tal y tal, el departamento es tal, en el primer piso inmediatamente a la derecha. Pero «inmediatamente a la derecha» había dos apartamentos. En la oscuridad de la noche, los ladrones se equivocaron, —y «limpiaron» el apartamento de los vecinos— cuando los inquilinos no estaban en casa. Los ladrones tomaron todo del apartamento, incluyendo los muebles. Yo vi entonces, volviendo a casa, cómo de ese apartamento sacaron y cargaron los muebles en un camión. Pero no le di importancia a este hecho: ¿qué tiene de especial si los vecinos se mudan? Esto no me concierne en absoluto… Por supuesto, los criminales «no fueron encontrados». Solo después de unos seis meses llegué a saber sobre el hecho de que el robo fue cometido. En lo robado —los criminales no encontraron ningún rastro de Antonov—. Y luego, —aproximadamente un mes después del crimen—, me llegó una sarta de emails con una sola temática: «Por el amor de Dios, díganme, ¿está vivo Antonov? Si es así, ¿cómo contactarle?». No respondí a tales emails. …Luego los bandidos decidieron al menos parcialmente «corregir el error» organizando un incendio, —debajo del apartamento «correcto»—. Y vi la preparación de este crimen: uno de los miembros de la pandilla, consistente solo de odio, fotografió las ventanas de mi apartamento protegidas con barras exteriores de hierro, y ventanas de la bodega debajo de este (él continuó la vigilancia sobre mí y recientemente hasta —abiertamente, insolentemente— ¡para amedrentar!) Habiendo roto por la noche la ventana de un sótano, arrojaron una mezcla ardiente a través de esta. El fuego comenzó, lo cual, en concordancia con el plan de los criminales, se suponía que se extendería arriba hacia la casa, como suele ser el caso. Pero… ¡de nuevo, «esto no les salió bien»! Alguien logró llamar a los bomberos —y el fuego fue extinguido a tiempo—. … Entonces decidieron, finalmente, matarme. Hicieron su captura en el patio por la noche y… —error de nuevo—: no me mataron a mí, sino a un tipo del frente, que también llevaba barba… A pesar de la insistencia de la madre del difunto, la causa penal por el hecho del asesinato no fue creada… … A veces fui preguntado: «¿Por qué no te quejaste a la policía?» «Pero, esos honestos oficiales de policía, quienes se encargarían de la investigación, ¡serían asesinados!» … Yo estaba listo para asumir únicamente sobre mí mismo la responsabilidad de servir a Dios. «A esconderme detrás» de otros, —¡nada me inducirá!— Mi mentalidad fue, por el contrario, luchar por los demás y no esconderme detrás de nadie. Así que escóndanse —criminales—. Pero yo no soy un criminal. ¡Criminales —son ellos—! ¡Y yo —con una conciencia limpia— confío en Dios, sirviéndole! … Podría llevar mucho tiempo hablar sobre los crímenes de esa pandilla. Por ejemplo, —el mencionar una garrafa con gas nervioso—, capturada en la mano del asesino que una vez me mató (dije sobre esto en el libro «Cómo se puede Conocer a Dios. Autobiografía de un Científico que Estudió a Dios»). Dichas garrafas no son vendidas en las tiendas, sino que están al servicio de los empleados de ciertas organizaciones. O —sobre emails con amenazas de «incinerarme vivo» y lisiar a todos mis colegas—… Esto último —también una vez fue intentado—. Pero… nuevamente ¡no les salió bien! Incluso la amenaza de asesinato es una ofensa criminal. Pero… existen aquellos a quienes… «todo les es permitido»… Las escuchas, la vigilancia intrusiva, no durante años sino por décadas, no solo en la ciudad, sino a veces en el bosque, al recolectar hongos, y en la costa del país… Podría reírme con vosotros por mucho tiempo sobre algunos de sus métodos, pero esto… está prohibido por la ley… ¡Y ellos se sienten a sí mismos… los hacedores de los destinos de la gente concreta y de la historia! ¡Y —con impunidad—! ¡Qué maravillosa ocasión es esta para el desarrollo de la vanidad! Qué primitivos, estúpidos, —esos «hacedores» fueron—… Ya hablamos sobre la ilusión de «la impunidad». Estos criminales se enterarán también sobre esto más tarde. Pero, desafortunadamente, demasiado tarde… * * * Yo, como científico, no solo he logrado estudiar a Dios y hablar a la gente acerca de Él, sobre el Camino de Su cognición, sobre la importancia de nuestras vidas en la Tierra. Sino que fundamenté la inadmisibilidad del uso de drogas, hablé sobre cómo vivir sin enfermedades y curarse tanto a sí mismo como a los demás. También expliqué lo pernicioso de los conceptos de las llamadas sectas destructivas (destruyendo las psiques de los adeptos). Además, repetidamente expresé en la prensa una actitud negativa hacia el nacionalismo y hacia el nazismo (fascismo). Incluyendo —lo relacionado a una secta moderna nacida en un ambiente musulmán—, donde se aclama que el paraíso se comprende a través de… matar a los «infieles». Estoy seguro de que ninguna persona razonable negará la vital importancia de tal actividad. Y aquellos quienes luchan contra mí —resultan ser los que secretamente apoyan toda esta inmundicia—, ¿no es así? * * * Esta pregunta de los lectores es pertinente: ¿qué tipo de personas son aquellas quienes son capaces de odiar tanto a aquel que vive en concordancia con el principio ético indicado al comienzo de este ensayo? Este es un tema muy importante. ¿Por qué algunas personas odiaron a Jesucristo, Quien intentó enseñarles la Ley de Dios sobre el perfeccionamiento espiritual, en el cual la esencia principal es el amor? Aquellos que únicamente a sí mismos se llamaban cristianos, pero que eran ardientes enemigos de Dios, ¿por qué durante los siglos siguientes atormentaron y mataron a otras personas, incluyendo a los verdaderos cristianos, discípulos de Dios? ¿Por qué, en general, incluso fuera de la conexión con la religión, las personas se dividieron entre aquellos, quienes gustaban de burlarse de otros, disfrutaban de su dolor, apaleaban, torturaban, intimidaban, mataban, —y, por otro lado, aquellos, quienes aspiraban a existir en el amor-armonía, amor-ternura, amor-cuidado de los demás, incluso arriesgándose a sí mismos—? ¿Se ha vuelto obvia ya la respuesta? ¿O no? Entonces, las personas se dividen entre aquellos quienes aspiran al infierno —o al paraíso—. Sí, hay almas encarnadas y no encarnadas —tanto paradisíacas como infernales—. Y a Dios le importa, primero que todo, las almas paradisíacas. * * * Para luchar contra el crimen, hay estructuras estatales especiales: la policía, la fiscalía, etc. En lo que precisamente me concierne, no tengo ningún sentido de tomar venganza de las abominaciones humanas por los crímenes cometidos: ¡todas esas personas necesariamente obtendrán de Dios lo que merecen! Y diferentes tareas están en frente de mí. En cuanto a mi actitud hacia ellos, es calmada. No soy distraído por ellos, sino que continuo haciendo el trabajo que Dios me asignó. ¿Tengo miedo de que me maten por este ensayo? No. Ya viví lo suficiente en este cuerpo: ya más de 70. Y para morir por el cuerpo, puede ser dicho, ya me «acostumbré». Para mí, será simple: me fusionaré para siempre con Él, —y continuaré mi servicio sin la interferencia del mundo de la materia—. ¡Sin embargo, —esto no me corresponde decidirlo, sino a Él—! … ¡Espero que este ensayo ayude a muchas personas a elegir su camino al paraíso y luego a la Morada del Creador! El resto son culpables ellos mismos…
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