Ensayos sobre lo Principio/Perros —al Paraíso—, Hombre —al Infierno—… Perros —al Paraíso—, Hombre —al Infierno—…Dos simpáticos perros jóvenes corren en el camino del bosque hacia mí. Tan pronto como me vieron —inmediatamente empezaron a lisonjear—. Cuando corrieron —les elogié por su amabilidad—. Les dije amablemente: «¡Qué de sus bellas colas!» … Ellos —en respuesta a palabras amables y amor— ¡se tornaron en un completo feliz meneo! Yo quise darles aún más felicidad: acariciarles y abrazarles. … Pero de repente —el chillido amenazador de una tía gorda caminando detrás de ellos—, a quien no noté a la vuelta del camino: «¡Paren eso! ¡Marchen adelante!» … Las colas de inmediato descendieron, un breve episodio de felicidad fue rudamente concluido… La dueña —un coágulo de rencor difícil de ser contenido y listo para derramarse en cualquier momento— pasó por mí lado, sin saludar (aunque es acostumbrado hacerlo en encuentros con extraños en el bosque) y sin siquiera levantar la mirada hacia mí. * * * Ya mis lectores, creo yo, entendieron lo que quería decirles, describiendo este episodio: La señora se hizo a sí misma un diablo en la carne. Su destino es el infierno: la «aglomeración de basura» del Proceso Evolutivo… Pero los perros, si no le permiten a ella matar su amor, serán los habitantes del paraíso: la capa de espacio multidimensional que bordea al Creador. Muy probablemente, ellos regresarán pronto a la Tierra —en cuerpos humanos—. Y ellos intensamente desarrollarán en sí mismos las cualidades que —en adición al amor— les conducirán a la Divina Perfección. ¡Buena suerte a ustedes, queridos amigos! * * * Aquellos, que asumen la crianza de otras personas o animales, deben entender que lo principal, por medio de lo cual podemos ayudarles, es el desarrollo del amor en ellos. Esta cualidad los conducirá al paraíso e indicará el camino de mayor desarrollo evolutivo correcto. Pero el desarrollo de cualidades malignas asegura el infierno.
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