Comment Dieu Peut-Il Être Connu/Regulación de la función reproductiva Regulación de la función reproductivaLas manifestaciones de diferentes componentes de la función reproductiva dependen de numerosos factores internos y externos y pueden ser reguladas, en caso de anormalidades, usando diferentes medios. Para un tratamiento exitoso, un experto siempre utiliza un enfoque integral que tome en cuenta todas las causas posibles de la enfermedad o del debilitamiento de la función reproductiva, así como la posibilidad de corregirla o tratarla a través de las diferentes «entradas» al organismo: neurológica, hormonal, antibacterial, explicativa, sugestiva, bioenergética y otras. El experto también considera de antemano los efectos a largo plazo del tratamiento. En los años cuando las publicaciones sobre sexología apenas empezaban a aparecer en Rusia, yo estaba pasmado por la total incompetencia de muchas recomendaciones sobre terapia medicamentosa. En el caso del tratamiento para la impotencia, por ejemplo, en la lista de fármacos estaban presentes, sin ningún comentario, ¡sustancias que tenían el efecto contrario! Cada una de ellas podía realmente ayudar, pero sólo a pacientes que poseían una causa específica de la patología. Para el resto de los pacientes, sólo podía tener efectos dañinos, haciendo más fuerte la influencia del factor que había causado el debilitamiento de la función reproductiva. Permítanme dar otro ejemplo de «estrechez» e incompetencia en el enfoque del tratamiento. Una mujer joven pidió ayuda a un sexólogo pagado para que le ayudara con su problema (cada vez que comenzaba el coito, ella experimentaba dolor). Él le aconsejó: «Usted y su pareja no deberían comenzarlo inmediatamente, sino que necesitan acariciarse mutuamente para excitarse». Su afirmación era correcta, en general, pero la causa de su dolor era otra: era una enfermedad venérea infecciosa. … Ahora no me gustaría entrar profunda y ampliamente en la sexología, en este problema tan importante e interesante, de otro modo sería «un libro dentro de otro libro». Aparte de eso, mis intereses han cambiado a un campo de conocimiento mucho más significativo y menos investigado. No he leído literatura moderna sobre sexología por largo tiempo, ya que no puedo ocupar mi tiempo en eso. Pero puede ser que actualmente existan algunos buenos libros en esta área de conocimiento. Ya que comencé a describir mi «pasado sexológico» que obtuve, entre otras instituciones, en el Centro de Sexología dirigido por el profesor A.M. Svyadosch en esa época, permítanme decirles brevemente lo que logré hacer en este campo del conocimiento (aparte de lo que ya fue descrito). En concreto, demostré por primera vez en experimentos con mamíferos el papel de las vesículas seminales, glándulas localizadas cerca de la próstata y la vejiga urinaria, en la regulación de la sexualidad masculina. Implanté secciones de varillas de PVC en las vesículas seminales de conejos. Estas varillas estimulaban los barorreceptores presentes en las vesículas. Como resultado, ¡la intensidad del impulso sexual de los machos se incrementó cinco veces en promedio y, en algunos casos, más de diez veces! [23]. Resultó que cuanto más líquido secretado por estas glándulas se acumula en las vesículas seminales, mayor es la disposición sexual, el deseo sexual. Entonces, en caso de que se desarrolle alguna inflamación en las vesículas seminales, puede esperarse el debilitamiento de la función reproductiva o incluso la desaparición de sus manifestaciones. No obstante, uno debería tomar en cuenta que las vesículas seminales son sólo uno de los numerosos mecanismos de regulación de la función reproductiva masculina. … Por ejemplo, la fatiga y las enfermedades debilitantes llevan a que el organismo produce menos hormonas sexuales. Es lógico, ya que en este caso la fuerza debe ahorrarse, y también la posteridad será más sana si el padre es sano y fuerte. Pero… la «situación familiar» puede requerir de un tratamiento con medicamentos. En tales casos, uno no debe introducir hormonas sexuales en su cuerpo, puesto que esto lleva a un descenso de su producción por el propio organismo. Es mucho mejor estimular la propia producción de hormonas. Los preparados con ginseng o eleutherococcus pueden ser de alguna ayuda (los primeros producen un efecto rápido, los segundos, en algunos días, pero generan un trasfondo estable de estimulación de la producción de andrógenos); ambos actúan a través del sistema hipotalámico-hipofisiario del cerebro [23]. Estos preparados también son de utilidad para recuperarse de las fatigas y para incrementar la resistencia del organismo. Puedo añadir que la radiación ultravioleta (usando el sol o una lámpara de cuarzo), produce un efecto en la misma dirección. Los estreses emocionales negativos en la forma de estados prolongados de preocupación, ira, etc., arruinan la función reproductiva, sin importar el sexo. La mejor solución en tales casos será la aceptación de Dios en la propia vida, la comprensión del significado de la vida y el dominio de los métodos de autorregulación psíquica basados en el trabajo con los chakras (ver más adelante). Pero si usted no ha dominado esto todavía, puede usar preparados medicinales. Nuestros estados psíquicos influyen en las funciones de los órganos del cuerpo material a través de dos secciones del sistema nervioso que están en relación recíproca. Ellas son el sistema simpático, que participa en el control del cuerpo en el estado de estrés, y el sistema parasimpático, el cual domina durante los estados de calma, bienestar. Las características sexuales, la lactancia y la conducta maternal pueden mejorarse, en caso de que exista un agente estresante, con la ayuda de preparaciones medicinales que suprimen el sistema nervioso simpático (agentes adrenolíticos), o activando el sistema nervioso parasimpático (agentes colinomiméticos). Ambos casos fueron confirmados en mis investigaciones sobre el tratamiento de varones con potencia débil o con eyaculación prematura [23] y en experimentos con animales, donde la mejoría de la lactancia y la conducta maternal fue demostrada con el uso de proserina [8]. * * * …Una de las razones principales de los desórdenes del parto es un nivel más alto o más bajo de la así llamada descoordinación de la actividad de parto, es decir, de las contracciones no sincrónicas de las fibras musculares del útero. Esto causa dolor; las contracciones del útero son menos efectivas; el bebé sufre por compresión del cordón umbilical. Además, en las cansadas fibras musculares el ácido láctico se acumula y esto las cansa aún más. En tales casos, los obstetras inyectan medicamentos que estimulan la actividad contractiva del útero o inducen el sueño médico para lograr relajación, o incluso realizan la operación de cesárea. En el tiempo cuando yo estudiaba este tema, hubo intentos de estimular la labor de parto haciendo pasar corriente eléctrica a través del cuerpo de la parturienta (¡y también del feto!). Costosos aparatos especiales para esto fueron desarrollados e impuestos activamente «desde Moscú» en todas las instituciones obstétricas de la URSS y el extranjero. Pero una vez que se compraron, fueron rechazados. La razón fue que los aparatos no ayudaban en el parto, sino que sólo hacían a las pobres mujeres sentirse peor. Y, lo que probablemente es más importante, todas las posibles consecuencias a largo plazo de la influencia de la corriente eléctrica en las estructuras bioenergéticas del organismo del niño fueron ignoradas… Yo, en cambio, pensé sobre el problema de esta manera: Uno debería buscar la causa de la labor de parto descoordinada en la alimentación con «cadáveres de animales», la cual contamina el cuerpo con sales de ácido úrico y con energías groseras, y en la contaminación de los canales bioenergéticos del cuerpo causada por otros factores (enfermedades, traumas, contaminación bioenergética proveniente de otras personas, incluyendo contactos sexuales con varones que están enfermos o que tienen energías groseras). Todo esto debería explicarse a las mujeres (y también a los varones) de antemano, ¡mucho antes de la labor de parto! Pero al momento del parto es demasiado tarde para explicarlo; ¡es necesario ayudar sin causar daño a la madre y a su bebé! Es así que propuse un método sin drogas para neutralizar el ácido láctico en los músculos del útero. Dos de mis asistentes construyeron rápidamente un aparato simple. Era usado para establecer solamente un potencial eléctrico local. Llevamos a cabo pruebas clínicas. ¡Los resultados mostraron un éxito notable! Quedaba pendiente sólo formular las indicaciones exactas para aplicar este método… Pero en ese momento la KGB empezó a perseguirme… Más adelante el ingeniero que me ayudó a crear el aparato publicó este método sin mi consentimiento y demostró su total incompetencia, incluso en el título de la publicación… No obstante, en ese tiempo la regulación de la actividad de labor de parto estaba ya fuera de mis intereses, ¡ya que Dios me instaba a estudiarlo y a pavimentar el Camino hacia Él!* * * * En el tiempo cuando trabajaba con castores y en el campo de la sexología y obstetricia, no sabía acerca de factores mucho más significativos que afectan nuestra salud y bienestar. Y el primero de ellos es el componente ético de nuestras vidas, el cual define cómo nuestro Dios Maestro forma nuestros destinos. Esto incluye, en concreto, a qué dedicamos nuestras vidas, la naturaleza de nuestra alimentación, nuestras relaciones con gente de grupos de diferente edad evolutiva, el dominio de los métodos de la autorregulación psíquica, etc. Un ejemplo simple es el caso de la persona que vive con la concentración de la conciencia en la cabeza solamente, y eso resulta en el agotamiento bioenergético de los chakras del tronco y, por ende, en problemas en las funciones de los órganos correspondientes. En cambio, si uno domina el trasladar la consciencia libremente hacia cualquier chakra, el que se necesite según las circunstancias, y el mantener todos los chakras puros, abiertos y llenos de energías sutiles, entonces, sólo debido a esto, las enfermedades inflamatorias crónicas desaparecen, las funciones de los órganos y sistemas del organismo se recuperan y normalizan. Lo antedicho concierne a la función sexual y también a todo el sistema reproductivo.
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