Ariadne/Capítulo diecinueve: ¡Es sólo el comienzo!
Capítulo diecinueve:
¡Es sólo el comienzo!
Llegó el momento de la partida de Hamilcar y Konstantinos junto con otros pocos pitagóricos que se ofrecieron como compañeros en las nuevas tierras.
Ariadne, con la bendición de Pitágoras, partía junto a Hamilcar para ayudarlo.
Los dos barcos ya estaban listos y esperaban para zarpar.
Pitágoras pronunció unas palabras de despedida:
«¡Ustedes, Mis discípulos, son Mi continuación! ¡Lleven a la humanidad los Conocimientos Divinos y manifiesten el Amor Divino!
»¡Un futuro hermoso se abre ante ustedes! ¡Todos nosotros, tanto los que se van a tierras lejanas como los que se quedan aquí, estamos creando ese futuro en este mismo momento! ¡Nuestros pensamientos, emociones, los estados de nuestras almas y nuestras intenciones están dando forma a este futuro hoy día!
»Es cierto que en este momento no podemos cambiar de inmediato la perspectiva de muchas personas. Solo podemos influir a quienes escuchan, aprenden, buscan entender y practican lo que nosotros tenemos para decir.
»¡Hoy, ayudamos a pocas almas en su Camino hacia la Luz, en su Camino al Conocimiento, y en su desarrollo!
»¡Sin embargo, estamos haciendo mucho más de lo que parece a primera vista! ¡Estamos estableciendo las bases de la espiritualidad para muchos siglos y muchas generaciones por venir!
»¡Cuando hay confianza en el Conocimiento Divino y al mismo tiempo una completa sumisión del yo inferior personal a la Voluntad Superior del Creador, —nuestras acciones tendrán éxito en cualquiera de los mundos del Universo, porque el Todo Divino vive y actúa a través de nosotros—!
»¡Recuerden que el hilo conductor que lleva a las almas desde los laberintos de la vida terrenal —a la Libertad en la Luz, al Conocimiento Divino, y al Creador— es el Amor! ¡Es el alma que vive en un estado de armonía y amor la única capaz de sentir la dirección de su corriente hacia Dios y percibir claramente la Guía Divina! ¡Porque la Conciencia Divina —es Amor—! ¡Y el amor presente en el alma humana atrae, como un imán, la dirección correcta para lograr la Unidad con la Voluntad Divina, y con el Todo Divino!
»¡Sepan que nuestra Escuela existirá por milenios!
»¡Incluso las almas que tan sólo alguna vez tuvieron un breve encuentro con la Fuente Pura del Amor y la Sabiduría —sin duda anhelarán acercarse a Ella de nuevo—! ¡Al nacer en nuevos cuerpos, recordarán y continuarán la búsqueda de la Perfección, y de la Fusión con el Todo Divino! ¡Recordarán la ética en su relación con el mundo circundante y con los seres que lo habitan! ¡Y nuevamente traerán Conocimiento y Belleza a la humanidad!
»¡Muchos de ustedes encarnarán en la Tierra una y otra vez para llevar estos Conocimientos a las nuevas generaciones de la humanidad!
»¡Y otros de nosotros ayudaremos a la gente sin estar encarnados! ¡Porque quedará establecida una conexión sólida entre nosotros y las almas que hemos tocado —para que nuestras sugerencias, ya sea en forma de revelaciones, inspiraciones o comprensiones— les guíen nuevamente en la vida!
»¡Muchos de Mis discípulos, junto conmigo, brindarán este tipo de ayuda!
»¡Todos llevaremos a quienes viven en la Tierra —la Sabiduría y el Amor Divinos—!
»¡Cada uno de ustedes puede convertirse en una Luz que lleva a la humanidad este Amor y estos Conocimientos!
* * *
Una joven discípula de Pitágoras, Téano, se convirtió en Su esposa y madre de Sus hijos. Luego, todos ellos se convirtieron en sucesores de Pitágoras.
Con el curso de los siglos, muchos quienes entraron en contacto con las Enseñanzas pitagóricas relacionadas con la ética, la sabiduría, la belleza, la armonía, los logros en las diversas formas del deporte y las artes, sumado al amplio conocimiento en las ciencias, —se han convertido en Sus discípulos—.
¡Gracias a Pitágoras, muchas almas asumieron el gran propósito de alcanzar los Mundos Divinos y fusionarse con la Fuente Infinita del Todo —el Origen Primordial de la Creación—! ¡Estas almas, han seguido renaciendo en la Tierra a lo largo de los siglos y recordando a través de —revelaciones, inspiraciones y comprensiones— la sabiduría que habían adquirido de Pitágoras.
¡Y esto continúa incluso hoy día!
¡Todos Quienes son Herencia Espiritual de la Escuela de Pitágoras —regalarán siempre a la humanidad: Sabiduría, Amor, Armonía y Belleza—!