Ariadne/Capitulo Siete: Sobre el don de la Verdad
Capitulo Siete:
Sobre el don de la Verdad
El niño, Nikos, después de haber sido curado por Pitágoras, comenzó a frecuentar la casa de Ariadne. Y Ariadne y Diánte comenzaron a enseñarle a escribir y a contar.
Pronto, otros niños se unieron a Nikos y ahora se les dedicaba un tiempo especial a todos ellos. ¡Fue una experiencia maravillosa poder transmitir conocimiento a otras personas!
Las clases en la Escuela para los adultos también adquirieron nuevas dimensiones.
La comunidad de los estudiantes espirituales y las personas de ideas afines a Pitágoras crecía gradualmente.
Ahora no solo el propio Pitágoras impartía las lecciones y conferencias, sino también sus alumnos más avanzados. Aquellos quienes habían aprendido lo suficiente ahora explicaban a los principiantes los mandamientos éticos y las normas para una vida armoniosa según las posibilidades de cada persona. Esto ayudó a muchos a acceder a una nueva vida, —la vida de la comunidad pitagórica—.
¡Fue genial para Ariadne sentirse parte de la —Unidad espiritual— de quienes se esfuerzan por vivir en el amor, en la pureza, y en armonía con las Leyes Divinas del Universo!
La construcción de los edificios de la Escuela continuaba.
Algunos estudiantes avanzados habían empezado a dar discursos en otras ciudades y en pequeños asentamientos cercanos. Le hablaban a la gente de lo que aprendían de Pitágoras y también acerca de la Escuela. Entre ellos estaba Theo, un amigo de Leonardos.
Más después de su primer discurso en las afueras, Theo regresó muy molesto.
Se sentó solo junto al mar. Pero en ese momento la belleza, la paz y la grandeza que le rodeaban no le reconfortaban.
Ariadne, pudo captar esto y decidió acercarse.
Se quedó atrás de él permitiendo que una suave corriente de luz de amor sincero fluyera a través de su cuerpo y se extendiera por la inmensidad. ¡Las olas azules claras del mar, la arena dorada, el sol…! La armonía y la belleza presentes en el aire transparente se combinaban ahora con la caricia del alma.
Theo sintió su tierna presencia y volviéndose hacia ella le dijo:
—¿Has venido a consolarme hermosa Ariadne? Te lo agradezco, pero no merezco ni tu ayuda ni tu simpatía… No soy digno de ser alumno de Pitágoras, no he logrado cumplir con mi tarea…
—¿Pero qué pasó?
—Tenía tantas ganas de contarle a todas esas personas acerca del Conocimiento real, más dije todo de manera tal que solo generé hostilidad en ellos. No pudieron entender mis palabras. ¡La gente resentía todo lo que quería transmitirles! Me arrojaron piedras, frutas podridas, tierra y barro… Estas personas ridiculizaron la Verdad, ¡y yo fui la razón!
»¡Pero antes de esto, ya yo había hablado frente a los alumnos nuevos de la Escuela! ¡Y todo salió muy bien! Y estaba seguro de que mis charlas con personas desconocidas, aunque aún ellas no pensaran en Dios o en la virtud, serían igualmente exitosas.
»Les hablé de la necesidad de esforzarse no por la fama, ni los placeres, las riquezas, o la acumulación de poder en esta corta vida terrena, ¡sino por la perfección del alma! Pero apenas si me escucharon. ¡No estaban interesados \x{200b}\x{200b}en nada de lo que les decía!… Y cuando comencé a hablarles de sus falsas creencias… muchos se llenaron de odio hacia mí por denunciar a sus falsos “dioses” y hablar de la futilidad y la criminalidad de los sacrificios sangrientos que se ofrecen en los altares.
… En ese momento, el propio Pitágoras se acercó a ellos. Vestía ropas sencillas de lino blanco. Sus movimientos eran suaves. Su mirada estaba llena de tal comprensión que inmediatamente quedó claro que no había necesidad de contarle lo que había sucedido, ¡Él ya lo sabía todo! Su calma y benevolencia eran especiales: como si un enorme, invisible, y bastante tangible campo de Paz Transparente rodeara Su cuerpo y a quienes estaban cerca. Él llenaba el espacio a Su alrededor consigo mismo.
Pitágoras dijo:
—No te enfades Theo, cuéntale a todos hoy lo que te pasó. Así tus errores ayudarán a muchos a tener más cuidado al hablar con la gente. ¡Y será beneficioso para todos! ¡Dejemos que esto se convierta en el tema principal de nuestra conversación comunitaria del día de hoy!
»¡Entiende lo importante que es esto y, sin vergüenza, cuenta todo lo que pasó!
—Sí, hoy entendí claramente que al hablar frente a la gente, es necesario tener presente no solo lo hermoso y perfecto del Conocimiento mientras lo describimos, sino también —ver, sentir y comprender a todos quienes escuchan—. Y si sientes sus pensamientos, puedes entonces hablar con ellos sobre lo bueno en un idioma que les sea comprensible. Y a la vez —dejar en silencio lo que aún no les resultará claro—. Me di cuenta de que es necesario cultivar el conocimiento de las otras personas de forma paulatina, más bien cautivándolas, en vez de a través de la denuncia y la crítica.
… Pitágoras abrazó a Theo de forma alentadora.
—¡Entendiste todo correctamente, amigo mío! ¡¿Vamos?!
… Pitágoras, Theo y Ariadne subieron hasta el Templo del Amor, ya erigido en la colina donde a menudo tenían lugar muchas conversaciones entre Pitágoras y sus discípulos, mientras esperaban se completara la construcción del gran anfiteatro para espectáculos que serviría también para esto.
Era un edificio redondo, blanco como la nieve, con una columnata a lo largo de toda su circunferencia que sostenía la cúpula. El interior del templo estaba dividido por cuatro puertas dobles muy anchas. Cuando hacía buen tiempo, estas puertas se abrían y todo el interior del templo se llenaba de luz y una sensación de amplitud. Las paredes apenas si se percibían. En tiempo frío o ventoso, se cerraban las puertas y se encendían las lámparas, permitiendo la Expansión inmaterial de la Luz y el Silencio.
A este templo uno podía retirarse para meditar o para conversar con las Almas Divinas. Aquí, a menudo tenían lugar las iniciaciones de nuevos discípulos, y el propio Pitágoras solía impartir sus lecciones.
… Cuando los estudiantes del último año se reunieron, Theo contó en detalle sobre su viaje y su actuación fallida frente a la gente.
Pitágoras agregó:
«Cometiste otro error, amigo mío…
»Cuando denunciabas indignado a los “dioses inventados” por esa gente, la Luz de la Verdad que querías transmitir a quienes te escuchaban se oscureció por tus emociones de condena y de ira. No notaste esto en ti mismo, considerando tu indignación por la ignorancia y la crueldad de esas personas como justa.
»El discurso de un acusador a veces corresponde cuando se castiga a los villanos, ¡pero incluso entonces, no debería haber odio en este!
»Resultaste estar sujeto a tu pasión y no prestaste atención al hecho de que habías perdido la armonía en ti mismo. Más cualquier emoción negativa genera una respuesta en el espacio tanto como cualquier otra emoción positiva.
»Tu enojo por sus rituales primitivos y sus crueles “sacrificios” les ofendió. Así, tu indignación evocó indignación en respuesta, y no añadió nada de compasión por los animales inocentes cuya sangre mancha los altares. Como resultado, no lograste despertar simpatía y comprensión en esas personas, cuando podrías haber despertado lo correcto en ellos.
»Y las personas que te escuchaban percibieron todo esto como odio y desprecio por ellos y por todo en lo que ellos creen y adoran. Tomaron esto como una condena hacia sus creencias, las cuales ellos honran como justas.
»¡Pero ellos aún no conocen nada diferente a lo que practican!… Y el conocimiento que estabas tratando de transmitirles, por lo general, no penetra inmediatamente en la mente y alma de los demás por el simple hecho de hablarles. El conocimiento llega gradualmente, comenzando con la confianza y luego a través de la experiencia personal.
»Has observado ya muchas veces Theo, que es posible controlar el estado de ánimo de los oyentes, dirigiendo su entusiasmo, deseos u odio en una dirección determinada para lograr el resultado deseado. ¡Pero no debemos reprimir la voluntad de las personas ni siquiera por el bien de los buenos propósitos! ¡Es necesario despertar poco a poco la conciencia, la bondad y la justicia en las almas! Tú —inconsciente y muy descuidadamente— despertaste emociones bajas en ellos. Y a cambio, esas emociones luego fueron redirigidas hacia ti. A través de esto, ellos te mostraron tus errores.
»Lamentablemente, es mucho más fácil entusiasmar a una multitud a través de las emociones bajas fuertes como el miedo, la ira o el ansia por los bienes materiales. Es como empujar una piedra desde una montaña que al caer provoca tan solo el caos. Los oradores a veces manipulan a las personas a través de estas emociones induciéndoles a campañas militares prometiéndoles un rico botín, o hablando de la necesidad de lanzar un ataque preventivo para evitar el derramamiento de sangre en su propio territorio…
»¡Lo vergonzoso que es usar esta habilidad para convencer a otros para esto —no necesita explicación—!
»Es necesario elevar gradualmente a los oyentes a la percepción del Conocimiento verdaderamente sabio y recto. Esto es similar a la forma en que se erige un templo, es decir, paso a paso y piedra por piedra.
»Pero hay que ser especialmente perspicaz cuando hablamos de cuestiones de fe. Sí, no es fácil cambiar los puntos de vista de las personas, despertar en ellos la capacidad de pensar y discernir, encender en las almas el amor y la lucha por la Verdad, y además, hacer esto —sin violencia contra las mentes y las almas—.
»No es correcto exponer a las personas irracionales la totalidad del Conocimiento sobre el Orden Mundial Divino en una sola pasada.
»Si a una persona que posee algo de fuerza pero que aún no ha adquirido la capacidad de comprender —se le critican sus creencias— esto no provocará más que odio en ella y puede resultar en acciones agresivas y emociones maliciosas. Tal persona intentará vengarse de “quien ofendió a sus dioses”… Y esto complicará su destino y puede conducir a eventos muy tristes.
»Si la fe de una persona ingenua —en una “deidad” incluso ficticia— se basa en las emociones del amor, entonces, denunciar, criticar cruelmente, o ridiculizar lo que esa persona adora, puede destruir el amor en ella y causarle un dolor innecesario.
»¡Por eso es que debemos ser muy cuidadosos cuando le decimos a las personas las Verdades Más Elevadas mientras estas aún no pueden percibirlas en su totalidad!
»Recordemos la regla: “¡No violes la Armonía del Todo!”
»Presionar por la fuerza a una persona para que se dirija hacia la Luz —solo causa resistencia en ella—. Y en lugar de esforzarse por el amor, consumirá su energía en oponerse a la Verdad.
»¡Cuántas cosas muy importantes se dijeron hoy gracias a Theo!
»¡Démosle las gracias, porque poder hablar sincera y abiertamente de nuestros errores y fracasos —es una gran victoria en el Camino espiritual—!
»Más debo continuar para que todos y no solo Theo comprendan que los fracasos no deben detenernos. Al contrario, ¡deben hacernos más sabios!
»No importa lo difícil que sea contarle a la gente acerca de la Verdad, ¡aún debemos hacerlo! ¡Esto es importante! ¡Para esto es que estudiamos, para esto es que nuestra Escuela existirá por siglos! ¡Haremos esto incluso no estando en nuestros cuerpos materiales, cuando por el Resplandor de Nosotros como Almas Divinas, guiemos a Nuestros seguidores!
»Después de todo, han habido muchas civilizaciones antes en este planeta… ¡Algunas se desarrollaron, mientras que otras se degradaron cuando la presunción y la lujuria por el poder de sus gobernantes prevalecieron por sobre la modestia y la benevolencia! Y así los pueblos sometidos a estos gobernantes estuvieron sumidos en la ignorancia durante muchos siglos.
»En Egipto, vi muchas pruebas de los logros de la civilización Atlante y leí algunos registros sobre las razones de su desaparición. Y la conclusión fue clara para mí.
»¡Debemos esforzarnos en crear una vida para toda la comunidad humana basada en las Leyes Divinas de la Armonía, la Paz y la Prosperidad!
»Hay conceptos simples de bondad y justicia que todas las personas pueden comprender. Por ejemplo, ninguna madre y ningún padre quieren sufrimiento, agonía o muerte para sus hijos en una guerra sangrienta… ¡Todos quieren felicidad, paz, amor, y prosperidad! Y las personas comprenden que esto que tanto desean, puede surgir en la comunidad humana solo cuando todos lleven en sí mismos la virtud y la armonía, y vivan poniéndolas en práctica.
»Pero sin embargo, la historia de la humanidad en los últimos siglos está escrita en una crónica sangrienta de victorias y derrotas. ¡Lo que es realmente monstruoso! ¡Y esto la gente lo considera como… —la norma—! ¡Y muchas personas incluso se enorgullecen de aquello por lo que deberían avergonzarse!
»Los sacerdotes de varios cultos justifican esto incluso con leyendas donde supuestamente hasta los “dioses” están en guerra entre sí… ¡La gente olvida hasta qué punto la historia real ha sido reemplazada por relatos de un panteón de “deidades”… de cualidades dudosas!
»¡Y esto fue hecho deliberadamente por los gobernantes en aras de gobernar sobre las poblaciones! ¡Durante siglos, les han atribuido a los “dioses” las cualidades humanas básicas! ¡Así es como crearon falsos mitos, nombrando “dioses” a quienes conservaban el poder en esa sociedad! Y esto sirvió de excusa para exacerbar los vicios en estas sociedades humanas, ya que supuestamente hasta los “habitantes del Olimpo” no están exentos de tales vicios…
»Pero todas las leyendas de este tipo son solo ecos de la caída de esas almas que usan su poder para dominar a los demás…
»Esto fue lo que sucedió en la Atlántida. Enormes conocimientos y habilidades se subordinaron a la naturaleza humana inferior y se degradaron hasta el nivel de la magia negra. Y esto llevó a la tragedia y a la gran catástrofe de la Atlántida, acompañada con inundaciones y destrucción en todo el planeta.
»¡Para que esto no se repita en la historia de la Tierra, es importante para nosotros ilustrar a la gente sobre las Leyes del Universo y predicarles acerca del amor y la virtud!
»Poco a poco despertaremos en las personas el deseo de vivir en una sociedad armoniosa y creativa, basada no en el egoísmo, el ansia de poder y la búsqueda de ganancias, sino en la benevolencia y el amor.
»¿Es esto posible? ¡Sí, es posible!
»Las menciones a tales civilizaciones del pasado también están contenidas en manuscritos antiguos que vi en Egipto y Babilonia. Algunos registros son tan antiguos que los sacerdotes ya no pueden leerlos, porque los idiomas y la escritura secreta de esos pueblos se perdieron en el tiempo.
»Pero quienes se dirigen a la Luz tienen la oportunidad de recibir el Conocimiento directamente del Tesoro del Espíritu. Ahí, el Conocimiento Superior se conserva y es indestructible, —no se pierde—. Sus Guardianes y Dadores son Almas Divinas que han alcanzado la Unidad en la Omnipresencia Divina. Y el acceso a este Conocimiento, se adquiere a medida que uno se purifica y se desarrolla como alma.
»¡Solo el amor y la sabiduría que han crecido en el alma, abren para los ascetas cada siguiente página de ese Tesoro sin fin del Conocimiento Más Elevado!
»A esto es a lo que continuaremos dedicando nuestro tiempo en los entrenamientos.
»¡Y me gustaría que el comportamiento, las palabras e incluso los pensamientos de cada uno de nosotros —sea un modelo para todas las personas—!
»Incluso una pequeña partícula, por sus cambios, afecta al Todo, al Universo entero.
»Ahora mis queridos amigos, me gustaría que ustedes sientan cómo todo en el Universo está interconectado con cada uno de nosotros.
»El estado de cada alma, sus emociones, sus pensamientos, y sus acciones, desde las más insignificantes hasta incluso las intenciones antes de cualquier acción ¡es del todo muy significativo!
»¡Y cada uno de nosotros es responsable de la contribución que hace —con su vida— al desarrollo de todo en el Infinito del Todo!
»¡Y esto sucede a cada instante!
»Es como una melodía que resulta del sonido de muchos instrumentos.
»Así, cada uno de nosotros puede traer conscientemente —armonía y coherencia— en vez de disonancia al Proceso Evolutivo.
»Si una persona logra la Unión con la Luz del Mundo Divino, incluso el mero hecho de Su vida, el mero estado de Quien ha alcanzado la Unidad, ya cambia el espacio que Le rodea y sirve de ejemplo a las personas, aunque tal persona no enseñe específicamente nada a nadie.
»¡Pero quien ha recibido el Conocimiento y la Luz siente la necesidad natural de compartir lo que posee!
»Cuando lo Divino se vuelve Uno con las almas que lo han alcanzado, ¡este asombroso estado de dicha de las Almas Brillantes —afecta poderosamente al Universo entero—! ¡Y el Conocimiento revelado a tales Devotos, luego sabiamente lo otorgan Ellos a quienes lo necesitan en un momento dado!
… Pitágoras se quedó en silencio. Luego tomó la lira y se produjo una hermosa melodía bajo los ligeros toques de Sus dedos. La comprensión de la Verdad descendió en la meditación en la que se sumergieron todos quienes escuchaban a Pitágoras.
La música se detuvo. ¡Y solo permaneció el Silencio en el que se daba el Amor y la realización de Dios!