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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo trece: Acerca de competir
 

Ariadne/Capítulo trece: Acerca de competir


Capítulo trece:
Acerca de competir

Se acercaban los próximos Juegos Olímpicos siguiendo su ciclo de cuatro años. Estos encuentros deportivos en la península del Peloponeso en Elis fueron ganando cada vez más popularidad entre los griegos. El número y la variedad de deportes en los que competían los atletas crecían en número y en amplitud.

Esta vez, Pitágoras permitió que algunos de sus alumnos se prepararan para participar en los Juegos. Por supuesto, esto no se hacía para que los estudiantes de Pitágoras se hicieran de medallas y gloria, sino más bien para llevar a un mayor número de personas la filosofía pitagórica. Porque estas festividades no solo incluían deportes, también incluían presentaciones teatrales y discursos y debates públicos sobre una amplia variedad de temas para el entretenimiento de la gran audiencia.

Algunos de los otros discípulos de Pitágoras fueron invitados a venir a la Escuela desde otras ciudades griegas donde vivían y trabajaban. Esto se hizo para que todos los que iban a participar en las competencias olímpicas pudieran entrenar juntos.

Después de todo, no todos los alumnos de Pitágoras vivían permanentemente en la Escuela. Por diversos motivos, algunos de ellos venían solo por un tiempo y luego regresaban a donde vivían y continuaban en sus zonas la práctica del conocimiento recibido de Pitágoras.

Ariadne le pidió a Ferenike que le ayudara con la recepción. Para Ferenike, este cambio de escenario fue muy beneficioso. Nuevamente, una energía incontenible brotó en ella y halló alegría en los asuntos simples de cuidar a los recién llegados y arreglar todo lo necesario en la casa. Ferenike pareció renacer con las simples palabras de agradecimiento y las miradas entusiastas de los invitados que llegaban.

¡Y por supuesto se anticipaba la llegada de Hamilcar!

Los alumnos de la Escuela lo esperaban expectantes; después de todo, muchos en la comunidad pitagórica ya habían escuchado al menos algo sobre la historia del primer discípulo de Pitágoras. Las noticias de Hamilcar sobre su vida en la sede de la Escuela en la ciudad de Cartago llegaban regularmente. Y aunque hasta el momento no contaba con muchos alumnos, conservaba y transmitía los conocimientos más elevados. Algunos de los mensajes de Hamilcar incluso eran leídos en voz alta entre los estudiantes avanzados de la Escuela, quienes también planeaban crear tales oasis de sabiduría y pureza en el futuro, y las experiencias de Hamilcar les eran muy útiles.

Ariadne, como propietaria de la casa donde se recibirían a los invitados, por supuesto estaba feliz con la oportunidad de ser la anfitriona de los que llegaban. Es importante señalar que incluso los estudiantes de Pitágoras que no habían tenido la oportunidad de conocerse anteriormente, se trataron de inmediato como las personas más cercanas y queridas. ¡Tanto en la casa de Ariadne como en la Escuela —reinaba un ambiente solemne de festividad—!

También se hacía mucha referencia a las competencias por comenzar y se le hacían preguntas a Pitágoras, las cuales Él respondía de muy buen ánimo a sus recién llegados oyentes.

Por lo general, se reunían para tales conversaciones en un anfiteatro al aire libre cuya construcción ya había concluido. ¡Debido a su ubicación y la geometría precisa de su estructura —la acústica era increíble—! ¡Todos podían escuchar cada palabra aunque fuese pronunciada en voz baja! Todas estas reuniones eran percibidas como una inmersión en la gran Fuente del Conocimiento y la Inspiración. Y cada una de las charlas de Pitágoras, aunque dedicada a actividades mundanas, como por ejemplo las competencias de los atletas en los próximos Juegos Olímpicos, elevaba a los oyentes a un estado expandido de conciencia refinada; conectando las actividades del momento presente —con la comprensión de la Totalidad interconectada de todo el Universo—.

… Así, poco a poco se iban acercando los alumnos y se iban sentando en los escalones de mármol. Surgía entonces en el espacio un silencio especial, preparando a las almas para recibir y comprender. Luego llegaba Pitágoras. Su hermosa apariencia, ropa blanca sencilla, movimientos medidos y suaves, así como el timbre de su voz, sumergía a todos en ese estado especial cuando se escucha con el alma, inmersos en la enorme conciencia del Divino Pitágoras, abrazando invisiblemente a todos.

Un día, uno de los jóvenes estudiantes que iba a participar en las competencias de carrera y lucha preguntó:

—Pitágoras: ¿cuál sería la actitud correcta ante la gloria, ya que debemos esforzarnos por ser los mejores y resultar victoriosos?

—Quienes vanidosos buscan la gloria —sentirán orgullo por sus victorias y se lamentarán por sus derrotas—. Ambas actitudes son obstáculos en el Camino espiritual. Ustedes, sin embargo, que ya han atisbado aunque sea un poco la Gloria Suprema de las Almas que han alcanzado la semejanza con Dios, y que ahora saben cuál es el verdadero propósito de la vida del alma en la Tierra —deben tratar con serenidad tanto la gloria del triunfo como la derrota ante sus rivales—.

»Hablemos de esto con más detalle.

»El deseo de superioridad y de victoria sobre los demás, es hasta cierto punto inherente a la naturaleza humana. Esta es una manifestación de las leyes naturales del desarrollo de todas las criaturas. Una lucha similar por el liderazgo es visible en la vida de varias especies animales. A veces podemos ver las luchas de los machos por el derecho a poseer a las hembras. Así es como los individuos más fuertes crean ventajas para sí y generan una progenie más robusta y con mejores posibilidades de supervivencia.

»Del mismo modo, las personas se esfuerzan por ser mejores sobre los demás. Esto no es dañino cuando se hace de manera honesta y conduce al desarrollo de mejores cualidades, y al estos actos no conllevar violencia en sí mismos, no violan en mayor grado la rectitud del alma.

»Después de todo, nosotros mismos preferimos comprar productos del mejor alfarero o el mejor tejedor, o elegir las frutas más grandes y maduras de cierto agricultor. También, es más probable que la gente se reúna a escuchar a un músico habilidoso o a admirar a un buen bailarín.

»En áreas como las artes, la búsqueda del liderazgo y la excelencia a menudo se entrelazan. ¡Pero es muy importante que aprendamos a distinguir entre las dos! ¡El Camino a la Perfección permite la existencia simultánea de variadas manifestaciones singulares, cada una de las cuales puede generar deleite! Por ejemplo, aquí en este jardín, hallamos la belleza de esta flor silvestre y la de esta rosa. La perfección de cada una de ellas no necesita ser comparada. Asimismo, la belleza única y el desarrollo gradual de cada alma en su camino hacia la Perfección Divina no necesita competir con la belleza y el desarrollo de otra.

»Sí, pronto estaremos honrando a los ganadores de los Juegos Olímpicos.

»Para ganar en tal competencia, necesitarán combinar la fuerza del cuerpo con la fuerza del espíritu.

»Dichos logros se componen de habilidades innatas, diligencia, voluntad, determinación, compostura, inspiración y fuerza. Así, las competencias deportivas pueden llegar a desarrollar estas cualidades en la persona y no tan solo el deseo de triunfo.

»Pero recordemos también que las personas, en su afán de ser líderes, de apoderarse de la primacía, de tener superioridad en todo, —pueden causar gran daño a los demás—. Esto sucede cuando la sed de dominio y el deseo de vencer a toda costa, provoca en las personas el desarrollo de la codicia, la envidia y el odio, lo que puede llevar a la comisión de actos muy viles. Tal lucha por la superioridad sobre los demás —sí daña a las almas—.

»¡Aquí hay algo más sobre lo que me gustaría llamar su atención: en el Camino espiritual, luchar por la Perfección Más Elevada nunca debe caer en competencias, luchas por la superioridad, o medir los éxitos de uno por los éxitos o fracasos de nuestros compañeros! ¡Esto provoca el desarrollo del orgullo, lo que puede convertirse en un obstáculo muy serio en el Camino!

»Uno debe evitar a toda costa el tinte del orgullo en cualesquiera logros en el dominio de la ciencia espiritual, por ejemplo: al adquirir nuevas habilidades, o al compartir con nuestros compañeros acerca del dominio de las meditaciones más complejas, o incluso del desarrollo de los grados de autoconciencia propios…

»Ninguno de nosotros debería sentirse superior a quienes aún no se inician en el conocimiento espiritual o no han elegido objetivos verdaderamente sabios en sus vidas. Es muy importante entender que hay un tiempo para todo, y que hay diversas etapas de maduración para las almas que repetidamente se encarnan en cuerpos humanos, y que su marcha no puede ser la misma que otras y por lo tanto no puede darse a la misma velocidad.

»He oído algunos comentarios de quienes pretenden saberlo todo y se jactan de su conocimiento tales como: “¡Son tontos, plebeyos… no entienden lo que nosotros sabemos aunque es tan obvio y natural para las personas razonables!”

»¡No conviene que ustedes Mis alumnos piensen así! Imagínese cómo se ve cualquiera de nosotros desde el punto de vista de Dios —Omnipotente poseedor de la plenitud del Conocimiento al que nosotros recién estamos accediendo—… ¿No creen que Él y con razón podría considerarnos tontos a su vez? ¡Pero no, Él, con el Mayor Amor y Paciencia nos enseña! Y nos da el conocimiento con moderación. Esa carga de conocimiento de la que aún no somos capaces, Él se la reserva. Que nos sirva esto de ejemplo para cuando nos relacionemos con quienes tan solo podemos compartir parcialmente nuestro entendimiento actual.

»¡Es menester también que les recuerde que aunque la contribución de un alma joven, que recién comienza su camino de desarrollo y servicio aún no es grande, esta contribución sigue siendo muy valiosa! ¡Siempre genera Alegría en los mundos más sutiles! Es como la felicidad de un padre y una madre viendo los primeros pasos, las primeras sonrisas o las primeras palabras de su hijo.

»Las personas subdesarrolladas a menudo se ríen de lo que está más allá de su comprensión. ¡Por ello, cuando participen en las charlas públicas en la Olimpiadas —no busquen dar inmediatamente a las personas el conocimiento para el que no están preparados—! ¡Más bien sean en todo, ganen o pierdan, ejemplos dignos de respeto y de ser imitados!

… Diánte le hizo una pregunta a Pitágoras:

—¿Por qué a las mujeres no se les permite participar en las competencias e incluso observarlas?

—¡Espero que algún día esta injusticia sea abolida! ¡Y estoy firmemente convencido de que en el futuro la belleza femenina hará las delicias de los espectadores no solo en las estatuas de mármol, sino también en las competiciones deportivas!

»¡Y hoy, queridas bellezas, nosotros mismos sentaremos las bases para ese futuro! Quienquiera que lo desee puede participar en la carrera de entrenamiento desde hoy. ¡Que haya alegría y libertad para la belleza y la armonía! ¡Yo mismo las vendré a ver!

… Uno de los invitados recién llegados preguntó:

—Pitágoras, ¿piensa que los Juegos Olímpicos son buenos en general? ¡Después de todo, desarrollan en las personas el deseo de ser mejor que los demás! ¿Qué piensa?

—Creo que son buenos en general. De lo contrario, no nos habríamos preparado para participar. La mera regla de no hostilidad entre los atletas de las zonas en conflicto durante los Juegos —es digna de mención como un logro espiritual de la humanidad—.

»La belleza de los cuerpos desnudos y armoniosamente desarrollados siempre despierta admiración. Multitudes se reúnen para contemplar y celebrar la belleza y el poder del cuerpo, en donde las manifestaciones iniciales de la belleza y el poder del alma pueden ser observadas.

»Es la belleza interior la que glorifico, considerando que la belleza del alma es infinitamente más valiosa que la belleza exterior. Ahora estamos aprendiendo a combinar la belleza, la armonía y la fuerza del cuerpo con la armonía y la fuerza del alma purificada.

»El cuerpo nace, crece, madura, envejece y muere.

»El alma crece, florece, adquiere sabiduría y experiencia. Y es el alma quien se lleva todo con ella.

»Lo que el cuerpo haya adquirido es temporal y perecedero. ¡Lo que el alma haya adquirido —es eterno—!

»Al entrenar el cuerpo, los atletas logran nuevas marcas en el levantamiento de pesas, las carreras, en el lanzamiento de disco… Dichos entrenamientos permiten aumentar la fuerza del cuerpo. De la misma forma pueden las cualidades espirituales de la persona ser transformadas, y la voluntad y la fuerza del alma aumentadas.

»Como se entrenan los músculos del cuerpo, la mente también se puede entrenar para la meditación.

»¡Enormes posibilidades se revelan entonces ante tal alma! ¡A través de ese entrenamiento, se puede nutrir la belleza, el refinamiento, la fuerza del alma, la capacidad de ver en los mundos no materiales, y la capacidad de escuchar el consejo de los Maestros Divinos!

»¡La fuerza de voluntad es una gran herramienta! Pero las intenciones del alma deben estar correctamente definidas y dirigidas. ¡Deben estar en armonía con las Metas de la Voluntad Divina!

»Y solo entonces se le dará el Poder Superior a tal persona para la realización de lo que sea necesario. Tal Poder proviene del Gran Océano de Sabiduría, Poder y Amor Universal. ¡Este Poder se fusiona con la voluntad y el poder del alma desarrollada y pasa a servir el bien del Todo!

… Los oyentes permanecieron en silencio por largo rato tras la conversación. Pitágoras llenó el espacio de un estado de Calma especial del que nadie quería salir.

Más tarde, después de la conversación con Pitágoras, mientras los participantes de la carrera se preparaban, Ariadne se acercó a Konstantinos y le preguntó:

—Konstantinos, ¿vas a participar de la carrera de hoy?

—No, que sea entretenimiento para nuestros jóvenes. Estoy esperando la llegada de Hamilcar. Me prometió que después de las Olimpiadas me daría un barco para viajar al mar Negro y así explorar esos lugares para crear una nueva rama de la Escuela —similar a la creada por el mismo Hamilcar—. ¡Mi tiempo ha llegado!

»En Cartago se construyen navíos muy resistentes para estas largas travesías por mar. Hamilcar navegará hasta aquí en dos barcos, los cuales se utilizarán para viajar a la isla del Peloponeso en Elis para los participantes en la Olimpiada. Tras lo cual una de las naves quedará a mi disposición, y Hamilcar y sus alumnos regresarán en la segunda.

—¿Te vas para siempre?

—Sí, es posible que así sea. Aunque es difícil imaginar cómo recrear todo esto en tierras extranjeras, cómo vivir todos los días sin ver al Maestro… Por supuesto, nuestras almas se podrán comunicar, pero bueno… será todo muy diferente.

»No sé cómo resultará mi camino de acuerdo con la Voluntad Superior.

»¡Aunque mira, ahora Hamilcar, después de tantos años, tiene la suerte de volver a ver a Pitágoras!

—¿Quién irá contigo?

—No se ha discutido eso aún… Nadie siente estar listo para separarse de Pitágoras. Todos quieren invertir su tiempo en aprender a través del contacto personal con Él…

—¿Y tú estás listo?

—¡Eso espero! Acepté la tarea y entiendo que el tiempo para mí ha llegado.

»Quienes han recibido la iniciación en la Etapa Superior ya no guían su vida por sus propias ideas, sino que están prontos a cumplir con su deber hacia Dios y las personas. Pitágoras dijo que lo que tenemos tiempo de crear ahora tendrá significado y dará frutos en los siglos futuros. Los lugares donde creemos sedes de la Escuela se convertirán en oasis espirituales en las difíciles eras futuras de la historia de la Tierra. Por mi parte yo no puedo ver tan lejos en el futuro…

»¡Pero aunque no pueda ver ese futuro, sí puedo ayudar a crearlo!

—¿Y Hamilcar piensa competir en los Juegos?

—Es posible que lleve una cuadriga para la carrera de carros. No es griego por lo que no puede competir en las otras competencias o en la lucha libre. Pero puede participar en la carrera de carros. Para esto la cuadriga debe estar a nombre de un griego, así que bastará con ponerla a nombre de alguno de los alumnos griegos de la Escuela.

»Incluso podría optar por no competir él mismo. Entiende que los Juegos Olímpicos son tan solo un pretexto para su visita, mas sus tareas son de un orden completamente diferente.

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