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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo catorce: La llegada de Amílcar
 

Ariadne/Capítulo catorce: La llegada de Amílcar


Capítulo catorce:
La llegada de Amílcar

La llegada de Amílcar se convirtió en una fiesta para todos los alumnos de la Escuela.

En primer lugar, el propio Pitágoras, así como quienes deseaban asistir a la bienvenida, se acercaron a la orilla para ver acercarse las dos naves que transportaban a los invitados.

¡Al desembarcar, los viajeros fueron recibidos solemnemente!

… Amílcar y sus discípulos se hospedaron en la casa de Ariadne. Para ella, esta fue una sorpresa muy agradable; después de todo, casi todos asumían que Amílcar se hospedaría con Pitágoras, pero ellos ya habían decidido conjuntamente algo diferente. Quizás la razón de ello fue ubicar a todos los invitados que venían junto a Amílcar juntos, o quizás había otras consideraciones que Ariadne no podía descifrar.

Los cuatro caballos blancos que llegaron con Amílcar fueron recibidos por un mozo experimentado que vivía en la casa de Ariadne. Él antes era esclavo, pero después de obtener su libertad, se quedó en casa de Ariadne porque no tenía adónde ir.

Ariadne, desde el comienzo de los preparativos de los Juegos Olímpicos, observaba atenta y cuidadosamente la llegada de cada invitado. Incluso prestando atención a un posible candidato que pudiera robarle el corazón a Ferenike.

¡Y esto fue lo que sucedió! Junto a los alumnos de Amílcar llegó un escultor de Creta que soñaba con ver a Pitágoras y hacer una escultura que representara al Sabio rodeado de alumnos. Amílcar, por supuesto, ya lo había inspirado con las Enseñanzas pitagóricas. Y Niev, así se llamaba el escultor, ya incluso antes de llegar a Crotón, en la distancia, se convirtió en seguidor y admirador de Pitágoras.

Cuando Niev vio a Ferenike, de inmediato le pidió que posara para él.

Y ahora la modelo y el escultor pasaban casi todo su tiempo libre juntos.

Las energías del amor floreciente y dichoso, la reverencia por la sabiduría y la armonía, y la percepción de la alegría y la belleza, —flotaban en el espacio—. ¡Y todas estas fueron muchas veces amplificadas por la multitud de almas pitagóricas que a su vez se sentían espiritualmente animadas por todo lo que sucedía en la Escuela!

Cada día, todos se reunían a escuchar los discursos de Pitágoras. Y los estudiantes avanzados realizaban charlas y meditaciones para todos los que deseaban asistir.

… Tras la llegada de Amílcar, Ariadne quedó tan fuertemente impresionada de una manera especial, que cuando estaba al lado de él, no entendía muy bien lo que le sucedía.

Incluso pensó: «¿Será que me estoy enamorando? Es como si estuviera regresando a aquellos días lejanos en los que Ferenike y yo solíamos tener sueños de niñas sobre nuestros primeros pretendientes…»

Durante hace tiempo, Ariadne no miraba a las personas como hombres o mujeres, tampoco las evaluaba por su belleza externa o sus discursos, sino que trataba únicamente de ver la profundidad de las almas.

Y eso era precisamente lo que de Amílcar le causaba una impresión tan fuerte. ¡En su presencia, un brillo especial del alma y un sentimiento de libertad de vuelo y felicidad incontenible se encendieron en ella! Nunca antes había visto en una persona encarnada tal combinación de fuerza y ternura al mismo tiempo.

La tarea de Amílcar en esta visita a la Escuela era la de iniciar a los alumnos preparados para ello en los pasos iniciales del desarrollo del poder del alma, así como hablarles sobre el conocimiento de la interacción entre el poder del cuerpo y el poder de Dios. Enseñaba ejercicios que activan las energías del cuerpo y del alma, permitiéndoles hallar entre ambas contacto e interpenetración. Esto hace posible controlar el propio cuerpo de una manera especial para luego conducir el Poder Divino a través del cuerpo entrenado para ello.

A muchos, al principio les parecía que más bien se relacionaba con la capacidad de controlar la materia. Pero Amílcar les explicó que en realidad se trataba de controlar el alma.

Dijo que tal Poder podía manifestarse no solo en el control del propio cuerpo físico, como en el caso de los deportes, sino que también en la poesía, la música, la danza o al recibir Revelaciones.

Se dieron muchas explicaciones para advertir a los estudiantes sobre tal poder. Específicamente, se les advirtió que no permitieran que el poder se convirtiera en una trampa para el alma y de asegurarse de no perder el amor y la pureza al desarrollase en esta dirección.

No todos los alumnos de la Escuela podían participar en las lecciones prácticas de Amílcar, sólo podían asistir los recomendados por el propio Pitágoras. Mas todos los que lo deseaban, sí podían participar en las conversaciones y hacer preguntas.

Amílcar era escuchado con gran atención.

Habló bastante de su vida y de sus experiencias espirituales:

—Antes de hablar sobre los métodos para dominar el poder del alma, me gustaría contarles un poco la historia de mi vida.

»Yo fui sacerdote. En aquellos días soñaba con un poder que me diera la posibilidad de hacer milagros, el cumplimiento mágico de mis deseos, y la supresión de la voluntad de los demás seres. Y lo estudié diligentemente. Busqué todo el conocimiento posible sobre el poder de la conciencia y vivía con la convicción de que solo quienes poseen tal poder logran el éxito. Este era el único objetivo de mis esfuerzos.

»Pero fue una trampa: con la ayuda del conocimiento mágico me volví dependiente de mi propia sed de poder sobre los eventos y las personas. Me parecía entonces que allí precisamente residía la libertad y el destino propio, —libertad de la tiranía de quienes ejercían a su vez un gran poder terrenal—.

»¡¿Qué hubiera sido de mí si no hubiera conocido a Pitágoras?!

»Ahora veo claramente qué catástrofe para el alma es el desarrollo en esa dirección: ¡en la adquisición de un poder personal burdo y egoísta!

»Porque yo, sin un propósito digno, aprendía magia y estaba orgulloso tanto de mi fuerza corporal como de mi aún mayor fuerza de energía del alma, que casi no conocía ni la ternura ni la sutileza…

»En ese momento, vivía con el propósito de apropiarme de todo. ¡Mi ambición no conocía límites! ¡En mis sueños, quería ser como los dioses, pero no tenía idea de lo que significa ser un Dios!

»Para muchas personas, el dominio del poder significa lograr la capacidad de hacer lo que uno quiera.

»¡Pero la permisividad no es Libertad en absoluto! ¡Y la felicidad en la vida no se puede ganar con la fuerza personal, no importa cuán fuerte seas! Me tomó mucho tiempo entender esto…

—¿Entonces qué debemos buscar primero, nosotros discípulos de Pitágoras al dar los pasos para el dominio de la Fuerza?

—En mi opinión, lo que debemos buscar primero es el amor y después la sabiduría. ¡Después de todo, es el amor lo que le da a uno la sabiduría para comprender las posibilidades de usar conjuntamente el poder personal y el Poder Divino —y conducirlo a través del cuerpo y el alma—!

»¡Es muy importante que desde el momento que una persona decide invitar a Dios a su vida: vivir y mejorarse más y más mientras se siente como una partícula del hermoso Todo Divino! ¡De esta forma la Guía de Dios llega gradualmente y comienza a percibirse cada vez más claramente!

»… El alma aprende a distinguir entre el bien y el mal únicamente a través de los muy largos y difíciles nacimientos, sufrimientos, muertes y consecuencias por las acciones pasadas… ¡Todo esto no es un castigo de Dios! ¡Son las lecciones que conducen al cultivo de una humanidad genuina y completa! ¡Y solo al conectar la vida propia con la Guía Divina, es que uno comienza a darse cuenta de esto!

»En un punto de mi vida, le hice una petición a Dios, a la Consciencia Divina, de guía y de ayuda para dirigir mi desarrollo como alma. Fue entonces cuando todo empezó a desmoronarse en mi vida. Lo primero que sucedió fue que el sacerdote principal del templo donde servía, empezó a odiarme porque repentinamente comenzó a verme como un fuerte rival para ocupar su lugar.

»Luego estalló la guerra, y caí en cautiverio…

»Así, a través del colapso total de mis metas anteriores y de mi yo anterior, ¡Dios me trajo hasta Pitágoras y me dio la oportunidad de estudiar y percibir la Verdad en su real Pureza!

»¡Pitágoras, como mentor espiritual, —es único—! Tiene un profundo conocimiento de las más diversas esferas de la vida. El conocimiento profundo de cada una de las direcciones de las ciencias y las artes se combinaron en una sola persona. ¡Pitágoras los sintetizó en la creación de una sola Enseñanza sobre el universo todo!

»Por lo general, para los Sabios que han alcanzado la Iluminación, la Perfección se manifiesta tan solo en un área.

»¡Y probablemente ninguno de nosotros será capaz de abarcar nunca, ni siquiera en el futuro, un espectro de conocimiento tan amplio como el que manifiesta Pitágoras!

»En lo personal, nunca he tenido una inclinación profunda hacia la geometría o la astronomía. ¡Sin embargo, quedé impactado con el conocimiento de Pitágoras sobre el cosmos, la estructura de los planetas y sobre las partículas más pequeñas del Universo! La meditación y el conocimiento de las leyes de los mundos no materiales y su influencia en el mundo visible siempre me han atraído más. Así como también —la transformación de las energías corporales para conducir el Poder Divino a este mundo—. Pero Pitágoras, al ver claramente las inclinaciones y habilidades de cada alma, nos ayuda a concentrar y a dirigir las propiedades más valiosas del alma para lograr lo Principal: ¡La Unión con lo Divino! ¡Después de todo, esta es la meta principal! El logro de esta Meta también se facilita sirviendo al bienestar de todos los seres con la ayuda de los conocimientos y habilidades que adquirimos.

»Muchos ahora nos acusan de mantener en secreto los métodos de trabajo espiritual de los niveles superiores y de no compartir las prácticas espirituales avanzadas con todos quienes desean aprender. Algunos incluso llaman a nuestra Escuela un lugar para enseñar tan solo a la élite.

»¡Pero veamos la verdad del asunto! ¿Para quienes son los entrenamientos superiores? ¿Por qué necesitamos métodos para trabajar con el poder de la conciencia?

»Claramente, hay una triste tradición en la humanidad, —la de usar cualquier maravilloso descubrimiento, no para el beneficio de todos, sino para dañar y subyugar al resto—. Casi todo lo que puede servir al progreso también puede ser utilizado para causar daño.

»Y el conocimiento espiritual —tiene un potencial aún mayor que el conocimiento material—. De hecho, con este conocimiento, ni siquiera necesitas estar cerca de la persona para dañarla. También es posible influir el curso del desarrollo de varias situaciones sin ser visible para los participantes. ¡Qué atractivo es para quienes están desgarrados hacer uso de cualquier medio o poder para disfrutar infligiéndole enfermedad, pena o dolor a los demás!

»¡Es por ello que Pitágoras tan cuidadosamente elige a los estudiantes para los altos niveles del aprendizaje!

»Por esto es que dedicamos tanto tiempo a la perfección ética.

»Y cada uno de nosotros debería pensar más de una vez en la responsabilidad de poseer este conocimiento y las oportunidades de manifestar este poder. Debemos recordar esto siempre y ser capaces de controlarnos en toda circunstancia.

»… Mañana comenzaremos a estudiar algunos ejercicios que nos ayudarán tanto a ese control como a enseñarnos a sentir el espacio y los seres que lo habitan con tanta claridad como estamos acostumbrados a sentirnos a nosotros mismos. ¡Comenzaremos con las técnicas de disolverse en el silencio y la pureza, y con las técnicas de percibir el Todo desde el estado de conciencia convertido en amor! ¡Después de todo, la plenitud de la Unión solo es posible en el amor perfecto!

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