Ariadne/Capítulo nueve: Aprendices y discípulos avanzados de Pitágoras
Capítulo nueve:
Aprendices y discípulos avanzados de Pitágoras
Leonardos comenzó a mantener conversaciones con Ferenike y Kondratos, entre otras cosas, para asegurarse de que realmente querían ser discípulos de Pitágoras.
A menudo, estas reuniones tenían lugar en casa de Ariadne. Después de todo, Leonardos no tenía otra vivienda en Crotone, excepto una habitación en la Escuela de Pitágoras.
Leonardos mucho les habló y explicó sobre las reglas morales de los pitagóricos. Reglas estas mucho más estrictas que las normas de bondad y rectitud establecidas para las personas en la vida ordinaria.
Para Kondratos, resultó muy difícil adoptar una dieta puramente vegetariana. Lo intentó, hizo esfuerzos, pero se quejó con Ferenike de las dificultades.
—Pero bueno, ¿es realmente importante para la vida espiritual lo que comes? ¡Tantas restricciones cayeron sobre nosotros al unísono!
… Ferenike, respondió ligeramente burlona:
—¡¿Qué tonterías te preocupan Kondratos?! ¿Es realmente tan difícil para ti? ¡Dicen que los hombres tienen la voluntad más fuerte que las mujeres! ¿Terminarán quebrantados todos tus elevados pensamientos de servicio a los demás y la búsqueda del Supremo, por el simple deseo de comer un poco de carne? ¡Pareciera que tus ideas para una comunidad de personas justa y maravillosa tan solo son las fantasías de una mente vanidosa, y no las aspiraciones sinceras de un alma! ¿La compasión por nuestras criaturas hermanas menores no te llama al amor? ¡¿Asesinar sin sentido, no perturba tu alma?!
—¡Me juzgas bastante con rudeza, y encima te burlas de mí! ¡Esto no es en absoluto referente a la bondad Ferenike! Es difícil para mí renunciar de un soplo a todos los hábitos de mi vida pasada, pero trato de no romper las reglas en absoluto…
… Tampoco se puede decir que a Ferenike le resultó fácil hacer su parte. Su resentimiento contra su ex amante todavía estallaba en ella de vez en cuando. Aún no regulaba sus emociones y el deseo de alcanzar el Amor y la Sabiduría Divinos aún era muy débil en ella…
Se inspiraba a veces durante todo un día o incluso más tiempo en los discursos de Leonardos, pero luego volvía a sus viejas formas de pensar y reaccionaba ante los acontecimientos.
Ariadne a veces complementaba estas amistosas conversaciones con sus impresiones y entendimientos, hablaba sobre su experiencia en dominar los primeros pasos del Camino.
Esta reunión de almas, que aún no se abalanzaban con mucha fuerza y confianza hacia la Luz, ayudaba a todos enormemente. Andar el Camino entre una comunidad de amigos y con el liderazgo sabio de los camaradas mayores, fue uno de los principios de la comunidad pitagórica. Esto fue denotado por la palabra amistad. Este concepto es muy profundo y extenso. Pitágoras exploró y desarrolló exhaustivamente las posibilidades de ayuda mutua para unir las almas en el Camino espiritual.
Unas semanas después, otro de los alumnos mayores de Pitágoras, Konstantinos, se unió a estas reuniones en la casa de Ariadne.
Había estado con Pitágoras durante mucho tiempo. Ariadne lo vio en la Escuela muchas veces, pero apenas si hablaban.
Este joven alto, esbelto y silencioso llamaba la atención con su energía interior fuerte y ligera. Y era vergonzoso para todos perturbar la paz que rodeaba a Konstantinos en todo momento.
Ariadne trataba con cierta inquietud y respeto a los estudiantes de Pitágoras que ya estaban con Él incluso antes de que Pitágoras llegara a la ciudad. Estos estudiantes, eran similares a su Maestro por su calma, benevolencia y fuerza gentil. Todos eran increíblemente hermosos, pero esta belleza no era externa, sino interna. Más también se manifestaba externamente en un encanto irresistible, calmo, y gentileza de movimiento y de habla. Entre estos estudiantes avanzados, Ariadne se sentía cómoda y relajada solo con Leonardos debido a su antigua amistad de la infancia y el carácter alegre de Leonardos —que no le hacía ver inalcanzable—.
Konstantinos, por otro lado, le dio la impresión de ser una persona misteriosamente hermosa, que había comprendido casi todo y ayudaba a Pitágoras a enseñar las Verdades superiores. No obstante, al reunirse y comunicarse de forma más cercana con él, lo encontró amable y cariñoso, ¡sin una sombra de arrogancia!
Pronto, no solo Ariadne, sino también Ferenike y Kondratos le hablaron sin dudarlo. La amplitud de sus conocimientos asombró a sus nuevos amigos. Y, sin embargo, siempre encontraba palabras simples para explicar lo que parecía difícil de entender.
* * *
Por esos días, un espartano llamado Pankratius se unió a quienes deseaban formar parte de la comunidad pitagórica y escuchar las explicaciones de Leonardos y Konstantinos en la casa de Ariadne. En su primer encuentro, les contó a sus nuevos conocidos la asombrosa historia de cómo apareció Pitágoras en su vida.
Pankratius comenzó por contarles a todos detalles acerca de sí mismo, sobre su estricta educación de acuerdo con los principios espartanos, donde se glorifica la fuerza y \x{200b}\x{200b}el coraje, y también sobre su status bastante alto entre sus compañeros de tribu.
Todos estaban muy interesados en saber cómo supo de Pitágoras. Así que Pankratius pasó a relatarles.
—Durante una batalla, fui gravemente herido y mi salud no se recuperaba. Yaciendo todo el día casi inmóvil sin poder siquiera levantarme, comencé a pensar en cómo terminar con mi vida que se había vuelto humillante y sin sentido. Siempre estuve orgulloso de mi destreza militar y fuerza atlética, pero ahora mis capacidades no eran suficientes ni siquiera para levantar la espada y terminar con mi vida sin sentido… Todo esto me hundió en la desesperación y pedí que me consiguieran un veneno de acción rápida.
»Pero en ese momento de extrema desesperación, en un sueño muy real, vi a un sabio vestido con sencillas ropas blancas. ¡Era como si su cuerpo estuviera compuesto de una desbordante luz blanca-dorada! Me habló sobre el propósito de la vida de la persona en el cuerpo y me sugirió no darme por vencido debido a mi debilidad corporal. El significado de la vida, en sus palabras, era completamente diferente de lo que yo antes concluía. ¡Me habló sobre el poder del alma más que del cuerpo, de luchar por la Luz, así como de las posibilidades ilimitadas de recuperación! Luego, el sabio me mostró unos ejercicios simples con la respiración y con las energías de la luz, que se suponía curarían mi cuerpo.
»Entonces el sabio dijo: “Mi nombre es Pitágoras. Cuando te recuperes, ¡ven a estudiar conmigo!”
»El sueño era tan real que cuando desperté, recordaba cada detalle, cada palabra.
»Decidí probar por mí mismo las posibilidades y las fuerzas del alma de las que habló el sabio en el sueño.
»Comencé a hacer los ejercicios propuestos y en un mes pude sanar de tal modo mi cuerpo, que pude levantarme y caminar.
»Seguí haciendo los ejercicios y comencé a indagar acerca de Pitágoras entre quienes podrían haber escuchado algo sobre Él debido a sus pasatiempos, viajes, oficios u otras actividades.
»Al principio no pude averiguar nada. Y fue un año después, cuando ya había restaurado completamente la salud de mi cuerpo, que escuché de alguien que Pitágoras no es solo un Mensajero de los Dioses que vino a mí en un sueño, sino un verdadero sabio que vive en la Tierra, el cual viajó a muchos lugares y ahora organiza una comunidad espiritual en Crotone.
»Por supuesto, dejé todo y vine a la ciudad. Ya he visto a Pitágoras hablando en uno de sus discursos. Ahora no tengo ninguna duda de que fue él quien me curó, pero no entiendo en absoluto cómo se enteró de mi sufrimiento y por qué decidió ayudarme. Me gustaría preguntarle sobre todo esto y convertirme en uno de sus discípulos. Pero me dijeron que antes de convertirme en estudiante de la Escuela, tengo que aprender muchas cosas. Me ofrecieron buscar la casa de Ariadne de Atenas. Y aquí estoy…
* * *
Así, la vida de los futuros alumnos de la Escuela se dedicaba al estudio de los dichos de Pitágoras, los fundamentos del comportamiento moral de los pitagóricos, así como la práctica de los primeros ejercicios sencillos para perfeccionar el alma.
Cada día se fortalecía más el deseo de los estudiantes de aprender, de comprender la Verdad desde su propia experiencia. Al mismo tiempo, sus viejas formas de vida parecían cada vez más absurdas y sin sentido.
… Un día lluvioso, los discípulos se sentaron en la terraza de la casa de Ariadne para escuchar a Konstantinos:
—¡La gente ha olvidado su verdadera naturaleza! ¡La oportunidad de llegar a ser como dioses les parece un sueño vacío, y no un acto digno de esfuerzo!
»La purificación y posterior transformación del alma, ascendiendo por los escalones del crecimiento espiritual, requiere de nosotros esfuerzos continuos siempre. Solo cultivando en nosotros la aspiración, el amor y la fuerza de voluntad, podemos dirigirnos a las alturas de la Perfección espiritual. Y ningún logro en este campo se conquista de una vez por todas. Debemos trabajar todos los días para no perder lo que hemos logrado. Sí, esto no es fácil… ¡Y sin embargo, no cambiaría esta vida bajo el liderazgo y la guía de Pitágoras por ningún otro destino!
»Sucede que quien se encuentra al comienzo del Camino le parece que la Meta es tan inalcanzable que no tendrá la fuerza ni la vida suficiente para superar todo el Camino.
»¡Pero aquellos que desean sinceramente y hacen esfuerzos invariable y regularmente son ayudados por las Almas Divinas! ¡Los dioses nos dan inspiración y fuerza! ¡Lo imposible se vuelve posible, lo inalcanzable a primera vista —se hace alcanzable—!
»Aquellos que, asustados por las dificultades, permanecen cautivos de las tentaciones terrenales, se encuentran en una gran pérdida… ¡Entregan toda su vida al poder de las pasiones y la ignorancia! ¡Pierden para sí la maravillosa oportunidad de crecimiento espiritual que se nos ha dado a cada uno de nosotros al nacer en un cuerpo en este mundo! Después de todo, ¡es aquí donde las almas aprenden y se mejoran!
»El mundo es de la forma en que lo pensamos, lo percibimos y lo evaluamos. Un día lluvioso como hoy, puede ser una experiencia valiosa, una inspiración y un deleite para una persona, pero para otra, —puede ser un día triste y deprimente—…
»¡Aprenderemos gradualmente a transformarnos como almas! ¡Esto es posible en todos los ámbitos de la vida si lo deseamos sinceramente!
»¡Les hablo de las posibilidades que Pitágoras abrió ante nosotros! ¡Nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras acciones en la vida, todo esto se puede ajustar de acuerdo con la tarea más alta que queremos realizar!
»¡Hagamos esto, reconociendo lo grande de las oportunidades que nos brinda el Creador y lo grande de la Meta que nos hemos fijado!
»Un paso simple para iniciar la sintonización de nuestra alma, es el desarrollo de la capacidad de sumergirse en el silencio del corazón espiritual. Ya hemos hablado del corazón espiritual como el centro del alma, que puede orientar correctamente todos nuestros esfuerzos. El centro cardíaco nos ayuda a aprender intuitivamente a reconocer las decisiones correctas o incorrectas.
»… Hoy hablaremos un poco del silencio.
»Esta lluvia es verdaderamente propicia para este tema. Esta pared de agua transparente —parece separarnos del mundo vano, que se encuentra como al otro lado de la cortina de lluvia—…
»El rumor susurrante de la lluvia nos permite sintonizarnos con el silencio en el que se manifiestan todos los sonidos del mundo…
»Este silencio puede volverse más audible para nosotros que el sonido de la lluvia… Podemos escuchar el silencio detrás de todos los sonidos, ¡y entonces el silencio nos revela sus inmensas extensiones! Se despliega en nosotros y no permite que las preocupaciones invadan este espacio silencioso…
»El silencio sumerge la mente en la paz de un corazón amoroso…
»Estoy hablando ahora, pero el silencio permanece como la base transparente del sonido de mi voz…
»En las profundidades, el silencio no se rompe por nada… Intentemos sentirlo en este momento.
»Notemos que los sonidos existentes no interfieren con nuestra capacidad de permanecer en el silencio interior…
»Solo si admitimos pensamientos innecesarios y emociones perturbadoras que distorsionan la armonía, nosotros mismos somos quienes violamos esta paz ilimitada…
»El océano no es perturbado por el juego de luces de las olas en su superficie…
»Sintamos que el silencio, transparente como el aire, es inmutable. ¡Podemos aprender a permanecer en la claridad de este silencio!…
… Y detrás de la cortina transparente de lluvia, en esa terraza de columnas de mármol blanco con sus hiedras en flor entrelazadas, percibieron esa sensación asombrosa del sutil espacio infinito del silencio universal…
Estas lecciones en forma de conversación se llevaron a cabo casi todos esos días.