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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Guerra
 

La heredera del anciano Zosima/Guerra


Guerra

A los estudiantes de los últimos años del Instituto de Medicina incluidos Víctor, Denis y sus compañeros, se les recomendó ir al frente como enfermeros militares.

Así, a tan solo medio año de su graduación, Denis presentó su solicitud y pronto partiría al frente en servicio activo. Sergey y sus amigos no pudieron disuadirlo. Denis estaba firme en su decisión y se explicó de la siguiente manera:

«Queridos míos, no piensen que me siento desdichado y busco la muerte. ¡Para nada! Solo intento aportar con mi vida el máximo beneficio para los demás. Al yo enlistarme, evito que otros que tienen familias y niños vayan a la guerra.»

… Las noticias llegaban con cada vez más frecuencia sobre los eventos que se desarrollaban en el Lejano Oriente, todo se intensificaba. Esto incluía información sobre el asedio a Puerto Arturo* y la muerte del almirante Makarov a bordo del acorazado «Petropavlovsk», a quien Sergey conocía personalmente y respetaba profundamente…

Olga, experimentaba todo esto de manera muy emocional:

«En el barco junto con Makarov murió también el pintor Vereshchaguin*. Su cuadro “El Apoteosis de la Guerraˮ* es lo que deberían exhibir por estos días a ver si la gente se entera de lo que es esta atrocidad.»

… Incluso Olga intentó organizar una exposición para transmitir esta idea, pero su propuesta no fue respaldada y se consideró antipatriótica.

Sergey también vivía intensamente la situación que se estaba desarrollando, y le habló a Zosia por esos días:

«¡Es todo tan absurdo y sin sentido! ¡Incluso yo siendo militar, no puedo hacer nada relevante al respecto; no puedo influir ni cambiar nada…

»Además, me siento culpable por Denis. ¡No puedo perdonarme haberle permitido ir al frente! Pero al ser ya adulto tiene derecho a tomar sus propias decisiones. Pero aún así…

… Entrado el verano y tras graduarse del Instituto, Víctor partiría para el frente. Su padre intentó persuadirlo para que se quedara enseñando en el Instituto y no se enlistara, pero Víctor por supuesto se negó.

En el invierno se formó la Segunda Flota del Pacífico y Sergey fue uno de los capitanes asignados a los barcos que debían rodear el continente africano, para ir en ayuda de la flota que estaba bajo asedio en el área de Puerto Arturo.

Tras esto Sergey le dijo a Zosia:

«Nos mandan a la guerra. Dentro de unas semanas mi barco zarpará…

»Tendré que hacer un viaje alrededor de medio mundo. Desde el Báltico iremos a Puerto Arturo, rodeando África, India y China. ¡¿Es acaso esto una burla del destino por que alguna vez soñé con hacer un viaje similar?!

»Están reorganizando las unidades. Los capitanes están siendo reemplazados en casi todos los barcos. Tendré que construir desde cero la confianza entre yo y los marineros para que al menos seamos capaces de salvar nuestras vidas en situaciones extremas…

»Zosia, por favor, no permitas que Olga haga tonterías. Ella está esperando un hijo. Ya me dijo que a donde me envíen, ella se unirá a la Cruz Roja y viajará como enfermera. No se lo permitas te lo ruego, y no hagas tonterías tú misma. Deben seguir estudiando. ¡La guerra no debería afectar a las mujeres, al menos directamente!

»¡Ya es suficiente con que Denis, Víctor y yo vayamos al frente!…

* * *

Zosia, tranquilizaba y consolaba a todos sus seres queridos tanto como podía. Ella misma se sumergió en sus estudios y en el trabajo tanto como le fue posible.

Solo podía compartir sus preocupaciones ocasionalmente en sus cartas a Fr. Alexander.

Y tan solo en completa comunión con Dios, podía observar y escuchar los eventos sin sentir dolor. Pero esa comunión no siempre le resultaba fácil…

Fr. Alexander le envió nuevas notas sobre el anciano Zosima.

Zosia comenzó a ver las posibilidades de publicar completa o al menos parcialmente, las palabras del anciano que había recopilado para su libro y que ahora se habían enriquecido con declaraciones sobre la guerra enviadas por Fr. Alexander.

Fr. Alexander le escribió así:

«Zosia, tengo la extraña sensación de que lo peor aún está por venir. Esta guerra contra Japón debería servir de recordatorio a la gente de lo terribles, perniciosas y destructivas que son las guerras.

»Y de que no es el momento de gritar “viva la patriaˮ, sino más bien de ver la necesidad de buscar la paz y la armonía entre las naciones y sus gobernantes.

»¿Es justo que por las decisiones de unas pocas personas en el poder puedan enviar a miles a un baño de sangre?

»Los pueblos no tienen ningún interés propio en esas batallas, ni de un lado ni del otro. Son obligados a matar o morir por ideas que les son ajenas, y que se les inculcan para que una u otra nación amplie sus fronteras o sus “zonas de influenciaˮ.

»¡Y la gente no ve la desgracia que llega a sus almas cuando por mandato se les pone en situación de “asesinar a otrosˮ!

»El anciano Zosima habló poco sobre las guerras, por lo que es aún más importante comprender lo poco que dijo. En relación a los últimos acontecimientos, he decidido recopilar todas las palabras que recuerdo de Zosima sobre las guerra, y sobre cómo podría intentarse detener esta locura de la humanidad. Aquí te las adjunto:


»“La gente piensa que en la guerra hay ganadores y perdedores, que la guerra puede beneficiar a alguien.

»ˮ¡Y no es así! Siempre, ambas partes en conflicto resultan perdedoras en última instancia.

»ˮLa victoria solo brinda una satisfacción ilusoria a los vencedores. Todas las riquezas y territorios que un país le quita a otro son el germen de una nueva guerra en el futuro, que madurará con el tiempo y que luego estallará con más derramamiento de sangre, venganza y destrucción.

»ˮEs importante comprender que quienes desencadenan la guerra con sus actos, quienes se enriquecen enormemente debido a esto, y quienes consolidan su poder y autoridad en sus falsas ambiciones de cambiar el destino del mundo, en realidad son los grandes perdedores. ¡En verdad su posición se vuelve precaria como almas, quedando estancados en el mal y en su propio autoengaño!

»ˮEntre los soldados y comandantes de las fuerzas armadas, pueden darse actos de heroísmo, sacrificio y valentía significativos. Pero quienes por su propia voluntad despiertan el monstruo de la guerra y buscan beneficiarse con ella, son quienes realmente morirán en el conflicto: ¡morirán como almas!

»ˮ¿Cómo se puede detener en las personas ese deseo de apoderarse de lo ajeno y de gobernar a otros, lo que ha llevado a continuas guerras por miles de años? ¡La historia de la humanidad se centra en quién, cuándo y contra quién se luchó, quién ganó y de qué se apoderaron! Pero, ¿es eso realmente lo más importante que ha sucedido en la historia del mundo? ¡Lamentablemente de la historia de la Tierra es esto lo que predominantemente se enseña en las escuelas! ¿Qué esperar tras esta educación?

»ˮDeberían estudiarse cosas de otra índole y más significativas. ¡Y sobre las guerras sangrientas solo debería enseñarse cómo hacer para evitar que se repitan en el futuro!…

»ˮ¡Si yo tuviera la intención de enseñar, enseñaría a las personas a regocijarse en Dios, en Sus dones de gracia, a no destruir sino a crear lo bueno en sus vidas, a crear tesoros espirituales internos y hacer buenas obras para los demás! ¡Es tan simple, pero la mayoría no quiere vivir así! ¡Mas si vivieran con alegría y con Dios en sus corazones, todo a su alrededor se iluminaría de felicidad! ¡Cuánto mejor sería si más y más personas vivieran de esta manera!

»ˮLa verdadera alegría del ser humano no proviene de lo externo. El placer externo es fugaz y pronto se desvanece. La verdadera alegría nace del contacto del alma amorosa con el Amor Divino. ¡Eso es lo que cada ser humano debería aprender en esta vida terrena!

»ˮLuego, el amor y la alegría seguirán estando presentes en cualquier actividad del ser humano.

»ˮPor ejemplo, si alguien cocina con amor y alegría, estos bellos atributos se transmiten a la comida que se prepara.

»ˮSi se lava la ropa con amor y alegría, ambas propiedades pueden percibirse cuando uno se viste o usa sábanas y toallas.

»ˮSi alguien construye una casa con amor y alegría, la edificación conservará estas energías durante mucho tiempo y las gozarán sus dueños y visitantes, siempre y cuando quienes la habitan no destruyan esa bendición con su propia oscuridad…

»ˮCualquier buena acción debe llevarse a cabo en un estado de bondad interior del alma.

»ˮPero lamentablemente existen las acciones malvadas, acciones en las que se ejerce violencia sobre los demás.

»ˮY no es para nada una mala acción detener al criminal para proteger al débil, incluso si es necesario el uso de la fuerza. Pero si se puede hacer pacíficamente, resulta mejor porque no genera resquemores.

»ˮSi se logra detener el mal con amor, la persona en la que se ha detenido el mal tiene la posibilidad de transformarse en alguien mejor.

»ˮMas si se detiene el mal con violencia, por lo general el malhechor solo fortalece su odio. Sin embargo, puede que sea necesario como último recurso para intentar proteger al débil.

»ˮPero después de todo, siempre todo conflicto trae terribles consecuencias, incluso si pareciera que se lucha por la verdad…

»ˮExisten varias ‘ideas’ aparentemente dignas por las que se obliga a unos a matar a otros, todos hermanos y hermanas y todos hijos de Dios.

»ˮY cuando un soldado raso cree en estas ‘ideas’, considera heroico morir o matar por ellas a quienes son señalados como enemigos.

»ˮY siempre han habido tales ‘ideas’ en la historia por las que fueron enviados muchos a luchar ‘en nombre de algo’. Hasta la iglesia fue a la guerra en las ‘Cruzadas’. Muchos creyeron que iban a tierras lejanas a ‘matar a los infieles’ en nombre de Dios. Mas luego, esos supuestos ‘infieles’ durante muchos siglos recordaron estas atrocidades y anhelaban en respuesta ejercer venganza sobre los descendientes de aquellos malvados.

»ˮPor supuesto, también hubo quienes, sin creer en nada, aprovecharon la oportunidad para saquear y enriquecerse. Pero no estoy hablando de ellos ahora.

»ˮEs aterrador ver cómo en las mentes de las personas a menudo se confunden y trastocan las ideas del bien y el mal. Así, en lugar del amor, crece el odio en los seres. Y esto se acumula en la memoria de los descendientes de aquellos que fueron asesinados, oprimidos y saqueados.

»ˮAsí, existen ciertos supuestos ‘grandes valores’ unos diferentes de otros por los que se llama a luchar, matar o morir. Pero todos viciosos al final.

»ˮMuchos pensarán por ejemplo en la ‘defensa de la madre patria’ y no estarán de acuerdo conmigo. Pero esta supuesta ‘defensa de la madre patria’ se lleva a cabo en tierras lejanas y desconocidas, donde las potencias dominantes se disputan las ‘madres patrias de otros seres’ para acumular tesoros y ‘zonas de influencia’.

»ˮPor supuesto, si la guerra llega a tu casa, a tu país, debes entonces proteger a quienes sufren inocentemente a manos de los invasores. Pero sería bueno que los gobernantes pensaran primero en cómo evitar las acciones que llevan a la guerra, para que luego no sea necesario proteger a tu país de los enemigos que creaste…

»ˮRara vez los gobernantes consideran el bienestar de sus pueblos. A menudo solo piensan en la ‘gloria y poder’ propias o del estado, en sus ambiciones y en ejercer autoridad. Así, cegados por el orgullo, no ven los caminos hacia la paz, o peor aún, no quieren verlos.

»ˮ¿Se puede hacer algo al respecto? No lo sé. Es tan simple comprender lo que digo, pero la historia nos muestra que por milenios las personas han estado siempre en guerra sin siquiera cuestionarse el por qué.

»ˮ¿Cuánto realmente necesita una persona para vivir? Refugio, comida, ropa… realmente no mucho. Y a todos les alcanzaría si no cultivaran en sus almas la envidia, la codicia y el deseo de poder.

»ˮ¡La vida terrenal es tan corta, que las personas ni siquiera hallan el tiempo para enterarse de por qué están vivos!

»ˮTal vez Dios permite estos conflictos para que los humanos —no enterándose de la razón de su existencia en el dormitar de la paz— reflexionen ante las sacudidas de la guerra…

»ˮQue absurdo es pasarse la vida persiguiendo deseos vanos. ¡Ni el poder ni la riqueza ni la gloria realmente harán feliz a nadie, y lo peor de todo, es que todo se puede perder en tan solo un instante!

»ˮ¡Además, el poder y las riquezas terrenas —traen consigo su propio paquete de temores y preocupaciones innecesarias—!

»ˮSolo al momento de adquirir lo deseado, se siente satisfacción. ¡Luego, los deseos vuelven a crecer y la sensación de vacío en el alma regresa ya que este vacío no puede llenarse desde el exterior!…

»ˮEn las insaciables ‘ansias de lo ajeno’ veo las causas de todas las guerras, grandes y pequeñas. Incluso la causa de las riñas menores que ocurren constantemente entre individuos en la vida cotidiana, que ciegamente nadie considera guerras, pero que son el germen de los grandes conflictos…

»ˮ¡Muchos discuten sobre política y cómo resolver los problemas mundiales, pero omiten en sus conversaciones la envidia, el resentimiento y el odio que sienten hacia quienes no los idolatran!

»ˮY esto es lo que traen ante mí cuando vienen por ayuda y consejo: ‘mi suegra me odia’, ‘mi suegro me maltrata’, ‘mis hijos me son ingratos’, ‘mi vecino quiere apoderarse de mi propiedad’, ‘mi competidor trama contra mí’, ‘yo esto’, ‘yo aquello’, ‘yo, yo, yo’…

»ˮ¿Dónde hay espacio en la vida de tal persona para Dios, o para el amor y la alegría de estar vivo? ¿Qué se le debe decir para que vea la luz?

»ˮDespués de todo, cuán tontamente las personas desperdician su tiempo de vida en el miedo, el odio, el resentimiento, la envidia y la agresión. Luego, sorprendidos se preguntan por qué sus gobernantes —que son exactamente igual a ellos— no pueden hacer que la vida de las naciones sea pacífica y feliz.

»ˮPara que haya paz en el mundo, cada persona debería cultivar la paz y el amor en su propia alma, en vez de darle cabida al miedo, al odio, la agresión u otros sentimientos oscuros por el estilo.

»ˮSolo entonces quizás las personas puedan evitar las guerras y los baños de sangre…

»ˮQuién sabe si tal vez algún día podamos superar esto…

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