Enseñanzas de Dios para el logro de la Perfección espiritual/«¡Todo lo que necesitas es amor!»
«¡Todo lo que necesitas
es amor!»
(John Lennon y Paul McCartney, «Los Beatles»)
Si Dios, Quien es Amor (1 Juan 4:8), nos invita principalmente a aprender a amar, esto se debe a que el Amor es el fundamento de la justicia Divina, y la mejor manera de acercarnos a Dios por la calidad del alma. Además, —es la vía para lograr— la cognición personal de Dios y la Fusión con Él en el Abrazo del Amor. Y es sólo el desarrollo del Amor lo que permite realizar todo esto.
Pero ahora me concentraré en lo que muchas veces la gente no entiende. Es decir, no debemos esperar que el amor venga a nosotros desde el exterior, sino que ¡somos nosotros quienes debemos dominar el arte de dar amor desde nosotros a todos los seres buenos y hacia toda la Creación! ¡Solo esto nos permitirá abrazar al Creador con Amor, —para que a través de esto podamos disolvernos en Él, fusionarnos con Él—!
El otro aspecto a destacar es el significado de la palabra amor. ¡Después de todo, muchas personas entienden por amor solo sexo! En la literatura y en el lenguaje cotidiano de las masas la frase «hacer el amor», significa tan solo «tener sexo».
No obstante, el sexo —siempre que se ajuste a los principios éticos de comportamiento— puede verse como el aspecto sexual del amor.
¡Y es —bien legítimo— ante Dios! ¡De hecho, las relaciones sexuales son una esfera de la actividad humana destinada a nosotros por el Creador, y deseable para todos los adultos normales!
El amor sexual es una gran oportunidad para desarrollar la ética verdadera, incluida la capacidad de entregarse desinteresadamente.
Además, el amor sexual favorece el desarrollo del refinamiento de la conciencia en uno mismo.
Asimismo, el amor sexual permite que las tendencias sexuales mentales no se acumulen, y al consumarse, la mente se libera de esta carga. Esto es especialmente importante en el Camino espiritual, donde la tendencia principal de la vida conviene que sea la aspiración amorosa por el Creador.
Además, para muchos hombres mayores de edad, las eyaculaciones periódicas se convierten en una necesidad. Ya que la acumulación de algunos productos de las gónadas accesorias provoca un engrosamiento en ellas por su contenido; esto conduce a una enfermedad llamada adenoma de próstata. A una edad temprana, esto se alivia fisiológicamente a través de las emisiones nocturnas (eyaculación involuntaria durante el sueño) o a través de la masturbación. Pero entrando en la vejez ya no hay sueños húmedos y la masturbación ya no es efectiva. (Puede leer más sobre esto en [9,19]).
En el ámbito religioso, existe la opinión de la conveniencia del celibato (abstinencia sexual continua), como uno de las «prácticas» religiosas más elevadas. Pero si uno llegara a escuchar la opinión de Dios al respecto, nos explicaría que el celibato es un malentendido, una perversión, un daño, tanto para la salud en el sentido habitual de la palabra, como para el proceso del desarrollo espiritual.
No obstante… hay muchas personas que viven sus vidas «arrastradas» por la pasión sexual —bastante egocéntrica por cierto—.
Es solo para estas personas que el celibato puede ser beneficioso. Vendría a ser como abstenerse de comer ante una esclavitud «incontrolable» por la comida, lo que permite encontrar un «término medio» en el tema dado.
En la tradición espiritual india, estas abstinencias se refieren a una práctica llamada tapas, que sería algo así como —cualquier autocontrol razonable con el fin de combatir los propios vicios— [13].
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Mencioné que el amor sexual puede tener importantes beneficios en el desarrollo espiritual de las personas normales. ¿Pero quiénes son estos? ¿Y quiénes son los no normales?
Los normales —desde el punto de vista de Dios— son aquellos representantes de ambos sexos que basan su vida en la entrega —de lo suyo y de sí mismos— a los demás, muchas veces en detrimento de ellos mismos. El ejemplo más claro de ese amor nos lo demostró Jesucristo durante Su vida terrenal.
Los no normales, son aquellos cuyo principio de vida principal es opuesto al anterior, solo piensan y actúan en términos de su propio bienestar, en detrimento de los demás. Esto se manifiesta tanto en el ámbito de ganarse la vida (incluidos para su círculo familiar o grupo de amigos), así como también en el ámbito de su actividad sexual. Considerando esto desde una perspectiva amplia, este fenómeno se denomina egocentrismo.
En este sentido, hay muy pocas personas normales en la sociedad humana.
Las perversidades éticas no solo se vienen arrastrando durante siglos en las tradiciones locales, sino que, en las últimas generaciones, se han difundido e impuesto con la ayuda de la literatura, el cine y especialmente la televisión. Vienen siendo establecidas como una «virtud generalmente aceptada», y en la «cultura popular» se veneran como una «norma», incluso como un signo de «rectitud religiosa». Me refiero a fenómenos como la aceptación generalizada de lo «justo» de sentir celos. Asimismo, los estados emocionales negativos y hasta hostiles hacia el adulterio y hacia las personas con inclinaciones sexuales diferentes de los «estándares generalmente aceptados» (ahora denominadas «minorías sexuales» [9]).
Además, existía en Rusia y sigue existiendo en algunos otros países, una severa condena para las mujeres que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio «oficial» («oficial» quiere decir «con el visto bueno» de los organismos estatales o de las organizaciones religiosas pertinentes. Pero… ¿por qué se «sienten con el derecho» de disponer de la vida personal de los demás? ¡Después de todo, ni Dios, ni nadie les dieron tal «derecho»!).
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En las mujeres, el egocentrismo sexual con mayor frecuencia se manifiesta de acuerdo con la fórmula: ¡«debes admirarme y complacerme, de lo contrario, sal de mi vida, asqueroso»! Puede haber otras variantes de esta actitud, incluida la difusión de información difamando y calumniando a los hombres para ponerlos en aprietos.
Pero el egocentrismo sexual se manifiesta más claramente en los hombres.
¡Estos ven a las mujeres como «personas de segunda clase» que están obligadas a servirme a MÍ y sólo a MÍ! En el entorno religioso primitivo dominante, incluso existe la opinión de que una mujer no tiene derecho a la satisfacción sexual, sino que su deber es tan solo servir y satisfacer sexualmente a su marido.
Hay muchos hombres primitivos que ven las relaciones sexuales con mujeres específicas como un medio de humillación y de insulto hacia ellas. Esto se refleja, entre otras cosas, en una jerga repugnante muy extendida comúnmente denominada «hablarles sucio».
Asimismo, hay bastantes hombres a quienes les gusta tener relaciones sexuales con vírgenes. Estos y otros tantos, sienten placer al causar dolor a quienes «aman» —lo que no es solo poco ético, sino también una condición psiquiátrica llamada sadismo—.
Y el requisito para la mujer de casarse «oficialmente», siendo necesariamente virgen, también merece una evaluación ética apropiada basada en la misma perspectiva. (Para obtener más detalles, consulte [9]).
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Existe una categoría de personas a las que se adapta bien el término «primitivos agresivos».
Primitivos son quienes están subdesarrollados intelectual y/o éticamente. Algunos primitivos son crónicamente lentos. Otros son hiperactivos y agresivos en sus actividades. Además, cuanto más primitiva es la persona, más claramente manifiesta su primitividad a través de la intolerancia y la agresividad hacia todos los «demás».
Es particularmente instructivo y al mismo tiempo repugnante, observarlos, por ejemplo, gritar con saña en las disputas de los programas televisivos. Y este tipo de comportamiento es aprendido y luego repetido por quienes ven tales programas, ¡incluidos niños, jóvenes y adultos!
¡Pero uno debe entender que el desarrollo de tales cualidades espirituales del alma —es programarse para el infierno y garantizarse el ser excluido del Flujo positivo de la Evolución de la Conciencia Universal—!
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Diré un poco más sobre el tema de la violencia. Desde el punto de vista de Dios —es totalmente inaceptable— con la excepción de esos casos extremos en los que se la ejerce para proteger y salvar a los inocentes.
En este sentido, se puede plantear la pregunta: ¿cuál es la actitud de Dios hacia el servicio y el arte militar?
Se podría discutir sobre esto durante mucho tiempo, pero prefiero dar un argumento impecable que ponga fin a esta discusión. Krishna, el duque Dimitri Pozharsky y su amigo de armas Kuzma Minin (después de una encarnación posterior en un cuerpo femenino con el nombre de Volhva [12]), y el almirante Pavel Nakhimov, y sin duda, muchos Otros a quienes no conozco, —son ahora Espíritus Santos—.
Además, invito a todos los que estén interesados en este tema a pensar en detalle: cómo deberían los militares construir sus relaciones con quienes luchan también contra las agresiones y los representantes del bando contrario. Los materiales recopilados en el libro [12] pueden ayudar a comprender esto.
Les doy una pista: sabiendo que Dios espera algo de nosotros, debemos aprender a percibir constantemente Su Voluntad. Ya que Él —no es un hombre volador invisible y barbudo—, lo cual por supuesto es estúpido para todos, ¡sino que Dios —es el Océano Viviente Universal en tamaño, que habita directamente debajo de los átomos del cuerpo de cada uno de nosotros—!
Debemos aprender a considerar nuestros pensamientos, emociones y acciones —desde Su posición— es decir, desde la perspectiva de nuestra participación personal en el Proceso Único de Evolución de Esta Conciencia Universal. ¡Sobre la Cual —sabemos ahora mucho más tras leer este y otros libros—!
Así pues, podemos confiar plenamente en que la violencia —es inaceptable en las relaciones sexuales—.
Al analizar entonces, ¿cuáles son las consecuencias kármicas de la violación masiva de mujeres durante las guerras de parte de los «vencedores»? Veremos que es posible aparentemente vencer en el mundo de la materia y al mismo tiempo —predestinarse para ser destruido en el camino de la evolución—…
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Después de lo expuesto, queda a la vista que el amor que Dios quiere ver en nosotros, es mucho más amplio que su mero aspecto sexual.
Más el amor sexual puede ser una parte importante del desarrollo espiritual.
Y que además, el pináculo del amor —es la plenitud de la realización del amor por Dios—.
Pero esto será posible sólo cuando Dios, en sus diversos Aspectos y Manifestaciones, se convierta en una Realidad experimentada personalmente.
Y para que esto suceda, conviene dedicar toda la vida propia —al perfeccionamiento espiritual—.