Enseñanzas de Dios para el logro de la Perfección espiritual/Sufismo

Sufismo

La palabra sufismo significa pureza. Para los sufíes, un sufí es quien se esfuerza por lograr la cognición de Dios, entendiendo que para esto, primero se debe alcanzar la completa pureza propia. Ello implica la pureza ética, claridad en el entendimiento del Camino espiritual, pureza de pensamientos y emociones (es decir, incapacidad para desear el mal a nadie, rechazo de pensamientos y emociones groseras, cultivo de pensamientos y emociones sutiles, desear el bien a todos), y la pureza del cuerpo y de sus estructuras bioenergéticas (chakras, meridianos, etc. [13,17]). En particular, el cuerpo debe ser llevado a un estado de transparencia (visto en clarividencia).

El sufismo se originó en el Islam. Su principal prerrogativa, contraria a las otras direcciones sectarias del pensamiento religioso islámico, consistió en aceptar la afirmación transmitida por Dios (Alá, en árabe), a través del profeta Mahoma —de la Grandiosidad del Uno para todas las personas y para el universo entero—.

Y es la fe en la Omnipresencia de Alá lo que naturalmente determina la aspiración de las personas razonables de cognocerle e investigarle.

Y así Alá extiende las Manos de Su Amor hacia quienes Le buscan, esos devotos espirituales sinceramente puros (ante todo —éticamente—).

El amor que se enciende en los devotos —como resultado de tal anhelo y tales relaciones— fortalece la aspiración al Creador, y como resultado conduce a Su Cognición directa y a la Unión con Él en el Abrazo mutuo del Amor.

El sufismo no hace distinción entre las personas según su género, raza o nacionalidad —sino en términos de estudio y de logros espirituales superiores—. (Esto puede llegar a ser un factor limitante considerable para esa alma que aún se encuentra en una edad inmadura).

Uno de los ejemplos más brillantes de haber logrado la Perfección Divina en cuerpos femeninos son las ahora desencarnadas, Sulia y Lady-Sufí [3,12,23,31]. Fue Sulia, junto con Su antiguo Maestro Divino —un gran Maestro Sufí— Quienes me pidieron escribir este artículo.

Ellos proponen a todos los devotos de Dios, a exaltar la belleza de lo mejor de la Creación, porque es imposible acercarse al Creador sin amar primero Su Creación. Esto se refiere a la belleza de la naturaleza que refina el alma y a la armonía erótica de los cuerpos humanos.

El sufismo reconoce y estudia todo lo que Dios ha transmitido a las personas a lo largo de los siglos, y que aún sigue transmitiendo. El Corán en particular, registra una actitud respetuosa hacia las Enseñanzas de Jesús el Cristo (en árabe, el Mesías Isa). Prestemos atención también al hecho de que Jesús proclamó lo mismo que el profeta Mahoma proclamó acerca de Dios [14]. *

El verdadero sufismo*, en los niveles más altos del avance espiritual, resulta en realidad ser idéntico al verdadero Cristianismo (hesicasmo en su versión moderna desarrollada), taoísmo, budismo, etc. Es decir, los devotos que al principio tomaron caminos diferentes, pasan por las mismas etapas de perfección personal y llegan —como resultado de ello— al logro del Objetivo Supremo Único [12].

Al comienzo de mi búsqueda espiritual —una búsqueda científica— determiné la dirección a seguir en los siguientes términos: ¡recolectar todo lo mejor de todo lo bueno existente! Esto se refiere al estudio que emprendí del patrimonio espiritual histórico en el ámbito de la experiencia religiosa de muchísimas personas, desde la lejana antigüedad hasta nuestros días. Además, me atrajo precisamente —el objetivo mismo de la investigación— en vez de la pasión por los métodos específicos que es tan típica en las almas aún jóvenes; después de todo, es de lo más importante para estas almas acercarse a la Meta en el placer de relacionarse con personas de ideas afines, sentirse parte de «una gran causa», etc…

Y no solo tuve éxito en mi búsqueda científica, alcancé la cognición personal de Dios, Le estudié detalladamente, y di una descripción justa de Él en un lenguaje comprensible para todas las personas razonables, sino que también, logré ayudar a muchas personas de muchos países a acercarse a Dios. Puedo decir con confianza que nosotros (mis asistentes y yo) hemos creado una rama de la ciencia moderna que llamamos la metodología del desarrollo espiritual. Y ahora tienen ustedes la oportunidad de estudiar estos contenidos en nuestros libros y videos.

¡Es mucho más fácil avanzar por el Camino si este ya ha sido trillado!