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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
¡Ama al Señor, tu Dios! ¡Ama a tu prójimo!
 

¡Ama al Señor, tu Dios!
¡Ama a tu prójimo!

«¡Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda el alma y con todas tus fuerzas!» (Deuteronomio 6: 5), «…¡Ama a tu prójimo como a ti mismo!…» (Lev 19:18); estas son dos declaraciones de la Biblia hechas por los profetas hebreos y repetidas por Jesús el Cristo como los más importantes mandamientos de Dios para los Hebreos en aquellos tiempos antiguos (Mateo 22: 37-39; Marcos 12: 30-31; Lucas 10:27).

Sin embargo, muy pocas personas son capaces de entender lo que significan estos mandamientos, ¡por no hablar de su cumplimiento!

… Estoy recordando ahora cómo en cierta ocasión me dirigí a un aparentemente buen hombre, un joven que dio muestras de su amor hacia la naturaleza…

… Y el amor hacia la naturaleza es muy importante en el Camino del desarrollo espiritual, ya que sin un desarrollado amor hacia la Creación ¡uno no puede enamorarse del Creador y acercarse a Él mediante el estado del alma! Todas las demás variantes del «amor a Dios» ¡no son nada más que autoengaños o engaño! El Creador no acepta el «amor» hacia Él que procede ¡de una persona que no ama Su Creación!

… Le sugerí a ese hombre que se familiarizara con nuestros materiales en ecopsicología —la rama de la ciencia que le permite a uno avanzar significativamente hacia la realización práctica de los antes mencionados fundamentales mandamientos de Dios.

Pero el hombre respondió: «Gracias, pero no. ¡Tengo la Biblia!».

… Una persona razonable estudia los mandamientos de Dios y hace esfuerzos para transformarse a sí misma de acuerdo con ellos. Una irrazonable sólo adora los libros donde están escritos esos mandamientos…

Una persona razonable entiende el amor hacia Dios como, entre otras cosas, la realización de Sus Instrucciones, que nos recomiendan espiritualizarnos a nosotros mismos, el servicio a Dios y ¡aspirar a acercarnos más a Él —nuestro Amado Supremo— a través del conocimiento de Él y la Unión con Él en el Abrazo de Amor! Y esto es lo que una persona razonable trata de hacer, mientras que una irrazonable… tan sólo mendiga de Él, y habiendo caído en la trampa de alguna secta, comienza a odiar a todos los que piensan y hablan de una manera diferente de las formas que son habituales dentro de esa secta…

… Una pequeña persona irrazonable no es capaz de abarcar con la mente toda la grandeza del universo multidimensional: esta persona piensa en escalas mucho más pequeñas. Las palabras y los pensamientos acerca del (para ella) invisible Dios asustan a esta persona, y comienza a fantasear y crear imágenes de fábula sobre ficticios «dioses» y otras fuerzas, que podrían ser malos, dañinos y punitivos o, por contra, amables y protectores… De esta manera, se crean primitivas variantes «paganas» (i.e., «folclóricas», «populares») de la fe…

Por el contrario, una persona razonable, alguien que es consciente de que el universo es infinito, sabe que el Creador no es un invisible anciano volador o algún otro ser. Él es el Océano Viviente de la Más Sutil Conciencia Que habita en la primordial profundidad del espacio multidimensional y que está en pleno proceso de Su incesante desarrollo. Él es Uno para todas las personas encarnadas por Él en la Tierra, y para todas las demás formas de vida, encarnadas y no encarnadas, en la totalidad del espacio cósmico. Y las leyes, los principios de la existencia sugeridos por Él para todas las personas, son iguales y los mismos para todo el mundo.

Y dicho sea de paso, no hay «fuerzas oscuras» que puedan competir con Él en poder, porque ¡Él es Omnipotente!

Sí, la lucha entre «la luz y la oscuridad» de hecho acontece o puede acontecer, en primer lugar, dentro de nosotros mismos (es nuestra lucha con nuestros defectos) y, en segundo lugar, fuera de nosotros, pero bajo Su pleno control y por nuestro bien (esas son las lecciones con la participación de seres malvados encarnados o no encarnados; lecciones que nos son dadas por Él, nuestro Maestro Supremo).

Con el fin de ayudarnos a soportar esta lucha y que nosotros mismos nos desarrollemos aún más, el Creador nos dio Sus Enseñanzas, que son las mismas a todo lo ancho del universo. Él ha impartido esas Enseñanzas muchas veces a la gente sobre la Tierra en diferentes épocas del desarrollo de la humanidad bajo diferentes configuraciones históricas; por consiguiente, tenían diferentes énfasis. Todo el mundo puede llegar a familiarizarse con esas Enseñanzas integradas por nosotros en el libro [3] y en nuestros otros libros y conferencias.

Sin embargo, las personas también crearon las asociaciones religiosas sectarias basadas en conceptos que son, o bien absurdos, o representan diferentes desviaciones de las Enseñanzas de Dios, incluyendo sus perversiones intencionales o involuntarias. Ejemplos tales son las sectas satánicas, donde sus miembros buscan la protección de fuerzas del mal no encarnadas y se esfuerzan con toda deliberación en servirles; también existen sectas donde los miembros creen en dioses «nacionales», y las asociaciones que usan falso ritualismo en vez de estudiar las Enseñanzas de Dios y el dominio de los métodos de autotransformación de acuerdo con esas Enseñanzas. Además, existen sectas cuyos principales ejes confesionales son el terror contra los «infieles» y la incitación al consumo de drogas y el suicidio…

Es de esperar que las personas razonables comprendan todo esto y entiendan, entre otras cosas, cuán absurdo es cantar oraciones sin fin y hacer varios «religiosos» movimientos corporales. Por cierto, ¡Dios jamás ha enseñado estas cosas a la gente! Y ¡entendamos que Él no necesita eso! Él necesita de nosotros una cosa enteramente distinta: Él necesita que aspiremos a la Perfección —me refiero al mandamiento de Jesús el Cristo: «¡Sean perfectos, tal como su Padre Celestial es perfecto!» (Mateo 05:48).

Él está directamente interesado en nuestra Perfección espiritual. Quienes han alcanzado un nivel de desarrollo de Amor, Sabiduría y Poder comparable al de Él, así como la sutileza necesaria de las conciencias, afluyen a Él y por lo tanto le enriquecen consigo mismos.* Así pues, ¿qué tienen que ver las plegarias* y los diferentes movimientos corporales «religiosos» con todo esto? ¡No hacen que las personas se vuelvan mejores!

El Camino a la Perfección es algo completamente diferente: ¡es el desarrollo de uno mismo en los cuatro parámetros antes mencionados! Esto y ¡sólo esto será la verdadera participación en la religión (en contra de lo que tantísima gente piensa)!

Hemos discutido en detalle el tema de la metodología del desarrollo espiritual en muchas publicaciones [1-3, etc.] y películas*. Entre otras cosas hemos hecho, por vez primera, un análisis temático de las Enseñanzas de Jesús el Cristo (haciendo uso de los contenidos de los Evangelios Apócrifos) [1-2]. Así pues, ahora no vamos a repetir muchos otros mandamientos esenciales que Jesús nos dio por el bien de nuestro avance hacia la Perfección. En lugar de eso aquí tiene más sentido hablar sobre los dos mandamientos de Dios mencionados al inicio de este artículo.

Así que, ¿cómo puede uno realmente enamorarse del Creador con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas de uno? ¿Cómo se puede aprender a amar a otras personas tal como uno se ama a sí mismo?

* * *

Y ¿qué es el corazón, en el contexto de los asuntos espirituales?

Algunas personas tratan de encontrar el corazón espiritual en el corazón material.

Otros fantasean que, puesto que el corazón material está situado en la parte izquierda del pecho, entonces el corazón espiritual tiene que estar situado en la parte derecha.

Aún otros entienden el corazón espiritual no como una estructura, sino como un agregado de todas las emociones humanas. Interpretan el lema «vivir con el corazón» simplemente como vivir sin tratar de controlar, ni regular con la mente y la voluntad, las propias emociones de pasiones sexuales, de celos, envidia, odio, etc. Esta idea fue adoptada por los «clásicos» de la literatura del histórico período «soviet» en Rusia, y muchas generaciones de escolares que estudiaron esa literatura se educaron bajo esta falsa idea… La mayoría de la población adulta de nuestro país también sigue pensando de la misma manera en la actualidad…

Pero, de hecho, el corazón espiritual es una estructura bioenergética real, presente —al menos en su forma embrionaria susceptible de desarrollo— en cada persona (al igual que está presente en todas las especies altamente desarrolladas de los animales: mamíferos, pájaros). Inicialmente, se encuentra en el chakra anahata, es decir, en el pecho, donde se hallan los pulmones. Este es el chakra* donde el corazón espiritual puede comenzar a desarrollarse, y luego, desde este chakra, crece hacia el exterior del cuerpo material. El corazón espiritual es fundamentalmente importante en el Camino espiritual ya que genera las emociones del amor cordial, mientras que otros estados se generan en otros chakras.

No obstante, para esto han de crearse ahí las condiciones adecuadas. Un crecimiento natural del corazón espiritual tiene lugar en las situaciones que nos inducen a sentir emociones alegres de amor —amor hacia una persona querida con trasfondo de relaciones sexuales, el amor hacia los niños, el amor por los animales apacibles, al amor hacia la tierna belleza de la naturaleza o hacia meritorios trabajos de arte de diferentes géneros, etc.—. ¡Este es el motivo de que todo esto sea tan extremadamente importante para nuestro desarrollo espiritual!

También hay métodos especiales que aceleran el crecimiento del corazón espiritual. Estos son, en primer lugar, los ejercicios psicofísicos. Más adelante uno puede practicar las meditaciones en los sitios de poder; posteriormente dominar la comunicación directa con los Representantes del Creador o Espíritus Santos y comenzar a aprender directamente de Ellos, armonizándose uno con Ellos y uniéndose con Ellos [2]. Como resultado de este trabajo, un practicante espiritual que haya estado haciendo este tipo de esfuerzos durante varios años se convierte en un corazón espiritual gigante y Divinamente sutil, un corazón que es incomparablemente más grande que su cuerpo material.

Sólo después de convertirse en semejante Conciencia (Alma) tan grande y sutil —la cual consiste, principalmente, en el corazón espiritual desarrollado hasta el nivel Divino—, esta persona adquiere la habilidad de interactuar fácilmente con los Espíritus Santos y con el Creador en Su Morada. Lo siguiente es la Unión con el Creador. La posterior actividad en la Creación, dedicada a ayudar a los seres encarnados, es realizada por tal Persona desde el estado de Consubstancialidad con el Creador.

Los métodos adecuados para el desarrollo del corazón espiritual son descritos por nosotros en [2] y mostrados en nuestras películas. Pero es especialmente importante tener en cuenta que uno no puede alcanzar el éxito en este trabajo sin una corrección intelectual de la propia esfera emocional y del propio comportamiento. Con el fin de destruir en nosotros mismos los falsos patrones de reacción debemos estudiar una y otra vez las correspondientes recomendaciones de Dios y utilizar el método del arrepentimiento [2]. Si no hacemos esto, no vamos a ser capaces de pasar las pruebas que nuestros Maestros Divinos —Espíritus Santos— ofrecen a cada persona que avanza en el Camino espiritual.

… Cada uno de nosotros debería entender además que nosotros no somos cuerpos materiales. Somos conciencias (almas). Estamos encarnados por Dios en cuerpos materiales sólo por un tiempo —por el bien de nuestro futuro desarrollo—. Pero hasta que lleguemos a ser conciencias grandes y correctamente desarrolladas no seremos capaces de experimentar plenamente que no somos idénticos a nuestros cuerpos.

… Existe un ampliamente generalizado error típico de muchos esoteristas, especialmente de aquellos que tratan de desarrollarse a sí mismos a través de las artes marciales orientales. Consiste en poner el énfasis en el desarrollo del dantian bajo (hara): un complejo de los tres chakras inferiores. Así, ellos desarrollan el aspecto poder de las conciencias, pero sin amor ni sutileza (estas últimas cualidades están presentes en este tipo de personas sólo en las buenas películas, pero no en la realidad).*

El poderío de la conciencia es necesario, pero tiene que ser desarrollado después de que se haya desarrollado el aspecto amor, no antes de esto. De lo contrario, puede resultar muy difícil evitar el crecimiento de los defectos éticos en uno mismo y el endurecimiento de la conciencia, lo cual le conduce a uno no a la Morada del Creador, sino a las «tinieblas de afuera» (en los términos usados por Jesús el Cristo), es decir, al infierno.

El aspecto poder de un alma que se desarrolla correctamente es su inquebrantable poder de amor dirigido hacia el Creador. Este poder le permite a uno desechar todos los apegos a lo terrenal, superar todos los obstáculos exteriores en el Camino hacia la Meta Suprema, y llevar a cabo con eficacia el servicio a Dios, manifestado en el servicio espiritual a las personas.

* * *

Examinemos el tema de servicio a Dios con más detalle. Ya hemos comentado que la Conciencia Universal evoluciona sin cesar. Esto constituye Su Vida y esto es lo que Le interesa. En aras de esto, Ella nos ha incluido a nosotros —almas encarnadas por Ella en cuerpos materiales— en el proceso de Su desarrollo evolutivo. Por tanto, cuanto más intensivamente nos desarrollemos nosotros mismos, mejor es para la Conciencia Universal. Esto significa que la más alta forma de servicio a Dios es una ayuda eficaz a las personas en su desarrollo espiritual.

Para una persona que está progresando espiritualmente es muy importante aprender a vivir experimentándose a sí misma como una parte integral del Indiviso Flujo Evolutivo de la Conciencia Universal.

En este caso, no soy yo el que se desarrolla a sí mismo, sino que somos nosotros, unidos, quienes nos desarrollamos a nosotros mismos, nosotros como la entera totalidad de las almas, los que vamos hacia el Creador. De esta manera, un sentimiento de consubstancialidad con todas ellas, y así pues con el Objetivo, hacia El Cual caminamos, se yergue. Esto, en particular, le permite a uno deshacerse del propio «yo» egocéntrico y desarrollar completo y sincero desinterés en el trabajo de ayudar a otras personas que también están hollando este Camino.

Además, en esta tesitura, no puedo ni tan siquiera tener un fugaz pensamiento de que alguien me supera o me sobrepasa en algo —y, por lo tanto, que tengo que detener a esa persona—. Por el contrario, si en este Flujo alguien se mueve más rápido que yo, ¡yo mismo le ayudo a moverse más rápido aún!

No puedo ni siquiera pensar en quitarles algo a los demás: yo y nosotros estamos unidos; nosotros somos yo

La consubstancialidad de las almas, unidas en este Flujo Evolutivo común, está representada en el segundo mandamiento Bíblico que hemos mencionado.

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