Apéndice de comentarios
Pitágoras —
Evolución del Absoluto
y de un ser humano en Él
Aquel que no ha sentido a Dios Viviente ¡no ha vivido como ser humano todavía! Los sacerdotes de Egipto llamaron «los vivos muertos» a las personas que no se percibían como almas. Esas personas eran esclavas de su carne, mientras sus cuerpos vivían en la Tierra.
Semejantes personas existen ahora también…
Y ellas prosiguen similares tórpidas vidas tras la muerte de sus cuerpos...
Pero la predestinación de cada persona es conocer a Dios, desarrollar la conciencia y prepararse a sí misma para la Unión con la Conciencia Divina; con el Creador, el Poder Más Grande, Quien controla cada parte del universo.
El Creador ha creado la vida aquí en la Tierra ¡precisamente para eso!
Y las personas fueron creadas por Él para que cada una de ellas pudiese conocer los mundos más sutiles y, refinándose y desarrollándose a sí mismas todavía más, deviniesen Partículas de la Conciencia Primordial.
El universo multidimensional es similar a un edificio formado por muchas plantas.
La misma estructura es inherente a un organismo humano.
Y una persona es capaz de moverse dentro del espacio de su propio organismo multidimensional con su propia concentración como conciencia.
Cuando el alma crece y se desarrolla de forma consciente, utiliza esos «pisos» para conocer al Todo. Cuando un organismo humano es llenado con la suprema sutileza y poder, tal persona puede permear la totalidad del «edificio» multidimensional, actuar dentro de él y crecer en los «pisos» más sutiles de él, preparándose para manifestar la Divinidad.
En otras palabras, uno puede estudiar la naturaleza de la multidimensionalidad primero dentro de sí mismo y luego conocer la Grandeza y Hermosura del Poder Unido, Quien está presente en todas partes y lo gobierna todo.
Sí, un humano contiene una pequeña partícula de las energías del Absoluto en su potencial y puede crecer y elegir en qué estado de la energía quiere existir. Un ser humano puede moverse conscientemente de uno de esos «pisos» del Absoluto a otro y luego conocer al Sutilísimo: el Creador, Quien es la Base Primordial de la Totalidad, la Base viviendo bajo cada cosa en las profundidades del espacio multidimensional.
Así es como uno se desarrolla a sí mismo como alma y determina el «piso» en el que va a vivir en el futuro.
¿Cómo ocurre esto?
LA ATRACCIÓN es la ley de la Evolución que, entre otras cosas, permite a las conciencias idénticas combinarse o unirse unas con otras.
Cada alma se mueve y vive, situándose a sí misma en la Luz, la oscuridad o la penumbra. Aquel estado en el que un alma esté acostumbrada a permanecer determina su «piso»-estrato en el universo multidimensional.
Y si uno está lleno de emociones groseras es como si un recipiente transparente se llenara con una densa y oscura sustancia-estado: el alma se ha vuelto pesada, grosera, y es atraída a ese «piso» en el que todo está saturado con ese mismo estado de conciencia.
Pero si la ternura y el amor brillan en el alma, esto la lleva más cerca de los mundos sutiles y Divinos.
Un ser humano, como alma, puede desarrollar el hábito de vivir en un cierto «piso» y crecerá como conciencia en ese «piso», ya sea del infierno, del paraíso, o la Morada del Creador.
Así pues, la posibilidad de vivir y crecer en cualquiera de esos «pisos» ha sido dispuesta por el Creador en el alma.
¡Comprendan, oh pueblo, que la causa de la Omnipresencia y de la Omnisciencia del Espíritu Santo y del Creador es que Ellos están por todas partes y siempre!
Dios está aquí y ahora.
¡Y Él estuvo y siempre estará presente en la eterna duración del tiempo!
Dios está en todas partes en la interminable Creación: Él —el Infinito Océano de la Más Sutil Conciencia-Luz— ¡está debajo de cada átomo!
Él también está presente ¡donde tú estás ahora! ¡Su Ilimitado Océano yace siempre bajo cada átomo de tu cuerpo!
¡Oh gentes, conozcan Su Omnisciencia y Omnipresencia!
Sin embargo, sabed que sólo se le puede permitir entrar en la Morada del Creador a aquel que se esfuerza por lograr esta Unión con toda el alma y que se ha desarrollado a sí mismo hasta un grado necesario.
Una puerta a la Morada del Creador se halla dentro de ti: en tu sutil corazón espiritual, lleno de Amor y Luz. Aquí ese pasaje se abre; ese pasaje que conecta el mundo de las personas con el mundo Primordial.
Allí, en la Inmensidad de la Luz del Creador, puedes contemplar y conocer Su Presencia, puedes fusionarte con Él en los Abrazos del Amor y transformarte en el Mensajero del Creador.
… Desde la transparente sutileza, desde la profundidad, otros «pisos» del espacio se ven.
Por el contrario, desde los «pisos» impuros, oscuros y groseros, lo sutil es invisible, imperceptible.
… Esas estructuras de un organismo humano, las cuales le permiten a una persona conocer el universo dentro de sí mismo, ¡son dadas exclusivamente a un ser humano durante sus encarnaciones! El alma nacida en un cuerpo animal no tiene todas esas posibilidades para su desarrollo.
En consecuencia, ¡la gente no debería buscar la vida típica de los animales habiendo recibido el derecho a ser encarnado en un cuerpo humano!