Lámpara seis: ¡Hombre-Dios es posible!
Una persona encarnada puede llegar a ser libre de la prisión del cuerpo y de estar encadenada a la materia densa.
También puede empezar a vivir en la Luz Divina, percibirse a sí misma como Luz Divina y actuar desde la Luz Divina.
Sin embargo, tal Ascenso a la Luz puede ser realizado sólo si uno anhela llegar a esa Luz.
¡La Totalidad de la Libertad Divina y la Divina Inmortalidad aguardan a aquél que vive impecablemente y conoce la Unidad con el Creador!
El propósito de tal persona es ser el Mesías, el encarnado Mensajero del Creador, y llevar el Supremo Conocimiento a las gentes, así como guiar a los dignos de manera tal que puedan tener su nuevo Nacimiento en la Luz.
Teniendo el cuerpo material también es posible elevarse al nivel más alto del desarrollo de la conciencia y convertirse en Hombre-Dios, es decir, Parte del Creador. El Hombre-Dios puede manifestar para la gente encarnada ¡no sólo la Sutileza Divina, la Pureza, y la Sabiduría, sino también el Poder Divino! El Hombre-Dios es el Mesías.
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