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Thoth, el Atlante:
Guía para ayudar a caminar hacia la Luz

¡Yo, Thoth el Atlante, estoy dispuesto a convertirme en Guía para todos los que aspiran a la Luz Divina!

¡Estoy preparado para ayudar tanto a los que acaban de empezar el Camino como a quienes ya se han acercado a los logros más altos!

¡Acepta Mi Guía —y estaré contigo a cada hora, de día o de noche—!

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Hay un Silencio que prevalece en todas partes. Puedes aprender —incluso en medio del ruido del mundo material externo— a entrar en este espacio de Silencio.

¡Calma la mente! Cultiva el hábito de vivir en una paz mental tan profunda que se haga posible percibir el espacio del Silencio Transparente, donde es posible percibir a Dios.

Yo soy Uno de los Representantes del Divino Unido Nosotros. Puedo guiarte eficazmente si aceptas Mi Guía en tu Silencio interior.

La maestría de este Silencio se logra en el corazón espiritual desarrollado.

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Tanto dentro como fuera de ti, Dios está siempre presente. ¡Él es quien da al mundo «manifiesto» y a cada criatura la capacidad y el poder de ser, de vivir!

Un alma encarnada en un cuerpo es al principio una chispa de consciencia individual separada que debe desarrollarse en el mundo material.

Posee libre albedrío para, en particular, admitir o no a Dios en su «pequeño mundo».

¡Para lograrlo, es necesario despojarse de las «anteojeras» de la mente individual y entender y aceptar en la vida que Dios —realmente existe—!

Luego, se necesita abrir las puertas del corazón espiritual —después de lo cual existe la posibilidad de sentir la presencia de Dios como Realidad—.

¡Solamente la «apertura» del corazón espiritual y su posterior desarrollo permiten conocer lo que el amor es!

¡Solamente el alma que se ha convertido en amor puede conocer totalmente a Dios, Quien es Amor!

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Si el amor en el alma crece y se vuelve fuerte, la persona puede desarrollar verdadera sabiduría y poder. Después de todo, ¡la sabiduría y el poder provienen exclusivamente del amor!

Y luego, se necesita tiempo para ganar experiencia en la vida con Dios —en llegar al conocimiento de que la persona y Dios se pueden convertir en Uno—.

¡Para hacer esto, el alma debe desarrollarse hasta la Divinidad!

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¡Acostúmbrate a asumir la responsabilidad por tus decisiones ante Dios!

¡Adquiere el hábito de buscar y hacer lo mejor que es posible en cada situación! ¡Así, la tristeza y la indecisión te abandonaran para siempre, y la capacidad de entender la Voluntad Divina, así como también la fuerza necesaria para soportar la presión en circunstancias adversas, aumentarán muchas veces!

Cuando te hayas establecido en el verdadero conocimiento de Mi Voluntad, ¡entonces no habrá nada ni nadie que te asuste! ¡Olvidarás entonces que existen el orgullo y el miedo, y no temerás a vergüenza alguna frente a la muchedumbre irracional, ni a la muerte de tu caparazón material!

¡Todo lo que te llega del exterior —las acciones y palabras de los demás, el éxito o el fracaso, y otros problemas y circunstancias— son Mis herramientas a través de las cuales Yo, de la más precisa y oportuna manera, trabajo en tu perfeccionamiento!

Tú, con tu aceptación, entendimiento, humildad y amor, puedes cooperar Conmigo en este trabajo de tu autotransformación.

Puedes elegir entre lo siguiente:

— Enfadarte —o mantener un estado de consciencia transparente, radiante, estable y gentil—.

— Aceptar el desafío de las dificultades —o rendirte—.

— Olvidarte de Dios en la agitación diaria —o intentar preservar y multiplicar tus interacciones con Él—.

— Encontrar la sabiduría del «punto medio» en tus acciones —o «darte con la cabeza» repetidamente contra obstáculos insuperables que sería mejor rodear—.

— Esperar pacientemente al momento correcto para realizar tus acciones junto Conmigo en el momento oportuno —o actuar demasiado temprano o demasiado tarde, teniendo que volver a repetir ese entrenamiento específico en tu destino—.

Todo el tiempo tienes que tomar estas decisiones —más o menos significativas—.

Y puedes siempre aprender a mirar los eventos —desde la perspectiva de Dios—.

De esta manera, estando totalmente consciente de lo que aprendes de Mí, te acercas gradualmente a la Unidad de ti y de Mí, —hombre y Dios—.

¡Así se adquiere la Mayor Felicidad!

¡Esto puede convertirse en tu logro!

¡En el Camino hacia esto, dependerás cada vez menos de las circunstancias y te volverás cada vez más Yo —el Uno Quien todo lo crea y todo lo controla—!

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Para aprender a vivir en la Luz Divina, una persona necesita purificarse.

¡Es increíblemente difícil sentir a Dios teniendo un cuerpo enfermo o contaminado (energéticamente)!

La purificación y sanación del alma y la carne puede empezarse de la siguiente manera:

— Acepta los verdaderos principios éticos sugeridos por Dios y cumplirlos en tu vida.

— Excluye del alma toda maldad de las emociones y pensamientos.

— Elimina de tu nutrición los animales asesinados.

— Aprende a vivir en el corazón espiritual.

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¡Es fácil empezar a trabajar con las energías de la Luz!

Todas las mañanas, puedes realizar un sencillo ejercicio de purificación:

Que un flujo de luz, semejante a la luz blanco-dorada del Sol, bañe tu cuerpo por fuera y por dentro. Que este flujo de luz sea fuerte y estable. Deja que fluya a tu cuerpo y a través de él, como si no existiese la frontera de la carne.

A medida que te vuelves mejor en este ejercicio, te sentirás cada vez más como esta luz que fluye.

Después, deja que el siguiente movimiento de ti como consciencia sea regalar amor desde el corazón espiritual en todas direcciones.

¡Dios siempre se incluye a Si mismo en estos movimientos de amor!

¡Puedes abrir de par en par el corazón espiritual desde tu pecho como una ventana —y dejar que la luz se derrame con cada vez más fuerza hacia todo lo viviente—!

¡Cuanto más fuerte sean tus emociones de amor, más sentirás la Ayuda de Dios!

A continuación, siente que el alma tiene manos, y aprende a sentir estas manos del corazón espiritual.

Deja que la luz fluya a través de las manos del cuerpo, que se han fusionado con las manos del corazón espiritual.

De esta manera, aprenderás gradualmente a actuar con las manos conectadas a las Manos de Dios, que consisten de Luz Divina.

Esto te permitirá aumentar tu independencia de la materia corpórea.

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Después tendrás la capacidad de aceptar la Guía de Dios en todas las áreas de tu vida.

¡La clave para la Unión con el Creador es —ofrecer Amor conjuntamente con Él—!

Esto se empieza a aprender ofreciendo amor desde el corazón espiritual que, al principio, se localiza dentro del cuerpo.

¡Pero más tarde hay oportunidad de aprender todavía más: lograr hacer lo mismo desde la Fuente Viva del Fuego-Amor Divino a escala universal!

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Al principio, al alma irradiar amor, se fusiona en ese momento con Dios —por un breve instante—. Pero tal cooperación puede volverse permanente.

Así, esforzándote constantemente y trabajando arduamente, llegarás a ser capaz de establecerte en la Unidad, es decir, —en la alianza del corazón espiritual con la Conciencia Divina—.

De esta manera, con el tiempo, encontrarás tu centro en las Profundidades: —en el Centro Divino— llamado el «Gran Sol».

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Hay mundos de sufrimiento para las almas que han rechazado la Luz… ¡Intenta no entrar en ellos y aléjate de los vicios! Porque los vicios del alma son «anclas» que la atan a los mundos densos y no le dejan ir hacia la Luz.

Aprende a notar que los malos pensamientos y emociones te sumergen en energías universales oscuras y groseras.

¡Y que la alegría de ofrecer estados buenos a todo lo que te rodea —te permite vivir en estados que se conocen como el paraíso—!

Típicamente, la mayor parte de las personas encarnadas oscilan como un péndulo entre estos estados. Esas personas llaman a estos estados felicidad, sufrimiento, dolor.

¡Pero también puedes conocer la Mayor Felicidad —la Dicha Celestial en la Gran Luz en la Unidad con Dios—!

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Quien no aspira al Conocimiento —no lo encontrará—.

Quien no aspira a la Luz —vive a través de instintos y deseos mundanos—.

¡Quien busca la Luz y realiza persistentemente los esfuerzos necesarios de autotransformación —seguramente La encontrará—!

¿Qué atrae a las almas hacia la maldad, la mentira, la pereza, la violencia y la ira? ¡Piensa en ello y elimina todo esto de ti mismo!

«¿Pero cómo?», puede uno preguntarse.

Para entender cómo aprender a administrar tus propios estados, debes saber que:

Hay centros energéticos en el cuerpo llamados chakras y siete de ellos son los principales.

Te permiten regular las emociones del alma y las energías vitales del cuerpo.

Para empezar, armoniza esas estructuras. Llena cada chakra cual un cuenco —con la Luz Celestial que brota de las alturas—. En estos cuencos, lava todos los órganos que se localizan en la región del chakra correspondiente.

Luego, siente una Fuente de Luz viniendo de la Profundidad y deja que ese Flujo se eleve desde abajo a través del cuerpo, conectando todos los chakras en un solo sistema. Esto permitirá que las energías curativas de la Luz llenen tu cuerpo de manera más eficiente.

A continuación, armoniza tu mente con los pensamientos creativos de los Mensajeros del Divino Nosotros, Quienes siempre están listos para ayudarte. ¡Sintoniza tu pensamiento con Su Pensamiento!

Conecta tu poder y voluntad con la Calma del Poder Divino. ¡Así podremos trabajar juntos para producir y dirigir cualquier tipo de intención compleja —hasta su implementación—!

Con el crecimiento de tu sabiduría y tu fuerza, aumentará la capacidad de la Fuerza Divina para actuar a través —de tu cuerpo y de tu alma—.

Podrás conjugar el amor, el pensamiento y la voluntad del alma con el Amor, la Sabiduría y el Poder de Dios. El cuerpo de tal Ser Humano Divino será una herramienta para la realización de los Planes de Dios.

¡De esta manera, la Realización de Dios puede ser alcanzada y manifestada en todos los estratos del espacio multidimensional!

Quien se ha purificado completamente a sí mismo como alma de las tinieblas y ha nacido en la Luz —se convierte en Mi Hermano y Hermana—.

* * *

¡Tus metas han de ser puras, oh hombre!

¡Y tus pensamientos deben ser puros!

¡Así será fácil —ver a los Señores del universo— pues Su Morada no está lejos!

¡Abre, oh hombre, la puerta de tu corazón espiritual!

¡Y nunca cierres esta puerta!

Expande el espacio del corazón espiritual, el espacio del amor, ¡hasta que te des cuenta que el Amor es el estado de Dios, del Infinito y Eterno Poder Universal Creativo! ¡Consolídate en la Unión con Él!

Entonces serás capaz de combinar la Luz del Cielo que está por encima de la Tierra con la Luz del Cielo que está por debajo de la superficie del planeta. ¡Y entonces conocerás el Fuego Divino Creativo!