Conclusión*Es importante entender que las personas por sí mismas construyen su futuro y no es Dios Quien lo hace por ellas. Así y todo, Dios participa activamente en este proceso. En el corazón espiritual de cada ser humano Dios le revela sus nuevas perspectivas, le sugiere posibles acciones y se regocija, junto con esta persona, de su exitoso avance hacia la Meta. Esa alegría que llena tu corazón con cada nuevo logro es Mi alegría también. Dejemos pensar al lector: «Si a mí me fuesen dadas posibilidades ilimitadas en el futuro, ¿qué iba yo a querer lograr para que se creara mi óptimo destino?». Dios está dispuesto a hablar de este tema con cada persona; hablar de la cuestión de las perspectivas de un mayor desarrollo. El avance evolutivo de la humanidad en la Tierra será mucho más exitoso si la humanidad está al tanto de y aprende a tener en cuenta la Evolución de la totalidad del universo multidimensional, lo Absoluto. En este caso, los vectores de los esfuerzos de las personas y el vector de la ayuda de Dios se unirán y apuntarán en el mismo sentido. Desde una unión semejante ¡la efectividad de las actividades de las personas aumentará muchas veces! Está claro que esta transformación no puede suceder de inmediato. Se requiere un fundamento muy consolidado, una base formada por el reconocimiento de esta comprensión, al menos, por una significativa parte de la humanidad. Planeé este libro como ayuda a muchas personas que, después de darse cuenta del significado de sus vidas, unirían sus esfuerzos para revivir la Civilización Espiritual en su planeta. Y he invitado a participar en el trabajo sobre este libro a algunos de Mis Hermanos y Hermanas, Quienes han estado trabajando durante miles de años, tratando de espiritualizar a las generaciones humanas sobre la Tierra. No diré nada más, pues he dicho ya todo cuanto deseaba.
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