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El Maestro/Dichos del Maestro

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Dichos del Maestro

Hay una oración ortodoxa al Espíritu Santo: «¡Y límpianos de toda inmundicia!» Pero no, —somos nosotros quienes debemos limpiarnos de la inmundicia que hay en nosotros—.

¿A quién ofrece Dios Su máxima ayuda? A aquellos quienes se han vuelto casi igual que Él según el criterio cualitativo. Esto permite que tales personas se fusionen con Él, se conviertan en Él. Para hacer esto, tienen que crecer gradualmente hasta un tamaño comparable al de los Espíritus Santos, habiéndose liberado de los actos éticamente incorrectos y de toda la inmundicia de sus propios vicios. Teóricamente, todo esto es simple...

Tratemos de abrazar a Dios con nosotros mismos-almas —y entonces creceremos con éxito—.

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¿Para qué se nos dan las encarnaciones? Primariamente, para tratar de acercarnos lo más posible al estado del Creador desarrollando en nosotros las cualidades faltantes y eliminando las innecesarias.

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Permitamos que la cognición de Dios y la fusión con Él así como nuestra ayuda en esto a otros seres dignos —sea el objetivo común de todas nuestras acciones en el Camino espiritual—.

El programa mínimo es: llegar a ser como nuestros Maestros, los Espíritus Santos. El programa máximo es: fusionarse para siempre con Dios en el Aspecto del Creador.

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¡La revolución espiritual en la Tierra se logra por las hazañas de los héroes!

La imagen de tales héroes es la de Danko de la novela de Gorki, «La anciana Izergil»*. Él —a costa de su propia vida— iluminó el Camino para las personas. Esto es lo que hacen los verdaderos héroes que no permiten el miedo a la oscuridad en sí mismos. ¡Ellos lideran a quienes en su momento —están listos para partir—!

¿De dónde se obtiene la fuerza para realizar tales hazañas? Es dada por Dios. Luego, se trabaja conjuntamente con Él.

Es necesario lograr un estado estable de unidad entre el Ser de Dios y el ser del hombre. Solo entonces, se puede lograr el verdadero trabajo conjunto —de Dios y el hombre— en la Tierra.

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Una meditación muy prometedora es «sostener a todos en las palmas del amor». Desde la Luz, lleno a todos los seres vivos con mi ternura y mi amor, sosteniéndoles en mis palmas.

¿Cuál es el resultado de esto? El centro de mí se mueve a la Luz-Fuego del Unido Nosotros de los Espíritus Santos. Y me disuelvo en Ella.

Uno puede así conocer Sus dimensiones.

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¿Cuáles son las reglas básicas de conducta para los buscadores de Dios? Primeramente, liberarse del ajetreo mundano y de las pretensiones. ¿Qué llevaba Jesús mientras viajaba? Una capa para protegerse de la lluvia y el frío. Y simplemente apoyaba su cabeza en las noches sobre una piedra. ¡A través de este ejemplo, nos mostró que esto es suficiente! Además de esto, solo se necesita alimento.

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¡Es necesario ver que la base de los vicios humanos es —el egocentrismo—!

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Las personas suelen vivir «aferradas» a recuerdos tipo: «cómo una vez alguien me hizo daño, etc.» Si la autoconciencia es grosera y hay espacio en ella, entonces estos recuerdos llenan todo el espacio de maldad, tanto dentro como fuera del cuerpo. Tal energía grosera es patógena —especialmente para otros seres— que quedan atrapados dentro de dicho campo de energía.

¡Por lo tanto, uno necesita vivir, no en el pasado, sino en el presente —lleno de la búsqueda de Dios y el servicio a Él—!

Y si no funciona de inmediato, conviene involucrarse en alcanzar la maestría de la autorregulación psíquica de acuerdo con la metodología descrita, por ejemplo, en «Ecopsicología».

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¿Y cómo es Dios?

«Tao —es un Ser Tierno—». (ver el libro «Tao Te Ching»)

Es necesario activar la audición del alma para ser sensible al mundo espiritual: ¿qué quiere Dios decirme en este momento? ¿Qué quiere que yo haga?

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«¡Respira la libertad!» Esto es lo que nos dice Babaji. «¡Respira el aroma del bosque junto a Mí, inhálale e inhálame!»

¡Cuán libremente viven aquellos que han cognocido a Dios! ¡Ya no están confundidos por el ajetreo de este mundo!

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¿Cuál es el propósito de nuestras vidas mientras siga el cuerpo vivo? ¡La cognición directa de Dios!

Meditativamente, hemos recorrido todo el camino —desde una persona común hasta el Creador—. Y una de Sus cualidades más importantes es —el deseo de dar Amor y Conocimiento—.

Y, ¿cómo podemos también hacer esto nosotros?

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¡Todas las personas que se embarcan en el Camino espiritual deben aprender a dar desinteresadamente su amor, ternura, luz y alegría! Saber: qué, cuándo exactamente, y a quién dar, —viene con la experiencia—. ¡Debemos ser como los Espíritus Santos a este respecto!

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El propósito de la vida de un asceta espiritual es Dios, y específicamente, —los Espíritus Santos, incluida la forma de Su Unidos Nosotros—. Uno debe refinarse hasta Su estado para percibirles fácilmente.

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Mientras se comunican con nosotros, nuestros Maestros Divinos a menudo bromean. ¿Por qué esto es así? Esto se debe a que en el pasado, Ellos fueron también personas «ordinarias» que se desarrollaron durante sus encarnaciones en cuerpos humanos hasta la Perfección Divina.

¿Qué nos diferencia de Ellos? Después de todo, estos, Sus estados, ya nos son familiares. Nos —diferenciamos— únicamente por nuestra falta de estabilidad en esos estados superiores.

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La principal reprimenda para ti es que actúes sola, es decir, no en acción coordinada con Dios.

Ahora bien, ¿cómo percibir la Voluntad de Dios? Si le haces la pregunta a un Espíritu Santo específico en vez de hacérsela «al espacio circundante» y Le sientes, entonces —la unión en el amor tiene lugar, te conviertes en Uno con ese Espíritu Santo, y entonces, recibes la respuesta correcta—.

Esto necesitas aprenderlo y llega con la experiencia.

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Cuando las personas descubren que es posible escuchar a Dios, piensan que Él dice algo continuamente. Pero esto no es así. Dios permanece en Paz y habla solo cuando necesita decir algo.

No es posible —hacerle hablar—.

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Con el tiempo, la comunicación con los Espíritus Santos ocurrirá aún más naturalmente que con las personas encarnadas. De repente, te das cuenta de esto.

Sin embargo, uno puede perder fácilmente este estado.

El mundo de las personas encarnadas es una vida «entre objetos». Y cuando aprendes más sobre el mundo «al otro lado de la muerte», ese mundo se vuelve más aparente y familiar para ti. E incluso, necesitas hacer un esfuerzo para conmutar al mundo de las personas encarnadas.

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Durante la meditación, percibo solo el mundo de los Espíritus Santos, convirtiéndome en Uno con Ellos, convirtiéndome en Amor y regalando el Amor que Soy. Es necesario capturar, retener, recordar este estado e «imprimirlo» en el alma, para poder reproducirlo en cualquier situación, incluidas aquellas donde personas de mal torturen y maten el cuerpo.

Si Dios crea tal situación, —la acepto—. Esto significa que ya no necesito un cuerpo material. ¡Solo necesito a Dios!

La experiencia de la meditación elimina completamente el miedo a la muerte; después de todo, con la muerte del cuerpo, ¡yo no dejo de existir!

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Hablando sobre los lugares de poder, es necesario distinguirlos; entre estos están los lugares que surgieron de forma natural, creados por los Espíritus Santos donde, por ejemplo, les gustaba trabajar o descansar con Sus estudiantes —durante Sus vidas encarnadas—.

Y hay lugares de poder «artificiales» creados por los Espíritus Santos en áreas convenientes para que sus estudiantes encarnados sean ayudados en la evolución de las almas, es decir, especiales para un trabajo meditativo particular.

También hay lugares de poder negativos. Pueden ser creados por las almas infernales.

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¿Por qué son necesarios los depredadores en la naturaleza —y no solo entre los animales— sino también entre las personas? Esto es para enseñar —discreción— a las almas encarnadas prometedoras, ya sea en evitar un peligro o en aceptar su destino.

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¿Por qué los justos se topan con el mal en las otras personas? Primariamente, para aprender a discernir el mal y a distinguir entre las personas.

En la traducción rusa del nuevo testamento, las palabras que representan la idea de que Dios Padre le dio a Jesús la capacidad de distinguir entre las personas se tradujeron como «juzgar a las personas».

Por lo tanto, Jesús fue «convertido» en una especie de «monstruo», que envía a las personas al infierno por conductas insignificantes e incluso imaginarias.

¡Pero —Jesús vino a nosotros tan pronto empezamos a hablar de Él—! Y, ¡oh, qué gentil es!

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En el Camino espiritual, todos vivimos momentos en los cuales Dios nos pone a prueba y no sabemos muy bien a dónde ir. En tales casos, conviene referirnos a nuestras propias observaciones anteriores. Y de repente nos damos cuenta: «¡Ah aquí está!»

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Dios —es el Propósito, el Maestro y también el Tentador—.

Por medio de las tentaciones, Él verifica la condición de cada estudiante para continuar el avance.

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¡La perspectiva correcta de un guerrero espiritual es —percibir el mundo como un campo de batalla contra sus propios vicios, contra su propia ignorancia—!

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Tú dices que en el lenguaje humano no hay palabras suficientes para describir tus «excursiones al Reino de los Cielos». Sí, —no hay suficientes palabras—. ¡Pero, a pesar de ello, llegamos a destino!

Y hay Otros que también llegaron —hace mucho tiempo o recientemente— y nos comunicamos con Ellos.

¡Tú eres —testigo de Dios—!

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¡Y qué insignificante parece ahora todo aquello que era parte de nuestras vidas anteriormente, en comparación con nuestra resurrección en Dios! ¡Y cuán importante es establecerse en este estado! ¡Y también —ayudar a otros a alcanzar la cognición de lo que hemos conocido—!

¡Pero, antes que nada, debemos enfocarnos en ayudar a los más dignos!

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¿Cómo preservar los estados correctos en el Camino? ¡Aferrándose al Camino Recto!

Esa es la respuesta general. Pero, ¿qué más puede hacerse a este respecto? Que todos decidan por sí mismos.

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El Camino Recto —es el mismo para todas las personas, independientemente de las diferencias de nacionalidad, fe, género u otras diferencias insignificantes—.

Y aquel perfecto, que haya entrado en la Morada del Creador, y mantenga ese estado, —permanecerá con Dios para siempre—.

¡Eso es todo! ¡Es muy fácil de entender!...

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¡El Camino es ancho y hermoso, si entiendes el plan de Dios! El «ojo de la aguja» es para aquellos quienes acumulan riquezas terrenales que luego no pueden llevarse consigo cuando pasan al «otro mundo».

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¡Uno solo puede responder al amor con amor! ¡Sin embargo, uno —también— debe responder con amor a todas las demás emociones!

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¡Cada palabra debe tener peso! ¡No pronuncies palabras insignificantes!

No debes mentir. ¡Debe haber una pureza absoluta en tus palabras, hechos, pensamientos y emociones!

Quien miente —pierde la confianza y el respeto tanto de las personas encarnadas como de los Espíritus Santos—.

Mentir está permitido solo en casos excepcionales, en aras de salvaguardar a los dignos.

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¡Lo que se prometió debe cumplirse! ¡Romper una promesa es un pecado ante Dios!

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Se debe distribuir la atención entre el Creador y la Creación. Ni uno ni el otro deben ser olvidados.

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Necesitamos aprender a mirar el destino de las personas —desde la perspectiva de Dios—.

No debemos interferir con sus planes, por ejemplo, —por lástima— hacia alguien.

Para enseñar a las personas, a veces tienes que lastimarles.

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Dios otorga a las personas la facultad de enamorarse unos de otros.

También la retira, separando a las parejas cuando se hace razonable que cada una de ellas se desarrolle ulteriormente en otras condiciones.

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El amor tiene muchos aspectos: amor-ternura y afecto, amor-compasión, amor-admiración... También existe el amor-gratitud y el amor-desinteresado al ayudar a los demás.

¡No olvides agradecer a Dios por Su ayuda para contigo!