El Maestro/Sobre el amor «terrenal» y espiritual

Sobre el amor «terrenal» y espiritual

Cuando las personas escuchan la palabra amor, ¿qué les viene a la mente? Principalmente —una relación de amor sexual—. Pero para el buscador de la Verdad, el significado de esta palabra es más amplio, más completo; después de todo, Dios se convierte (o debería convertirse) en el Objeto Principal del amor de uno.

Según la opinión de algunas sectas pervertidas, no hay lugar para el llamado amor «terrenal» en el Camino espiritual; incluso lo llaman «pecado». Sin embargo, eso no es verdad. Después de todo, ese amor puede enseñarnos el todo abarcante amor espiritual y, por lo tanto, ayudarnos a avanzar en el Camino. Más aún, ¿cómo puede alguien amar a un Dios «lejano» e «irreconocible» (en su opinión) si no sabe cómo amar a alguien que está cerca? ¿Cómo aprender a aceptar la Voluntad de Dios, si en las relaciones con otra persona nos es difícil comprometernos y dejar de insistir en la opinión propia —incluso con respecto a cosas de poca importancia—? ¿Y cómo aprender a dar amor sin esperar egocéntricamente que la otra persona lo corresponda? ¿Cómo aprender la ternura, el afecto y el cuidado, si no hay situaciones previas en las cuales esto se pueda aprender?

Las relaciones de amor sexual contribuyen a la excelencia ética e intelectual. En particular, es útil que todos se pregunten honestamente: ¿cuál es mi objetivo principal: recibir placer o dárselo al otro? ¿Aún existe en mí la capacidad de herir a mi pareja de alguna manera? Y —si sucediera—, ¿tendría yo el coraje de hacerme responsable de las consecuencias?

También es importante formarse una actitud apropiada hacia el «sexo grupal» y otras «innovaciones» que ahora se propagan supuestamente en vías de «desarrollar el poder de la conciencia» (poder personal). Invitan a todos al azar, incluso a aquellos que no tienen una pareja permanente con quien asistir a tal «retiro espiritual».

Existe el término «adulterio». ¿Qué significa? Significa una pasión excesiva por el sexo, en la cual Dios, como Propósito Principal, se pierde de vista, y es reemplazado por las fantasías sexuales, y con la mayor parte de nuestra concentración enfocada en el sexo y en las parejas sexuales. Además, las caricias mutuas con tales parejas no contribuyen al desarrollo de emociones refinadas en uno mismo. ¿Y qué hay del desarrollo del «poder personal»? Sí, sucede, pero en este caso se desarrolla un «poder personal» grosero, que lo acerca a uno al infierno y no al Creador. Este es el resultado de «mezclar las gunas»*, es decir, combinar y mezclar las energías de las personas con niveles de energía fundamentalmente diferentes en la «escala de sutileza-grosería». Las personas con energía no refinada son los principales participantes de tales «retiros», y por ende, ¡las personas espiritualmente avanzadas —nunca participan de tales eventos—!

Y no nos olvidemos del peligro de la propagación de las enfermedades correspondientes.

Esta es la opinión del Maestro, así como la mía.

Lo que sucede entre dos personas que se aman —es un asunto íntimo—. Solo un testigo es apropiado para tales casos —Dios—, Quien creó a las personas particularmente para este amor, en aras de —desarrollar diferentes tonos del gran amor en ellos—.

Todos quienes han entrado al Camino espiritual deben encontrar una respuesta propia para la pregunta principal que se plantea en la situación de enamorarse de otra persona: ¿es mi amor por él o ella mayor que mi amor por Dios, Quién nos creó a todos? ¿Es él o ella una barrera para mi Objetivo Principal? Y si la respuesta es «afirmativa», ¿soy, en este respecto, una legítima «buscadora de la Verdad»?

Yo estaba buscando la respuesta a todas estas preguntas. Y —las encontré—.

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Concebir y criar hijos es otra forma de desarrollar la capacidad de amar. Probablemente se le pueda llamar —la escuela de amor más severa—. ¡De hecho, el amor verdadero requiere toda la fuerza del alma! Sin embargo, muy a menudo es precisamente un «amor por los niños» incorrectamente entendido —lo que arruina sus destinos—. En tales casos, se vuelven egoístas y no pueden adaptarse a la vida «adulta». ¿Y qué clase de niño criarán a su vez estos supuestos «adultos»?

Al inmensamente consentir y «compadecer» a los niños, complaciendo todos sus caprichos, les hacemos un mal servicio, haciéndoles incapaces luego de hacer frente a la vida. Una de las motivaciones al criar a los hijos debe ser el recuerdo constante de que, tarde o temprano, tendrán que enfrentar la vida por su cuenta. ¿Qué harán entonces? ¿Y qué respuesta daremos a Dios, Quien nos confió la crianza —de sus hijos—?

A su vez, todos —cada uno de nosotros— tendremos que responder ante Dios por lo que hemos hecho con Sus muchos otros hijos, es decir, animales, plantas y todo el planeta en el que vivimos. Cuánta gente, creyéndose sinceramente «amante» de los animales, es capaz de… alimentarse de sus cadáveres después de haber sido masacrados simplemente por —glotonería—. E incluso, aún después de conocer las terribles condiciones en las que estos animales son masacrados, la gente continúa deleitándose con el sabor de estos cadáveres.

¿Y por qué esto está sucediendo? ¡Porque «así es como se vive en todo el mundo»! A todos, nos enseñaron desde la infancia que asesinar… ¡es normal! ¡Y a la vez que lo hacemos, nos consideramos todos… «bellas personas»! Pero Dios opina diferente. Él intenta explicarnos lo que es el dolor del otro, otorgando, a quienes han vivido en el pecado, una muestra —de dolor— a través de las enfermedades y una muerte difícil…

En el Camino espiritual, es muy importante aprender una actitud cariñosa y afectuosa hacia todos los seres vivos (no agresivos). ¡El que ama realmente, es incapaz incluso de «tan solo» arrancar una brizna de hierba o una hoja! Tal persona, siente el dolor del otro como propio. Habiéndose convertido en un corazón espiritual desarrollado, percibe —todo lo que le rodea— como su amor.

Gradualmente, le es revelado a esta persona que nuestro mismo planeta Tierra, fue creado por el Amor del Creador. ¡Es una Parte de Dios en el Aspecto del Absoluto!

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Solo si uno mira a todos los seres vivos como les mira el Creador, entiende que amar —es desarrollarse espiritualmente y ayudar a las otras almas encarnadas en esto—.

¡La vida de Dios es —un desarrollo constante—! Es por esto, por Su propia Evolución, que Él Crea Su Creación. Por lo tanto, desde el punto de vista de Dios, amar a una persona significa —ayudarle a desarrollarse a sí misma lo mejor posible y a deshacerse de lo que le es dañino y superfluo—.

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Siempre, desde que te conozco, te has mantenido como Quién Eres, —Amor y Luz—. ¡Tú —has ganado todas las batallas—!

¡No retrocediste incluso cuando la oscuridad me rodeaba, cuando parecía que no había nada más que eso y que nunca más, nada más habría!… Resististe incluso cuando sucedió que yo misma me convertí… en esa oscuridad…

¡Me mostraste en ese entonces —lo que significa— amar a una persona! ¡Me mostraste el verdadero y más elevado significado de estas palabras!