El Maestro/¿De qué otra manera puede uno convertirse accidentalmente en un demonio? ¿De qué otra manera puede uno convertirse accidentalmente en un demonio?Los tres años que pasaron entre mi primer contacto contigo a través de los libros, y conocerte en persona, fue un tiempo difícil pero muy feliz para mí; fue un momento de búsqueda y descubrimiento, en el cual Dios —uno tras otro— me fue confiando Sus secretos, permitiéndome sumergirme más y más en Él. Él, se reveló ante mí en varios Aspectos; primero, como Espíritu Santo, luego, en su Manifestación más alta, —como Dios Padre— es decir, el Unido Nosotros universal. Me dio tanto Amor y Conocimiento como pude asimilar, e incluso, al parecer, mucho más que eso. Todo lo que me quedaba por hacer para que la Unidad con Dios se volviera estable, permanente e independiente de las circunstancias externas, era establecerme en los estados superiores que ya había experimentado. Parecía —tan simple—; tan solo dar, un paso más. * * * Un evento importante para mí en el Camino, fue recibir el conocimiento sobre mi encarnación previa. Me fue revelado al comienzo del Camino. No fue fácil hacer frente a este conocimiento. Me ayudó y, al mismo tiempo, me obstaculizó. Me ayudó porque me hizo consciente del trágico destino del hombre que fui en mi vida terrena anterior. Él, también buscó la Verdad, pero no logró encontrarla; aunque estuvo muy cerca. Para mí, durante los momentos desafiantes del Camino, —recordarle— me ayudó a encontrar la fuerza para hacer frente a las dificultades y seguir adelante, más por «él» que por «mí», de modo que «su» búsqueda, «su» Camino —pudiera completarse—. Sin embargo, este conocimiento también me obstaculizó, porque en algún momento, me dejé llevar demasiado por mi «pasado», buscando coincidencias y conexiones entre «él» —y mi vida y destino actuales—. Esto fue especialmente cierto cuando comencé a «reconocer» a las personas de mi encarnación anterior a mi alrededor. Por lo tanto, convertí —el importante conocimiento, necesario solo para el autoanálisis y la posibilidad de corregir mis errores éticos del pasado— en… una historia de detectives, —un juego—. Y me llevó mucho tiempo dejar de jugar este juego. Era necesario dejar este «equipaje» donde debía estar, —en el pasado—. ¡Pero, «dejarlo», a veces no es tan fácil! Además, tales «juegos» pueden ser peligrosos, porque allí, en el pasado, se puede encontrar uno con el infierno y algunos de sus habitantes. Además, puede suceder que un alma, que solía estar cerca de uno en el pasado, pueda estar encarnada ahora. Y es posible, que —al momento presente— esa persona se encuentre cerca, ¡precisamente porque uno ha estado buscando la comunicación con él o ella!… A menudo, uno se esfuerza en continuar las viejas relaciones heredadas de una encarnación pasada. Tales sentimientos, dejan una profunda impronta en el alma —y a veces, incluso— uno puede continuar «amando» ciegamente… ¡a una criatura del infierno! Y, día tras día, uno adopta sus cualidades y se convierte en… ¡lo mismo! ¡Sin siquiera saberlo!… Las almas infernales encarnadas, es decir, las personas que viven en la grosería y la tosquedad, pueden ser encontradas ahora —sin necesidad de «viajar» a las «vidas pasadas»—. Hay muchas personas así en cualquier sociedad, —es inevitable—. Es importante, especialmente para aquellos que caminan por el Camino espiritual, aprender a identificarlas para evitar cualquier tipo de contacto con ellas, sean contactos sexuales, emocionales o por ejemplo, meditaciones conjuntas. Si se da el caso, ocurre una «mezcla» de conciencias. ¡Nos —convertimos en lo mismo— con todos con quienes nos sintonizamos y nos fusionamos como almas! ¡Y todas las cualidades de cada uno de nosotros (como almas) —se vuelven comunes—!
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