Las lecciones de Pitágoras/Capítulo cuatro: El Destino
Capítulo cuatro:
El Destino
Tras lo acontecido con Hamilcar, Pitágoras comenzó a ser admirado por su habilidad como sanador. Y hasta los nobles persas comenzaron a buscar su ayuda.
Un día, un joven comandante persa rodeado de muchos soldados armados, llegó al lugar donde los sacerdotes cautivos descansaban en una de las paradas que hacían en el camino, entre ellos se encontraban Pitágoras y Hamilcar.
Hamilcar, los vio con cierto recelo presto para plantarse y defender a Pitágoras cuando los soldados le rodearon.
«No te preocupes, no estoy en peligro». —Le aseguró Pitágoras.
Junto al noble comandante persa, venía un esclavo que sostenía una jaula con un halcón.
El joven persa ya había comenzado a hablar antes de llegar a Pitágoras:
«¡Mira, griego! Le disparé a este halcón hace mucho tiempo y quería entrenarlo para que cazara para mí. Pero su ala herida aun no sana. Me dijeron que tú eres un gran sanador. ¡Muéstrame tus habilidades! ¿Puedes curar a esta ave? ¡Si no sana tendremos entonces que asarla al fuego ya que no tendría ningún otro valor!»
Pitágoras, se acercó y abrió la jaula.
«¡Ten cuidado, griego! ¡Esa cosa picotea muy fuerte, le hinca las garras a quien sea para escaparse apenas pueda! Y si emprende el vuelo tendremos que salir a atraparla cruzando todo el desierto» —dijo el persa riendo.
Pero el halcón subió con confianza a la mano de Pitágoras, quien lo acarició tiernamente y le dijo algo en griego… Después de unos momentos en la mano sanadora, el ave extendió sus alas con confianza y se elevó en el aire.
¡El halcón sanado inició un gran revoloteo contra el fondo del sol en el cielo, como dando las gracias a su salvador!
—¡¿Pero, qué has hecho?! ¡¿Por qué lo dejaste ir?! —exclamó el joven persa.
—¡No vale la pena causar mal a ningún ser! ¡Cada vida es sagrada! ¡En Egipto, Horus el halcón, es el símbolo de la Deidad que controla las vidas y los destinos de todos los seres! ¡Liberar a este pequeño residente alado del desierto, puedes considerarlo como buena suerte para ti! ¡Salvar la vida de esta ave, involuntariamente puede mejorar tu destino! Tú habrías sido lastimado seriamente en tu próxima batalla y habrías pasado el resto de tus días languideciendo en cautiverio. ¡Pero ahora tienes la oportunidad de evitar ese destino!
»¿No me pediste que sanara el ave? ¡Eso fue lo que hice! Además de esto, casi te he salvado por completo del destino miserable de vivir esclavizado. ¡Si escuchas mis palabras ahora, tan solo serás ligeramente herido en tu próxima batalla, y escaparas de tu destino como esclavo!
»Puedes agradecerme por salvarte de tu mal destino —o maldecirme por la pérdida de tu halcón—. Tú eliges, y lo que elijas también moldeará tu destino.
»¡Las emociones de odio, gratitud, o cualquiera otras, incluidos los pensamientos de la persona, —son muy importantes en la formación del destino propio tanto en el futuro cercano como en el lejano—!
El persa estaba tan sorprendido por lo ocurrido que ni siquiera sentía deseos de estar molesto:
—¿Puedes ver el futuro? ¿Una cosa tan pequeña como un ave en una jaula es capaz de afectar mi vida futura?
—El futuro es fácil de ver. ¡De hecho, nosotros creamos nuestro propio destino justo ahora! Y quienquiera que conozca las Leyes por las cuales todo se desarrolla, puede estimar las oportunidades para el desarrollo futuro de la vida de una persona tan fácilmente como puedes calcular la cantidad de tus monedas de oro, sumándolas o restándolas.
»Claro que para ver los destinos se necesita conocer bien el pasado de cada alma. Pero quien ve no sólo el cuerpo, sino también el alma reconoce fácilmente tanto el pasado como sus propiedades, y las posibilidades en el momento presente. ¡Y esto significa que puede prever fácilmente el futuro!
»¡El halcón, fue una señal enviada por el Poder Divino para advertirte de una desgracia que yace latente para ti!
—¿Fuiste tú también enviado por este Poder para explicarme esta señal?
—¿Lo ves persa? ¡Ya tu entendimiento se ha extendido porque lo has dicho tú mismo!
—¿A qué dioses adoras, griego, para que te den tales habilidades?
—Las personas llaman al Poder Divino por diferentes nombres. Normalmente adoran a ciertos símbolos de este Poder pero sin entender exactamente a Quien adoran. También oran para que se cumplan sus deseos en cuanto a cosechas, lluvia, felicidad familiar, amor, éxito, victorias militares, etc… Los «dioses» que las gentes adoran en los templos reciben variados nombres en los diferentes países. Y las naciones, no solo difieren por sus lenguas, sino que cada tribu humana está en la búsqueda de formas de conectarse con ese Poder que todo lo controla. Así, buscan establecer contacto con esta Fuerza a través de imágenes a las cuales llaman el dios de la cosecha, del cielo, del fuego, de la Tierra, del Sol, o de varias características humanas —desde el amor hasta el odio—… Y los sacerdotes «mediadores», han obtenido grandes ganancias de la adoración humillante de los pueblos. Eso ocurre en este momento en casi todas partes en la Tierra.
»Pero, a pesar de que la Conciencia Divina Primordial recibe diferentes nombres en diferentes lugares, Su Poder es siempre el mismo, no cambia.
»Y no importa cuánto las personas adoren a sus “dioses” falsos, el Poder Divino no deja de manifestar y aplicar Sus Leyes.
… Pitágoras, no solo decía esto para el persa. Entendía que sus palabras eran mucho más importantes y comprensibles para Hamilcar.
Pero los eventos y las circunstancias también permitieron que el joven persa escuchara lo que Hamilcar necesitaba escuchar. Y quienes también escuchaban la conversación, pudieron aprender un poco de esta…
Pitágoras continuó:
—¡Las Leyes por lo que todo existe en el Universo, son eternas e inmutables!
»Los principios de la Armonía y el Amor yacen en la base de todo.
»Si una persona no rompe las Leyes de la Armonía, la Justicia y la Amabilidad, pronto será capaz de reconocer cómo el Poder Divino controla todos los destinos y todo los eventos.
—¡Pero en el mundo no existe eso que tu llamas la armonía y la justicia! —Dijo el persa, burlonamente—. ¡Hemos conquistado la mitad del mundo! ¿Y dices ahora que nosotros los ganadores no disfrutemos los frutos de nuestras victorias?
—¡Ustedes, «los ganadores» inevitablemente obtendrán sus frutos! ¡Pero no serán tan dulces y hermosos como les parecen ahora!…
»¡Te advierto porque tú eres inteligente y puedes entender lo que estoy diciendo!
—Y en tu opinión, ¿qué podría hacer yo ahora para evitar tales desgracias?
—¡Lo principal que tienes que entender es que la vida en el cuerpo terrenal no es eterna! ¡Estas riquezas y poder terrenales que ahora gozas, inevitablemente terminaran con la vida de tu cuerpo! ¡Todas las riquezas terrenas acumuladas pueden ser repentinamente perdidas por el hombre! ¡La vida en el cuerpo puede ser interrumpida en cualquier momento —y entonces acaece lo que las personas llaman, la muerte—!
»El desconocido mundo póstumo, llena de temor a las personas ignorantes. Es por eso que tantos sacrificios y otros rituales son inventados para aplacar este temor y para supuestamente apaciguar a los “dioses”…
»¡Pero los rituales y las ceremonias no cambian para nada el destino propio! ¡Además, los sacrificios sangrientos solo exacerban la oscuridad en la que pueden caer las almas!… ¡Así, la vida póstuma no será mejor aunque entierren con el difunto: sus lujosos objetos de oro junto con sus esposas, caballos, y sirvientes asesinados!
»¡Lo que cada uno se merece personalmente —inevitablemente lo encontrará al otro lado del umbral tras abandonar el cuerpo—!
»¡Solo los actos de amabilidad y de justicia —mejoran el destino propio—! ¡Quien no muestre rabia, odio y violencia —se libera a sí mismo de estos en la vida tras la muerte—!
»¡La vida póstuma no agobiará a quienes pasaron su vida terrenal en emociones benignas!
—Entiendo, ¿y cómo puedo agradecerte por tu servicio, oh Sabio?
—¡Primero y ante todo —aceptando lo que te digo—!
—¿Pero, qué hay acerca de la caravana de esclavos y objetos de valor que estoy obligado a proteger? Si la pierdo, ¿no será esto también motivo por el cual puedo ser esclavizado en el futuro?
—¡Tienes razón y también es así! Ahora mismo en tu vida hay circunstancias que dependen de ti y otras que no.
»Considerando la situación actual, puedes detener la violencia y crueldad hacia los prisioneros que son puestos bajo tu mando. ¡Esto sí está en tu poder!
»También, podrías darme la posibilidad de moverme con libertad dentro de los límites del campamento y sanar a los prisioneros, así como para enseñar a mi discípulo el arte de la sanación.
—¡Bueno, griego, tratare de pedir este permiso para ti!
… El persa se retiró acompañado por sus guardias que no entendieron nada de la conversación, pero sí le contaron a todos cómo el sacerdote griego había hablado el idioma de las aves, había curado el halcón, y lo había dejado en libertad…
Hamilcar y Pitágoras continuaron su conversación.
Hamilcar preguntó:
—Toda mi vida he observado como las personas fuertes dominan a las débiles y en esto obtienen bienestar para sí mismas. ¿Esto no indica también que el poder es sin embargo necesario para la vida y conduce al éxito?
—¡En el caso en que el poder de la persona es dirigido a objetivos probos —este le ayuda a alcanzar con éxito la Perfección—! Pero si no es así…
»Y es común en la vida ver que aquellos que son más fuertes dominen a quienes son más débiles. Esto es similar a como los depredadores dominan a sus presas.
»¡Pero la violencia del león sobre su presa es natural para la bestia, más la violencia de algunas personas sobre otras, las hace mucho peores que los animales predadores!
»Después de todo, el león no mata a su víctima por rabia o ambición, sino solo con el propósito de alimentarse, lo que le permite a su cuerpo sobrevivir. ¡Pero la humanidad ha caído tan bajo, que las personas dan muerte a otros por sus riquezas y por el poder imaginario sobre extensiones de tierra que no podrán nunca pertenecer a los reyes, sin importar cuanto se jacten sobre las tierras conquistadas!
»Y sí, quien tiene un propósito y es determinado, posee el poder de “triunfar” sobre las personas débiles… Y pareciera que un viento justo del destino lo lleva de un logro a otro… ¡Pero si los propósitos del hombre pertenecen al mundo de la oscuridad —entonces sus “éxitos” serán imaginarios—! ¡Estos solo agravan la severidad y el dolor que recibirá luego como “recompensa”! ¡Tales “victorias” para el destino futuro a veces son peores que sufrir una derrota!
»¡Muchas guerras terribles y devastadoras aun deberán suceder en la Tierra para hacer que las personas entiendan cuán grandioso es vivir en paz!
»¡Vivir en paz y en armonía con uno mismo sin las destructivas contradicciones internas entre pensamientos, deseos y emociones, buscando siempre la paz y la integridad —es posible para la persona determinada en este propósito no importa qué circunstancias la rodeen—! ¡Y las comunidades humanas pueden llegar en el futuro a apreciar las ventajas de vivir en un desarrollo comunitario armonioso, en vez de en enemistad y violencia unas contra otras! ¡Nuestro objetivo, tuyo y mío, es difundir este conocimiento entre las personas para que esto sea posible!
»Puedes ver claramente ahora mismo en este Egipto en ruinas que ha llegado a su fin, el inmenso daño de la violencia de un país contra otro, de una nación sobre otra.
»Y el rey Cambises, quien ahora osa asignarse el título de faraón, obtendrá muy pronto lo que estuvo “conquistando” durante toda su vida: una muerte ignominiosa, seguida de una terrible existencia póstuma en donde él particularmente hará frente a todos sus errores…
»¡Y de hecho, la palabra faraón significa Casa de Dios! Y el único digno para llevar dicho título, es Quien logró en Sí mismo la Unión con la Divina Trinidad:
»¡Aquel que se unió al Poder Infinito del Creador Unificado en Su Casa Universal,
»se volvió una manifestación de Su Fuego Creativo,
»e hizo de Su cuerpo un instrumento para la manifestación del Espíritu Divino, la Voluntad Unida del Todo!
»Cambises, pronto sufrirá una muerte sin gloria y ni siquiera tendrá tiempo de disfrutar de las riquezas que ha saqueado ni del poder sobre los vastos territorios que ha conquistado.
»Y tal destino póstumo acontece a todos los tiranos e invasores ciegos por la codicia de poder, crédulos en obtener satisfacción en la posesión de riquezas que no han generado ellos mismos, y que han pretendido ejercer su poder sobre los países que conquistaron. Sus vastos imperios siempre comienzan a desmoronarse desde adentro, como un árbol que se pudre en su centro, para luego, con tan solo una ráfaga de viento hacerlo caer.
»De idéntica forma que este árbol, perecerá el cuerpo envejecido de la persona que haya fallado en crear la paz y la armonía en sí misma…
»Es así como países e incluso civilizaciones enteras desaparecen…
»¡En efecto, quienes están bajo el mando de estos tiranos en las campaña de conquista, corrompidos a su vez, sueñan también con poseer las cosas que van a conquistar y a las personas que van a esclavizar!
»¡Es ahora claramente visible para nosotros, la decadencia de las almas de los invasores cuando observamos tras el conflicto a quienes desdichadamente perdieron todo lo que tenían, —ser arrastrados como esclavos a tierras extranjeras—!
»¡Y así, los imperios y sus gobernadores perecen cuando intentan gobernar ignorando las Leyes de la Armonía del Todo!
»¡Cuán importante es entender que en realidad cada uno de nosotros posee tan solo eso que es, eso que manifiesta!
»Una vez los Dioses me dijeron:
»“Todo lo que en realidad es tuyo —es lo que puedes llevar contigo tras la muerte del cuerpo—. El resto no te pertenece. ¡Es una ilusión!
»”¡Solo la experiencia que absorbió el alma, solo el amor, la pureza y la sabiduría en que tal alma se convirtió, es en verdad lo que tiene un valor real! ¡Es solo esta riqueza integral lo que puede ser guardado y acumulado de una vida a otra! ¡Y son estas las cualidades que deben desarrollarse hasta el Nivel Divino!
»”¡Y entonces, el alma se convierte en la Llama del Amor y adquiere el derecho de unirse con el Poder Creativo del Todo!