Comprender a Dios/Sobre el monacato Sobre el monacatoUno puede conocer a Dios sólo en el monacato. Esta es la verdad. Pero también es importante entender qué es el verdadero monacato. Pues no es necesariamente vivir en un monasterio, llevar cierto uniforme, recibir un nuevo nombre y así por el estilo, sino que es primeramente dedicar la propia vida a Dios. La vida de un monje comprende, ante todo, la aplicación de los métodos del perfeccionamiento espiritual a sí mismo y la ayuda en este proceso a los demás. A este respecto, es fundamental para cada uno intentar comprender si unos u otros métodos e ideas son ofrecidos por Dios o si son simplemente parte de la tradición de una u otra secta desviada. No quiero debatirlo ni insistir en esto, pero, en mi opinión, el celibato (la renuncia al sexo por motivos religiosos) es una equivocación que impide el progreso espiritual de quien lo practica. Lo digo como aquel que conoce muy bien tanto la Meta de la búsqueda espiritual (es decir, a Dios) como el aspecto sexual de nuestras vidas. * * * Vuelvo a decir que el monacato incluye dos direcciones principales: el trabajo dedicado al perfeccionamiento de uno mismo y la ayuda a los demás en este proceso según las propias posibilidades. Aparte de esto, es esencial prestar atención al abastecimiento material de la propia vida. El parasitismo de los monjes, predicado en algunos movimientos religiosos falsos, no debe considerarse como una norma [8,13]. La «mortificación de la carne» y la tendencia a considerarla como sucia y vergonzosa son indicadores de una ignorancia espiritual profundísima. ¡Podemos solamente compadecernos de aquellos que, bajo la influencia de algunos líderes ignorantes, rechazaron la observación de la higiene elemental de sus cuerpos o se encerraron en cuevas, escondiéndose de la belleza de la Creación de Dios! ¡Pues hay que hacer todo lo contrario, porque es imposible aprender a amar al Creador sin aprender a amar Su Creación antes! ¡Los Espíritus Santos viven en el estado de Éxtasis alegre y exhortan a Sus discípulos encarnados dignos a aprender lo mismo mientras estos discípulos tienen cuerpos! ¿Y dónde permanecen aquellos que profanan el amor y la belleza? ¡No es difícil adivinar! ¡Están en el infierno! * * * Como ya dije, el monacato consiste en dedicar la propia vida completamente a Dios haciendo sólo aquello que contribuye a Su Evolución. En este caso, es deseable que uno escoja para servirle a Él lo más alto de lo que dispone entre sus posibilidades individuales. Mientras estamos realizando este servicio, debemos seguir limpiándonos de las emociones y los pensamientos negativos y tratar de no causar daño injustificado a nadie. A este respecto, cabe destacar nuevamente que no debemos causar daño no sólo a las personas, sino tampoco a los animales y a las plantas; y, lo que es aún más importante, no debemos causar daño a Dios obstaculizando, aun en las cosas pequeñas, Su Proceso Evolutivo. Por eso, por ejemplo, la nutrición correcta desde el punto de vista de la ética, de la bioenergética y de la fisiología es la nutrición «sin matanza», es decir, aquella que excluye nuestra participación en el asesinato de los animales. Aclaro para las personas poco educadas que las aves, los peces, los moluscos, etc., también son animales. A través de la Biblia (Génesis 1:29 y 9:1-4), Dios nos dio un criterio para distinguir entre la comida recomendada y la comida prohibida para los seres humanos, a saber, si ven sangre en el cuerpo de alguien, ¡no lo coman! No obstante, casi todas las personas no siguen este consejo y, como consecuencia, tienen diversas enfermedades y son incapaces de avanzar por el Camino espiritual [5-9,11,13,16 y otros]. También es fundamental que la nutrición provea al cuerpo de todos los componentes esenciales, incluyendo los aminoácidos, las vitaminas y los oligoelementos. Para esto sería útil estudiar la literatura «sana» dedicada a este tema [1,18,29 y otros]. Además, sería bueno tener una idea, por lo menos general, del aspecto médico de nuestras vidas en la Tierra, por ejemplo, qué indican unos u otros síntomas y cómo podemos fácilmente deshacernos de la enfermedad que los produce, lo que es especialmente importante en las condiciones de vida en medio de la naturaleza. Algunas telas sintéticas, con las cuales se hace ropa, impiden la interacción bioenergética del organismo con el ambiente. Por eso es mejor no usar constantemente la ropa hecha con éstas. Un elemento muy importante del trabajo espiritual es la sintonización con los fenómenos sutiles del ambiente. Algunos de éstos son la belleza de la naturaleza, los niños (y no sólo los de los humanos, sino también los de los animales) y la erótica, siempre y cuando sea sáttvica*. Quienes han asimilado esto obtienen luego la posibilidad de deleitarse con la Belleza de los Espíritus Santos en Sus diversas Manifestaciones, desde los Mahadobles hasta el Fuego Divino [8-10,14-16,29]. Los materiales publicados por nosotros, entre los cuales hay películas, galerías fotográficas, poemas y textos en prosa, pueden ayudar a todos quienes lo desean a comprender más profundamente lo que estamos examinando ahora. ¡Destaco nuevamente que la erótica sáttvica es un elemento importante de la belleza espiritual! ¡Pues Dios fue Quien regaló los cuerpos bellos a las personas dignas de esto! ¡La belleza es de Dios! ¿Por qué entonces debemos rehusar la posibilidad de llegar a ser mejores —más puros, más sutiles— sintonizándonos con esta belleza? ¡Quienes rechazan la belleza de los cuerpos armoniosos dan lástima, porque se privan a ellos mismos (y a menudo a los demás también) de un medio para llegar a ser mejores ante Dios! Además, contraponiéndose a Dios, tales personas forman para sí un destino muy triste. Entre los Espíritus Santos Que nos han ayudado en nuestro desarrollo y nos han llevado al éxito, no hay ninguno que haya despreciado el cuerpo y haya tratado de profanar la belleza [8]. ¡También el sexo era norma de la vida en la Tierra para, como mínimo, la mayoría de Ellos y, a pesar de esto, Ellos han alcanzado la Perfección Divina! Jesús mostraba ante Sus discípulos Su Amor tierno hacia María Magdalena [8,13], y ahora Ella es uno de los Espíritus Santos [8].
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