El Evangelio de Marta/Capítulo 8. Lecciones de Andrés
Capítulo 8.
Lecciones de Andrés
Andrés me acompañó a casa. Nuestro viaje duró casi una semana.
Yo estaba triste por no poder continuar mi vida y mis estudios entre los discípulos más cercanos de Jesús. Estaba muy avergonzaba por haber fallado y además ahora también distraía a Andrés.
Pero solo era necesario aceptar con calma la simple verdad de que mi papel ahora era mucho menos importante que el papel de Jesús y Sus discípulos más cercanos. Y que ahora podía volver tranquilamente a casa, heñir la masa y hornear el pan de la manera más común, hacer cualquier trabajo, —y al mismo tiempo— continuar aprendiendo a vivir con Dios en mi corazón, llenar el espacio alrededor con amor, incluso si tal amor no es tan grande como el amor que ellos tienen…
¡Yo necesitaba entender por mí misma que esto no era ni una tragedia, ni un fracaso, ni una caída! ¡Solo tenía que fortalecerme en lo que ya sabía, y entender que esto también sería un logro espiritual significativo! ¡Al mismo tiempo, ahora necesitaba vivir de manera tal que el amor llenara mi boca al pronunciar las palabras, que mis manos tocaran todo con amor, de modo que incluso el silencio, una sonrisa o una mirada —transmitieran afecto, paz, ternura y cuidado—!
Durante estos días, Andrés y yo nos acercamos mucho.
Caminamos y hablamos mucho sobre lo que era muy importante para nosotros.
Fueron estos mis estudios posteriores sobre Jesús —a través de Andrés—.
¡Aprendí a sentir la Gran Luz de Jesús protegiéndonos durante nuestro viaje! Comencé a aprender a percibir Su Presencia a pesar de que estábamos lejos de Su cuerpo. Y, después de todo, ¡Él estaba con nosotros todo el tiempo!
* * *
Por un lado, estaba muy contenta de que Andrés estuviera conmigo. Pero, por otro lado, a veces tenía pensamientos tristes sobre la inevitable e inminente separación de ambos, que podría ser para siempre… Me encontraba oprimida por estos pensamientos… Me causaron mucho sufrimiento…
Un día, como respondiendo a todos mis tormentos inexpresados, Andrés dijo:
—A menudo esperamos, de las personas a quienes amamos y creemos que también nos aman, —plenitud en la reciprocidad, el entendimiento, la ayuda, la simpatía y la aprobación—. Y nos sentimos tristes por su falta de atención, y sufrimos si no recibimos el amor que queremos de ellos.
»Pero hay otra posibilidad en el amor. ¡Es amar, olvidándose de uno mismo! Esto significa, amar incluso cuando no haya esperanza de reciprocidad o la felicidad de un largo matrimonio. También significa amar siempre, inclusive si es imposible estar físicamente cerca de la persona amada en esta vida terrena.
»Después de todo, ¡es la unidad de las almas, y no la de los cuerpos, —lo que realmente importa en nosotros— para Dios!
»El amor que conecta la carne con la carne también es puro y no lleva pecado si es sincero, mutuo, cariñoso, y ni siquiera muestra signos de un posible daño a la persona que amamos.
»¡A través del amor mutuo, aprendemos la manera de amar, de modo que luego podamos amar, —con nuestro amor desarrollado— a Dios también!
»¡Ahora, tal Unión con Dios está abierta para nosotros! ¡A través del intenso amor por Dios, —un alma humana se une a Él—, desapareciendo en Su Infinito, en Su Amor Ilimitado!
»Te amo, Marta, y sé que tú me amas. Pero no podemos repetir en nuestras vidas el amor que hay entre Jesús y tu hermana María. ¡Y tú no deberías resentirte conmigo por esta elección de mi parte para mi destino!
»Esta elección sucedió hace mucho tiempo, cuando conocí a Jesús. O más bien, —cuando Él me encontró—…
—¡Cuéntame sobre eso! ¿Cómo te convertiste en Su discípulo?
—No sé cómo decir esto… Él convocó a cada uno de nosotros…
»Nos hicimos Sus discípulos, —y seguirle, se convirtió en una nueva vida completamente diferente para nosotros—. Fue como si Él nos arrancó de raíz de nuestras existencias anteriores, —y ahí comenzó la vida junto a Él en el discipulado a cada hora y a cada minuto—, para el futuro Servicio al Padre Celestial.
»Es como si Él nos movió hacia nuevos destinos…
»Y esta vida ascética no se parece en nada a la que la mayoría de la gente lleva, incluso si son creyentes y claman a Dios.
»¡Hemos vivido con Él durante dos años, —y ha sido tanto que sería suficiente como para diez vidas ordinarias—!
»¡Esto no es para todos!… ¡Y tampoco debe ser deseado por todos!… ¡Porque esto significa deshacerse de todo lo que es superfluo en la vida y hacer que la transformación espiritual y el Servicio no solo sean lo principal, sino la única cosa en la vida!
»Esto puede ser descrito como una plena devoción a Dios.
»Siempre aprendemos —día y noche—.
»¡Y, al estar cerca de Jesús, es fácil aprender a vivir, esforzándose por llegar a ser como Él!
»Me gustaría hablar sobre mi primera conversación con Jesús a este respecto.
»Nos sentamos juntos en un olivar. Yo Le miraba fascinado. Una suave sombra de follaje revoloteaba en su rostro, manos y ropa. Parecía que era solo este juego de luces y sombras lo que hacía visible Su apariencia corporal, y de esta forma la gran Luz del Alma romper desde el mundo Divino e inundar todo alrededor.
»Jesús me dijo entonces:
»—Yo te elijo. Y tú puedes ser Mi discípulo. Pero debo preguntarte: ¿Quieres ser un elegido? ¿Quieres dedicar toda tu vida al servicio de Dios Padre, predicando la Verdad que aprenderás de ahora en adelante? La grandeza de la proeza de la vida espiritual no es un destino fácil… Pero este destino es el que le espera a Mis compañeros. Todavía puedes cambiar de opinión…
»Yo exclamé:
»—¿Cambiar de opinión? ¡No me hubiera atrevido ni siquiera a soñar con tanta felicidad, de la vida contigo, Jesús! Incluso Juan el Bautista, quien me enseñó, te mencionó a Ti más que a él mismo… ¡Todos sabíamos por los sermones de Juan que el Mesías vendría! ¡Queríamos verte y escuchar Tus discursos! ¡¿Es posible querer más que, ser Tu compañero y discípulo?!
»Jesús explicó con calma:
»—Pero no todos pueden vivir solo para Dios…
»Luego agregó:
»”Este será tu nuevo destino. ¿Lo aceptarás?
»Y ahí vi todo mi Camino futuro y lo acepté de parte de Jesús.
… Andrés y yo caminamos en silencio por un largo tiempo… Y la Gran Luz del Espíritu Santo nos abrazó con la Ternura Divina.
* * *
Al día siguiente, hubo otro evento significativo.
Pasábamos por un pequeño arroyo. Que era venerado como sagrado… Muchos de los enfermos eran lavados y oraban allí.
Vi a una mujer en completa desesperación, un poco apartada de todos. Estaba arrodillada y sostenía un pequeño bebé, de aproximadamente un año y medio o dos… Rezaba a Dios para que sanara a su hijo…
Pero estaba claro, —incluso sin la capacidad de leer los pensamientos—, que ella ya no tenía ni fe ni esperanza…
Nos acercamos y miré al niño…
¡Sentí toda la angustia de esta mujer!… ¡Y mi deseo de ayudar se volvió irresistible!
Fui a decirle al menos unas palabras de consuelo, pero no sabía cómo empezar… Parecía que la mujer estaba tan consumida por su dolor que no estaba de humor como para escuchar historias sobre Jesús…
Aun así, decidí decirle:
«No tengo poder para curar a tu hijo… Pero conozco a Quien en Él el Poder de Dios está siempre presente, Aquel Quien cura a las personas de enfermedades incurables e incluso resucita a los muertos. El resucitó a mi hermano Lázaro cuando llevaba ya cuatro días de fallecido… Su nombre es Jesús. ¡Él sana con el Poder del Amor Divino, —el Poder del Padre Celestial—!
»Jesús físicamente no está aquí ahora. Pero Él dijo que Él, —como Alma— siempre estará conmigo y con todos los que Le acepten en su corazón.
»¡Intentemos juntas mirar hacia Él en busca de ayuda!
La mujer me miró. Su antigua desesperación silenciosa había desaparecido ya.
Andrés se acercó y puso las manos sobre el cuerpo del niño. ¡Entendí que ahora todo saldría bien! ¡Y le agradecí a Andrés, a Jesús y al Padre Celestial!
La Luz del Espíritu Santo fluyó y envolvió el espacio.
No supe cuánto tiempo duró esto… Cuando comencé a percibir de nuevo la realidad del mundo ordinario, —el niño curado, sonriendo tranquilamente, dormía en las manos de la madre—. ¡Y Andrés le dijo esas palabras comunes que, si se entienden, convierten la curación en un resultado feliz irreversible!
* * *
Más tarde ese día, le pregunté a Andrés:
—Entonces, ¿tú también puedes sanar, como Jesús, con Su Poder?
—A veces… Esta habilidad viene gradualmente… Cuando sucede, es como si el Poder de Dios y un entendimiento confiado de que Esto en este momento puede ser usado para el bien, —se manifestasen desde las Grandes Profundidades—.
»Ha ocurrido más de una vez. Pero no siempre sucede.
»Predicar a la gente cuando Dios habla en mí, —es más fácil—…
»Tú también lo intentaste hoy: tan grande fue tu deseo de ayudar y tu creencia de que Jesús podría hacerlo sin siquiera estar físicamente cerca.
»La Luz del Espíritu Santo se te reveló y te dio el Poder. ¡Y a mí también se me permitió ser voluntario y ayudar!
Andrés, después de una pausa, continuó:
»¡Y sin embargo Marta, la típica “felicidad terrenal” —es tan frágil—! ¡Depende tanto de las cosas externas!…
»Un niño nace, —y es una felicidad—… Una persona amada está muy enferma o muere, y es un pesar… Una persona enferma es sanada, —y es una felicidad nuevamente—…
»Estas son las fuentes de la felicidad y el pesar humano: eres amado, alabado, tus sueños se cumplen, —y eres feliz—… ¿Pero si todo se vuelve diferente?
»¡Si un sólido, a primera vista, aunque ilusorio, bienestar externo se derrumba, entonces, sin la confianza en el inquebrantable Amor de Dios, no resistiremos la batalla espiritual por la Perfección!
»En este mundo, uno puede vivir de acuerdo con las leyes de la densa existencia material “manifestada”: entre objetos y eventos…
»Pero puedes comenzar a vivir de acuerdo con las leyes del mundo espiritual. ¡Aquí —las posibilidades son casi ilimitadas—!
»Ya sabes que el alma puede llegar a ser mucho más grande que el cuerpo. Pero superar el tamaño del cuerpo y llenar el espacio, expandiéndose más y más, —es solo posible para un alma que crece adecuadamente—. Y, creciendo así, tal alma puede adquirir gran fuerza y muchas habilidades.
»Pero es muy importante que la posesión de este poder no lleve a una persona a ser malvada. Sin quererlo o debido a la grosería e impureza del alma, —existe un peligro real para el alma que tiene gran poder, de reducir la vida al mero uso de la magia para la satisfacción de los deseos personales—.
»A veces pensamos que todos nuestros deseos son buenos. Pero este no es siempre el caso…
»Por lo tanto, es importante, —antes de obtener fuerzas poderosas para influir en el mundo “manifestado”—, fortalecer la Unidad de uno con el Padre Celestial, para actuar así desde el entendimiento de Su Plan. ¡Debemos aprender a hacer esto en cada caso!
»¡Únicamente, cuando se logra la maestría de la Unicidad con la Sabiduría Divina y el Amor, —es que es bueno adquirir el Poder Divino—!
»Jesús nos enseñó:
»“Entonces, cuando se encuentra la Unidad con Dios, tal Alma Divina dirige fácilmente las Corrientes de Poder para la sanación y cambiar otros eventos externos. En el mundo ‘manifestado’ entonces, —todo comienza a suceder como si por sí solo, correctamente, obedeciendo la Corriente Divina, creando todo desde las Profundidades—. Ahí, ¡la Ola del Poder de Dios se eleva, —y parece que nos lleva y crea todo lo que nos rodea con la velocidad que es necesaria—!
»Jesús nos habló de esto como un posible futuro:
»”Pronto se convertirá en un estado natural de vida para muchos de ustedes, solos o juntos, el ir a predicar al mundo. ¡Las Palabras desde las Profundidades Divinas, que deben ser pronunciadas por ustedes, serán fácilmente percibidas! ¡Lo que deben hacer en cada momento, —vendrá como un entendimiento—! Y aprenderán a escuchar Mi Voz. ¡Y Mi Apariencia siempre se hará visible cuando necesiten consejos y ayuda!
»”Es importante permanecer dócil y humilde, para no comenzar a actuar desde el ‘yo quiero’, por ejemplo, para exaltarse a uno mismo. ¡Es necesario continuar cumpliendo solamente la Voluntad del Padre Celestial!
»”¡Es triste ver la arrogancia en aquellos quienes han decidido ayudar a otros! A menudo ocurre en personas que han tocado la Verdad, pero aún no la han cognocido en su totalidad, y no han podido acomodarla por completo en sí mismos.
»”¡Aquel, quien menosprecia a los demás, nunca triunfa en llevar su ayuda! Este solo fortalece su propio engreimiento, que le deshonra ante Dios.
»”¡Yo enseño mansedumbre y humildad, porque es la única manera de hacer espacio para el Poder de Dios en nosotros! Pero el orgulloso —fácilmente cae—…
»¡Todos, tenemos que aprender esto! ¡Tú también, Marta!
»Si Jesús nos hubiera hecho a cada uno de nosotros Perfecto por Su Poder, la ley del desarrollo Divino de las almas se habría quebrantado. ¡Todos tenemos que crecer hasta la Perfección por nosotros mismos! Y las dificultades que enfrentamos en nuestro camino no son una razón para rendirnos, sino que estas son tan solo pruebas que nos hacen más fuertes e inteligentes.
»Dios encarna las almas en los cuerpos y les da la fuerza para mejorarse. Y Él, da libre albedrío para elegir, lo que cada uno quiera lograr.
—Pero, ¿dónde está la línea en la que uno ya puede estar seguro de la exactitud de la elección de uno en grandes términos, y cuando tomamos decisiones específicas? ¿Es posible saber esto? ¿Cuánto más sufrimiento tiene uno que soportar del sentimiento de inferioridad y culpa?
—¡Trata de no ser tan dura contigo misma, Marta! Un exceso de sufrimiento por la sensación de pecado y culpa ata a una persona y le presiona con una carga demasiado pesada. ¡No le permite a uno seguir adelante!
»Quizás sería un error no sentirse culpable cuando cometemos un error. Pero si acumulamos tales estados en nuestra memoria y vivimos con esta carga, entonces nosotros mismos nos creamos un sufrimiento innecesario.
»Hay una diferencia entre los pecados por ignorancia —y los pecados que se cometen a sabiendas basados en la autocomplacencia, tales como la falta de voluntad, la pereza, el orgullo, la envidia, la codicia y la agresión—…
»Ambos tipos de comportamiento pecaminoso afectan negativamente el destino de una persona. Pero lo hacen de manera diferente.
»Cuando una persona se desvía conscientemente de Dios hacia la maldad, las dificultades y las tentaciones en su vida se vuelven inevitables.
»¡Cuando —con la pureza de pensamiento— una persona lucha por la cognición, entonces, ante cualquier prueba que deba enfrentar tal asceta, le desciende la ayuda desde nuestro Padre Celestial!
»¡Vive ahora como si estuvieras caminando en la vida junto a Jesús encarnado, y en cada momento puedes tocarle con tu mano!
»¡Comienza cada día no con pensamientos acerca de tener que hacer “esto o aquello”, sino con amor por Dios y por todas las criaturas en Su Creación! ¡Desde este Amor-Cuidado, es fácil obtener poder para asuntos grandes y pequeños, sin verse involucrado en cosas “terrenas” más de lo necesario!
»Por cierto, ahora puedes enseñar a Lázaro las cosas nuevas que has aprendido.
»Y sin embargo, te pido: ¡ten cuidado! ¡Ya hay muchos quienes quieren matarte, —por ser testigo de los increíbles milagros realizados por Jesús—! Ahora, debido a que el rumor de Jesús ya se ha extendido en muchas naciones, la fuerza de la oposición también está creciendo…
»Vamos a recorrer muchas más tierras en los próximos meses. Y por la Pascua, tendremos que volver a Jerusalén. Jesús lo mencionó como un tiempo significativo… No sé a qué se refería, pero yo sé que es importante, por eso te lo dije.
… Andrés, al verme en casa, no se quedó en nuestro hogar, sino que comenzó su regreso al día siguiente.