English Español Français Deutsch Italiano Český Polski Русский Română Українська Português Eesti 中文 日本

Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo 7. ¡Uno debe cultivar el Amor y la Pureza en uno mismo!
 

El Evangelio de Marta/Capítulo 7. ¡Uno debe cultivar el Amor y la Pureza en uno mismo!


Capítulo 7.
¡Uno debe cultivar el Amor y la Pureza en uno mismo!

Ahora, en ocasiones, los discípulos de Jesús intentan también hacer su parte en predicar y sanar. Varias veces Jesús les permitió, a dos o tres a la vez, ir a las aldeas y aprender a predicar sin Él.

A veces volvían, golpeados con piedras y disgustados por sus fracasos. Pero a veces, también sucedía que sus sermones tenían éxito.

Todavía no se me permitía ir con ellos, aunque realmente quería decir a todas las personas lo que ahora yo sabía.

… Y así, un día, fuimos con Andrés a comprar comida al pueblo más cercano.

En el mercado, a una poca distancia de Andrés, cuando yo elegía qué aceite comprar, escuché cómo un hombre le decía a otro, señalando a Andrés: «¡Este se parece a los que caminan con Jesús de Nazaret, que dicen palabras perturbadoras y pretenden hacer sanaciones!» La gente de alrededor comenzó a discutir sobre los rumores acerca de Jesús y los milagros que Él realizaba.

Ellos, particularmente hablaron sobre la resurrección de Lázaro: que no era verdad y de que todo no era más que ficción…

No consideré necesario restringirme y objeté:

«Yo soy la hermana de ese Lázaro, y puedo atestiguar el hecho de que la resurrección de él por parte de Jesús es verdad. Mi hermano estuvo muerto durante cuatro días cuando Jesús lo devolvió a la vida en el cuerpo».

… Con toda la pasión y el poder del alma que pude reunir, comencé a hablar sobre Jesús… Mi voz se quebraba y las lágrimas brotaban de mis ojos.

No esperaba la reacción que siguió… ¡Había tanta ira en estas personas! ¡Me acusaron de mentir! ¡Muchos en su excitación comenzaron a proferir maldiciones hacia mí y hacia Jesús! Y entonces, alguien gritó incitando a todos a arrojarme piedras…

Yo siempre fui una chica decente y obediente, nunca antes causé disturbio alguno entre las personas. ¡Y de repente, —todo esto—!…

¡Pero estaba tan segura de mi rectitud y de mi conocimiento de Jesús que no tuve miedo, sino que comencé a discutir aún más acaloradamente!

Andrés corrió y rápidamente me alejó de la multitud enojada. Maldiciones y piedras volaban hacia nosotros.

Como resultado, fuimos incapaces de comprar las provisiones…

Regresamos sin nada, y me sentí culpable y miserable. Lloraba por la injusticia.

La sangre brotaba de la sien de Andrés: había sido alcanzado por una de las piedras que nos arrojaron.

Pero Andrés, sin prestarle atención a esto, me dijo con calma y ternura que no siempre era necesario mostrar la verdad a todos, y que incluso el mismo Jesús trataba de hablar solo a aquellas personas que quieren escucharle y están dispuestas a creer en Sus palabras. Y que no tiene sentido convencer a una multitud malintencionada acerca de nada.

Apenas si escuché a Andrés, y ni siquiera intenté contener mis lágrimas. ¡Estaba tan amargada y avergonzada! Después de todo, fue por mi culpa que tuvimos los problemas…

Jesús nos recibió con Su habitual ternura. Puso Su mano sobre la cara de Andrés, —y la hemorragia se detuvo—.

Luego Se acercó a mí y me abrazó:

—¡Este evento no es digno de estas lágrimas tuyas! Escucharás muchas más mentiras de parte de la gente acerca del Padre Celestial y de Mí…

»Ahora, ¡mientras Yo esté contigo, no hay razón para lamentarse por lo que es pequeño, cuando deberías alegrarte por lo que es Grande!

—¡Pero todos padecerán hambre por mi culpa!…

—Bueno, ¿es acaso esto un problema?

—¡Pues sí!…

—¡Entonces, vamos a alimentarnos nosotros mismos! ¡Trae agua del arroyo, Marta, —y almorzaremos—!

… No podía detener mi angustia por todo lo vivido. Prolongué mi estadía en el arroyo, tratando de calmarme. El agua que corría por las rocas era fresca y clara; me lavé la cara y las manos con esta durante largo tiempo antes de llenarla en la jarra.

Cuando regresé, Jesús tomó mis manos entre las Suyas. Y luego, juntos, comenzamos a dividir el último trozo de pan que nos quedaba…

Jesús me rodeaba desde atrás de mi cuerpo. Un calor y un Poder especial emanaron de Él. Sus Manos partieron el pan con mis manos. Y cálidas rebanadas de pan, como si recién horneadas, llenaron una gran bandeja de madera.

Una cosa es oír hablar de tales eventos… y otra muy diferente es, —con las palmas de las manos estando en las Manos de Jesús—, tocar el pan que era creado por Él… ¡Mi júbilo ahora carecía de límites!

Cuando el pan fue suficiente para todos, Jesús me dijo:

«¡Bien, ya ves lo simple que es todo en este mundo si no pierdes el contacto con el Padre Celestial ni siquiera por un momento!

»¡Y que no es necesario caer en la desesperación por el fracaso cuando sabes que estás en el Camino correcto!

»¡Aún más querida Marta, debes aprender a controlar tus emociones! ¡Y tú ya sabes cómo hacer esto!

…Todos se lavaron las manos y se sentaron en el suelo alrededor de la fogata y la mesa improvisada. Yo me encontraba sirviendo agua de la jarra.

En ese momento, un pastor con un rebaño de cabras y ovejas pasaba de largo. Nos pidió permiso para compartir con nosotros el calor del fuego y la comida, y a cambio, nos ofreció una oveja coja, que se lastimó una pata y casi no podía moverse por sí sola.

Pero Jesús extendió su mano —y la pierna del animal fue sanada—. La oveja corrió alegremente hacia el resto de la manada.

El pastor se llenó de la sorpresa acostumbrada de una persona de mente simple, para la cual un milagro Divino es solo una alegría y una parte natural de la vida cotidiana. Nos ofreció biscochos con queso casero y se sentó con nosotros para una comida modesta.

Al día siguiente, cuando el pastor y su rebaño nos dejaron y siguieron su camino, los discípulos le preguntaron a Jesús:

—¿Cómo haces todo esto, Maestro? ¡No nos has enseñado todo lo que Tú Mismo puedes hacer! ¿Cómo multiplicas Tú los alimentos y curas instantáneamente las heridas graves?

»Tratamos de usar los poderes curativos, y estamos aprendiendo a dirigir las corrientes de Luz… ¡Pero esto es tan pequeño en comparación con lo que Tú haces con facilidad! ¿Cómo podemos aprender esto?

—¡Ya les he dicho un poco acerca de cómo todo lo que vemos desde afuera a través de los ojos de nuestros cuerpos, es en realidad Luz en esencia!

»Aquel, que ha aprendido a ser la Luz del Espíritu Santo y a mirar desde esta Luz, puede ver la naturaleza de Luz de todo lo que se manifiesta en este mundo, —por la visión espiritual propia—.

»Sí, tanto las piedras como el pan, y así nuestros cuerpos, están meramente organizados de una manera especial, y existen en correspondencia con ciertas leyes Divinas relacionadas con la acumulación del fluido de la Luz.

»A los Hijos e Hijas de Dios, le son dadas oportunidades de influir —por el poder del Alma, que también es Luz—, sobre esa Luz que es la Base de los objetos sólidos.

»De esta manera, podemos crear pan a partir de la Luz. O —curar enfermedades—, restaurando el orden natural de la Luz en los cuerpos o en sus órganos particulares.

»Esta capacidad de influir en todo el universo está establecida por Dios en la naturaleza de una persona que crece espiritualmente.

»Pero incluso antes de desarrollar la visión Divina y el entendimiento Divino de la esencia de todo lo que sucede, casi cualquier persona está en uso parcial de estas habilidades, pero lo hace de manera inconsciente.

»Las energías, llenas del poder de las emociones del amor, producen creación y sanación.

»Pero cuando las energías de una persona se derraman, obedeciendo las emociones de miedo u odio, —la destrucción sobreviene—.

»A menudo sucede que las emociones negativas de alguien perturban la armonía dentro y alrededor de nuestros cuerpos. Esto perjudica tanto a las personas dañinas como a las otras criaturas. Por lo tanto, es bueno que una persona común no tenga mucho poder para implementar en la realidad todo lo que esta persona piensa y todo lo que le gustaría hacer.

»Los pensamientos confusos y las imágenes borrosas de casi todas las personas, permiten que solo una pequeña parte de lo que tal persona desea ocurra en el mundo material. Un pensamiento se construye, y luego otro pensamiento subsiguiente puede destruir al previo…


»Con los pensamientos y emociones, que se encuentran lejos de la pureza, las personas a menudo violan el orden natural del flujo de Luz en sus cuerpos. Y esto puede conducir a enfermedades.

»Además, muchas personas crean un espacio a su alrededor con energías tan groseras, que el odio puede manifestarse de manera fácil y descarada, y la humildad y la amabilidad pasan a ser innaturales…

»La persona promedio, quien generalmente se encuentra lejos del conocimiento de su naturaleza, oscila, como un péndulo, entre el bien y el mal, alegrías y tristezas, confianza y dudas, bondad y crueldad…

»Pero todo está conectado con todo. ¡Todos estamos conectados entre nosotros y con Dios, —el Padre y la Madre de todo lo existente—!

»E inclusive, los pensamientos —sean estos buenos o malos—, regresan como un eco a sus fuentes, trayendo las consecuencias correspondientes a los destinos de las personas que los crearon.

»Solo en la Unicidad con el Padre Celestial, se puede encontrar el Poder que influye en los objetos materiales varios o los cuerpos humanos para sanarlos. Y, de esta manera también, llega el entendimiento de —cuando la sanación es para el bien, y cuando es para el mal—.

—¿Cómo puede haber sanación para el mal?

—Puede suceder… sanar el cuerpo sin sanar el alma puede hacer daño. Tales curaciones cambian los destinos de las personas sanadas, y por lo tanto, las secuencias de varios eventos predestinados asociados a esta persona también cambian.

»Aquí hay un ejemplo simple y obvio. Curamos a un guerrero valiente y fuerte de una herida mortal, pero luego él continúa obedeciendo órdenes, participando en guerras de conquista, matando a otras personas, arruinando hogares y dejando huérfanos a los niños…

»Aquí, las consecuencias para él y para otras personas similares son obvias.

»Pero en cualquier caso, cuando el alma no aprende las lecciones apropiadas después de la curación del cuerpo y no se embarca en el camino de la corrección y la transformación, entonces ¡la curación no es para el bien!

»¡Dios —nunca— envía enfermedades ni castigo a las personas! Sino que son las acciones y los pensamientos erróneos propios los que atraen a la vida de uno tales eventos, los cuales están diseñados para educar a las almas, ayudándoles a purificarse y a hacerse mejores.

»Por lo tanto, nuestra ayuda debe ser sabia. Y el poder, que nos es otorgado por Dios, aumentará en la medida que entendamos cada situación y el destino de cada persona.

* * *

Continuamos con nuestros viajes…

Jesús a esta altura predicaba mucho. Y a menudo, era recibido por multitudes alentadoras. ¡Me parecía que pronto el mundo entero sabría acerca de la venida del Mesías, —y que la «Edad de Oro» de la Justicia Divina reinaría—! Él era escuchado tanto por ricos como por pobres, y también por personas de diferentes nacionalidades e incluso de diferentes fes.

… Un día, vimos a un soldado romano hablando rudamente con un anciano y su esposa cerca de una humilde choza. El soldado les quitaba su última provisión de alimentos porque estaba recolectando provisiones para su unidad militar. Claramente él no estaba contento de tener que hacer esta tarea ni por la situación, pero expresaba su descontento haciendo su conversación aún más adusta con estas personas mayores.

Ya había tomado todos los panes y quesos, y ahora exigía el vino. ¡Pero el anciano desesperado le decía que ellos no cultivan uvas ni hacían vino!

Jesús se acercó al soldado y le dijo:

—¿Acaso crees Avitus que evitarás la vejez y la muerte, las privaciones y las enfermedades? ¿Crees acaso que tu salud y fortaleza siempre estarán contigo? ¿Crees que si mueres joven en la batalla por el poder de Roma, serás feliz en tu existencia póstuma?

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué clase de preguntas raras haces? ¿Eres acaso otro profeta judío seguido por espectadores ociosos? ¿Y ahora pretendes enseñar, —a un legionario romano—? ¡¿No tienes miedo de renunciar a tu vida ahora mismo?!

… El guerrero tomó la empuñadura de su espada, enfatizando así su amenaza.

—¡No te temo Avitus, porque no solo sé tu nombre, sino mucho más de lo que tú mismo no sabes!

»¡No eres tú quien Me dio la vida, y tú no eres quien puede quitármela! Cuando llegue el momento, aceptaré la muerte de Mi cuerpo por Mi propia voluntad. Y entonces Me recordarás y sabrás con Quién te has encontrado y con Quién has hablado.

»Te digo más, —trata de aprender no solo el poder y la capacidad de obedecer órdenes, sino también la capacidad de pensar—. Tu decisión de hoy cambiará tu destino.

… El soldado se congeló por un momento. Ante sus ojos interiores, las escenas de su posible futuro flotaron, —pero… no el futuro heroico que había imaginado previamente para sí—…

—¿Quieres ser un anciano débil con una existencia miserable durante muchos años? —continuó Jesús.

—¿Qué clase de maldición me proferiste? ¿Quién querría estar en este horror?

—Te mostré tu posible futuro. Entiende que ahora mismo, al tomar con tus manos de estos ancianos, estás escribiendo con estas las páginas finales de tu vida…

—¡Maldita tribu! ¡Todos ustedes son magos con creencias salvajes! —gritó Avitus.

… Entonces, el soldado tiró la bolsa con provisiones a los pies del anciano. Hizo una señal de «protección» con sus dedos, que se consideraba protegía contra la magia y el «mal de ojo». Luego fustigó su caballo y corrió, levantando nubes de polvo…

* * *

Al avanzar, habiendo tranquilizando a los ancianos con la promesa de que el soldado no regresaría, Jesús continuó hablando con calma:

«No siempre tiene sentido interferir con palabras y acciones en el destino de las personas. Pero este hombre ya estaba bastante cerca de entender la injusticia de sus acciones. Y él es lo suficientemente fuerte e inteligente como para cambiar su vida para mejor. Creo que él tomará las decisiones correctas el día que se dé cuenta de Quién Soy y recuerde este encuentro… Hoy le brindamos la oportunidad de salvarse…

»Un alma desarrollada puede controlar muchos procesos y eventos en este mundo: tanto los estados dentro de los cuerpos como los eventos que ocurren alrededor. Pero la gente generalmente no sabe esto y, por lo tanto, permiten que todo suceda como por casualidad.

»Pero, si alguno entiende que el avance propio en el flujo de la vida depende en gran medida de uno mismo, y si hace esfuerzos en la dirección correcta, —entonces habrá menos caos en su vida—.

… Esa reunión con el soldado romano fue ocasión para muchas de nuestras conversaciones en las noches alrededor del fuego. Pero la mayoría de estas conversaciones se redujeron a la discusión de los desastres llevados a cabo por el poder de los romanos. Muchos discípulos desahogaron sus emociones y expresaron sus opiniones acerca de la opresión sobre la gente de parte de los romanos. Y también, —fueron derramadas palabras de indignación sobre los escribas y fariseos—…

Una de estas veces, Jesús vino y se sentó. Él escuchaba. Su rostro brillaba suavemente a la luz del fuego. El silencio de la noche nos rodeaba por todos lados… Y solo un grupo de personas, discutiendo acaloradamente sobre el bien y el mal, rompían este silencio…


Yo miraba a Jesús y casi no escuchaba las palabras en discusión.

Entonces Jesús habló, como deteniendo la creciente ola de acusaciones contra los romanos por sus muchos males y problemas:

«¡Tienen razón de muchas formas, mis amigos!

»¡Pero sin embargo, la condena es el camino equivocado! ¡Al acusar a la gente de ser malos y viciosos, así como de ser fanáticos en su ignorancia, ustedes también corren el riesgo de sucumbir al vicio de la ira!

»¡El mal nunca puede vencer al mal! ¡El odio no puede vencer al odio! ¡Necesito enseñarles a ganar siempre solo por el poder del amor!

»¡Es muy fácil para un orador exaltado reunir alrededor de sí una multitud de personas que protestan y quieren deshacerse del descontento y la ira que se ha acumulado en ellos!

»Pero es mucho más difícil unir a las personas por el ideal de la creación, la bondad, la compasión y el deseo de cognocer a Dios.

»¡No se requiere esfuerzo alguno para abrir las almas a las manifestaciones de descontento, irritación y enojo! ¡Tal persona es como si revelara algún tipo de “interruptor” que antes bloqueaba las emociones, —y ahora el odio se esparce—!

»A veces sucede que el orador excita específicamente a sus oyentes, señalándoles a qué o a quiénes se debe condenar y odiar… Él le dice a la gente que la “ira justa” es buena…

»A menudo, es así como los gobernantes y los sacerdotes controlan a la multitud, que solo necesita que se les diga a quiénes deben odiar…

»Sucedió más de una vez que palabras de Verdad sonaron en la Tierra, pero la gente no las escuchó o no las entendió… ¡Los profetas fueron expulsados! Y todo lo que conduce a la pureza y a la bondad fue rechazado…

»¡El amor y la pureza en sí mismos necesitan ser nutridos! Y esto es difícil: ¡requiere esfuerzos!

»Ver tan solo el mal en los demás y culpar a todos, —a veces es lo que la gente piensa es lo correcto y justo—…

»Además, incluso si los discursos de los predicadores son correctos, las personas no siempre se transforman por el simple hecho de escuchar las palabras correctas.

»¡Pero el “velo” entre el mundo del Creador y Su Creación es impenetrable para aquellos que no contienen Amor en sí mismos!

»¡Solo el corazón, amando dócil y sinceramente, es capaz de superar este “velo” y conocer a Aquel Quien es Primordial, Santo, Omnipotente y Quien es el Padre y la Madre para todos!

»¡Oh, cómo me gustaría poder enseñarle a cada persona a cognocer al Padre Celestial con su corazón abierto y amoroso!

»¡Nuestra ayuda a las personas debe estar en despertar a las almas, —esas almas que están listas para despertar—!

»A veces esto se hace fácil a través de los milagros en las sanaciones…

»Desafortunadamente, las perversiones en el entendimiento del bien y del mal son inherentes a la historia humana…

»Ustedes hoy han hablado mucho sobre los romanos… Pero… dentro de unos pocos años, será entre los romanos que habrá muchos seguidores de las Enseñanzas del Padre Celestial que a ustedes les doy…

»¡No desprecien a las personas por la juventud de las almas ni por las creencias erróneas inspiradas en las enseñanzas de los falsos maestros!

»Sería muy triste si las Enseñanzas del Amor Divino y la transformación del hombre-alma comenzarán a llevarse a cabo de manera violenta: con la ayuda de batallas sangrientas, nuevamente con la siembra del odio y la destrucción, —en vías de demostrar ante las personas—, la “superioridad” sobre los demás y la excepcional “santidad” de los ritos y rituales propios…

»¡Por lo tanto, ahora debemos sembrar las semillas del verdadero Conocimiento acerca del Camino al Creador, —a través del amor del corazón y la pureza de las almas—!

* * *

Transcurrió un poco más de tiempo… y algo pareció romperse dentro de mí.

No había razón aparente para esto. Pero yo… estaba cansada de la tensión de esta vida inusual para mí: de las noches de sueño en el suelo bajo el cielo abierto, de caminar todos los días entre las aldeas, de pasar muchas horas entre la multitud escuchando los discursos de Jesús… Y estas multitudes humanas se hacían más abundantes…

Dejé de sentir la Presencia Divina tan vívidamente como la sentía antes.

Estaba tan cansada que no podía pensar en nada más excepto… en la fatiga y el convertirme en una carga para Jesús y Sus compañeros. Este sentimiento de culpa me estaba deprimiendo.

Y llegó el día en que Jesús muy amablemente me dijo que ya era hora de que volviera a casa:

«Ahora será un momento muy difícil para todos nosotros, y será mejor si regresas…»

… Él ya sabía que Su hora se acercaba… Y nosotros… aún en penumbras…

Comencé a llorar de pena y vergüenza, y Le pedí que me perdonara por desobedecerle y por permitirme viajar con Él… Jesús me consoló:

«¡No te preocupes! ¡Solo estás cansada! Pero en casa, te darás cuenta de cuánto has aprendido durante estos días de trayecto con nosotros. Y, si lo intentas, ¡sabrás que Yo puedo estar contigo, cerca de ti y en ti, —siempre—!

»Pronto te será muy fácil vivir en Dios. ¡En particular, aprenderás a no hacer nada importante sin haber recibido antes Su Bendición directa!

»¡Dios inevitablemente está siempre aquí, presente: fuera y dentro del cuerpo de cada uno de nosotros! ¡Él es el Testigo de todo lo que sucede en nuestras vidas y de todo lo que sentimos y pensamos!

»¡Solo es necesario correlacionar este conocimiento con tu vida, aceptarlo en tu vida, y aplicarlo en tu vida!

»¿Crees acaso que las pequeñas preocupaciones y el alboroto interfieren contigo mientras estás en la casa? ¡Esto no es verdad! En el pasado, esta vida te lastimaba porque estabas viviendo con la cabeza y no con el corazón.

»Cuando Dios está en tu corazón, incluso dentro del trabajo en la cocina, puedes estar en el Silencio y la Dicha de Su Presencia.

»¡No estés triste, todo resultará bien en tu vida! ¡Nada externo podrá convertirse en un estorbo!

»Y Yo continuaré ayudándote a estudiar cómo aprender gradualmente a apreciar lo que es significativo e importante, y a alejar de tu vida lo que es insignificante.

»Puedes aprender a verme con el alma, —incluso cuando Mi cuerpo no está a tu lado—.

»Andrés te acompañará a tu casa y luego nos alcanzará en Jerusalén.

»No te opongas: será seguro para ti y bueno para todos. ¡Yo sé que es así! —dijo y sonrió Jesús con tanta ternura y afecto que casi me eché a llorar de nuevo.

Luego agregó:

»Pasará bastante tiempo, —y luego, todos juntos saldremos de aquí—. Yo gradualmente les llevaré conmigo, a ti, a Lázaro, y a muchos otros…

»¡Mientras tanto, —gana fuerzas, logra la maestría de la vida que se abre ante ti—!

»Yo podría darte Mi Poder ahora, pero aún no estás lista para aceptarlo… El Poder puede destruir, no solo crear…

»¡Cada uno de ustedes tendrá que recibir este Poder —de parte del Padre Celestial—!

»¡Prepárate a ti misma para esto!

<<< >>>
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
 
Página principalLibrosArtículosPelículasFotografíasSalvapantallasNuestros sitiosEnlacesQuiénes somosContacto