El Evangelio de Marta/Capítulo 5. Sobre el trabajo espiritual y el silencio interior
Capítulo 5.
Sobre el trabajo espiritual y el silencio interior
Después de la resurrección de mi hermano Lázaro, Jesús y Sus discípulos se quedaron en nuestra casa durante bastante tiempo. Jesús, daba Su enseñanza a todos nosotros y a veces a muchos otros, quienes venían a verle después de escuchar acerca de Él.
Para aquel tiempo, Jesús nos habló mucho sobre los esfuerzos que una persona —que acercándose más al Creador y, con este propósito, se esfuerza ahora mismo por conocer todo Su Reino—, puede hacer mientras todavía exista el cuerpo y mientras existan poderes del alma que puedan ser dirigidos precisamente a comprender lo Divino.
En aquellos días, enseñó acerca de la importancia de lograr la maestría del silencio interior, es decir, el estado en el que Dios es realmente cognoscible.
En tales casos, Jesús hablaba de una manera especial. Elevó a cada uno de aquellos con quienes habló, a la altura de percepción de la que eran capaces. Y, el espacio de amor y silencio se reveló en las almas de muchos quienes Le escuchaban. Y su entendimiento de Dios se profundizó.
… Pero esta vez, esto me ocurrió a mí también por primera vez. Ese maravilloso silencio sucedió…
Este silencio pareció aturdirme: mis pensamientos desaparecieron y mi mente dejó de parlotear… Escuché las palabras de Jesús, con mi corazón, como un alma resucitada a la vida espiritual. El significado de Sus palabras… penetró hasta lo más profundo del alma. ¡Una comprensión nació… desde el interior! ¡Y todo de lo que Él hablaba, de repente —se convirtió en la Gran Realidad—! ¡Con gran alegría, el alma, que anhelaba a Dios, se las había arreglado para cognocer, por un breve momento, el silencio viviente en el cual el Divino Padre se revelaba!
Pero voy a decir esto con más detalle…
* * *
En aquellos días, tuve muchas conversaciones con el discípulo de Jesús, Felipe. Es gracias a él que yo —por primera vez desde mi primer encuentro con Jesús—, entendí claramente que todo lo que Él enseñaba era también para mí, y no solo para algunos de Sus discípulos elegidos. ¡Y —que cada una de Sus palabras también se dirigían a mí—! ¡Y —que no basta con tan solo escuchar—! Sino que es necesario entender todo y comenzar a practicarlo en cada día de la vida, sin esperar la hora de la muerte y sin esperar ayuda externa ni milagros. Y —que la salvación de yo-alma—, de esos problemas y tormentos que nos mantienen esclavizados a las cosas materiales perecederas y llenas de sufrimiento, —depende tan solo de mí—.
Felipe me habló mucho sobre sus vidas, sobre Jesús, y sobre su comprensión de cómo superar las dificultades que los discípulos más cercanos de Jesús también tenían.
Tras lo cual me sentí un poco avergonzada con respecto a Andrés, de quien yo estaba un poquito enamorada.
Mi hermana María, estaba tan absorta en su amor por Jesús, que absolutamente todo lo demás en el mundo dejó de tener importancia para ella, y ahora, rara vez hablábamos con ella.
El resto de los discípulos de Jesús, estaban como un poco retirados del contacto con las personas mundanas. No respondían de buena gana a mis preguntas porque me trataban como a una extraña en cuya casa ellos tan solo, eran los huéspedes…
Pero Felipe, —se convirtió en mi amigo desde el primer momento en que se dispuso a ayudarme en la cocina—.
Por ejemplo, una vez le pregunté:
—Dime, Felipe, ¿alguna vez viste algo similar al milagro de la resurrección de los muertos? ¿Es verdad que Jesús tiene potestad sobre la vida y la muerte de cualquier persona?
—Estás hablando sobre el poder… Pero esto es otra cosa… Jesús no está buscando el poder o la gloria… Sí, Él ha resucitado a los muertos antes. Pero generalmente era el retorno de almas de niños o adolescentes a sus cuerpos, si aún esos cuerpos no estaban enterrados. Sus padres y madres se lamentaban, —y entonces Jesús trajo de vuelta a la vida las almas en esos cuerpos de nuevo—. Y algo cambiaba al mismo tiempo en las almas y destinos de todos los que se encontraban alrededor.
»Por lo general, Jesús nos pide a todos que guardemos silencio sobre esto: porque Sus Enseñanzas no se refieren a tales milagros en absoluto.
»Jesús a veces lamenta nuestra excesiva confianza en Él. ¡Porque cada persona debe ganarse la experiencia personal en la cognición espiritual!
»Incluso aunque nuestros cuerpos estén siempre cerca de Jesús, cada uno de nosotros es quien precisamente debe hacer el trabajo de la transformación ética de nosotros-almas. ¡Y es un gran trabajo el que el alma debe realizar en los mundos de la Luz, aprendiendo a percibir esta Luz y a crecer en Ella!
»Jesús lleva alrededor de Su cuerpo un espacio de Amor Divino, Paz, Poder y Luz. Pero incluso para tan solo poder sentir estos Estados Divinos, es necesario que hagamos esfuerzos previos. En particular, se requiere una limpieza profunda del alma de todos los pensamientos y emociones groseras.
»A veces me parece que ya he aprendido a sentir ese Espacio Divino, que siempre se encuentra presente alrededor del Maestro… Pero, —si me permito tener pensamientos o emociones negativas—, entonces me encuentro a mí mismo fuera de este Espacio… Y luego una y otra vez, trato de llenarme de amor para así poder abrir la entrada a esa Luz Divina.
»De hecho, una cosa es saber que no debo ofenderme, enfadarme o sentir celos… Pero otra muy distinta es —aprender a vivir de esa manera: en la cual tales pensamientos y emociones no comiencen a surgir y a crecer—. Especialmente, —cuando de repente— aparece una causa externa repentina…
»Nosotros, Sus discípulos más cercanos, vinimos a Él, siendo todos diferentes.
»Por ejemplo, incluso la aparición de tu hermana María, ha herido a muchos entre nosotros.
»Para algunos, esta fue una oportunidad para encontrar la envidia en uno mismo, —porque Jesús comenzó a prestarle mucha de Su atención—. ¡Pero la envidia y los celos debidos a no recibir la atención del Maestro —es un vicio muy grave—!
»Para otros, su aparición fue la razón para ver en uno mismo la propia arrogancia en relación a las mujeres.
»También hubo otras causas externas que causaron la aparición de muchos de nuestros pensamientos y emociones viciosas. Por ejemplo, Andrés, a quien Juan el Bautista había enseñado durante mucho tiempo, era quien se encontraba más preparado entre todos nosotros para aprender. Y entre nosotros, hubo también quienes por veces celaban sus logros.
»Aquellos quienes están preocupados por sus éxitos o sufrimientos propios, —también son celosos—, ellos —suelen no escuchar a Jesús como deberían, y por lo general no escuchan ni entienden todo de entre Sus palabras—. ¡Pero este yo, consistente de un enfoque excesivo de atención única en sí mismo: en el propio cuerpo, la importancia propia a los ojos de los demás, etc., debe ser destruido, —para que así el Ser Divino del alma pueda brillar—!
»Sí, a menudo decíamos a Jesús, en reverencia a Su Sabiduría y Habilidades: “¡Tú eres el Gran Maestro, el Salvador del mundo!”. Y Él, en respuesta, nos recordaba que, ¡cada uno de nosotros es quien debe enseñarse a sí mismo el trabajo del autodesarrollo! ¡Debe ser llevado a cabo por cada devoto espiritual a través de los propios esfuerzos diarios en superarse!
»Una vez, nos dijo:
»—La mayoría de las personas a nuestro alrededor anhelan milagros… ¡Pero esto es un falso deseo! ¡Los milagros no ayudan de manera alguna! Quizás solo fortalezcan un poco la fe… ¡Pero tal fe es débil! ¡La fe de peso es aquella que, no viendo milagros, reconoce acerca de la Omnipotencia del Padre!
»”Sí, puedo abrazar a toda la Tierra Conmigo Mismo… ¡Sí, mi Amor por las personas es Grande! ¡Pero esto no significa que Yo debo resucitar a todos los muertos, sanar a todos los enfermos, y dar a todos una clara percepción de lo Divino!
»”¡Todos deben aprender por sí mismos! ¡Yo solo puedo ayudar un poco, para que las personas no vaguen en busca de cómo acercarse a la pureza espiritual, cómo obtener logros reales en el Camino espiritual! ¡Y Yo no fui llamado para salvar a la gente de todos sus sufrimientos! ¡Los sufrimientos son lecciones dolorosas para las almas, y son necesarias!
»”¡Yo estoy aquí para mostrar el Camino!
»”¡Aunque Yo soy Consustancial con el Espíritu del Padre, soy tan solo una mera chispa en la Llama Divina Universal! ¡Tan solo una pequeña gota en el Océano Inagotable de la Perfecta Conciencia Universal Unida, —ese Océano— Que llena el universo de Vida! ¡Y, —al mismo tiempo—, incluso tal ‘pequeña gota’, es capaz de poseer todo el Poder del Océano cuando esta expresa Su Santa Voluntad!
»”¡Allí, en el mundo denominado el Reino del Padre, existe otro estado de ser, el de —la Vida de la Paz Divina, la Dicha, el Amor, y el Poder—! Este —estado del Creador— generalmente no se trae hasta aquí, al mundo material. ¡Y solo es posible abrir las puertas, para mostrar el camino a las almas que se han precipitado hacia Él!
»”¡El Reino interminable y omnipotente del Padre es tan grande que solo Aquellos Quienes han desaparecido en Éste pueden abrazarlo! Solo Aquel, Quien se ha transformado a Sí-Mismo-Alma en una Luz Espiritual Radiante y ha logrado la maestría en vivir de esta manera, puede acercarse a esto.
»”Cada uno de ustedes ha sido llamado por Mí, —para aprender esto y para llevar el Conocimiento acerca de Dios a muchas personas en la Tierra—.
…Escuché a Felipe, conteniendo la respiración. ¡Qué gran amor tiene Felipe por Jesús, transmitiendo las palabras del Maestro! ¡Oh, cómo también quise experimentar lo que, como sentí, ya había sido conocido en gran medida por Felipe, Andrés, María y, probablemente, por muchos otros de Sus discípulos!
… En ese momento, Jesús, junto con los discípulos y Lázaro, fueron hacia las personas que se habían reunido en el patio afuera de nuestra casa. Felipe y yo nos apresuramos a unirnos, también, para prestar atención a las palabras del Maestro.
* * *
Jesús comenzó:
—Prometí a muchos de quienes están aquí presentes —hablar más sobre los actos que puede comenzar a realizar—, esa persona que aprendió que el alma vive en un cuerpo en la Tierra solo por un corto tiempo, y que el propósito de esta vida —en el cuerpo— está en la superación personal y en acercase al Creador.
»Nada en el mundo espiritual sucede por sí mismo. La vida en el Reino del Padre se gana solo por grandes esfuerzos espirituales. Estos esfuerzos son la labor diaria del alma, y no meramente por la aceptación de cierto conocimiento de la vida en este mundo material y en otros mundos.
»¡Puedes vivir en este mundo terrenal, aplastado por un cargamento de problemas, por el alboroto de una interminable cadena de asuntos mundanos! Habiendo resuelto un problema terrenal, una persona casi inmediatamente es capturada por otro problema. ¡Deambulando en el pantano de tales preocupaciones, disminuyendo las fuerzas vitales del alma, años e incluso décadas de vida se viven casi sin rumbo!
»Solo ante la muerte del cuerpo, una persona a veces se da cuenta de cuánto tiempo se usó en vano en la vida terrena, cuán poco amor y gozo hubo en ella, y cómo Dios aún permanece inaccesible en la lejanía…
»¡La muerte del cuerpo en sí misma no nos acerca a Dios! ¡Pero una vida espiritual verdaderamente lograda, aquí en la Tierra, consistente de esfuerzos incesantes, puede acercarnos al Creador!
»Solo después de que el alma aprende a sentir a Dios, ESTÁ EN el Mundo Divino, y luego es incluida en este Mundo, convirtiéndose en Su Parte Inseparable. ¡Sólo entonces, se logrará la verdadera visión y entendimiento, la verdadera libertad y felicidad!
»Esto no significa que una persona ya no se preocupe por la casa y la familia terrenales, por la alimentación o por la salud del cuerpo. Sino que más bien, dejen que todo esto ocupe un lugar pequeño en la vida destinada a estos asuntos. ¡Que sea Dios Quien llene Consigo Mismo: con Su Amor y Su Gozo, —la vida entera propia—!
»¡Después de todo, no es que los asuntos en sí mismos deban ser negados, sino más bien la preocupación por ellos, y así —uno vivir con Dios en todo momento—!
»¡Convertirse en una Parte del Mundo Divino ganando así el Reino de Dios, —es el significado de la vida del alma aquí en la Tierra—!
»¡Y uno debe dedicar tiempo y esfuerzos para esto!
»¡Estos esfuerzos no son en absoluto oraciones frecuentes al Creador para que nos otorgue ganancias en el comercio o que nos envíe suerte para el cumplimiento de nuestros otros deseos! ¡Pero tal práctica continua de rituales… pareciese ser tomada por muchos como un “gran logro espiritual”, y el signo más importante de “la rectitud”!…
»¡Cuántos esfuerzos desperdiciados y vacíos realizan las personas! ¡Cuánto tiempo consumen en ello!
»Para la mayoría de las personas, las palabras sobre la necesidad de hacer esfuerzos espirituales en uno mismo evocan ideas de trabajo duro, violencia en contra de uno mismo, forzarse a sí mismo, o severas restricciones y privaciones…
»¡Pero la obra hacia Dios, —con la actitud correcta del alma—, debería dar alegría y dicha! ¡Esto es lo que me gustaría enseñarles hoy!
»Muchos de ustedes, —gracias a la historia sobre la muerte de Lázaro y la estancia “posmortal” del alma— han, por primera vez en sus vidas, comenzado a pensar que el alma permanece viva incluso sin el cuerpo, y que esto inevitablemente les espera a todos los que ahora viven en un cuerpo. Más aún, la transición al mundo sin el cuerpo puede suceder mucho antes de lo que la persona asume. ¡Es por eso que es tan importante ahora mismo comenzar todo trabajo posible en uno-mismo-alma y continuarlo todos los días!
»Entonces, ¿cómo podemos comenzar, una vez que nos dimos cuenta de la necesidad de transformarnos como almas para acercarnos al Creador? Y, ¿qué se necesita para que —un cuerpo no mantenga al alma prisionera—?
»¡Incluso durante la vida del cuerpo, el alma puede liberarse de las cadenas de la carne y comenzar a conocer los Mundos Divinos!
»¿Qué esfuerzos, en nuestro Camino de acercarnos a Dios, son necesarios?
»Ya hemos hablado mucho sobre el arrepentimiento, pero este es solo el primer paso necesario, la primera limpieza consciente del alma.
»El siguiente esfuerzo es comenzar a pacificar la mente.
»¡Entiendan que las conversaciones sobre las cosas pequeñas son muy agradables para la mente ociosa! ¡Y con qué frecuencia los pensamientos “buscan” en sí mismos justificarse o demostrar el poder de la propia mente y la superioridad de uno sobre los demás!
»¡Al hablar de algo irrelevante, comentando entre todos que alguien le dijo algo a alguien, o cómo es posible que alguien haya hecho algo así, —la gente pierde tanto tiempo precioso—!
»¿Cómo calmar una mente así?
»Para empezar, una persona puede dirigir la atención del alma hacia Dios.
»Sí, podemos aprender a elegir lo que es correcto para pensar. Por ejemplo, permitiremos pensamientos sobre Dios, sobre el bien, la alegría, y la belleza. Pero no permitiremos pensamientos de condena, enojo, aspiración al mando, resentimiento, envidia, nostalgia, y desaliento.
»La mente generalmente se dirige hacia el futuro o vuelve a los acontecimientos del pasado. ¡A la mente no le gusta el silencio! ¡Pero se le debe enseñar la calma! ¿Cómo? ¡Llenando el alma con amor sincero y sumergiendo la mente en la paz acariciante del corazón espiritual!
»La paz no suele ser intrínseca a la mente. Pero puede ser subordinada a la sabiduría del corazón espiritual, que siempre siente la realidad y el presente, —y descarta lo superfluo e innecesario—.
»De esta manera, la mente, inmersa en el corazón espiritual, encuentra el silencio. Se vuelve capaz de observar y tomar decisiones, pero al mismo tiempo permanecer tranquila y calmada.
»¡Es necesario alcanzar la maestría en esto!
»Para ganar este silencio, los devotos a menudo iban a las montañas o a los desiertos… ¡Pero todo es mucho más fácil!
»La Base y la Esencia de todo el universo es el Creador. ¡Él es omnipresente!
»¡Él se hace evidente en el silencio! Este silencio está presente en las sutilezas invisibles bajo todo lo que podemos ver con los ojos del cuerpo y escuchar con el oído corporal.
»¡Tratemos de inhalar, como si el aire fuera Su Amor, Que da vida a nuestros cuerpos!
»¡Siente, cómo el corazón espiritual se expande y se llena con la Luz Divina!
»Después de todo, es elección propia, —vivir en este silencio transparente, o en el caos de pensamientos inquietantes y perturbadores—.
»¡Para esto, solo necesitas aprender a sumergirte en la morada del corazón —la morada del silencio—! En este silencio, ¡la Luz de Dios se nos revela! ¡Y la Voz de Dios en ella puede ser escuchada por nosotros!
»Ahora, —con Mi Fuerza—, les ayudaré a cognocer que este espacio de delicado silencio transparente realmente existe. Habiendo experimentado esta inmersión una vez, será más fácil para ustedes ingresar a ese silencio una y otra vez. Cuando la mente está en reposo, y el corazón está lleno de amor por el Creador, ¡entonces es fácil!
»Juan el Bautista sumergía a los iniciados en el agua. Sintamos ahora que nosotros también, estamos sumergidos en un espacio especial del silencio transparente. Que sea ahora como el aire frío inmóvil o la transparencia más pura del agua. Este, existe desde siempre en todas partes y en todos los mundos, no visible a través de los ojos de los cuerpos. Pero puede ser evidente para las almas que están listas para cognocerle con sus corazones espirituales.
»Podemos sumergirnos a nosotros mismos en este silencio al igual que los cuerpos generalmente se sumergen para la ablución en el agua acariciante de un embalse cristalino. Es como un mar calmo. Entramos, —y nos disolvemos—…
… Un silencio especial descendió… Fue como si todos nosotros estuviéramos cubiertos por una enorme ola de Luz brillante y transparente…
Jesús habló, —y Su voz llegó suavemente a mi oído, como desde dentro de mí—:
—¡Presta atención a esta paz silenciosa!
»El silencio eterno lo disuelve todo, la dicha nos llena…
»En este silencio, es fácil comenzar a sentir la Presencia de Dios…
»Ahora pareciera que el espacio, donde el Creador siempre habita, se abre…
»Basta con llenar este silencio del alma con una profunda emoción de amor por Dios, —y la unión del alma humana con el Infinito del Amor Divino tiene lugar—.
… Recordé cómo, en mi juventud, a orillas del mar de Galilea, admiraba la amplitud y claridad del agua, y luego de cabeza me sumergía lentamente en ella…
De esta forma, el silencio se apoderaba de mí y me engullía.
¡Incluso si el viento sopla, y llegaran ligeras ondulaciones o incluso olas, —aun así permaneceré silente—! ¡Por ahora, solo existe silencio en mí!
¡Y ya no hay una individualidad anterior débil e insignificante! ¡Soy una Parte de la Unidad y de Su Amor!
… De esta manera, primero desaparecí en el silencio, ¡donde solo existe Dios! Quise permanecer en este estado para siempre, pero Jesús terminó la lección.
Luego continuó diciendo:
—¡Es posible para una persona: aprender a vivir constantemente sintiendo la presencia de Dios, de Su Cuidado, Ayuda, y oyendo Sus Consejos!
»¡Cada uno de ustedes puede comenzar a aprender esto!
»Uno puede lograr la maestría de —una vida dedicada a la percepción constante de la Presencia Divina—. Esta Presencia llena el alma desde adentro.
»¡Solo el corazón espiritual tiene la capacidad de unirse y fusionarse con Dios! Tal conexión favorece al hombre tanto en la vida material como en el perfeccionamiento espiritual.
»¡Por lo tanto, la vida de una persona en Dios y la vida de Dios en tal persona, puede comenzar: —en su corazón espiritual lleno de amor—! ¡Esto es exactamente lo que hace que valga la pena vivir la vida en la Tierra!
»¡Así, la Belleza y la Dicha del mundo espiritual son reveladas, donde la Luz del Espíritu brilla y nos llena!
»¡Incluso en una mazmorra, incluso con todo tipo de dificultades externas, —puedes mantener esta Unidad con el Mundo Divino—!
»¡El poder del Amor Divino, conectado con el Alma, Quien ya no se siente a Sí Misma separada de Dios ni por un momento, transforma toda Su vida!
»Ayer ustedes se maravillaron ante el milagro de la resurrección de un cuerpo, pero hay una resurrección incomparablemente más significativa: ¡la resurrección a la vida en la Pureza, en la Verdad, y en el Amor Divino! Tal resurrección marca la unidad con el Padre y la Libertad de todo lo que fue necesario estudiar en el mundo material.
… Jesús permaneció callado…
Su mirada era especial… Él vio lo que todavía estaba oculto para nosotros…