Corazón espiritual/La Atlántida
De la historia de las religiones
de la Tierra
La Atlántida
A juzgar por la información que ha aparecido en los últimos años [24,40,41,47,48,82], los eventos pre-diluvio que se describen en la Biblia y otros libros antiguos de Oriente tuvieron lugar en la Atlántida. Este fue el paraíso en la tierra, el que se menciona en la Biblia. El Creador pobló esta tierra con muchas almas evolutivamente avanzadas, quienes vivían en sus cuerpos durante varios cientos de años y cuyos cuerpos eran más grandes que los de los seres humanos modernos.
Pero fuera de la Atlántida vivía otro tipo de personas, lo que los científicos modernos llaman paleoanthropus. Fue a ellos a los que el bíblico Caín fue expulsado por el asesinato de su hermano Abel; encontró a esa gente allí y dejó entre ellos numerosos descendientes.
Los cuerpos de los atlantes diferían considerablemente de los de las personas paleoantrópicas. Cuando se encontraron con personas de otros continentes, estos últimos les habrían de tomar por Dioses.
La gente moderna, excepto quizás por varios grupos pequeños, pueden considerarse un producto de la mezcla genética de los atlantes y las personas paleoantrópicas.
El concepto racista que afirma la superioridad de unas razas sobre otras es absolutamente inválido: el color de la piel, que se determina por la cantidad congénita, genéticamente fijada, del pigmento melanina contenido en ella, la que protege la piel de la radiación solar excesiva, depende exclusivamente de los hábitats originales de determinados grupos de personas. Cuanto más cerca esté del ecuador tanto más intensa es la radiación ultravioleta y tanto mayor la cantidad de pigmento protector que debe contener la piel; y viceversa, cuanto más cerca está de los polos, menos cantidad de melanina se necesita, por lo que la piel es más ligera, ya que tiene que absorber la mayor cantidad de radiación ultravioleta que le sea posible.
La Atlántida era llamada paraíso en la Tierra no sólo porque se ubicaba en una excepcionalmente auspiciosa zona climática (el Océano Atlántico en la latitud del Mar Mediterráneo), sino también (lo que es mucho más importante) porque los atlantes poseían el más elevado conocimiento espiritual y estaban familiarizados con los métodos de autodesarrollo espiritual.
Pero con el paso del tiempo, en ese «paraíso en la tierra» aparecieron esos feos fenómenos sociales que ocurren cuando ciertas personas empiezan a dar marcha atrás en su evolución para cultivar el egocentrismo, buscar el poder sobre los demás, proclamarse a sí mismos «los más altos», los superiores, y desafiar a Dios... (Este proceso se refleja en la leyenda sobre el «ángel caído». Sólo que siempre ha habido gente así —entonces y ahora).
Este fenómeno resultó especialmente peligroso, dado que muchos atlantes poseían conocimientos de magia, el mal uso de los cuales (aplicarlos contra la Evolución) podría llevar a tremendos cataclismos capaces de arruinar la vida en todo el planeta. La magia negra se generalizó, y esa gente comenzó a buscar la usurpación del poder... En ese momento Dios tomó la decisión de destruir este semillero de contagio místico. Él concibió la inundación (el diluvio) de la Atlántida.
Aquellos atlantes que permanecieron firmes devotos de Dios fueron informados por él de antemano y se trasladaron lejos del continente condenado: algunos a América, otros a Europa, África y Asia. Allí fundaron nuevos centros de la más alta cultura espiritual.
Y la Atlántida se hundió en el océano.