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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo Cinco: La Tierra Viva
 

Leyenda de Rada y Alexey/Capítulo Cinco: La Tierra Viva


Capítulo Cinco:
La Tierra Viva

Un día, Rada le dijo a Alexey:

—¡Ahora necesito mostrarte la Tierra!

—¿Qué significa “mostrar la Tierra”? ¡Explícate!…

Rada se rio:

—Pues, no me refiero a estos pedazos de tierra que estamos acostumbrados a sentir bajo nuestros pies y que llamamos “tierra” —¡sino, más bien, la Madre Tierra—! ¡Necesito mostrarte la belleza y la grandeza de esta Tierra nuestra!

»Mi padre me enseñó esto cuando era niña. ¡Es muy importante no solo entender esto con la mente, sino verlo con el alma!

»¡Prepárate! Tendremos que escalar un poco más alto en las montañas —y vivir allí—.

… ¡Fue un viaje especial!

Caminaron ligeros. Rada proveía fácilmente su necesidad de comida. Y era delicioso y nutritivo, ¡y siempre había suficiente! Ella, hábilmente, como un niño pequeño, podía trepar un cedro y recoger conos llenos de nueces. O podía recolectar plantas con hojas o raíces comestibles. Y también —hongos—, ¡que parecía como si «corrieran a su encuentro»!…

—¿Cómo encuentras todo esto? Es como si ni siquiera lo estuvieras buscando, ¡pero sabes dónde ha crecido todo!

—Por supuesto, sé un poco: por ejemplo, lo que crece mejor en ciertos lugares. Pero, más que eso, Dios sabe: que es mejor para que nosotros comamos hoy. ¡Así que, estoy recogiendo estos pequeños regalos Suyos!

… Rada sonrió tiernamente y continuó:

—Pero más importantes son Sus Regalos Espirituales Superiores: ¡los cuales nos revela hoy!

* * *

En el transcurso de muchos viajes, expandiendo gradualmente los horizontes de Alexey, Rada le explicó y le mostró los nuevos niveles de cognición, las nuevas capas de conocimiento sobre el universo, en las cuales estaban caminando como cuerpos y viviendo como almas.

Caminaban gradualmente por las montañas, deteniéndose en los lugares, que eran elegidos por Rada como particularmente convenientes para la percepción de Alexey de lo que ella contaba.

Una y otra vez admiraban la belleza de las majestuosas extensiones que se estaban mostrando ante ellos. Y cada vez, ¡Alexey se llenaba con la sensación de que su amor por toda esta belleza y por la grandeza de la naturaleza —se hacía cada vez más extenso—!

… Esa mañana, se levantaron antes del amanecer y caminaban por una ligera niebla del pre-amanecer. El bosque a su alrededor había retrocedido —y llegaron a una suave cornisa—, que, como una isla, se alzaba sobre el blanco mar de niebla.

La niebla cubrió todo lo que estaba debajo —como un blanco manto esponjoso—. Solo algunas de las copas de los árboles salieron de esta —como pequeñas islas—…

Y luego… —¡el sol comenzó a salir—, coloreando todo en tonos rosas y dorados! ¡Cuán maravillosa fue la belleza de la Creación Divina!

—¡Trata de sentir y luego llenar contigo mismo como alma todo el espacio que es visto por los ojos!

»¡Y posteriormente —aquello que no es visible ante los ojos—!

»¡Ahora es importante ver con la visión del alma cuán grande es nuestra Tierra, aunque solo se abre una pequeña parte de su superficie ante la vista del cuerpo!

»Mira: la inmensidad de estos espacios —ahora está llena de nuestro amor—: el amor de nosotros mismos como almas!

»¡Y un alma que ama puede cruzar fácilmente los límites del mundo material —y navegar hacia la extensión de la Luz Divina—!

»Ahora —con un corazón espiritual amoroso— ¡conoce que nuestra Madre Tierra está viva! Cada persona es su hijo o hija. ¡Y no solo las personas, sino todos los seres que viven en su superficie, son hijos tanto de la Madre Tierra como de Dios-el-Padre! Ellos —nos dieron la oportunidad de nacer y desarrollarnos aquí—: ¡en este maravilloso y hermoso mundo creado!

»Y estamos conectados con la Tierra de la misma manera que, por ejemplo, los árboles.

»Pero los árboles sienten esto siempre, porque sus raíces no les permiten olvidarse de eso.

»Las personas también tienen sus “raíces”. Pero estas “raíces”, que nos conectan con la Tierra, solo pueden ser vistas por el alma, no por los ojos corporales.

»Y una persona puede aprender a sentir tanto a estas como, también —al Corazón de la Tierra—, que consiste, por supuesto, ¡del sutilísimo Fuego Divino!

»¡De esta manera, estamos conectados a la Tierra!

»En el presente, solo muy pocas personas comprenden cuán firmemente nosotros, quienes vivimos aquí, estamos conectados con nuestra Madre Tierra misma —¡la gran Alma que vive y siente—!

»Solo parece que cada persona existe por sí misma… No: las personas tienen una influencia en la Tierra —y la Tierra responde en consecuencia—.

»En el pasado, muchas personas adoraban a la Madre Tierra. Tal vez, esa adoración era ingenua… Pero su esencia era verdadera: ¡era amor-gratitud hacia la Tierra!

»Y ahora —¡es muy importante que te des cuenta de lo mismo—!

… El sol naciente calentó el aire, la niebla se disipó gradualmente, y el rocío se evaporó.

Desayunaron, y luego Rada sugirió:

—¡Acuéstate aquí ahora! ¡Este es un muy buen lugar! Aquí es fácil sentir que estamos acostados en la superficie de la Tierra solo con nuestros cuerpos, y que estos cuerpos nuestros son solamente partículas diminutas de toda la Creación… ¡Y —que el amor de la Madre Tierra está en las Profundidades—!

… Alexey se acostó —y fácilmente se hundió en esa Luz—. ¡Fue tan asombroso: estar en el Mar de Luz, Que estaba debajo de sus cuerpos y parecía no tener fronteras! ¡Y fue fácil fusionarse con esta Luz!

Rada continuó:

—Además: la Tierra tiene, por así decirlo, su propio corazón espiritual. ¡Este corazón consiste del Fuego Divino! Está en el centro.

»¡Puedes conectarte con este Corazón de la Tierra! Puedes sumergirte en ese Amor Brillante del Corazón de la Tierra a través de la “raíz” que va desde el corazón espiritual dentro del cuerpo —¡hasta las Profundidades—!

»¡Este es un centro especial, el Núcleo de Fuego de la Tierra!

»Es a través de este Centro, a saber, que uno puede fácilmente penetrar en el Mar del Fuego Divino de nuestro Creador —mucho más allá de la Tierra—.

»Y luego —podemos ascender al mundo de los cuerpos humanos—, estando en Unidad con este Fuego Divino.

»Esto es exactamente lo que hacen nuestros Maestros Divinos. Pueden manifestarse a Sí Mismos a las personas, quienes viven en la Tierra, por ejemplo, en la forma de Apariencias no muy brillantes, para ser visibles para los adoradores… Y también pueden ser mucho más grandes —como enormes Montañas de Luz Que suben sobre y por encima de la Tierra—.

»Siente que el alma humana, llena de amor por Dios, es como un pequeño templo. Pero la Tierra es el gran templo. ¡Y el Fuego Eterno en el Corazón de la Madre Tierra arde en el altar de este templo!

»El Corazón de la Tierra pertenece a todos los que lo han conocido…

»¡Siente el Corazón de la Tierra —como tu propio corazón—!

»De esta manera, el Amor de Dios para todo en la Creación —¡gradualmente también se convierte en tu Amor—!

… Rada por un largo tiempo dejó que Alexey experimentara todo esto.

Cuando todo lo personal, el «individuo» desapareció en esta Disolución, ella continuó:

—¡Y ahora trata de elevarte —desde esas Profundidades— siendo el Amor Ardiente de Dios!

… Alexey se dio cuenta de que ahora se le permitía —desde la infinitud del Amor del Creador— traer la Luz y el Amor al mundo de la Creación, como un Rayo desde el Gran Sol.

Una enorme Apariencia brillante con la Cara y las Manos de Alexey, acariciando a todos los vivos, subió hacia el cielo. Al mismo tiempo, se preservó Su continuidad con la Gran Fuente de Luz-Fuego. Este fue Su Rayo, Que nunca se interrumpe.

¡Esta Fuente es el Creador!

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