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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo Ocho: En la Comunidad
 

Leyenda de Rada y Alexey/Capítulo Ocho: En la Comunidad


Capítulo Ocho:
En la Comunidad

Rada llevó a Alexey a una pequeña choza.

Alexey preguntó:

—¿Por qué el jefe, tu abuelo, me dijo que necesito decidir si renunciar a la fe?

—¡No tengas miedo, Alexey! ¡No tienes que pronunciar palabras de renuncia, ni realizar nuevos rituales!

»Ritos de todos tipos, renuncias, bautismos nuevos… —todos son sólo convenciones humanas—… ¡Tú mismo dijiste eso en la mesa! ¡El Conocimiento Viviente, el Dios Viviente —no cabe en las ceremonias y reglas humanas—!

»¡No tienes que renunciar a tu fe en Jesús! Jesús —¡Él realmente vivió en la Tierra y enseñó el Conocimiento Divino—!

»Pero si quieres saber cuáles son las leyes de la vida Divina, según las cuales todo en todos los mundos tiene su propio ser y desarrollo, —entonces tendrás que entender que los ministros de la iglesia considerarán todo esto como pecados y herejía—, ¡porque en los libros de la iglesia las Enseñanzas de Jesús El Cristo no se salvaron en su totalidad!

»Sí, ¡hay mucho en las Enseñanzas de Dios que no está escrito en los libros!

»Incluso si aprendes todo lo que Jesús sabía y podía hacer, entonces, ¿crees que los ritualistas te considerarán como un santo? ¿Crees que te escucharán? Y si comienzas a predicar que cada persona —de acuerdo con los mandamientos de Jesús— debe aprender a vivir para llegar a ser Perfecto, como el Padre Celestial es Perfecto, —¿qué piensas—? ¿Qué dirán de ti entonces? ¿En qué te acusarán?

—¿Significa esto que sabes todo lo que Jesús enseñó? — Alexey levantó una mirada clara, y radiante hacia Rada. Él ahora escuchaba las cosas más importantes para él en las palabras de ella.

Rada sonrió tierna y suavemente:

—¡Pero no sólo Jesús enseñó acerca de Dios! ¡Muchos fueron Aquellos Quienes fueron como Jesús! ¡Y vinieron a la Tierra en diferentes épocas —para contarles a las personas acerca de las Enseñanzas Únicas de Dios—!

»Y hubo momentos en Rusia en que mucha gente vivió según las Leyes Divinas, no sólo según un Mensajero Divino Quien habló a la gente las palabras de Dios… La gente sabía sobre Dios, Lo escuchaba, Lo veía, Lo entendía y aprendía de Él a dominar las habilidades y fortalezas, que Dios otorgó a cada persona —¡como una oportunidad—! Pero hoy en día, la mayoría de la gente ni siquiera conoce estas oportunidades…

—Puedes tú…? ¿Sabes todo sobre cómo hacer lo que Jesús sabía hacer?

—No, todavía no puedo hacer todo… Pero estoy estudiando…

—¡Pero sanaste al niño! ¡Tú, de hecho, lo sanaste con el Poder de Dios! ¿Correcto?

—Sí, Alexey. Ya sé en parte —manifestar Su Poder a través de este cuerpo—.

»Lo más importante que estoy aprendiendo a hacer ahora es vivir de tal manera que yo y el Padre Celestial, como dijo Jesús, nos volvamos Uno. Y —para que, lo que Jesús explicó, pueda convertirse en la esencia del alma—…

—Dime: ¿cuál es tu fe?

—Sería un error contarlo sólo en palabras. ¡No es una fe en absoluto, es la vida misma en la unión con el mundo Divino y con el mundo terrenal creado por Dios!

»Tienes fe en lo que está escrito en el Nuevo Testamento. Lo has leído —y crees que todo fue concretamente así—. Es porque te han enseñado de esta manera: te dijeron que esto era así —y tú lo crees—. Mucho de lo que estaba escrito allí, de hecho, fue. Y algunas cosas —fueron compuestas más tarde—. Y la mayor parte no fue anotada en absoluto…

»Yo, después de verte en ese entonces, decidí leer todo lo que está escrito en la Biblia. Leí los Evangelios de forma especialmente cuidadosa. Estaba leyendo —y como mirando— como si estuviera ocurriendo ahora, todo lo que había sucedido allí entonces. Y escuché las explicaciones de Jesús Mismo.

—¿Puedes ver a Jesús?

—Puedo… ¡Y tú también puedes ver la Luz de Dios, ver a Jesús! Para ti, ¡a veces también sucede! ¿Cierto?

—No sé… yo pensaba que esas eran ilusiones… No me atrevía a creer que esto era una realidad…

—Le dijiste a nuestra gente sobre tu fe —¡y Jesús estaba cerca—! ¿Lo sentiste tú mismo?

—No Lo vi… No pensé que podría ser así…

—Pero mi abuelo —vio—. Y otros, quienes ya saben cómo, también vieron. Han reconocido la pureza y la sinceridad de tus palabras —¡gracias a esto—!

»Preguntaste acerca de nuestra fe.

»Para ti, Dios es Jesús mismo, también —el Padre Celestial—, también —el Reino de los Cielos—, que sólo después de la separación del alma con el cuerpo puede ser conocido y ganado por el alma, si eso se merece…

»Y para mí, todo parece ser diferente. En todo —veo y siento la Divina Presencia—: ¡tanto en los abedules y pinos, como en las hojas de hierba y en las flores, y en ese Poder de Dios Que acelera tanto todo esto como los cuerpos —tanto el tuyo como el mío, y de otras criaturas!—

»Veo esta Fuerza-Luz a través del alma. Y veo, también, Aquellos Quienes están enviando esta Fuerza a este mundo. ¡Hay muchos de Ellos! ¡También pueden ser llamados Dioses! ¡Ellos son como Jesús!

»¡Jesús enseñó a mucha gente! Pero en aquel entonces casi nadie Lo entendía, excepto unos pocos Discípulos. Y ahora —incluso menos personas entienden la vida de Jesús, sobre Sus Enseñanzas—.

—¿Y tú? ¿Comprendes todo?

—¡No te emociones, Alexey! Mucho de lo que yo sé y entiendo, estoy dispuesta a contártelo sin ningún secreto. ¡Pero las explicaciones sólo en palabras son de poca importancia! Sólo agitarían tu fe…

»Si quieres, te enseñaré todo lo que pueda.

»Cuando no sólo escuches mis palabras, sino que cuando aprendas a ver y actuar a través del alma libre, —¡entonces todo se percibirá de manera diferente—!

»Pero —debes decidir—: ¿querrás eso?

—¡Lo quiero! ¡¿Cómo podría ser de otra manera?! ¡Toda mi vida he soñado con eso! ¡Le pedí a Jesús por eso!

—¿Y no tendrás miedo de que te hechice?

—¡No tendré miedo! ¡Sé que Dios me trajo aquí a ti!

»¿Y me enseñarás a sanar cualquier enfermedad milagrosamente, como Jesús?

—Enseñaré todo lo que ya conozco… Pero —no todos deben ser curados de todas las enfermedades—. ¡Jesús, tampoco, sanó a todos los enfermos!

»Jesús —sanó por el poder del Padre Celestial—. Para sanar así, es preciso que sea, como Jesús lo explicó: “El Padre que mora en Mí, Él hace los actos…”.

»Enseñaré esto, tan bien como pueda.

—¿Puedes hablar con Jesús?

—Puedo…

—Entonces pregúntale…

—¡Espera, Alexey! … ¡Si quieres, luego tendrás conversaciones con Dios tú mismo! ¡Y entonces no habrá dudas en las respuestas!

»Y ahora necesitas lavar tu cuerpo.

Rada le dio a Alexey la camisa blanca bordada en el cuello y las mangas con un patrón, pantalones, polainas* y un cinturón tejido:

—Aquí hay ropa limpia para ti… ¡Espero que te ajuste!

»Y lavaré tu vestimenta y la secaré…

Alexey estaba confundido:

—¡Sería mejor si lo hiciera yo mismo! Por favor muéstrame —¿dónde—?

—Mikula, nuestro herrero, ya ha calentado los baños, ¡vamos!

»Y haré tu cama mientras tanto.

… Después del baño, Alexey, vestido con ropa limpia, acompañado por Mikula, regresó a la choza, donde Rada estaba esperando.

Él quería preguntar mucho más, pero la fatiga de los últimos días pasó factura. Alexey se durmió y durmió dichosamente y felizmente.

Soñó con Rada, sus ojos, sus manos, su tierna voz…

… Por la mañana confirmó su firme deseo de aprender.

—¡Qué bueno! —¡Rada no ocultó la alegría, que llenó su corazón, ni su felicidad por lo que estaba sucediendo!

Ella le sonrió a Alexey:

—¡Vamos donde el abuelo! Es necesario que él sepa sobre tu decisión. Pero él no te incorporará de inmediato a la comunidad. Es necesario pensar: cómo organizar todo…

* * *

Blagoslav saludó a Alexey suavemente:

—Pues, siéntate, invitado! ¡Me alegra que quieras estudiar! ¡No tienes miedo!

»¿Y pensaste en cómo vas a vivir a partir de ahora?

—No lo sé todavía… Es como si la vida anterior hubiera terminado, y la nueva no ha comenzado aún…

—¿Y por qué la vida se le da al hombre, en general? ¿Pensaste en eso, Lexey*?

—Pensé mucho en eso, pero no pude encontrar una respuesta… Es evidente que por eso busqué las respuestas de Dios, y no de la gente…

—¡Hablas bien!

»De acuerdo, tenemos que pensar en nuestros asuntos ahora.

… Blagoslav explicó sobre las dificultades que necesitaban resolver para llevar a cabo el plan deseado:

—¡Ahora tenemos que vivir en un mundo cruel, Lexey!

»Ahora, si, conociendo de nuestra comunidad, fueras a expresar tu opinión sobre nosotros en la confesión o en otro lugar, en este caso, nos delatarías ante aquellos quienes buscan erradicar a todas las personas quienes no creen como ellos creen, quienes no glorifican a Dios, como ellos lo hacen… ¿Qué pasará entonces?

»Y aquí, en la comunidad, quedarse para siempre —también es peligroso—… Tú, quizá, serás buscado…

—¡No les traicionaré nunca! ¡Incluso si me torturan! ¡Preferiría morir!

—Una persona no siempre sabe de sí misma, qué nivel de dolor o miedo a nuevas torturas puede soportar… Ahora, los verdugos son inventivos…

* * *

Blagoslav, Alexey, Rada y los miembros de la comunidad discutieron por largo tiempo, sobre cómo podría organizarse mejor el entrenamiento de Alexey.

Como resultado, decidieron que Alexey regresaría a su ermita, para no causar ni siquiera pequeñas sospechas entre la gente de la aldea. Sobre sus ausencias puede advertir a otras personas de antemano —para que no intenten encontrarlo—. En aquellos días, había monjes que se iban a vivir a cuevas o refugios forestales para acercarse a Dios —a través de una vida aún más ascética—. Así era como Alexey debía dar explicaciones sobre sí mismo.

También decidieron que Rada le enseñaría, sin traerlo a la comunidad sin una necesidad especial. Ella encontraría un lugar para las reuniones, donde es discretamente posible contarle y mostrarle a Alexey las cosas más importantes. Y luego sería determinado, cómo seguir con él en el futuro…

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