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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Sobre los Estados de Dios
 

Anatomía de Dios/Sobre los Estados de Dios


Sobre los Estados de Dios

En la mentalidad de mucha gente, Dios es un Juez formidable, que castiga a las personas por sus pecados.

Esta opinión prevalece entre las masas de personas quienes se consideran a sí mismas... cristianos. Sin embargo, Jesucristo enseñó que Dios por el contrario es, Amor (1 Juan 4: 8, 4:16).

¿Por qué está pasando esto? Creo que esto se debe al hecho de que todas esas personas no entienden la esencia de Dios y Su intención con respecto a nosotros, las personas.

He discutido este tema en muchas publicaciones anteriores. Así que ahora me limitaré a un resumen muy breve.

La palabra Dios tiene varios significados:

— El Creador, Cuya esencia es el Unido Nosotros, consistente de muchos Espíritus Santos, morando en la dimensión espacial más alta, llamada la Morada del Creador.

— El Absoluto, es decir —el Creador, consustancial con Su Creación—.

— El Espíritu Santo (Brahman, Te). Aunque los Espíritus Santos son infinitos en número, colectivamente estas palabras se usan a menudo en singular. Esto surgió en conexión con la tendencia de los Espíritus Santos a fusionarse en el Unido Nosotros en el Abrazo del Amor Divino Perfecto. Estas son, Aquellas personas que alcanzaron previamente la Perfección Divina a través de aprendizajes exitosos de otros Espíritus Santos, —Aquellos Quienes alcanzaron la Divinidad anteriormente—.

— También el Espíritu Santo, Quien está encarnado en el cuerpo humano material, puede ser llamado como Dios. Tales Personas Divinas se denotan —en diferentes idiomas— como Mesías, Avatar, Cristo.

Cuando hablamos de Dios sin especificar el significado concreto de esta palabra, a menudo es necesario entender que estas palabras son sobre la Conciencia Divina representada por el Unido Nosotros de los Espíritus Santos.

La Conciencia Divina universal infinita en tamaño y eterna está en proceso de mejora continua. Esta es la esencia de la Vida de Dios. Este Proceso Evolutivo se realiza a través de la creación por Él de «islas» cósmicas de materia sólida en diferentes partes del espacio infinito. Cuando las condiciones, que son favorables para la vida de los cuerpos orgánicos, se crean en los planetas formados, las unidades de conciencia —almas— comienzan a encarnarse en estos cuerpos. Su tarea es desarrollarse a sí mismas de encarnación en encarnación, mejorando constantemente —hasta el estado de almas humanas altamente desarrolladas—. Y la tarea de estas últimas es crecer hasta la Divinidad.

Veamos que hay simultáneamente en nuestro planeta dos procesos evolutivos: la evolución de los cuerpos orgánicos y la evolución de las almas encarnadas en ellos.

Enfatizo que, lo que se ha dicho, no es una hipótesis creada en la mente del autor de este artículo, sino el Conocimiento, que nos es comunicado por Dios [8 et al.]. Simplemente tuve que integrar esta información y presentarla en un lenguaje moderno de una forma científica popular, que la hizo accesible a todas las personas intelectualmente desarrolladas.

Tiene sentido que cada uno intente darse cuenta del lugar propio en este Flujo de Evolución de la Conciencia Universal —y viva, buscando mejorarse a sí mismo y ayudando a los demás en esto—.

La Perfección del hombre es la Divinidad lograda en Unión con la Conciencia Primordial. Antes de eso, Dios debe ser conocido en todos Sus Aspectos y Manifestaciones básicas.

La Perfección debería ser considerada como consistente de tres componentes principales: intelectual, ético y psicoenergético. En detalle, discutimos este tema en las publicaciones enumeradas al final del libro.

Entonces, la primera y principal tarea de cada uno de nosotros es desarrollarnos a nosotros mismos de acuerdo con este Plan de Dios, estudiando de Él para, como resultado, fluir hacia Él, enriqueciéndole con uno mismo.

Las formas específicas de realizar esta tarea pueden diferir para diferentes personas [8]. Pero la dirección de trabajo más importante sobre uno mismo es la transformación de la esfera emocional. Porque las emociones son los estados de nosotros como conciencias.

Ya que Dios es Amor, todos, quienes aspiren en las aspiraciones propias a Él, también deben transformarse gradualmente en Amor. Y todos los estados emocionales groseros, asociados con relaciones hostiles y egocéntricas con otros seres, deberían ser excluidos —hasta la incapacidad total de entrar en ellos—.

Manejar las propias emociones es muy fácil de aprender con la ayuda del sistema de autorregulación psíquica desarrollado por nosotros [9]. Pero que todos quienes han dominado las técnicas, tengan en cuenta que debemos existir en los estados emocionales correctos no solo durante el entrenamiento apropiado, sino también fuera de ellos: en la vida ordinaria.

Además, cada uno de nosotros debe entender que nosotros —con todas nuestras acciones, pensamientos y emociones— estamos continuamente bajo la mirada cercana de los Espíritus Santos. ¡Y no hay nada que podamos esconder de Ellos!

Ellos constantemente enseñan a cada uno de nosotros, a esforzarnos por dirigirnos hacia la Perfección. Ellos son los Implementadores en Jefe del karma para cada uno de nosotros. Pero nosotros mismos creamos este karma.

Podemos entender o no entender Sus Intenciones.

Si entendemos —Ellos nos dan niveles cada vez más altos de conocimiento de Dios—. Nosotros —gracias a esto— nos acercamos gradualmente a Su estado. Y la felicidad, la dicha en nuestras vidas —aumenta debido a esto—.

Pero si no entendemos —a veces Ellos tienen que hacernos daño—: en vías de detenernos en nuestras tendencias equivocadas, para cambiar nuestras mentes, para que comencemos a cambiarnos a nosotros mismos.

Existe el concepto de la «ley del karma». Está formulado por el dicho: «¡Lo que siembras es lo que cosecharás!».

Es decir, si le das amor a otros —entonces recibes a cambio el Amor de Dios—: directamente de los Espíritus Santos o a través de otros seres.

Y si estás enojado, los Espíritus Santos tratarán de ayudarte, dándote a sentir lo que es dolor en sus variantes apropiadas.

Por lo tanto, deberíamos querer estudiar lo que Dios quiere que seamos. Y también sobre las situaciones desagradables para nosotros, —escuchar Sus explicaciones —.

No sucede nada con cada uno de nosotros que esté fuera del «campo de visión» de los Espíritus Santos y no haya sido aprobado por Ellos. Tanto las acciones hostiles de otros seres hacia nosotros como nuestras enfermedades —todo esto debe ser percibido por nosotros como las indicaciones de Dios para con nosotros de que estamos en algo equivocado—. Entonces, tenemos que entender la razón de lo que ha sucedido y —habiéndonos arrepentido cambiarnos a nosotros mismos—. ¡Así como —estarles agradecidos, por cada Toma de Conciencia recibida—!

Hace tiempo, después de que mi cuerpo quedara incapacitado por una pandilla de primitivos —sin dar motivos de mi parte— [5], Dios me comentó lo siguiente:

«¡Yo gobierno todo! ¡No te enojes con nadie!»

Y agregó que yo —después— Le estaría por eso agradecido.

Y sucedió.

Dios, en ese momento, no tuvo otra forma de ayudarme a entender que yo no debía tratar de ayudar espiritualmente a personas que no eran dignas de eso. Y, en esa etapa de mi desarrollo, aún yo no podía verlo.

Gracias a ese ataque, logré deshacerme de los estereotipos anteriores —y comencé a prestar más atención a mi propio avance—. Como resultado, logré ascender a esos pasos del Camino a los cuales antes no podía, y mi ayuda a las personas se ha vuelto, en consecuencia, fundamentalmente más elevada.

«Asegúrate de armar el mosaico: la verdad se divide en rumores...» —estos eran los Deseos de Dios para la nueva fase de mi desarrollo— [3].

Sí, logramos «ensamblar el mosaico», habiendo formado y declarado a las personas la plenitud del Conocimiento sobre Dios, sobre el Camino a conocerle y de la Unión con Él. Después de todo, nadie ha tenido éxito en esto antes que nosotros: no sabemos de ningún libro donde se haya presentado la plenitud de este Conocimiento. ¡En todos, incluso en las fuentes literarias más importantes, solo podemos encontrar fragmentos de ese «mosaico»!

* * *

Dios realmente es Amor —y solo aquellos devotos espirituales quienes se han desarrollado a sí mismos como amor sutil, pueden entrar en Él—, habiendo excluido incluso la posibilidad misma de entrar en estados emocionales groseros.

Sin embargo, una pregunta puede surgir aquí: Dios tiene que a veces ocasionar a las personas encarnadas un sufrimiento severo; ¿hay alguna contradicción aquí?

¡Pero Dios por ejemplo: no hace las guerras! ¡Son creadas por las personas mismas!

Sin embargo, Dios no evita que las personas se den a las guerras. Y los instigadores agresivos de las guerras crean para sí mismos un karma muy negativo. Pero, los pacificadores, forjan para sí un destino positivo.

Veamos también: durante las guerras, algunas personas se arriesgan por el bien de ayudar a los demás.

Y están aquellos quienes se convierten en odio, se vuelven crueles, para ellos la guerra es una conveniente oportunidad para satisfacer sus más viciosos deseos.

Así, la situación extrema de la guerra permite que algunas personas aceleren su acercamiento a la Perfección, y para otros —ir al «basurero» de la Evolución, es decir, al infierno—.

Además, aquellos quienes observan la diversidad de las reacciones humanas en la situación extrema de la guerra —tienen también la oportunidad de hacer conclusiones correctas o incorrectas, las cuales son importantes para su propio desarrollo—.

También prestaré atención al hecho de que gracias a algunas guerras personas de diferentes tribus, que solo conocían el idioma de su tribu, ahora pueden comunicarse con representantes de otros grupos de personas en un mismo idioma. Tales idiomas se han culturalmente unificado para una multitud de personas.

En la educación de nosotros, personas encarnadas, —no solo participan los Espíritus Santos—. Sino que hay una diligencia en este asunto de aquellas almas quienes desarrollándose favorablemente aún no han alcanzado la Divinidad. También las almas de un nivel de desarrollo animal son usadas. A su vez —las criaturas del infierno—; pero estas no actúan de forma independiente, siempre están controladas por los Espíritus Santos.

Una de las situaciones típicas donde Dios usa a las creaturas malvadas del infierno para educarnos son algunas enfermedades mentales causadas por obsesiones. Esto provoca tanto en los pacientes como en los testigos de lo que está sucediendo —el temer a diablos y demonios—. La atención de tales personas encarnadas puede trasladarse por completo a ellos —en lugar de fortalecer su aspiración a Dios—. Estas personas están sintonizadas con el infierno —y de este modo se sienten atraídas hacia este—.

Es triste que este error fundamental flagrante sea alentado, incluso, en algunas asociaciones religiosas masivas.

He leído que Dios no nos lleva a la tentación porque Él es el Amor Perfecto. Pero esto no es verdad: las tentaciones creadas por los Espíritus Santos son la constante evaluación en nosotros de la disposición intelectual de cada uno para ascender a las siguientes etapas de desarrollo. Esto es similar a las clases o cursos de una institución educativa regular: en vías de pasar al siguiente nivel de entrenamiento, uno debe soportar una prueba apropiada para el progreso académico. Aquellos quienes no pudieron resistir —permanecen «por el segundo año» o son excluidos del proceso educativo por completo—.

¿Conclusión? Dios, la esencia de Quien ahora conocemos, debe ser percibido por nosotros como el Propósito de nuestra cognición, como el Objeto Principal de nuestro amor, como un Maestro Omnipotente y Perfecto.

Personalmente, he tratado de vivir de esta manera desde que cambié la mirada científico biológica a las formas de vida no materiales.

¿He cometido algún error desde entonces? Sí, ciertamente. Los errores son inevitables en cualquier búsqueda de nuevos conocimientos. Solo tenemos que aprender a no repetirlos.

Mis errores se refieren principalmente a mi incapacidad en esos años para proveer ayuda espiritual a las personas.

Por ejemplo, me parecía que a todos los que me preguntaban, debía darles lo que querían. Mientras que de hecho, era necesario darle a la mayoría de ellos algo diferente: señalar la inadmisibilidad de su egocentrismo —ante Dios—.

O hubo un tiempo en el que pensaba que mi principal ayuda debía ser llenar a mis amigos con mi propia energía de conciencia. Ellos, —llenos— crecían rápidamente en conciencia desde una perspectiva cuantitativa. ¡Pero resultaba ser que... esto no les sumaba mentalmente! Pero, es el nivel de desarrollo intelectual el que determina la capacidad de una persona para comprender con éxito el Camino...

Y —cometiendo errores— tratando de ayudar a los demás, gradualmente entendí muchas otras cosas. Pero, de hecho, si no hubiera tratado de ayudar, no habría aprendido nada. ¡Y no habría nada que compartir con ustedes mis lectores!

Habiendo elegido la estrategia correcta para avanzar en el Camino y habiendo encontrado gradualmente las decisiones tácticas óptimas, logré ser lo suficientemente digno como para que Dios me permitiera entrar en Sí Mismo. También pidió que les contara a las personas acerca de Él y acerca del verdadero Camino espiritual.

Habiendo ganado durante muchos años la experiencia directa de la comunicación con muchos Espíritus Santos, puedo ahora completar este artículo con las siguientes declaraciones:

No estamos separados de Dios. Por el contrario, somos parte de Él como el Absoluto. Además, estamos interesados en abrirnos a los Espíritus Santos.

Dios está interesado en el desarrollo positivo de cada uno de nosotros.

¡Y Él realmente nos ama! ¡Y Él no es capaz de otras emociones!

Pero Su función no incluye en absoluto la satisfacción, con beneficios «terrenales», de todos nosotros. ¡Él no es nuestro sirviente! ¡Es decir, nosotros debemos ser Sus siervos!

Es apropiado dirigir nuestros esfuerzos religiosos a no rogarle nada, sino estudiar Su Voluntad para con nosotros y cumplirla.

De acuerdo con Su Voluntad, ¡cada uno de nosotros debe esforzarse constantemente para hacerse mejor!

Concretamente, nuestro desarrollo consiste en tres ejes principales: intelectual, ético y psicoenergético.

El último incluye la tendencia al refinamiento de la conciencia —hasta el nivel de los Espíritus Santos—. Este estado, habiendo sido alcanzado, debe convertirse en el trasfondo constante. Las emociones agrestes deben ser excluidas; debemos ser incapaces de ingresar a ellas incluso en situaciones extremas.

Ira, irritabilidad, egocentrismo —estas son las propiedades de los seres del infierno—. ¡Deseo que los dueños de tales emociones se salven a sí mismos, mientras tengan esa oportunidad! ¡Sin poseer un cuerpo, no será posible cambiarse a uno mismo!

¿En qué estados viven los Espíritus Santos?

Cuando están más allá de la realización de obras concretas, Su estado puede ser designado como Calma Transparente. Además, Ellos existen precisamente en la Unión Mutua, que está predeterminada por Su Perfecto Amor mutuo.

Si proceden de la Calma para la realización de acciones concretas, entonces adquieren luminosidad. Puede ser por ejemplo, la Luz de la Conciencia en la forma de un Mahadoble. La misma Luz que llena el volumen principal dentro de nuestro planeta. Y así sucesivamente.

Del mismo modo que las emociones de las personas encarnadas pueden ser de diferente intensidad —las emociones del Amor de los Espíritus Santos también tienen un grado diferente de brillo—. Con una intensidad creciente en la manifestación de las emociones, la luminosidad también aumenta. Entonces hay imágenes maravillosas del Fuego Divino. Pero este Fuego también puede ser diferente: hasta la «blancura cegadora» [3].

Una variante de la manifestación del Fuego Divino es también el «Sol de Dios» —una forma muy conveniente para el estudio y la sintonía, aceptada por los Espíritus Santos—.

El «Sol de Dios» proviene de la Grandeza del Océano del Fuego Divino, el Cual está en las Profundidades Primordiales. Esta es la Luminosidad de los Espíritus Santos —en Su estado activo—.

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