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Dios-Centrismo/¡Esto hiere a Dios!

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¡Esto hiere a Dios!

Los Espíritus Santos —Representantes de la Conciencia Primordial— dicen que sienten dolor cada vez que ven cómo las personas encarnadas torturan y matan animales hermosos…

Pero… cada uno tiene el derecho de hacer su propio destino, haciendo acciones justas —o pecando—. Por lo tanto, los Espíritus Santos no interfieren en estos eventos…

¡Sería útil para todas las personas saber sobre esto!

Necesitamos entender que los animales son dispuestos por Dios en la Tierra ¡no para que sus cuerpos se conviertan en alimento para las personas! No: ¡el sentido de sus vidas, así como el nuestro, humano, consiste en el desarrollo de las almas —en el flujo general de la Evolución de la Conciencia Universal— [1-3,7-9,11,13-25,34,36,39-40,43-62]!

Dios habló de esto con suficiente claridad a través de la Biblia: «… Miren: Yo les he dado todas las hierbas que producen semillas, que están por sobre toda la Tierra, y todo árbol sobre el cual está el fruto que da semilla, —serán alimento para ustedes—» (Génesis 1:29). ¡Y no traten de comer la carne de esas criaturas, en cuyos cuerpos vean sangre (Génesis 9: 1-4)!

Pero la gente glotona reinterpretó estas palabras de Dios. Ellos pretendieron que Dios, a diferencia de ellos, es débil mental, porque Él declara que ¡la sangre de los animales… es «su alma»! Y así, dicen, sólo es necesario derramar la sangre fuera de sus cuerpos al suelo —y luego tales cuerpos pueden ser comidos—. (Quién es aquí el imbécil —que cada uno decida por su cuenta—).

Sobre la inadmisibilidad de matar a los animales como alimento —hablaron y hablan— todos los Representantes encarnados y no encarnados del Creador [8,15,19-25, et al.]. Pero la pasión glotona, compuesta de darse banquete con cadáveres, —¡ahora es para la mayoría de la humanidad encarnada, más poderosa que la opinión de Dios!—

Según la naturaleza biológica, el hombre no es un depredador. Pero la mayoría de la gente hace depredadores de sí mismos, separándose así de ser —al menos a este respecto— justos ante Dios. Los resultados son las graves enfermedades y el rechazo a la ayuda de Dios en los aspectos más importantes de su desarrollo espiritual.

Entre las enfermedades que afectan a estos glotones —la aterosclerosis (obstrucción de vasos con depósitos de exceso de colesterol), la podagra en sus varias manifestaciones (deposición de sales de ácido úrico en los vasos del cerebro, articulaciones y otros órganos), el mal funcionamiento del sistema digestivo por bioenergías groseras, la encarnación de animales ofendidos desencarnados en los cuerpos de los ofensores que puede resultar, particularmente, en cáncer—. También —la incapacidad de refinar adecuadamente la conciencia—; tal sutilidad es necesaria para que el alma se acerque a Dios, y para la cognición directa de Él.

Recordemos que cada uno de nosotros crea su propio destino, en particular, programando en él el dolor y el sufrimiento, que fueron causados por mí a otros seres.

También es importante enfatizar que esas personas son sordas al tema de la compasión.

Se cree que Jesús en su encarnación judía, necesariamente como todos los judíos de la época, usó carne como alimento, especialmente en la forma del cordero «sacrificado» en Pascua. Lo más probable, es que fue realmente en Su infancia. Pero Él muy pronto abandonó Su familia terrenal y se marchó errante. Cuando volvió a Judea, después de haber crecido, —Él no comía carne—. Las Entradas de Epifanía registraron la reacción de sorpresa-disgusto de Jesús cuando se Le pidió probar la carne de un cordero en Pascua (Epifanía, Jerez, 22: 4) [8,18].

Sathya Sai Baba señaló [2,8,34,43-44] que Él no quería que la gente se peleara entre sí debido a las diferencias en su nutrición: dejen que la gente mundana coma carne. ¡Pero si ustedes se elevan al Camino espiritual —el aspecto ético de la nutrición tiene que ser observado impecáblemente—!

Sí, existen personas que bajo ninguna circunstancia rechazan su glotonería pecaminosa, por las delicateses hechas de cadáveres de animales.

El compromiso aquí puede ser el siguiente: usar como alimento (y para otros fines) —los cuerpos de esos animales, que ya han terminado los programas de su propia evolución en estos cuerpos—.

Además, no debería haber dudas innecesarias sobre el derecho a matar animales dañinos y peligrosos para las personas.

O por ejemplo, si no tienen dónde colocar algunos animales machos de granja ya criados por los humanos, en particular los toros, (los machos nacen aproximadamente en la misma proporción que las hembras), ¡y no sería bueno alimentarlos de por vida! ¡Simplemente —déjenlos vivir «a voluntad»—!

Pero, en caso de eliminarles —debe hacerse de la manera más indolora, suave, compasivamente—.

Por cierto, hace mucho tiempo, los becerros eran castrados en su infancia (para evitar su agresividad en la edad adulta) y utilizados en la agricultura, tal los caballos, como animales de tiro.

… Pensemos, ¿qué es la compasión? ¡No es llorar por la desgracia o la muerte de alguien! Sino —la máxima precaución para no infligir a nadie, voluntaria o involuntariamente, dolor vano u otros problemas—. En particular —no afligir a nadie con mis emociones, palabras, u otras acciones—.

¡Entendamos que sin la compasión desarrollada, fundamentalmente no es posible acercarse a la Perfección!

La compasión es una de las cualidades básicas de los Espíritus Santos. Y Ellos —como potenciales Maestros Divinos para cada uno de nosotros— no permitirán que se Les acerquen aquellos que tengan grandes defectos éticos.

* * *

Alguien, que nunca antes pensó seriamente en la ética alimentaria, puede preguntar: ¡¿entonces qué debo comer?!

Voy a responder brevemente.

Necesitamos los siguientes grupos de nutrientes: proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales, así como fibra.

Las proteínas consisten en conjuntos de varios aminoácidos. Hay entre estos algunos que son producidos en nuestros cuerpos. Pero otros —no son producidos usualmente— y es necesario incorporarlos con los alimentos. Por lo tanto, deben tratar de diversificar la ingesta de alimentos. Los productos éticamente aceptables, que contienen los conjuntos completos de aminoácidos, son leche, productos lácteos, y huevos de aves. También una gran cantidad de aminoácidos diferentes se encuentran en setas, nueces, y soja.

Pero debemos tener en cuenta que la mayoría de los adultos, a diferencia de los niños, ya no producen la enzima lactasa necesaria para digerir el azúcar de la leche (lactosa). Por lo tanto, los adultos a menudo tienen problemas digestivos causados por el consumo de leche.

En lo que concierne a la soja, es útil saber que algunos productos, fabricados a partir de ella, causan una débil irritación en el intestino. Esta es una razón para que cada uno investigue este problema experimentando.

De las grasas vegetales, las menos densas son consideradas como las más útiles.

La mantequilla —como una grasa animal— es valiosa, porque contiene vitaminas importantes para nosotros.

Si freímos alimentos (huevos, setas), es necesario utilizar las grasas comestibles más densas, ya que sus elementos constituyentes son más resistentes a la rancidez (oxidación con la formación de sustancias nocivas).

Un hecho curioso del que no muchas personas saben, es que las grasas en el sistema digestivo se descomponen primero en ácidos grasos, pero luego, si van a ser utilizadas en el cuerpo «como reserva», se combinan de nuevo convirtiéndose en grasa de estructura idéntica a la original. Tales estructuras —son específicas de cada especie—. Por ejemplo, si alguien ama la grasa de cerdo, la grasa de cerdo es la que compone el propio cuerpo. En otras palabras, el cuerpo se vuelve en gran parte porcino.

Sin embargo nuestras propias grasas humanas —en composición química— se forman a partir de los carbohidratos en las plantas.

Los carbohidratos —son ambos, azúcares y almidones—. Obtenemos cantidades suficientes de ellos de las semillas de cereales, verduras, frutas, etc.

La fibra también es importante, porque propicia el movimiento de la masa de alimentos a través del intestino. En medicina, existen casos conocidos de aficionados a experimentar sobre sí mismos que, no habiendo estudiado la teoría científica sobre nutrición, intentaron vivir con una dieta de eliminación completa de fibra. Tales experimentos a menudo fueron fatales.

También se necesita conocimiento sobre la compatibilidad de los componentes alimenticios. Por ejemplo, cuando en el estómago se mezclan grandes cantidades de proteínas y grasas —con azúcares—, la fermentación del azúcar comienza. Esto conduce la denominada flatulencia —formación de gases en el intestino—.

En cuanto a las vitaminas, tenemos que asegurarnos, especialmente, de obtener la cantidad suficiente de vitamina C. Está mucho en los verdes, frutas y ajo. Cuando escasea, uno puede comprar en las farmacias el ácido ascórbico (que es vitamina C).

También es deseable tener dentro de la dieta zanahorias y tomates (incluso, pasta de tomate y otros productos provenientes de ellos).

En lo que concierne al conjunto completo de micro elementos, uno no debe preocuparse, si se añade agua de mar clara al cocinar los alimentos. O — incluir en la dieta col marina*—.

* * *

Repito que nuestra impecabilidad ética ante Dios consiste, en primer lugar, en no dañar a nadie, si es posible ni siquiera estresarle —sino tratar de ayudar a todo el mundo en todo lo bueno—.

¡Vivamos de tal manera de no herir a nadie: ni a Dios, ni a las personas, ni a ninguna otra criatura!

¡Debemos aprender a amarles a todos!