English Español Français Deutsch Italiano Český Polski Русский Română Українська Português Eesti 中文 日本

Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo Tres: Entre los Gimnastas Aéreos
 

El Faquir y la Ciencia de los Milagros/Capítulo Tres: Entre los Gimnastas Aéreos


Capítulo Tres:
Entre los Gimnastas Aéreos

Un día, mientras caminaban por la ciudad en su día libre, Tom y Katya se acercaron al pabellón de la carpa de un circo. En un cartel, no hecho de imprenta sino simplemente pintado en una tabla de madera contrachapada por un artista que ciertamente no era muy hábil, se leía la siguiente inscripción: «Acróbatas Aéreos de la Dinastía Thibaut».

Tom, se detuvo ante el cartel por largo rato…

—¿Quieres ver lo que es la verdadera habilidad? —le preguntó de repente a Katya.

—¡Por supuesto!

… Compraron los boletos.

El espectáculo no era para nada complicado. Los trajes y toda la comitiva, eran muy inferiores a los que había en el rico y mundialmente famoso circo del Sr. Lurie.

… Pero cuando comenzó la actuación de los gimnastas aéreos, Katya entendió a lo que Tom se refería. Fue una ejecución perfecta de los más complicados elementos en una presentación de este tipo. Los cuerpos ligeros y flexibles parecían flotar como pájaros en el aire. La increíble coherencia y precisión en los movimientos, hacía ver que los extraordinarios esfuerzos de los gimnastas, parecieran sin esfuerzo, y convertían, toda el área debajo de la carpa, en un espacio mágico donde los gimnastas —como si volaran—, tocaban tan solo ocasionalmente los trapecios o las manos de sus compañeros con sus propias manos o pies…

—¡Guau! —susurró Katya eufóricamente.

… Después de la actuación, cuando ya se dirigían a la salida, una de las gimnastas gritó repentinamente:

—¿Tom? ¿Eres tú? ¡No puede ser! ¡Estoy muy contenta de verte!

… Tom se estremeció y se dio la vuelta.

—¡Hola, Tonya!

—¿Es tuya esta pequeña? —Tonya con mimo en sus ojos se inclinó hacia Katya y acarició su claro cabello dorado—. ¡Qué niña tan linda! ¡Y ya es tan alta!

… Y, dirigiéndose a Katya, le preguntó:

—¿Te gustó la actuación?

—¡Sí! —dijo Katya entusiasmada, y agregó algunas palabras profesionales describiendo los saltos y técnicas que la deleitaron particularmente.

—¡Guau! ¿Así que la dinastía de los gimnastas aéreos de Thibaut continúa?

—¡Sí! —repentinamente respondió Tom contento. Toda la tensión que había estado sintiendo esa tarde, de repente, desapareció. Una ternura increíblemente hermosa y tranquila, que generalmente estaba escondida en algún lugar profundo bajo una gran cantidad de máscaras chistosas, floreció en él.

—¿Irás a ver a tu padre? —preguntó Tonya.

Tom negó con la cabeza.

—No, mejor no… Sería mejor que ustedes si quieren nos visiten. —Tom le entregó invitaciones para el circo del Sr. Lurie.

Tonya frunció el ceño ligeramente…

—No sé si será posible… Ya conoces a tu padre, critica a todos por no tener talento y probablemente no va a querer ir. Yo intentaré ir, si es que él me deja…

—Ok, en cualquier caso, ahora sabes dónde encontrarme… Bueno… Si es que necesitan de mi ayuda…

—¡Si, gracias!

… Se despidieron calurosamente.

* * *

Tom, caminó inmerso en sus pensamientos.

Katya le tiró de la manga:

—¿Dijo ella «padre»? ¿Tu papá actuó en la presentación?

—No, Katya, él no actúa… Él es el dueño de ese circo. ¿Recuerdas que te dije que yo era gimnasta aéreo? Y que luego —tuve que dejarlo—… Pues pasó de esta manera…

… Tom nunca olvidó lo que sucedió en ese entonces…

Siendo joven y estando enamorado de Tonya, la llevó para el circo.

Entonces, prepararon una presentación…

¡Su padre, no se mostró contento porque —aunque la chica era capaz de la labor—, era muy difícil incluir a alguien que «no pertenecía al circo» dentro de un número cualquiera!

… Luego, Tonya, se enamoró de Serzh, el malabarista…

Y entonces, Tom tuvo el accidente…

En ese día, el viejo soporte de madera debajo de la carpa al cual se ataban las cuerdas y los trapecios, se rompió. Tom, sostuvo a todos los demás con su cuerpo durante mucho tiempo, conectando con sus manos el lugar donde ocurrió la falla. Esos momentos, mientras los gimnastas descendían, le parecieron durar una eternidad…

… E inmediatamente después, no pudo salvarse a sí mismo ya que no le quedaban más fuerzas, y cayó. Los músculos de sus brazos se rompieron, y también se fracturó la columna vertebral…

… Tom soñaba con actuar de nuevo. Y este sueño le daba fortaleza. Aprendió a caminar de nuevo, a mover sus manos… Superando el dolor, obligaba a su cuerpo a obedecer…

Pero, cuando más o menos se había recuperado, su padre le dijo:

—Nunca podrás volver a trabajar realmente bien bajo la carpa. ¡Y no deberías ser una carga para el resto!

… Su padre no sentía lástima alguna por nadie, incluido por sí mismo. Si sus posiciones se invirtieran, él habría hecho lo mismo consigo mismo. Tom sabía esto y trató de hacer caso omiso del insulto, y le dijo: —Cierto, un lisiado, un discapacitado, no puede ser parte del grupo… ¡Pero casi me he recuperado en tan solo año y medio!… ¡Esperaba en un poco tiempo más —poder actuar—!…

Las palabras de su padre sonaron como un veredicto: —¡Nunca serás capaz!… ¡No te tortures ni a ti mismo ni a nosotros! ¡Vete y comienza una nueva vida! Vete sin despedirte de nadie, ¡será lo mejor! ¡No hagas ninguna escena sentimental! ¡Buena suerte para ti!

Su padre le dio la espalda y se alejó… Tom nunca le volvió a ver.

Al día siguiente, Tom ya se había marchado…

Su padre siempre era despiadado con tales asuntos. Nunca se comprometía y no perdonaba a cualquiera quien, incluso tan una sola vez, se permitía engañar a otro, o a quien de alguna forma fracasaba, o por otras razones, no cumplía con su visión de lo que un artista verdadero es. Expulsaba a los que él consideraba incapaces o indignos, como si los borrara de su vida para siempre. ¡Y no se podía volver al pasado!

Tom, después se dio cuenta de que su padre tenía razón, y que a pesar de todos sus esfuerzos, él ya no podría actuar como antes. Y participar en todo tipo de actividades auxiliares y mirar con dolor o envidia —hacia ese lugar bajo la carpa, donde le gustaría estar—… Malgastando su vida en esa tristeza, ¡hubiera sido una pérdida de tiempo!…

Y así, durante varios años, Tom se embarcó en diferentes trabajos. Fácilmente, dominó nuevas formas de aplicar sus fuerzas en diversos asuntos, y se hizo con un buen salario. Pero el circo… seguía siendo una «herida abierta».

¡Un día, visitó el espectáculo circense del Sr. Lurie, —y allí se dio cuenta de que debía regresar al circo—! ¡Sin importar qué acto tenía que realizar, solo sabía que tenía que volver!

Así que decidió convertirse en payaso y creó varios números cómicos.

Sus primeros actos no fueron muy buenos, pero el Sr. Lurie podía discernir el talento en las personas. Él, tenía una especie de «instinto» para esto. Le gustaba este joven con ojos increíblemente tristes, —e incluyó a Tom en su tropa—. El Sr. Lurie no se equivocó; Tom, se convirtió en una especie de «estrella». Y sus números se hicieron aún mejores a medida que pasaba el tiempo debido a su ingeniosa ironía, increíble ingenio, y la voluntad de reírse de sí mismo… ¡El Sr. Lurie, creía con razón, que ayudó a Tom a convertirse en uno de los mejores payasos del mundo!

Durante mucho tiempo, Tom intentó con todas sus fuerzas olvidar la ofensa de su padre, borrarle de su memoria… Pero… solo logró llevar esto a lo profundo de sí mismo… Fue tan solo en este día de hoy, en que felizmente se dio cuenta de que había perdonado a su padre y a todos ellos… ¡Y que simplemente amaba a todos ahora! Amaba a Tonya, —sin celos, sin dolor y sin tristeza por el pasado—, amaba a todo su equipo y amaba a su padre…

Tom, rodeó con su brazo los hombros de Katya. Sin ella, su amada Katya —esto probablemente no habría ocurrido—.

¡Eso es lo que esto es —tal cual dijo Tonya—, «la continuación de la dinastía»!

¡¿Y qué es exactamente una dinastía?! ¡Eso no importa! ¡Katya se había convertido en la principal alegría y significado para su vida! ¡Ella le necesitaba! ¡Para ella, él era un amigo, un maestro y un padre¡ ¡Y ella, de hecho, se había convertido en una hija para él!

* * *

Sin embargo, al día siguiente, Tom albergaba una pequeña esperanza de que Tonya viniera a su presentación, incluso pensó en la idea de cómo burlarse de sí mismo por ya no ser un gimnasta, sino un payaso…

Después del espectáculo, se fijó en el público desde detrás de escena.

Katya se acercó y le tanteó de la manga.

«¡No estés triste! Probablemente tuvieron que partir. Ya sabes que así sucede…»

<<< >>>
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
 
Página principalLibrosArtículosPelículasFotografíasSalvapantallasNuestros sitiosEnlacesQuiénes somosContacto