English Español Français Deutsch Italiano Český Polski Русский Română Українська Português Eesti 中文 日本

Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Capítulo Uno: El Circo del Sr. Lurie
 

El Faquir y la Ciencia de los Milagros/Capítulo Uno: El Circo del Sr. Lurie


Capítulo Uno:
El Circo del Sr. Lurie

El director del circo, se paseaba tranquilamente por la ciudad. Aún faltaban dos días para la primera presentación. Mientras caminaba, admiraba los coloridos carteles del nuevo programa para su circo que adornaron los lugares publicitarios con las siguientes palabras: «¡El circo del Sr. Lurie! ¡Acróbatas y jinetes! ¡Domadores de tigres y leones! ¡Malabaristas y payasos!»

Sus pensamientos estaban llenos de satisfacción: «Esta ciudad es grande; aquí debe haber mucha gente. ¡Mayores ganancias y fama —es lo que aquí le espera— a uno de los mejores circos de Europa!» Tales perspectivas, deleitaban el orgullo del director, cuyo nombre era Etienne Lurie, y de muy buen talante, continuó su camino.

No muy lejos de ahí, una multitud de espectadores se había reunido alrededor de uno de los lugares que exhibía sus carteles. Estaban aplaudiendo con entusiasmo.

El Sr. Lurie sintió curiosidad y se acercó.

En frente de la multitud, una niña rubia de unos cinco o seis años, hacía reverencias y recogía monedas en una canasta.

«¡Hazlo otra vez! ¡Nos perdimos el principio!» Pedían varios espectadores que habían llegado recientemente.

… La niña hizo una reverencia divertida y lanzó un beso al aire, —tal cual se hacía en las presentaciones del circo de Mademoiselle* Sisi—. Y seguidamente, empezó su actuación de nuevo.

El director estaba a punto de seguir su camino… Cuando entonces, unos pocos movimientos de la pequeña actriz le intrigaron a quedarse.

¡Sí, era una verdadera «joya», —tal flexibilidad natural viene una vez cada cien años—! Toda la ridiculez desapareció; la niña, se convirtió en la definición misma de la elegancia y la gracia, —y feliz, y con una habilidad increíble— hizo algunas volteretas hacia atrás, dos volteretas laterales continúas y luego se inclinó hacia atrás haciendo el puente. Estaba claro que nadie le había enseñado tales cosas; ya que a pesar de todo, los movimientos no eran perfectos. ¡Pero de hecho, para realizar tales torsiones, y con tanta facilidad, se requieren años de entrenamiento!

El director una vez más le examinó de pies a cabeza con la mirada de un profesional. Una apariencia hermosa, pelo rubio rizado… ¡Ella podría fácilmente ser convertida en un ángel si uno la lavara y la vistiera adecuadamente!

Él ya empezaba a imaginar a la chica como un ángel volando con un vestido blanco y rosado debajo de la cúpula del circo.

Cuando la audiencia se dispersó y la niña se mostraba contenta con las monedas que había recibido, el Sr. Etienne Lurie se le acercó y le preguntó:

—¿Quién te enseñó esto?

—Yo misma. Vi a los artistas del circo en la plaza y cómo eran aplaudidos y se les daba mucho dinero. Entonces, yo también decidí ganar suficiente dinero para curar a mi madre.

—¿Está tu madre enferma?

… La niña se entristeció:

—Ella murió este invierno…

—¿Y con quién vives?

—La anfitriona donde mi madre y yo alquilamos una habitación me permitió quedarme y vivir allí, para así poder pagar nuestra deuda. Mi madre estuvo enferma por mucho tiempo y no pudo pagar nuestro alquiler…

—¿No tienes ningún otro pariente?

—No…

—¿Te gustaría actuar en un circo real? ¿En este? —el director señaló con el dedo el cartel—. Tendrías un hermoso vestido con destellos y un aro de oro en tu cabello. Y además, zapatos de satén.

—Yo quisiera… Pero la cuestión es ¿quién me dejará entrar allí?

—Yo soy el mismo director de este circo. ¡Y me gustaría convertirte en una verdadera actriz!

Los ojos de la niña expresaron sorpresa y alegría. El director, notó la urgencia y el entusiasmo de su nueva adquisición.

«Ahora todo lo que queda es completar los trámites. Si la niña no tiene parientes, ¡esto será muy fácil!» —Pensó—.

—¿Cuál es tu nombre?

—Katya.

—Tendremos que inventarte un verdadero nombre de circo para ti. Por ejemplo: ¡La pequeña Mademoiselle Kitty!*

Katya estaba muy sorprendida de ser llamada Mademoiselle

Y el director, tomó a Katya de la mano y se dirigió a la panadería más cercana. Alimentó a la niña con pasteles y le ofreció té para beber. A través de esto, él finalmente había ganado su confianza.

Después, habló de forma severa con la anfitriona durante largo rato, mientras que Katya empacaba sus escasas pertenencias.

Le dio a la anfitriona un poco menos de dinero de lo que ella quería. Después de todo, al Sr. Etienne no le gustaba desperdiciar el dinero, gastándolo en la codicia de otras personas.

Cuando se completaron todos los preparativos, el Sr. Etienne detuvo a un cochero, cargaron todas las cosas de Katya que habían sido guardadas en un pequeño paquete y en una maleta, la sentó a su lado y le pidió al hombre que les llevara al circo del Sr. Lurie.

* * *

Luego durante un tiempo, todo lo que sucedió a continuación le pareció a Katya como un cuento de hadas.

Incluso, hasta le pareció agradable al principio, el gordo alemán llamado Franz, cuyo trabajo consistía en coreografiar los números del circo —y a quien Katya había sido asignada—.

Hasta le gustaba su acento divertido. Él, para describir los movimientos del cuerpo y dictar las instrucciones, utilizaba una mezcla de palabras de diferentes idiomas, incluidas ciertas palabras de circo desconocidas por Katya. Y, cuando estaba enojado, hablaba solo en alemán.

La palabra «alle»* era ahora la palabra principal en la vida de Katya.

Ella vestía una malla delgada y un vestido muy corto para los entrenamientos. Y, la modista del circo, le tomó las medidas para comenzar a coser un vestido especial para las actuaciones de Katya, —con destellos y pequeñas alas—.

¡Katya percibía todo esto como… mágico!

¡E incluso ella, podía mirar todos los espectáculos del circo, todos los días!

¡En las instalaciones del circo, inaccesibles para el público, donde vivían los animales especialmente entrenados, a ella le gustaba acariciar —con permiso de los entrenadores—, a los perros, gatos, monos y caballos adiestrados! ¡Con admiración, observaba al enorme elefante llamado Tuuba, y a los tigres y leones!

El mundo del circo era especial, con sus propias leyes y reglas. Katya las estudiaba gradualmente.

Pero la emoción de que su vida se había convertido de improviso en un cuento de hadas, muy pronto terminó.

El Sr. Franz, le obligaba a hacer más y más ejercicios todos los días, desde la mañana hasta la noche. Su cuerpo estaba constantemente adolorido por el sobreesfuerzo y los moretones.

Ella siempre escuchaba de él: «¡mal!, ¡incorrecto!, ¡sonríe!, ¡alle!, ¡alle!, ¡alle!, ¡alle!»…

Y solo muy rara vez escuchaba: «¡bien!»… Pero justo entonces, sobre la marcha, se inventaba un nuevo ejercicio incluso más difícil que el anterior…

Y luego se le añadió un trapecio, que elevaban cada vez más alto… Y el miedo a caerse se le volvió tortuoso…

«¡Si no eres buena chica, te llevaré a la calle, y allí morirás de hambre!» —Le gritaba Franz—.

A veces, incluso Katya quería estar en la calle y morir, para que estas torturas sin fin se detuvieran.

<<< >>>
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
 
Página principalLibrosArtículosPelículasFotografíasSalvapantallasNuestros sitiosEnlacesQuiénes somosContacto