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La heredera del anciano Zosima/Responsabilidad ante Dios

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Responsabilidad ante Dios

Como era de esperarse, Víctor le preguntó a Zosia acerca de la curación que había tenido lugar en la niña.

—¿Crees que fuiste tú quien curó a Nadia? ¿Es esto posible? ¿Y cómo lo hiciste?

—¡No, por supuesto que no fui yo! ¡Fue Dios!

… Zosia, contó un poco sobre lo que vio ese día en el jardín del hospital y lo que sintió…

Esta vez, Víctor escuchó con seriedad y no puso objeciones.

Trató de evaluar lo que sucedió con el uso de su lógica investigativa. Pero con su lógica… no pudo hacer frente a los hechos…

… ¡Y a la vez Zosia era tan tierna y tan hermosa! Y de ella brotaba una confianza especial, transparente, invisible, más al mismo tiempo, llena de fuerza y poder.

Zosia continuó:

—Solía pensar que para curar a alguien había que desearlo mucho y pedírselo mucho a Dios.

»Pero con Nadia, fue todo muy diferente… yo no pedí por ella. Incluso, acepté en ese momento que sería mejor si ella simplemente partiera…

»¡Pero entonces, la Dicha de Dios eclipsó todo! ¡Y Su maravilloso Poder transformador pasó a través de mí!… Yo vi todo esto, fui testigo y, al mismo tiempo, fui, por así decirlo, Parte de ese Poder.

»Yo no podría repetir esto. ¡Fue la Voluntad de Dios lo que se manifestó!

»Y lo que sucedió no solo es valioso para Nadia. ¡Lo es también para mí, para ti, para tu padre, para la madre de Nadia, y para su hermano!

»Este evento puede producir cambios espirituales en muchas personas. Pero si se sucederán estos cambios o no —dependerá de la elección personal de cada uno—.

»Y también me di cuenta de que si logramos seguir trayendo esa Luz que descendió a este mundo, podremos seguir mostrando el Poder de Dios a las personas, y esto es bueno. ¡Y a la vez —nosotros mismos aprenderemos mucho—!

»Es muy importante que ahora nos hagamos responsables del futuro de Nadia. ¡Y definitivamente debemos ayudar también a su mamá! Aunque por supuesto, esto no será fácil…

»Porque si regresamos a Nadia al infierno que me describiste, y la dejamos nuevamente al cuidado de una madre desesperada y al borde del suicidio, la recuperación de la niña habrá sido en vano.

—Mi padre me ayudó un poco. Me dio dinero como para alquilarle una habitación con servicio de limpieza por ahora. ¡No me importó aceptar el dinero, así que lo tomé incluso con alegría, y ya hice los arreglos necesarios! Así que la niña ya tiene un hogar a donde ir.

—Sí, esto está bien, pero es tan solo temporal.

»Después de todo, dar limosna a los mendigos no es más que una ayuda débil, que a partir de ello, ¡solo aumenta el número de mendigos!

»Es necesario sanar algo en la persona misma, en el alma, para que la persona deje de sentirse infeliz, miserable o mendigue desesperadamente. ¡Es necesario que sean capaces de cuidarse a sí mismos y a los demás!

»Vayamos a visitar hoy algunos refugios, orfanatos y casas de beneficencia. Tal vez en alguno acepten a la madre de Nadia para trabajar cuidando niños o ancianos…

—Es poco probable porque tiene dos hijos…

—Sí, no será fácil… Pero si logramos encontrar un refugio para niños donde ella pueda trabajar y los niños vivir, habremos dado con una solución bastante buena para la situación actual… ¡Intentémoslo! Nadia me dijo que su madre le leía libros y también le enseñó el alfabeto. Tal vez esto ayude…

* * *

Ese día, visitaron muchas organizaciones benéficas para viudas, discapacitados y huérfanos. Más no lograban dar con un lugar que sirviera para todos.

Por ejemplo, los niños eran aceptados en los orfanatos, pero nadie aceptaba a una madre con hijos.

Víctor estaba indignado:

—¡Toda esta caridad es tan solo una gota en el océano, una farsa! ¡Habiendo tanta gente desafortunada alrededor! Aquí solo un par de docenas de personas se benefician, ¡y el resto que se fastidie!

»¡Todos estos orfanatos, refugios y asilos son una pequeña parte de lo que debería hacerse! ¡Y las personas ricas donan migajas de sus ingresos que ayudan a tan solo unos pocos entre miles!

»¡Todas estas buenas obras son teatrales, como encender una pequeña vela en la iglesia para que todos los pecados sean perdonados!

—Creo que es mejor intentar ayudar al menos a unas pocas personas que no ayudar a nadie. Después de todo, también tú y yo nos estamos ocupando tan solo de Nadia y no podemos responder por todos los que están en el refugio de donde ella viene.

—¡Esto es por ahora! ¡Pero definitivamente algún día haré todo lo posible para cambiar la vida de todas las personas desafortunadas que están «en el piso de la sociedad»! ¡Ese es mi objetivo!

—Sí, eso es bueno…

»Más ahora mismo necesitamos encontrar una solución para la madre de Nadia. Es importante que se sostenga por sí misma y, tras esto, podemos intentar ayudarle a dar educación a sus hijos. Tal vez ella pueda hacer otras cosas como coser, bordar, etc., ¿crees que algo así serviría como para que ella trabaje desde casa?

—Pues no lo sé. La niña será dada de alta mañana. Podemos ir a buscarla, la llevamos a la casa y ahí vemos qué hacer. Creo que lo mejor sería que después hables directamente con la madre, ¡contigo toda la gente se abre y habla con sinceridad!

* * *

Así lo hicieron.

Nadia, con vestido y zapatos nuevos, no solo se sentía saludable, sino también completamente feliz. ¡Su alegría se esparcía alrededor!

Después de un largo abrazo con su madre, Nadia pasó a contarle lo sucedido:

—¡Mami, mami! ¡Yo vi a Dios! ¡Él me curó! ¡Y ahora seguro que todo va a estar bien! ¡Te ayudaré con Iván! Ahora yo seré como Zosia. ¡Trabajadora y amable! ¡Mami, ella es Zosia! ¡Conócela! ¡Ella me atendió y también me contó cuentos de hadas!

Nadia acercó la mano de Zosia a su madre.

—Soy Irina —dijo la mujer presentándose en voz baja.

… La madre de Nadia estaba muy pálida y delgada, las lágrimas se asomaban en sus ojos de la emoción…

Nadia acercó a Víctor hasta su hermano pequeño, Iván.

Zosia les dijo que fueran a dar un paseo con el bebé, para ella e Irina quedar a solas y poder conversar. Así lo hicieron.

—¡Gracias, Zosia! ¿Puedo llamarte así?

»¡No sé cómo agradecer tu misericordia!

… La madre de Nadia, con lágrimas en los ojos se apresuró a besar las manos de Zosia…

—¡Por favor, no hace falta, Irina! —Zosia le abrazó y la sostuvo un rato en paz dentro de su más sincero amor, como en un cierto espacio que aunque invisible, se sentía alrededor de Zosia.

Luego, tuvieron una conversación muy franca. Irina dijo:

—No sé cómo seguir viviendo, ni cómo criar a mis hijos… y lo peor es que yo soy la única culpable de todo… de nuestra pobreza, de la enfermedad de Nadia… ¡Todo está destruido dentro de mí!… El padre de Nadia me abandonó hace mucho tiempo. Pero aun así, seguí adelante de alguna forma. Enseñaba música y dibujo, y también a leer y a escribir a unos niños. No en casas ricas, pero aun así…

»Y en cuanto a Iván, —resultó que me violaron—… por mi estupidez…

»Entiendo que el niño no tiene la culpa, pero dentro de mí todo quedó muerto… Tal vez por eso Nadia se enfermó, sintió que yo ya estaba medio muerta. ¡He olvidado cómo tener fe y dar amor!… ¡Nadia le pedía a Dios que nos sacara de aquí!… Pero después de todo, cuando nació Iván, todos me rechazaron incluso en mi trabajo, y se negaron a ayudarme… Es el Señor que me castiga por mis pecados…

—¡No te culpes, Irina! ¡Ahora, todo será diferente!

… Pasaron entonces a conversar acerca de lo que Irina sabía y podía hacer…

De esta forma, Zosia logró calmar a Irina y darle un poco de esperanza. Ahora, era necesario ayudar a hacer realidad la nueva esperanza. Al terminar, llevaron a la madre con sus hijos a su nueva habitación.

* * *

Al día siguiente, Zosia y Víctor continuaron su búsqueda de trabajo para la madre de Nadia.

Su práctica en la clínica ya había terminado y solo faltaban dos días para el inicio de las sesiones de capacitación.

Pero hasta ahora no habían dado con un solo lugar donde la aceptaran.

… Y Víctor y Zosia nuevamente escucharon otra cortés negativa. Solo quedaban dos lugares en la lista para visitar.

Más cuando bajaban las escaleras hacia la salida del refugio, una joven y bella mujer exquisitamente vestida se levantó para acompañarles.

Zosia la reconoció de repente. Le había conocido brevemente en su primer día de ingreso al instituto. Apenas hablaron en ese momento. Zosia le preguntó sobre el procedimiento para la presentación de los documentos, la joven le respondió, se presentó y le deseó éxito a Zosia en el examen. Fue todo lo que intercambiaron…

La hermosa joven caminaba con confianza. Dos trabajadores del refugio se inclinaron ante ella con gran reverencia mientras pasaban cargando pilas de ropa de cama.

Zosia decidió saludarla:

—¿Olga? ¿Eres tú? ¡Hola!

… Al darse cuenta de que Olga no la recordaba, Zosia dijo:

—Probablemente no me recuerdes, presentamos juntas los documentos médicos para el instituto.

… Olga realmente no la recordaba, pero sonrió afable y benévolamente:

—¿Viniste a visitar a alguno de los niños?

—No, solicitamos que una mujer y sus hijos fueran admitidos aquí para trabajar, pero no funcionó. Se negaron…

—¿Pero qué mujer? ¿Es tu pariente?

… Víctor supuso que esta joven noble y hermosa probablemente pertenecía al consejo de administración de los benefactores de este refugio, y decidió aprovechar la oportunidad:

—No, su hija fue tratada en la clínica de mi padre. Y estamos tratando de ayudarles. Ella podría aquí ser más que una niñera, incluso podía hacer de maestra para los niños más pequeños…

—Ah bien, intentemos arreglarlo todo. Tengo cierta influencia en esta institución.

… ¡El resultado superó todas sus expectativas! El orfanato era subsidiado en gran parte por los fondos donados por esta hermosa y adinerada joven. Por supuesto, todo se solucionó rápidamente.

Víctor y Zosia agradecieron a Olga desde el fondo de sus corazones. Y se despidieron calurosamente.

—Pronto comenzarán las clases, ¡nos vemos! ¡Y Víctor, estaré encantada de volver a verte algún día! —dijo Olga despidiéndose.

* * *

Cuando se separaron de Olga, Víctor abrazó a Zosia, la alzó y la hizo girar, sin avergonzarse de que la gente que pasaba por la calle se diera la vuelta y sonriera.

—¿Te volviste loco? ¡Por favor bájame! ¡Asustas a los transeúntes!

—¡Que miren todos! ¡Que todos vean qué mujer tan extraordinaria y hermosa tengo a mi lado!

… Víctor bajó al suelo a la risueña Zosia y dijo:

—¡Eres una hechicera, mi Zosia! ¿Cómo lo hiciste? ¿Dirás de nuevo que fue Dios?

—¡En primer lugar, no he sido solo yo, ambos hemos tenido éxito!

»Y acerca de Dios… ¡Tú mismo puedes sentir que si haces algo bueno y correcto por las personas, también lo haces por Dios!

»¡Y después, es como si un Poder especial te llevara y te guiara suavemente! Incluso puedes aprender a percibir cómo te dirigen. Por ejemplo, adónde debes ir o cuándo es el momento de hacer algo. Me ha sucedido muchas veces en la vida cuando he sentido esta Ayuda claramente. Como si vinieran por sí solas las palabras que hay que decir, o una comprensión de a quién y cómo ayudar mejor.

»Y a veces sientes, por el contrario, que algo no se debe decir ni hacer en absoluto.

»A todo esto le llamo intuición…

»Y si no obedeces esta voz interior, que es como una «corazonada», entonces todo sale mal. Ya me ha sucedido. Cuando razonaba con mi mente, al final todo resultaba mal…

»¡El anciano Zosima dijo que así es como el Espíritu Santo nos enseña a entender la Voluntad de Dios!

»¡Y esta comprensión llega fácilmente cuando el alma está llena de amor, cuando la calidez y la luz que hay en el interior, se quiere compartir con los demás!

»Y si una persona tiene miedo o piensa en el beneficio para sí misma, como por ejemplo ocupar una posición social más alta, hacer a un lado a un rival, o algo más que venga del egocentrismo, ¡entonces esta comprensión profunda y afectuosa no viene!

»Por el contrario, comienzan la intriga y los pensamientos desagradables sobre el beneficio para uno mismo en detrimento de los demás. Y esos pensamientos sucios, que surgen de repente, debemos aprender a ahuyentarlos. Tales pensamientos pueden ser generados por el miedo o pueden provenir del yo.

»Cuando era pequeña, el anciano Zosima me enseñó que el miedo y la individualidad —son como dos bestias malvadas que atacan la conciencia desde lados opuestos—. Si les obedeces, la conciencia… se esconderá. Más si observas estos vicios con decisión y no sucumbes a ellos, viene entonces la ayuda de Dios para vencerlos.

»Pero muchas veces la gente no presta atención a la voz de la conciencia en su interior. Y el razonamiento que construyen en sus mentes, no lo verifican con el amor del corazón. Por ello, la gente tiene muchas ilusiones sobre lo que es bueno y lo que es malo, dónde está la verdad y dónde la mentira…

—¡Vaya filósofa que eres!

—¿Y qué hay de malo en ello? ¡El amor por la sabiduría es lo mejor!

»¡Y la sabiduría es imposible sin amor!

»Y si las teorías sobre las transformaciones en la sociedad se construyen solo en la lógica, pueden también contener errores peligrosos.

»Víctor, esto es muy importante. Somos responsables de aquellos a quienes ayudamos y de lo que queremos traer a este mundo, ¡incluso, somos responsables de cómo pensamos! ¡Somos responsables de todo —ante Dios—!

»Y también somos responsables de cómo vivimos, así como de cómo y qué es lo que elegimos en esta vida…

»Si esta elección se hace ante Dios, entonces es más fácil elegir.

»Y si piensas que Dios no existe, aplica entonces lo que dijo Dostoievski, «¡todo está permitido!»…

»Nosotros, de todos modos, somos responsables de nuestras vidas, lo entendamos o no… ¡Y conviene mejor —entenderlo—!

—¡Bueno, ahora decidiste atacar mis creencias! ¡«Pagarás» por tal osadía; te traeré a leer los libros de mis filósofos favoritos, para que me hagas ver todos sus errores! —dijo Víctor riendo.