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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Clínica práctica
 

La heredera del anciano Zosima/Clínica práctica


Clínica práctica

Trabajar en la clínica resultó de lo más alegre y familiar para Zosia.

También fue fantástico que Pedro le permitiera, junto con otros estudiantes, asistir a sus rondas diarias de pacientes y escuchar el diagnóstico y los tratamientos.

Más sin embargo, después del tiempo vivido en las extensiones junto al mar, Zosia tenía la extraña sensación de que casi todas las personas a su alrededor vivían como autoaisladas de Dios. Manteniendo cerrado para ellos mismos la percepción de ese mundo de Luz y de Amor, donde la vida con Dios es una realidad de todos los días.

La mayoría de las personas con las que Zosia se comunicaba, fueran pacientes, médicos o estudiantes, eran creyentes, pero no percibían a Dios en su fe «ritualista». Muchos de ellos leían oraciones todos los días, otros visitaban la iglesia con regularidad, pero esto no les mejoraba ni les acercaba en nada a la cognición de Dios.

En el pasado, todo alrededor de Zosia era similar; las personas parecidas y sus oraciones también… Pero por alguna razón esto no le sorprendió tanto en aquel entonces.

Más ahora, el mundo de Luz y vida con Dios, que se había abierto para ella tan lucidamente, parecía haber dividido la vida en dos realidades diferentes. Además, la realidad cotidiana, en la que tenían lugar todos los acontecimientos «terrenales», contrastaba fuertemente con el mundo donde moraba el Dios Viviente.

Zosia, trataba de «abrir las puertas» al menos un poco entre ambos mundos, para dejar entrar en la vida de las personas al menos algo de esa Luz y Alegría, que ¡allí mismo, —estaba siempre cerca—! Pero la gente generalmente no lo percibía…

Pedro, quedó sorprendido al ver lo rápido que cambiaba la actitud hacia Zosia en la clínica. En una semana, de la «novia del hijo del profesor», se convirtió en una asistente indispensable y amiga de la mayoría de los pacientes y del personal del hospital.

… Un día, Pedro le escuchó hablar con un moribundo.

Zosia, le hablaba de la muerte y de Dios con una calma y alegría tal, que era como que disipaba para el paciente las nubes del miedo, y le abría la posibilidad de aceptar la inevitabilidad de la muerte en profunda paz. ¡Un cambio dramático se produjo en ese paciente! Falleció días después sin el miedo desesperado y convulsivo que le había sacudido las semanas anteriores.

Pedro, entendió que Zosia ya realizaba esta práctica en su antiguo hospital provincial. Hablaron de ello en varias ocasiones en los días recientes. Pero ahora —él lo veía con sus propios ojos—.

Y casi todos los pacientes de la clínica estaban ahora a la espera de que Zosia viniera a limpiar la sala donde residían, alimentar a los postrados, y hablar con todos…

* * *

Dos semanas después de iniciada la práctica de Víctor y Zosia en la clínica, sucedió un evento importante para todos.

A primera hora de la mañana, Víctor trajo al hospital a una niña en sus brazos. Tenía unos seis o siete años. Venía con mucha fiebre. La ropa de la niña estaba mugrienta y miserable, y esto había desatado una serie de eventos.

Pedro se apresuró, habiendo sido llamado por el bedel. Y al acercarse, Víctor casi que le gritó:

—¡Padre, esto es por lo que discuto contigo! ¿Dónde está toda nuestra misericordia y ayuda hacia los demás?

»¡Esta niña podría morir ahora mismo! ¡Y aun así, recién me echaron de la sala de emergencias! Me dijeron que me fuera al hospital Marinsky donde hay una sala para pobres o al ambulatorio del cuartel Alexander. ¡Y que en nuestra clínica, no hay lugar para los “mendigos sucios”, y que no necesitamos “una infección y una cuarentena”! Padre, la examiné y creo que tiene neumonía. ¡Estoy dispuesto a pagar por su tratamiento yo mismo!

—¡No te enojes! ¡Daré instrucciones ahora mismo!

»¿Tiene algún pariente la niña?

—Sí, su mamá que es viuda y tiene un bebé lactante pero no vino conmigo…

—Ok, llévala a la sala médica. Enviaré a tu Zosia para que le haga el tratamiento higiénico y luego yo mismo vendré a ver a la niña.

—¡Gracias Papá!

—¡Por favor, toma también medidas para que tú no contagies con alguna infección!

… Cuando Zosia llegó, Víctor le contó la historia sobre la niña:

—Uno de mis amigos me pidió que la ayudara ya que él sabía que yo estaba estudiando medicina.

»La niña se llama Nadia.

»La saqué del refugio para las personas sin hogar.

»¡Deberías haber visto lo que está pasando allí! ¡Es horrible! ¡Aquellos que dicen que el infierno espera a muchos tras la muerte no han visto el infierno en realidad! ¡No hay que ir muy lejos, está aquí, junto a nosotros!

»¿Puedes imaginarlo? ¡En medio de esto, su madre tiene un bebé lactante!… Y lo peor de todo, es que allí toda esta suciedad, enfermedad, crimen y muerte —es la norma, es la rutina—. La mayoría no recuerda o no conoce otra vida, ¡llevan tal vez demasiado tiempo ahí!

»La madre de la niña al parecer llegó al refugio recientemente. Aparentemente por la voluntad del destino en algún trágico incidente; ahora, está ella totalmente destrozada por ese infierno y ha dejado de luchar por la vida de sus hijos…

… Zosia, escuchó sin interrumpir y al terminar Víctor, dijo:

—Si Pedro lo permite, haré guardia por la noche cerca de la niña. Su estado es muy grave.

* * *

Zosia, se pasó la noche en el hospital haciendo guardia en la cama de Nadia. Casi no durmió. A veces Víctor la reemplazó. El destino de la niña había agitado algo en lo profundo de Víctor, como si fuera su hermana pequeña o su hija.

Finalmente, la niña se sintió un poco mejor.

Víctor le dijo a Zosia:

—Hoy necesitas ir a casa a descansar un poco, de lo contrario te vas a desmayar… te veo afuera… ¿Tomamos un coche?

—No, caminemos para tomar un poco de aire fresco…

… Crepúsculo. Tarde cálida de verano.

… Caminaban y pronto Víctor retomó la conversación al no poder contenerse:

—Bueno, ¿por qué tu Dios permite que los niños mueran? ¿Cómo puede un niño merecer esto? ¿Es esto justo? ¿Cuáles fueron sus pecados?

—Lo que sucede en la vida no depende de las concepciones religiosas establecidas por las personas llámense pecados y demás Víctor… Yo misma no entiendo nada de eso, más sí sé que… ¡hay una Justicia y un Amor superiores a los que vemos en este mundo! ¡Detrás de todo lo que aquí sucede —está Dios con Su Amor y Su Sabiduría—!

»A veces siento el mundo de Dios. ¡Él existe! ¡Y Es más real que todo lo que vemos aquí! Cuando vivo en Su mundo y toco Su Amor, todo en este plano pasa a ser como un sueño gris… Luego, cuando vuelvo a vivir en este “sueño”, me acostumbro de nuevo a su realidad. Lavo los pisos, cambio la ropa de los pacientes, hablo con la gente… ¡Más alcanzada la cognición de que Dios es Real, entonces esta vida no te genera más temor!

»Aunque las dificultades siguen existiendo por supuesto…

—¿Y crees que al ser Nadia una niña inocente irá al paraíso? ¡Tal vez hasta sería una bendición para ella no regresar al infierno en el que estaba con su madre!

»¡Pero… ahora luchamos con todas nuestras fuerzas para que ella siga viva en este mundo! ¡Queremos esto! ¿No?

—Sí, sí queremos esto… La vida es una buena oportunidad para aprender, para hacerse mejor… ¡Y solo Dios decide —quién y cuándo— debe partir! ¡Nosotros somos tan solo herramientas en Sus Manos para proveer ayuda y bondad!

—¡Ojalá pudiera ponerte a cargo de este mundo! —bromeó Víctor.

—Recuerdo cómo Fr. Alexander solía comentarme sobre otros credos, y, en todos ellos, la vida en el cuerpo humano se considera tan sólo como un pequeño fragmento de una vida más grande e integral.

»Existen credos como por ejemplo el budismo o el hinduismo, donde se afirma que las personas nacen muchas veces en la Tierra con nuevos cuerpos, como si se cambiaran de ropa. Es como si un nuevo día llegará para todos, y el alma nacerá de nuevo y tomara un nuevo cuerpo y un nuevo destino.

»Y si la persona fue pecadora o criminal, su destino en la nueva vida será pesado, lleno de sufrimiento. Pero si fue amable, su destino entonces será próspero y feliz.

—¿Y tú crees en esto?

—No lo sé… A veces pienso que podría ser cierto. Me parece justo que se brinden muchas oportunidades para que los seres enmienden sus errores.

»Pero si no existiese una segunda oportunidad, es decir, una nueva vida en otro cuerpo, ¡pues es aún más importante cómo hemos de vivir esta vida!

»¡El anciano Zosima me dijo que Dios es uno y el mismo para todos los pueblos y para todos los credos! Más en cada nación Le nombran de forma diferente.

»Y los profetas y mensajeros de Dios en cada nación han sido diferentes. Ha habido muchos de ellos. Y sus leyendas también son diferentes. Así es como surgieron los muchos credos. ¡Pero esto no cambia la esencia! ¡Toda alma humana debe esforzarse hacia Dios! ¡Es para esto que se nos da el don de vida! ¡Esto es lo más importante que una persona debe comprender e implementar mientras viva en la Tierra!

»Aquí es donde es posible, en primer lugar, ayudar a los demás.

»Todos los demás beneficios, llámense dinero u otros valores cualquiera, incluida la salud, ¡tan solo son secundarios!

… Zosia, terminó su exposición y guardó silencio… A pesar de ser un tema inspirador, no tenía más fuerzas para continuar.

Víctor, la miró con ansiedad y exclamó:

—¡Perdóname por retomar constantemente estos temas! ¿Quieres que te lleve en mis brazos?

—¡No hace falta! ¡Puedo sostenerme! ¡Ya casi llegamos!

… Pero Víctor, sin embargo, tomó a Zosia entre sus brazos. Ella le abrazó y apoyó la cabeza en su hombro.

¡Y ella se sentía tan bien en sus fuertes brazos!…

* * *

Por la mañana, Nadia empeoró mucho.

Después de examinarla, Pedro les dijo a Víctor y a Zosia:

—¡Es el fin! No hay nada que podamos hacer…

»Zosia, puedes quedarte con Nadia por ahora. Estás libre de otras responsabilidades por hoy. Sé que sabes cómo influir de manera significativa en los moribundos. Es algo que no puedo explicar con palabras…

… Zosia, en verdad pensaba mucho sobre la muerte. Presenció muchas en el hospital de su padre. También, leía al respecto en las palabras del anciano Zosima sobre cómo aceptar la transición del alma a otro mundo. Ella misma ayudó a muchos a calmarse antes de que se acercara el inevitable final de la vida en el cuerpo…

Pero sin embargo, cada vez que estaba por morir un niño, crecía en Zosia el dolor y el deseo de cambiar este destino.

Se acordó del anciano Zosima y pensó: «Si el anciano estuviera aquí, sabría si es posible ayudar a esta niña y cómo hacerlo.

… Nadia se estaba muriendo, pero aún estaba consciente.

Zosia, terminó de contarle a Nadia un cuento de hadas y, para contener sus lágrimas, salió al jardín del hospital. Recién había llovido y el sol que se asomaba detrás de las nubes, brillaba increíblemente en cada gota de lluvia depositada en las plantas del jardín.

Sintió la Presencia de Dios, llena de Amor Infinito, como si fuera abrazada por el Abrazo suave y cálido de un Amigo Querido y Familiar.

Sintió clara y vivamente el Amor Ilimitado, abrazándole por todos lados, consolándola… —como si todo el cielo y toda la masa transparente del aire que le rodeaba, se convirtieran en el Abrazo de Dios—.

¡Y había en esta Presencia de Dios, —Caricias de Dicha y de Cuido—! Le llegó el entendimiento de que todo sucede de acuerdo a Su Voluntad. ¡Todo era correcto y justo! ¡Y no podría ser de otra manera!

¡Esta Dicha invadió el espacio!

¡Cada gota de lluvia brillaba como un pequeño sol! En las hojas de los árboles, en las puntas de las briznas de hierba, en la valla del hospital, en los bancos de cada rincón del jardín, ¡innumerables soles diminutos brillaban en innumerables cantidades! Rayos de Luz Divina se vertían como cascadas. Y aún en las partículas más pequeñas del espacio, Zosia sentía la Presencia del Gran Amor y el Poder Divino.

… Zosia regresó a la sala de la Nadia.

La niña moribunda abrió los ojos y pareció un poco sorprendida, como si también viera esta Gran Luz.

—¡Hágase tu Voluntad! —estas palabras irrumpieron en el espacio. Fue en el «sonido silencioso» que escuchan las almas.

Zosia, apenas si podía ver los objetos de la habitación; sólo veía contornos transparentes, como pompas de jabón. ¡Pero la Luz de Dios —Viva, dando vida al Todo— se veía por todas partes!

Zosia se centró en la niña. En su pequeño cuerpo, Corrientes de Luz como manantiales, que antes fluían débiles, empezaron a fluir con más fuerza. Todo el cuerpo de la niña fue limpiado de las energías pegajosas y grises… ¡Y se llenó de la Luz Primordial!

Zosia vio esto y se desmayó…

* * *

Pedro y Víctor, entraron a la sala de la niña moribunda. Zosia, yacía inconsciente en el suelo. Una trenza de su cabello rubio se había desplazado por fuera de la cofia con la cruz roja bordada que ocultaba su cabello.

Nadia, sentada en la cama pedía ayuda.

Víctor, tomó a Zosia en sus brazos y la llevó hasta la sala de profesores.

—¿Qué pasó? ¿Qué te sucedió?

—Lo que sea se me pasará… ¡Pero es Nadia… ya está sana! ¡Sucedió! ¡¿Lo entiendes?! ¡Todo sucedió como me dijo el anciano Zosima! ¡Dios puede revelarse a Sí mismo muy vívidamente! —susurró Zosia recuperando la conciencia.

… Al día siguiente, mientras Pedro examinaba a la pequeña Nadia, esta le dijo:

—¡El cuento de hadas de Zosia era de verdad! ¡Todo se cumplió! ¡Ahora estoy sana! ¡Dios vino y me curó!

… Los médicos solo lograron encogerse de hombros y comentar sobre la recuperación milagrosa de la niña.

Solo, Pedro y Víctor, presumían que el milagro estaba relacionado con Zosia.

Más aún no estaban preparados para evaluar esto seriamente.

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