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Comprender a Dios/Conclusión (para los estudiantes exitosos de Dios)

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Conclusión
(para los estudiantes exitosos de Dios)

La Tierra fue creada por el Creador a partir de Sí mismo. Esta afirmación, respaldada por la experiencia práctica del conocimiento de Dios, no excluye los conocimientos logrados por geofísicos y paleontólogos. Sin embargo, la información recopilada por científicos de estas y otras especialidades complementa la imagen de la Creación y la evolución subsiguientes, en particular, de nuestro planeta y el desarrollo de la vida en él.

El elemento más importante de percepción más amplia y exacta del buscador espiritual será el siguiente: todo el universo no es más que un Único Organismo Multidimensional Extraordinario de proporciones gigantescas, el Organismo de Dios (Dios en el Aspecto del Absoluto); y la materia es solo la expresión más burda de este Organismo Multidimensional. Esta verdad se conoce empíricamente particularmente desde la Morada del Creador.

Ahora bien, el Componente Principal de este Organismo (Cuerpo de Dios) se halla en lo más profundo de la multidimensionalidad. Y es precisamente a este Componente a quien las personas llaman el Creador, Dios-Padre, Conciencia Primordial, Ishvara, Alá, Tao y otros nombres. Sepan, que el Creador se llama a Sí mismo, en este Aspecto, el Corazón del Absoluto. [12-13,15-18,34]

Es importante recordar la Regla necesaria que debemos seguir para lograr un día la cognición de Dios: ¡No hay posibilidad de tocar al Creador sin amar previamente Su Creación!

¡De hecho, son las emociones del amor que acercan a los humanos entre sí, las mismas que lo acercan a uno a Dios!

... Cuánta crueldad injustificada, cuántos crímenes cometieron y cometen las personas bajo supuestos motivos religiosos. Esto incluye los «sacrificios sangrientos de creaturas» (incluidos seres humanos) en honor de Dios (o de los dioses), la «inquisición cristiana», las «cruzadas» y «la yihad» exterior... Todo esto que supuestamente se basa en «motivos excelsos» (claramente falsos), inevitablemente conduce a los adeptos de tales perversiones al infierno... aunque estos criminales aspiraban ganarse el cielo con sus acciones ciertamente deplorables...

¡Pero la verdad está en lo opuesto! ¡Dios es Amor! (1 Juan 4:7-8). ¡Por lo tanto, para acercarse al Creador y, en particular, ganarse el cielo, no hay que cultivar la malicia ni el odio hacia los «infieles», sino aprender emociones refinadas de amor tierno, cuidado, perdón, así como evitar todo tipo de conflicto! Esto se logra mediante el trabajo ético en uno mismo, junto con el dominio del arte de la autorregulación psíquica y, en los niveles más altos de desarrollo, la armonización con los Espíritus Santos. [6-7,10-19, y otros]

Existen organizaciones que pretenden llamarse espirituales, donde los líderes no conocen ni el Propósito ni la metodología del perfeccionamiento espiritual. Solo han acumulado y ensamblado de manera incoherente técnicas inventadas por alguien o incluso inventadas por ellos mismos, —muy a menudo perjudiciales—.

Un ejemplo de esto, en mi opinión, es la «cienciología», que ha tenido una gran influencia en lo que hoy llamamos «psicología moderna». La cienciología es un conjunto de ideas fallidas y técnicas psicológicas inspiradas y tomadas de libros, como los de Carlos Castaneda*, así como cuentos de hadas negativos que exaltan las perversiones formadas en el entorno pseudobudista [6, 15, et al.].

En la cienciología práctica, se incluyen técnicas que destruyen el sueño nocturno normal, burlarse de los nuevos participantes para supuestamente destruir en ellos el «yo inferior», etc... En este entorno, prevalecen la grosería, la violencia, la promiscuidad sexual, las drogas, etc....

Así, buscar la «liberación» psicológica o la «liberación» de la «forma humana», sin tener en cuenta los principios de:

— ética y estética,

— no causar daño a otros seres,

— el refinamiento de la conciencia (siendo el Creador la Forma de Conciencia más refinada),

no solo no genera en los estudiantes ningún beneficio sino que sufrirán un daño muy difícil de reparar...

Escuelas de este tipo, en el mejor de los casos, solo alejan a los adeptos de Dios...

No obstante, existe un Camino propuesto directamente por Dios, donde Dios-Padre se establece como la Meta de conocimiento y de nuestro amor, así como el Maestro Primordial que recibe en Sí mismo a todos los dignos que logran esta cognición.

Esto es lo que Dios enseñó y enseña a través de Sus Mensajeros encarnados y Espíritus Santos, a lo largo de toda la historia de la humanidad en la Tierra [6,12,15].

Hemos hablado bastante sobre esto en los libros mencionados en la bibliografía. Ahora mencionaré brevemente la dirección espiritual que se formó en el cristianismo de Europa del Este y recibió el nombre de hesicasmo. (Aunque subrayo que las mismas enseñanzas fueron impartidas por Pitágoras, los Maestros de la verdadera espiritualidad de la Atlántida, Egipto antiguo, Persia, China, India, así como los Fundadores del budismo, sufismo y otros [12]).

El término hesicasmo proviene de la palabra griega hesychia, que significa tranquilidad interior. Esto se alcanza única y exclusivamente con un corazón espiritual desarrollado, que es la zona emocional que produce en nosotros las emociones del amor [13,15,17-18].

Es crucial entender que ni las artes marciales, ni el uso de psicotrópicos, ni la destrucción en uno mismo de estereotipos y patrones de comportamiento, ni las oraciones o la repetición de mantras, ni las visitas a «lugares sagrados» llevarán a la Perfección Espiritual. Solo la metodología del hesicasmo desarrollado puede ayudar en esto, siempre y cuando uno se purifique cuidadosamente de las imperfecciones éticas.

¡Solo en el corazón espiritualmente desarrollado, el ser humano, al volverse como Dios —siendo solo amor— puede conocer a su Creador y más adelante fusionarse con Él!

... Así que quien:

— haya estudiado y aplicado completamente los principios éticos propuestos por Dios,

— haya limpiado su cuerpo de la acumulación de energía sucia de una vida injusta a lo largo de los años,

— haya puesto en orden las principales estructuras energéticas del cuerpo: chakras, dantianes, «burbujas de percepción», segmentos, meridianos principales,

— haya dominado los fundamentos de las prácticas meditativas [13,17,35],

— haya desarrollado un enorme corazón espiritual que posee brazos inmateriales que le son coesenciales, capaces de llevar amor a todos los demás seres,

— y que haya aprendido a sostener en estos brazos inmateriales la belleza natural de nuestro planeta con todos los seres buenos y mansos que lo habitan, a kilómetros, decenas, cientos, y miles de kilómetros alrededor,

… se le revelará el Océano del Fuego Divino más sutil y tierno en la Profundidad Multidimensional de la Creación que le permitirá percibir las Conciencias de uno o varios Espíritus Santos.

Luego, en los pasos más avanzados del perfeccionamiento espiritual, hay que fusionarse con este Fuego Divino, convertirse en Él.

Si esto se logra, se adquiere la habilidad de —con extensiones de este Fuego Divino— limpiar el resto del cuerpo material, purificándolo de todas las imperfecciones que aún queden, «Divinizándolo», logrando así la habilidad de control total del mundo de la materia.

Los Cuerpos Inmortales Divinizados son cualidades de Jesucristo y otros Hombres-Dios, con quienes por ejemplo Spalding* se comunicó personalmente interactuando con Ellos [33].

¡Aprende de Mí! —decía Jesús (Mateo 11:29). Y aprender de Él no solo implica no matar, no robar, no mentir, etc., sino también aprender cómo alcanzar tales alturas de Perfección.

Para quien logre asimilar y hacer suyo lo aquí expuesto, la estructura toda del Absoluto multidimensional se vuelve evidente para tal ser, —desde la Morada del Creador hasta la frontera de Dios con la «oscuridad exterior» (Mateo 8:12), es decir, con el infierno—. Y la comunicación fluida con los Espíritus Santos Representantes del Creador, se vuelve tan simple y evidente como la comunicación que cotidianamente tenemos con las personas encarnadas. Los Espíritus Santos acogen a dicho estudiante exitoso de Dios —en Su Familia— el Unido Nosotros de Dios.