Atlantida y los Atlantes/Toth el Atlante Toth el Atlante—Soy Aquel Que llena Todo. Soy Aquel Que toca todo desde las Profundidades. Soy el Fundamento sobre el Cual la Existencia universal descansa. Todo lo manifestado está acostado sobre Mi Pecho. »Soy Aquel Que ha erigido el Templo de Mí Mismo y soy Aquel Que lo ha llenado. »¡Soy Aquel Que está arriba y Aquel Que está abajo! Soy Aquel Que conoce la esencia de las cosas. ¡Soy Aquel Que es el Océano entero! »¿Cómo las personas comienzan a buscarme? Ellas extienden sus brazos hacia el cielo y Me invitan adentro como la Luz. Es de esta misma manera como Yo empecé el trabajo con ustedes en cierto tiempo. Acuérdense de los ejercicios “despertarse”, “latihan”, “danza espontánea” y otros. ¡Comprendan que Yo personalmente les dí estos métodos! ¡Aun en aquel tiempo Me interesé por ti, Vladimir! »Así, gradualmente, los retoños crecían en el suelo favorable creado por Mí para ustedes, y alrededor suyo también empezaron a crecer los retoños, algunos de los cuales se marchitaron luego. »¡No obstante, ahora un grupo de almas bastante maduras y preparadas se reunió, almas de las cuales Yo he comenzado a formar Nuevos Atlantes! ¡Pueden autodenominarse así! »Saber permanecer en el silencio es el logro de cada uno de quienes están presentes aquí. Comprendan que sin esto es imposible recorrer el Camino espiritual a grandes pasos, como lo hicieron ustedes. »¡Les bendijo para continuar su Servicio a todos Nosotros, a Los Encarnados y a Los No Encarnados! ¡Reciban Nuestro Amor! —Dinos, Toth, si tienes un cuerpo inmortal como Adler tiene. —Sí. Pero no está destinado para la encarnación en este continente. Yo lo reconstituyo regularmente entre los indígenas de Norteamérica. —¿Tu cuerpo tiene apariencia indígena? —El genotipo del cuerpo no tiene importancia en este caso, pero la estructura molecular se reconstituye tal como era. »Yo a menudo visito aquella región. Reconstituyo Mi cuerpo por poco tiempo, por una semana, diez días, dos días, y hago una visita para contar algo. —¿Las personas a quienes estás visitando son los indígenas que no viven en las ciudades, sino aisladamente? —Sí, en las reservas. —¿Por qué te gustó este pueblo más que otros? —No quise decir nada por el estilo. Ninguno de Nosotros tiene afición especial hacia uno u otro pueblo. Amamos a todos, pero en cierto tiempo surge la necesidad de ayudar a cierto pueblo. —¿Hay allí almas maduras para recibir el conocimiento más alto? Toth muestra el estilo de vida natural y típico de los indígenas. Ellos viven a la orilla de un lago y cantan los himnos de su tribu por las tardes. —¡Estas personas están ocupadas con la búsqueda de la libertad personal para uno mismo, para su tribu, y para las personas de toda la Tierra! Tal tradición se preservó por los siglos, pero no hubo manera de contarlo a las demás personas. Toth muestra la imagen de una tribu de unas 800 personas, algunas de las cuales, incluyendo el jefe, están sentadas alrededor de un fuego. —Están sentados, así como ustedes ahora, y Me están escuchando. »Soy siempre un Invitado de Honor entre ellos. »Los indígenas podrían contar muchas cosas a las demás personas de la Tierra. El problema es que hay muy pocos quienes los escuchan. »Ahora la situación es tal que no puedo confiar a nadie, salvo ustedes, la totalidad de Mi conocimiento. Es así porque ustedes tienen una amplia y completa cosmovisión, así como una profunda sumersión en Mí. »Es por esta razón que Yo les confié esta esfera del servicio espiritual en la Tierra de parte de Mí. »Cada paso en esta gran obra debe darse con Mi ayuda y con la ayuda de Cada Uno de Nosotros. ¡Y comprendan la profundísima importancia y seriedad de esta etapa de su servicio en la Tierra! ¡Una responsabilidad enorme está puesta sobre ustedes! ¡Por eso todo lo que hagan debe ser hecho con la debida responsabilidad, solemnidad y seriedad! »Acuérdense de la Atlántida. ¡Ahora Dios empieza en la Tierra un proyecto similar, que consiste en la restauración del antiguo conocimiento, del conocimiento de los antiguos Atlantes a través de ustedes, Mis queridos! Ustedes son para Mí Mi pequeña Atlántida. »La Intención del Creador consiste en inundar e impregnar, como lo hace un río en la primavera durante la riada, la población de la Tierra con este conocimiento. »¡Sugiero que sean conscientes todo el tiempo de su responsabilidad por esta misión importantísima, encargada a ustedes, de restaurar el antiguo conocimiento espiritual superior que proviene directamente del Creador! »¡Les ordeno crecer arraigándose en Mí y vivir de acuerdo con la imagen de los Atlantes Divinos Que sostienen la Tierra en Sus brazos. Así es como les propongo llevar toda la carga del conocimiento sagrado destinado a todos los habitantes de la Tierra. —¡Toth, cuéntanos, por favor, cómo era Tu vida en la Atlántida! —Esto pasó hace mucho tiempo, en los albores de la civilización, en aquellos remotos tiempos sobre los cuales la humanidad moderna no sabe casi nada. »¡Oh Atlántida! ¡Mi bella Atlántida, donde nací y crecí! »En aquel tiempo, en sus islas vivía un civilización técnicamente desarrollada. Por ejemplo, ellos tenían un sistema de suministro de agua para sus casas. »Los atlantes también poseían el conocimiento verdadero sobre el significado de la vida y sabían cómo avanzar hacia Dios, hacia la Una Sola Fuente Divina. La vida de la sociedad se basaba en estas ideas. El conocimiento sobre la estructura del Absoluto, sobre el papel del ser humano en éste, sobre la formación de los destinos de las personas y sobre cómo vivir correctamente formaba parte natural del sistema educativo. »La vida espiritual de la sociedad estaba dirigida por los iniciados supremos, quienes eran los anunciadores de las verdades provenientes de Dios. »No los dioses, sino la gente común y corriente, cuya vida no estaba desprovista de preocupaciones, vivía en la Atlántida. Como otros pueblos de la Tierra, ellos tenían que “arar y sembrar”, así como resolver la mayoría de otros problemas que existen en cualquier sociedad humana. »Con todo, el mérito de la civilización de los atlantes consistía en que las enseñanzas sobre el propósito verdadero de la vida fueron consideradas como fundamentales por la sociedad. Por eso, aunque los atlantes eran simples “mortales”, un verdadero componente Divino estaba presente en sus vidas y en su cosmovisión. »Mi educación comenzó en una de las escuelas espirituales de la Atlántida. En aquel entonces, Yo era muy joven y recién había empezado a descubrir este maravilloso y bello mundo. »El proceso de educación inicial duraba años. Los discípulos debían aprender, primero que nada, la autorregulación psíquica o, en otras palabras, el control de sus propios estados emocionales. Aparte de esto, recibían abundante información teórica. »Esto era la etapa inicial a la cual fue admitida la mayoría de los atlantes. Sin embargo, para muchos el aprendizaje terminaba en esta fase, y sólo unos pocos fueron escogidos por los tutores para continuar. Dicho de otro modo, este curso inicial ayudaba a los tutores a encontrar en la multitud de los atlantes a aquellos que eran almas prometedoras capaces de avanzar rápido más allá. »Yo era uno de tales almas, un joven que deseaba apasionadamente dominar los niveles más altos del desarrollo espiritual a los cuales habían podido subir los tutores de nuestra sociedad. »Como ya dije, la selección para tal aprendizaje fue muy estricta. Los candidatos siempre fueron probados en su estabilidad y en la firmeza de seguir este Camino. Tal fase comprobatoria podía durar incluso muchos años hasta que el aspirante sometido a prueba demostrara a los tutores su intención firme de sacrificar los placeres mundanos y apegos a favor de la Meta más alta. Eran muy pocos quienes lograban pasar esta etapa de prueba, y fueron ellos aceptados en el orden de los iniciados y admitidos al conocimiento secreto, guardado de los extraños. —¿Qué es lo que luego pasó con la Atlántida? —Fue destruida por la decisión Divina, ya que el proceso positivo del desarrollo de la sociedad había terminado y la degradación había comenzado. »El nivel muy alto de conocimiento de esta civilización le daba grandes ventajas sobre otros pueblos que vivían en las tierras cercanas. Sin duda, los atlantes que escogieron el camino oscuro conquistarían con el tiempo a otras naciones e impondrían su régimen degradado y su cosmovisión ya tergiversada a otros pueblos de la Tierra. Por eso Dios puso un punto final a la existencia de esta civilización. —¿Por qué el desarrollo positivo de los atlantes cambió en degradación? —Como ya dije, la vida de la sociedad fue dirigida por unos pocos atlantes, los líderes entre los iniciados. Lamentablemente, en cierto momento ellos cayeron en la “trampa” de la sensación falsa de su propia omnipotencia y perfección y dejaron de renunciar al “yo” individual a favor del “Yo” Universal, Superior. Empezaron a pensar que ya podían por sí mismos determinar los destinos de los otros y los caminos del desarrollo de la sociedad. Ellos no quisieron avanzar hacia la Perfección Divina a través de la renuncia del “yo” y “lo mío”, sino, habiendo alcanzado cierta altura, comenzaron a enaltecerse. »Como resultado, la vida de la sociedad perdió el componente Divino de alegría que inspiraba a los atlantes a esforzarse con el fin de alcanzar la Autorrealización en Dios. Su unidad, basada en el servicio desinteresado a la gran obra, se desmoronó. Por eso cada vez más frecuentemente surgían discordias y riñas propias de la lucha de los “yos” inferiores entre sí. »Luego la élite sacerdotal fue simplemente destituida por un atlante fuerte que ansiaba el poder absoluto y que estaba interesado solamente en su poder, fueran cuales fueran los medios para conseguirlo. »Y la sociedad gobernada por un predador engendra a otros predadores que pelean entre sí por la potestad. »Llegaron los “tiempos oscuros” de la Atlántida que resultaron en su destrucción. —¿Cómo evitaste el perecimiento? —Mi Maestro Me condujo a otra parte. »El Creador Me envió a África, donde Yo viví muchos años después. Hablando en lenguaje moderno, fue una migración, y Yo tuve que empezar una nueva vida en un nuevo lugar desde cero. »Sin embargo, traje Conmigo un tesoro inestimable, que es el conocimiento verdadero de la Atlántida. »Las tribus que habitaban en aquellas tierras eran para Mí como hijos a quienes Yo debía indicar el Camino del desarrollo correcto. Ellos no sabían nada sobre lo Superior. Sus pensamientos estaban centrados sólo en cómo cubrir sus necesidades diarias. »Con la ayuda de milagros, cautivé su atención y así hice que ellos Me escucharan. Pronto estas tribus Me aceptaron como su líder, y Yo comencé a reunirlos para que vivieran y actuaran juntos percibiéndose como una comunidad con intereses comunes. Les entregué conocimientos y tecnologías que ayudaron a mejorar su vida y a subirla a un nivel mucho más alto en comparación con su vida anterior. »Prácticamente, se formó un Estado con estructuras gubernamentales que funcionaban con precisión. »No obstante, incluso un Estado ordenado es nada, es sólo una envoltura bonita sin vida si no tiene una meta espiritual que pueda unir a todas las personas. »Después de que logré juntar estas tribus y ordenar su vida de una manera elemental, así como después de que disminuyó su preocupación predominante por lo qué comer y en qué vivir, comencé gradualmente a explicarles que las ideas de mejoramiento de su vida material no son tan importantes como la idea de que es necesario preocuparse por la vida futura en el otro mundo, al cual cada uno llega al abandonar su cuerpo material. Les describí esto cómo la transmigración a un nuevo mundo, en el cual una vida nueva le espera a cada uno, y la felicidad de aquella vida depende de los meritos que una persona ha obtenido durante la vida en el mundo material. Por ejemplo, allí uno será respetado si ha sido verdaderamente respetado aquí. Allí uno tendrá todo lo necesario si aquí ha ayudado a los demás a proveerse. ¡Pues los hechos de bondad realizados en esta vida se pagarán totalmente en la vida nueva! »Es fácil entender que esta idea sobre la nueva vida, que puede ser garantizada por los hechos de bondad realizados ahora, “funcionaba” no sólo para ayudar a las personas a llegar al eon del paraíso después de su desencarnación, sino también para asegurar la acumulación de su karma positivo para sus siguientes encarnaciones. »Me convertí en el consejero supremo para aquel pueblo, pero no Me alzaba sobre la gente. »Con el tiempo, la estratificación social en las clases se formó naturalmente entre aquellas personas. Apareció la nobleza, la élite de la sociedad, y entonces decidí abandonar aquel país, ya que consideré cumplida Mi Misión. »Elegí a un sucesor, una persona sabia y luminosa, que debería quedarse cuando Me fuera. Dije a las personas que llegó Mi turno de pasar a la nueva vida, a aquel mundo en el cual los frutos de nuestras obras terrenales le esperan a cada uno. »Luego un día Me “desplacé” del mundo material a Mi Mundo actual, a la Morada de Luz. —¿Enseñabas las técnicas esotéricas a aquellas personas? —Sí, por supuesto, enseñé a algunos escogidos a lo largo de todo ese tiempo. También enseñé el arte de la sanación. —Toth, dinos también, por favor, qué de valioso pueden obtener las personas modernas de la alquimia antigua. —No tiene ningún sentido tratar de comprender con la mente el significado de los textos antiguos de alquimia. Pues, en este caso, no se trata de las proporciones y la composición de las sustancias mezcladas ni del proceso tecnológico para preparar la «piedra filosofal» y el oro. Aquí, así como en todas las otras cosas, hay que mirar más profundamente. »Los Grandes Iniciados poseían los secretos de la alquimia que permitían controlar la materia, incluyendo su transformación. ¡Pero no es lo más importante! Lo más importante es que ellos poseían el conocimiento superior sobre la estructura del universo y sobre el Creador, Quien hizo todo lo existente. »La parte externa y material de la alquimia no es nada más que un velo que esconde el Conocimiento verdadero sobre el Eterno Uno de las persona indignas. —Dinos, Toth, si poseías la totalidad del conocimiento alquímico. —De hecho, Yo fui el fundador de esa tradición del desarrollo espiritual de las personas, la cual, lamentablemente, se degradó con el tiempo y se redujo a las manipulaciones sin valor con sustancias químicas. —¿Qué es la «piedra filosofal»? —En este caso, todo es muy sencillo. La «piedra filosofal» se forma cuando el practicante logra «moler» su «yo» inferior en el «mortero» en el curso del trabajo sobre sí mismo y convierte todo el Conocimiento Superior recibido en una parte de su vida, probando este Conocimiento en su propia experiencia. De esta manera tal practicante obtiene la Sabiduría Suprema y el fundamento sólido, o la mencionada “piedra filosofal”, sobre la cual puede construir el edificio entero de la Existencia Divina. —¿Y qué es el «oro alquímico»? —El practicante, como una conciencia, debe transformarse en el Oro Superior con la ayuda de la «piedra filosofal» obtenida. Esto significa que tal practicante, como una conciencia grande y sutil, empieza a irradiar la Luz parecida a la Luz de un sol matutino. ¡Entonces, al lograrlo, podrá unirse con el Gran y Único «Sol» Central, Que es el Creador de todo el universo, y obtener así la Inmortalidad, el Éxtasis, la Calma y la Libertad completos! —¿Podrías contarnos algo que podamos compartir con nuestros lectores acerca de Tus métodos superiores para el trabajo con la conciencia? —No hace falta, porque, como ya saben, los Maestros Divinos dan directamente las Iniciaciones más altas sólo a los practicantes preparados. ¡Y todas las etapas preparatorias fueron bella, sencilla y detalladamente descritas y mostradas en sus libros y películas! ¡Todos Nosotros nos alegramos constantemente al observar los frutos de Nuestro trabajo común! La única cosa que sorprende y aflige es que tan pocas personas son capaces de apreciar y comprender este conocimiento ahora. —¿Dónde Te encarnaste después de Egipto? —En Asiria. »En cierto sentido, fue incluso agradable venir otra vez al mundo “denso” y “vestirme” de nuevo con carne, pero esta vez con la conciencia completa de Mi Divinidad y Poder. »El sol fue el símbolo que representaba lo Divino para aquel pueblo. ¡Y, de hecho, el resplandor dorado y la pureza del sol matutino son cualidades excelentes para la sintonización y refinación de las almas! Las representaciones de lo Divino deben mostrar las cualidades del ideal al cual las personas pueden aspirar. »La imagen del sol matutino manifiesta justamente tales cualidades. Son la perfecta e inmaculada pureza en el interior y el resplandor que ilumina todo el mundo sin dividirlo en aquellos a quienes el sol quiere regalar su luz y en aquellos a quienes no quiere. La ausencia de tal división, división que proviene de las simpatías y antipatías del “yo” individual, es también una de las cualidades de la Divinidad. »Para el pueblo de aquel país, Yo no era un gran líder, sino que asumí otro papel y “Me vestí” con las ropas del clero para poder hablar a las personas sobre la Divinidad vivamente y sin obstáculos. »Otro lugar que Yo supervisaba y contribuía a su desarrollo fue Alejandría. Era Mi ciudad favorita. Allí formé una nueva cultura para la futura civilización. Allí reuní a las mentes brillantes de aquella época y creé la atmósfera que contribuiría al intercambio de ideas y a la búsqueda intelectual. Fue Mi “proyecto”. »Los representantes de diversas ramas de la ciencia se reunieron en Alejandría. Las personas de conocimiento provenientes de diferentes países naturalmente querían compartir entre sí sus descubrimientos e ideas y conocer las opiniones de los demás. Tal comunicación y el espíritu de la comunidad científica sirvieron como un catalizador poderoso para el desarrollo del conocimiento. Se puede decir que esto fue un prototipo muy antiguo de las futuras organizaciones científicas internacionales. »¡Y es muy importante! »Pues el crecimiento de cada alma es determinado principalmente por la acumulación de la información acerca de todo lo que rodea a esta alma. En otras palabras, el alma se desarrolla a través del proceso de conocer. Gracias a su separación, ella puede observar el resto del Absoluto y conocerlo, conociéndome a Mí también a través de esto. »Al hacerlo, el alma reproduce lo externo dentro de sí y, a medida que ella crece cuantitativamente, crea la imagen del universo multidimensional en su interior. »Luego la Unión total tiene lugar. »De esta manera el gran número de almas separadas afluyen a la Grandeza Infinita de Mí. »Así pues, la fuerza motriz del desarrollo de todo es el impulso interno al conocimiento.
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