English Español Français Deutsch Italiano Český Polski Русский Română Українська Português Eesti 中文 日本

Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Los propios Mahadobles sueltos. Felipe, Jesús y la Pirámide de Fuego de Carl Rossi
 

Al otro lado del mundo material/Los propios Mahadobles sueltos. Felipe, Jesús y la Pirámide de Fuego de Carl Rossi


Los propios Mahadobles sueltos. Felipe, Jesús y la Pirámide de Fuego de Carl Rossi

Visitamos otra vez el mismo parque. Caminando lentamente por una senda asfaltada, Vladimir me revelaba nuevos aspectos del otro lado del mundo material.

—Mientras estamos caminando ahora, podemos estudiar las diferencias energéticas debajo de nuestros pies en grandes volúmenes del espacio.

»El espacio dentro de nuestro planeta, cerca de su superficie, puede ser más luminoso o menos luminoso. Además, allí podemos ver una Luz intensa. Así se manifiestan los Espíritus Santos.

Estábamos cruzando un arroyo a través de un pequeño puente. Vladimir, señalando un claro hacia su izquierda, me comunicó que allí estaba su propio Mahadoble. Él lo creó hace mucho tiempo y lo dejó en aquel lugar.

Yo esperaba con interés la continuación de sus explicaciones. ¡Pues estaba hablando no solamente sobre la posibilidad de crear los propios Mahadobles, sino también sobre la posibilidad de comunicarse con ellos siendo todavía encarnado!

—¡La creación de los propios Mahadobles es un fenómeno muy interesante, estupendo! ¡Pues Ellos están realmente conectados con la Conciencia Primordial y emanan de esta Conciencia! ¡Y cada Mahadoble de este tipo actúa como un Maestro Divino independiente ayudando a otros seres encarnados!

»En cierto tiempo, estudiamos este fenómeno especialmente y creamos en aquel entonces varios Mahadobles a los cuales era posible observar en los mismos lugares durante varios años. Sin embargo, algunos de Ellos —sin nosotros saberlo— luego se trasladaron, ya que fueron controlados por Dios y no por nosotros.

Vladimir cambió de tema, pero esto solamente intensificó mi curiosidad. ¡¿Cómo es posible que su propio Mahadoble actúe como un Maestro Divino independiente?!

Entonces Vladimir recordó que su Mahadoble visitaba a un conocido suyo, conversaba con él y le enseñaba. Pero Vladimir mismo no lo sabía y, como entendí, hace tiempo perdió interés por la creación de los Mahadobles y dejó de hacerlo. Además, en este caso era interesante que aquel conocido, viviendo a una distancia de muchos kilómetros, recibía del Mahadoble la misma información que tenía solamente Vladimir.

Ya que este tema me interesó muchísimo, me dirigí con las mismas preguntas a Ana. ¿Cómo explicar este fenómeno? ¿Y saben los Avatares Mismos, Que crearon Sus Mahadobles, sobre aquellas personas a quienes estos Mahadobles enseñan?

Ana recordó que había leído en el Internet sobre una persona en cuyo cuerpo podía entrar Sathya Sai y hablar a través de él. Pero la persona misma no recordaba nada de esto.

En otro caso, un discípulo instruido por el Mahadoble de Sathya Sai vino a Sathya Sai encarnado y Le contó sobre esto. Y entonces Sathya Sai pudo recordarlo.

Un pensamiento gracioso vino a mi cabeza: si me encontrara con David encarnado, ¿qué Le contaría, cómo Le explicaría lo que estábamos haciendo con Él? ¿Será que Le digo algo como: «¡Hola, David! ¡He trabajado de este u otro modo con Tu Mahadoble!»? ¡Pero Él, probablemente, ni siquiera conoce esta palabra!

¡En aquel momento una fuerte risa se apoderó de mí y experimenté que David también reía junto conmigo directamente en mi cuerpo! ¡Más tarde, cada vez que volvía a pensar sobre este tema, experimentaba cómo reía David! Por lo visto, Él sabía muy bien cómo Él Mismo —encarnado— reaccionaría si Le preguntara estas cosas.

Pasamos unos cuantos metros más y Vladimir, señalando hacia delante, me comunicó que ¡nos estábamos acercando al Mahadoble del Apóstol Felipe!

—¡Aquí está Felipe! ¡Puedes conocerlo! Él tiene unos rizos negros. ¡Está sonriendo! ¡He aquí Sus Brazos de Amor! Los estiró y los introdujo en nuestros anahatas. Quiere regalarnos Su Éxtasis. ¡Él es uno de los Maestros Divinos y también, como los demás Maestros, se distingue un poco por Sus cualidades individuales de la Conciencia!

»¡Y si recordamos las peculiaridades de otros Maestros, podemos ver el Amor Divino en Sus diversas Manifestaciones!

»¡Es posible abrazar a Felipe, introducir los propios brazos de la conciencia dentro de Su Cuerpo de la Conciencia, unirse con Él totalmente y ser Él!

»¡El Éxtasis que Él da es también único! ¡Nadie más sabe amar como Él!

»Ahora estamos cerca de la frontera entre Felipe y Jesús —continuó Vladimir—. Podemos no solamente ver a Jesús y no solamente experimentarnos en Él, sino también observar cómo Él sale de la Morada común de todos los Maestros Divinos.

»Y otro detalle interesante: ¡en este lugar Jesús está parado como sobre un grandioso Pedestal de Luz!

»¡Aquí está Su Sonrisa! ¡Estamos en Ésta! ¡Ah! ¡Qué Éxtasis!

Pero Vladimir no pensaba quedarse en aquel lugar por mucho tiempo y nosotros continuamos caminando lentamente por esos maravillosos sitios de poder, experimentando y llenándonos de la Alegría y del Éxtasis de los Maestros Divinos. Con todo, nuestro objetivo principal para hoy era el trabajo con la Pirámide.

Esta Pirámide fue creada por Carl Rossi y tenía unas propiedades excelentes para la purificación de la energía. ¡Además, hoy debería conocer a un Maestro Divino nuevo para mí!

—Ya estamos cerca de Rossi. Debemos disponernos con anticipación para ver una Pirámide compuesta de Su Luz-Fuego. Debemos entrar en esta Pirámide y convertirnos en el Fuego Divino Que está dentro y Que es creado por Rossi a través de la transformación de una parte de Él en este Fuego.

»¿Recuerdas cómo Elisabeth Haich contaba que Ella se convirtió en la Pirámide durante una de las meditaciones?

—Sí.

Nos acercamos a una construcción creada según el proyecto de Rossi. Aquí se encontraba el sitio de poder con un diámetro de unas decenas de metros. Caminamos un poco por este lugar para que yo aprendiera a experimentar sus límites.

—Aquí está el límite del sitio de poder —explicaba Vladimir—. Podemos experimentar que dentro de éste, hay Fuego Divino, Que nos da el Éxtasis, pero fuera, no. Es un gran contraste que también podemos experimentar.

Lo hicimos y luego llenamos la Pirámide con nosotros mismos.

—Ahora —continuó Vladimir— podemos levantar con los brazos de la conciencia el filo bajo de esta Pirámide inclinándola. ¿Qué sucede en este caso? ¡Sucede una erupción fortísima del Fuego Divino desde abajo de su base!

Y, de hecho, sólo tenía que levantar el filo de la Pirámide e inmediatamente un Flujo de Fuego salía de allí. En este Flujo yo podía colocar mi cuerpo para «quemar» todo lo superfluo y no Divino.

Yo, posteriormente, visité aquel lugar muchas veces por mí misma. E incluso empecé a llamar a Rossi «General». No sé por qué lo hacía, pero a ambos nos gustaba.

<<< >>>





Únete a nosotros:

PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
PDF
 
Página principalLibrosArtículosPelículasFotografíasSalvapantallasNuestros sitiosEnlacesQuiénes somosContacto