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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Psiquiatría materialista y espiritual
 

Al otro lado del mundo material/Psiquiatría materialista y espiritual


Psiquiatría materialista y espiritual

Teníamos un poco de tiempo hasta que llegara el tren. Y como no es correcto pasarlo sin hacer nada, Vladimir me propuso caminar con él y hablar nuevamente de la medicina.

Él empezó a hablar, pero de súbito se detuvo:

—Meniul me «frena». Dice: «Tania ya sabe todo esto. ¡Cambia el tema!».

¡Era tan maravilloso saber que el Espíritu Santo escuchaba y participaba en nuestras conversaciones!

¡Cómo anhelaba yo liberarme de todos esos obstáculos que no me dejaban percibir a los Espíritus Santos de la manera como lo sabe hacer Vladimir! ¡Pues para él, Ellos son tan reales como las personas encarnadas! ¡Él vive casi constantemente en Su compañía! ¡A veces se podía observar cómo él alternaba la comunicación con nosotros con la comunicación con Ellos! ¡Esto se asemejaba a la situación en la cual uno se comunica con dos grupos de personas a la vez mediante los medios modernos de telecomunicación!

Decidí tocar el tema de la psiquiatría. Ésta siempre me atrajo, pero, cuando llegué a saber que prácticamente ni una sola enfermedad puede ser curada por la medicina materialista y que ésta solamente atenúa los síntomas, escogí otra profesión.

Vladimir contestó:

—Sí, casi no hay posibilidad de ayudar seriamente mediante la psiquiatría materialista a las personas enfermas. En cuanto a la esquizofrenia, primeramente hay que cerciorarse bien de la exactitud del diagnóstico. Pues, por ejemplo, en los tiempos «soviéticos» en nuestro país, los doctores psiquiatras fueron obligados a declarar esquizofrénica a cualquier persona, y no sólo por el hecho de ser religiosa, sino simplemente por querer estudiar por sí misma una u otra lengua oriental.

Pregunté sobre la psiquiatría infantil.

—Es mejor aislar de la sociedad, por supuesto bajo el control médico riguroso, a los niños con los trastornos psicopatológicos, por ejemplo, con inclinación a la piromanía o con gran agresividad, porque ellos son futuros delincuentes. Pero los fenómenos tales como el autismo se curan fácilmente mediante la limpieza de los chakras y el desarrollo del anahata.

Me quejé de las dificultades de los exámenes, donde tenía que guardar en la cabeza muchas clasificaciones y subclasificaciones de diferentes trastornos psíquicos.

—Sí, denominar con palabras unas u otras formas de trastornos es simplemente «una manera de hablar», como decía Juan Matus. ¡Y la misma psiquiatría materialista es propicia para desarrollar la arrogancia en los psiquiatras! Pues ellos se acostumbran a mirar a cada persona por encima del hombro y a «diagnosticarla».

Después de pensar un poco, Vladimir continuó:

—Una vez tuve ocasión de conocer los datos estadísticos sobre la frecuencia de los trastornos psíquicos entre los médicos. ¡Resultó que el primer puesto pertenecía a los psiquiatras! Sin duda, entre ellos hay también los que logran «resistir» a esa tentación. ¡Pero a pesar de todo el diagnóstico psiquiátrico, que es poco eficaz, debe ser sustituido en perspectiva por el diagnostico Divino, es decir, por el diagnostico que evalúa a cada persona como lo hace Dios! Me refiero a varios sistemas paralelos de psicotipificación, los que toman en cuenta, primeramente, la edad psicogenética de cada uno. Además, el psiquiatra debe descubrir los defectos* significativos de cada paciente. Solamente sobre esta base, es posible hacer un diagnóstico creativo que permitirá no sólo «etiquetar», sino también curar, comprendiendo el mecanismo del proceso que tiene lugar.

Vladimir se calló por un tiempo y luego otra vez comenzó a hablar:

—Puedo formular este pensamiento de otra forma: debe haber un enfoque evolutivo hacia cada persona. Entonces queda claro que muchos casos de demencia no son una enfermedad, sino, simplemente, etapas tempranas del desarrollo de las capacidades mentales de almas jóvenes en su evolución; que la epilepsia muy a menudo es causada por la instalación de un demonio (un espíritu primitivo que puede ser una persona o un animal) en el cuerpo del enfermo; que la causa de las alteraciones psicopáticas y paranoicas se debe, en la mayoría de los casos, al cultivo de defectos éticos grotescos; que la esquizofrenia es, normalmente, la posesión por los demonios, posesión que tiene lugar debido a errores éticos graves cometidos a causa de debilidad intelectual. La conclusión es: para tener salud mental, hay que estudiar la Voluntad de Dios respecto a nosotros y aprender a vivir según ésta, y no según la moral implantada por los pseudopastores religiosos y por los jefes criminales de todo tipo.

—Tengo una pregunta. Recuerdo que una vez un adolescente llegó a la recepción donde yo pasaba la pasantía. Él quería suicidarse por un amor no correspondido. ¿Cómo se puede ayudar en este caso? ¿Qué aconsejar a los jóvenes?

—Aquel joven debería pensar cómo él mismo podría ayudar a los demás y qué es lo que otros podrían apreciar en él, para que ellos busquen su amor. ¡Cada uno debe aprender a vivir según el régimen de dar en lugar de tratar y tratar de recibir! ¡Hay que entender que el egocentrismo total es propio de la mayoría de los niños y que de esto proviene su incapacidad de ponerse en los zapatos del otro, de aquel a quien ellos roban, humillan, pegan, matan, etc.!

De pronto oímos las voces de las gaviotas en el cielo, y Vladimir enseguida pasó a otro tema y sugirió la siguiente meditación:

—¡Las voces de las gaviotas crean la sensación de la inmensidad! Y podemos mirar el mundo circundante con sus ojos.

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