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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
¡¿hoy Te pusiste el sostén?!
 

Al otro lado del mundo material/¡¿hoy Te pusiste el sostén?!


¡¿hoy Te pusiste el sostén?!

El sol calentaba cada vez más fuertemente. Por fin, pude salir sin gorra y con la chaqueta desabrochada. Pero aun esto me «ordenaron» hacerlo, de lo contrario, seguiría vistiéndome como una «col». Para mí, cuanto más calor hace, mejor.

Vladimir, en cambio, andaba ya sin chaqueta.

Él me invitó a unirme a los demás para realizar mi «Gran Iniciación» en los mantras «Murk» y «Miau». Nos echamos a reír de estas palabras bombásticas y luego nos pusimos en un círculo. Solamente faltaba la misma pareja de siempre.

Al mirarme, Vladimir me pidió que me quitara la telogreika y también la chaqueta.

Me acerqué a mi mochila para poner allí la ropa. Luego regresé. En mi cuerpo todavía quedaban puestos dos camisas y dos suéteres, uno sobre otro. Vladimir de nuevo me miró críticamente.

—Espero que no lleves puesto algo sintético —y después de una pausa—. ¿Hoy te pusiste el sostén?

Anna con Larisa, por lo visto, se sorprendieron aún más que yo.

—Pero no es sintético y no me estorba para nada —trataba de justificarme yo.

Anna con Larisa, perplejas, también intentaron justificarse diciendo que, al cuidarme, no lo habían notado y ni siquiera pensaron en ese tema. Pues creían ¿para qué lo necesitaría ella?

—¡Quítatelo! —ellas reían—. ¡Dios ama a las mujeres desnudas!

Viéndome, Vladimir sonreía.

—Nada debe impedir la expansión del anahata. ¡No hay que llevar puesta ninguna ropa apretada!

—¿Y las «exigencias de la sociedad»? —objeté yo.

—Esta es una «exigencia» absolutamente superflua. ¡Lo mismo es con las pantimedias sintéticas y con los zapatos de tacón! ¡Cuántas mujeres han arruinado su salud por estas y otras similares «exigencias de la sociedad»!

Habiéndome vuelto de espaldas, me quité, con un poco de confusión, mi sostén y luego me acordé de mis zapatos de tacón de 10 centímetros, los cuales usaba antiguamente al correr a una discoteca después de un largo día laboral. ¡Qué sufrimiento era!

—¡El corazón espiritual debe poder fluir libremente fuera del tórax! ¡Nada debe impedirlo! ¿Sientes ahora con qué facilidad puedes respirar y cómo se ha expandido la conciencia?

¡Sí, de hecho, me siento más libre! ¡Es más, me puse derecha automáticamente!

El solecito llenaba tiernamente con su luz y calor el pequeño claro en el bosque.

Con un gracioso énfasis, Vladimir empezó a «iniciarme en los mantras».

—Experimentémonos en el chakra más alto, sahasrara, y luego descendamos rápidamente, por el meridiano delantero, al chakra más bajo, muladhara. Sin detenernos, subamos enseguida por el sushumna hasta arriba y luego regresemos por esta misma trayectoria. Durante cada ciclo, pronunciamos en voz alta el mantra «miau» (con el acento en «iau»), experimentando este sonido en los meridianos.

Vladimir mostraba este ejercicio acompañándolo con movimientos del propio cuerpo para contribuir de esta manera al movimiento de la energía.

—Es un excelente método para limpiar rápidamente el meridiano delantero y trasero, que además nos prepara para el trabajo con la «órbita microcósmica». Hay que, por supuesto, repetir ese «miau» muchas veces.

Pregunté:

—¿Y por qué «miau»?

—Bueno, intenta con «guau».

Reímos. Sí, de hecho, con «guau» sería, como mínimo, más difícil.

Luego empezamos a trabajar con el mantra «Murk».

—Experimentémonos en el chakra muladhara y svadhisthana. Luego elevemos la energía de la conciencia por el meridiano delantero, experimentándonos como una gata dichosa que se ha calentado en un radiador de calefacción o bajo el sol y que ahora se despereza deleitosamente —él lo mostró, ronroneando con deleite. Al hacerlo, alargaba la letra «r».

Después de asegurarse de que yo lo estaba haciendo correctamente, Vladimir me dejó ronronear por mí misma. Anna añadió que podemos compartir esta dichosa alegría con todos los circunstantes y que además podemos usar este mantra para eliminar el cansancio.

Este mantra, de hecho, provocaba una sensación de un dulce despertar, como después de un profundo sueño, y yo hasta entrecerré mis ojos del deleite. De esta manera estábamos caminando por el claro y ronroneando.

Luego me senté sobre la hierba para descansar y anotar en mi libreta la información sobre los mantras. Cuando acabé de escribir, se acercó Vladimir, habiendo decidido continuar el tema de los elementos superfluos del vestuario:

—La ropa, en lo posible, debe ser tan ligera que se siente prácticamente en el cuerpo. Gracias a esto, podríamos experimentar a Dios de una mejor forma.

—¡Es que no me gusta cuando se me quedan viendo! —rezongué yo.

Vladimir contestó de una manera muy sencilla:

—¡Hay que regalar la belleza! Es una de las manifestaciones de ese amor que Dios espera de las personas. ¡La belleza refina y llena de poder sutil! ¡La belleza, como es sabido, debe salvar el mundo! ¡No obstante, en este caso, como en cualquier otro, siempre hay que tener precaución! ¡Es más, debemos aprender a ser precavidos! Por ejemplo, no sería correcto exponerse al peligro, «tentando» con la propia belleza a personas primitivas.

No sé si Vladimir hablaba de mi belleza, pero el hecho de que él mencionó a Dostoyevski, uno de mis escritores favoritos, me hizo callar y ponerme a pensar. Enseguida recordé otra frase proverbial, pero esta vez de Chéjov: «¡En una persona todo debe ser bello: el rostro, la ropa, el alma y los pensamientos!».

Pensé que si Dios permite andar así, ¡abajo las faldas largas y las blusas cerradas! No obstante, de inmediato Vladimir dijo:

—Pero repito: no hay que hacer gamberradas y mostrar la belleza del cuerpo a los representantes de la guna tamas.

Luego él continuó:

—Pero yo, empezando esta conversación, no pretendía hablar del tema erótico, aunque es también muy importante y es bueno que lo hayamos tocado. Yo, solamente, quise destacar que experimentar la libertad es fundamental para el perfeccionamiento exitoso mediante las prácticas meditativas. No debe haber ninguna sensación de ser «oprimido» por alguien ni los pensamientos de que «no me respetan», «no me reconocen», «me persiguen» y así por el estilo. A propósito, justamente para deshacerse de estos estados, hemos creado el sistema de autorregulación psíquica. Además, hay que mencionar que es muy difícil experimentar la libertad permaneciendo «entre cuatro paredes» de los departamentos y oficinas. Y, por el contrario, es muy fácil hacerlo en medio de las inmensidades naturales, donde, como tú lo ves, nosotros nos desarrollamos y te ayudamos a ti. Lo mismo puedo decir sobre la ropa apretada que altera la circulación sanguínea, limita los movimientos e impide el funcionamiento correcto de los chakras. Es mejor, y podrás cerciorarte de esto en tu propia experiencia, meditar sin ninguna ropa, claro está, tomando en cuenta los factores climáticos y sociales, de los cuales ya hemos hablado. En el Camino espiritual, el practicante debe aspirar a desechar todas las envolturas que existen en torno a su «yo», para poder luego «disolverlo» gradualmente avanzando hacia la Unión con Dios. La ropa puede representar, incluso simbólicamente, una de estas envolturas. Pero destaco otra vez que en este caso, como en todos otros, debemos evitar las exageraciones. Tú, por ejemplo, ves que ahora todos nosotros meditamos con ropa puesta.

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