«Burbujas de percepción»/No todos los caminos llevan a la meta

No todos los caminos llevan a la meta

Existe la opinión de que todos los caminos llevan a la misma meta, pero, en realidad, no es así. Nuestra tarea principal es el conocimiento de Dios, ¡pero para cumplirla es necesario comprender qué es Dios y dónde y cómo uno puede encontrarlo! ¿Acaso hay muchas personas o incluso organizaciones religiosas enteras que posean este conocimiento?

La mayoría de los «creyentes» está convencida de que los métodos principales «de salvación» consisten en repetir continuamente ciertas oraciones estandarizadas y hacer ciertos movimientos corporales «religiosos».

Y allí donde no existe el conocimiento sobre Dios ni sobre Su Voluntad para nosotros pueden observarse perversiones horrorosas.

Podemos recordar las hogueras de la inquisición, el quemar vivos a los «viejos creyentes», el sacar sus lenguas, el cortar sus brazos...

Incluso ahora, en muchos países africanos, se les extirpa el clítoris a todas las muchachas no se sabe para qué.

También la circuncisión de los niños, convertida en un rito religioso, en una iniciación, se ve absurda cuando es realizada en las habitantes de las ciudades modernas, mientras que para los habitantes de los desiertos, en los cuales no existe la posibilidad de observar sistemáticamente la higiene íntima necesaria por la falta de agua, resulta una práctica comprensible.

Quiero hablar más sobre las iniciaciones. En cierto país existe una tradición según la cual los jóvenes pueden convertirse en «hombres» a través de una iniciación. Esta iniciación consiste en cortar la garganta de un carnero. Vi esto en un programa de televisión. Se realiza así:

El carnero está acostado con sus cuatro patas amarradas. El verdugo corta ligeramente su garganta. El carnero se contrae por el dolor. El verdugo hace una pausa y luego corta otra vez, y así varias veces. La compasión por el pobre animal atormentado no se nota en el verdugo. Puede ser que él la haya estado suprimiendo especialmente, preparándose para este rito.

Recuerdo también otro caso que vi en la televisión. Era una entrevista con un joven que contaba que por largo tiempo no había podido decidirse a matar a otra persona. A causa de esto él se sentía deficiente. ¡Luego se decidió finalmente y mató a la primera mujer con la que se encontró en un parque poco frecuentado! ¡Ahora él está feliz! ¡Pues logró hacerlo! ¡Ahora sabe que podrá repetirlo de aquí en adelante!

Estas personas y todas las que son semejantes a ellas no comprenden que tales actos van en contra de la Voluntad de Dios y que ahora Él tendrá que organizar para ellos un destino que permita desacostumbrarlos de los asesinatos y de causar dolor injustificado a seres inocentes. ¿Cómo lo hará? ¡Creando para estas personas las situaciones en las cuales experimentarán el dolor para poder entender qué es y, a través de esto, aprender a no causar dolor a los otros!

También hay algunos que creen que cuanto más «infieles» matan, más serán sus posibilidades de llegar al paraíso...