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Connaissance contemporaine au sujet de Dieu, de l'Évolution, et de la signification de la vie.
Méthodologie du développement spirituel.

 
El bien y el mal
 

Comment Dieu Peut-Il Être Connu/El bien y el mal


El bien y el mal

En una ocasión me hicieron la siguiente pregunta:

—¿Conoce usted un método para diagnosticar el mal, tan sencillo que cualquier persona pueda usarlo?

Contesté:

—El mal tiene demasiados aspectos y demasiadas manifestaciones como para ser distinguido por un simple test.

El mal más manifestativo es la agresividad, la malicia, la grosería, también el egoísmo, la falsedad, la inclinación a la traición, la cobardía, la soberbia, la ausencia de cariño y muchas más, por ejemplo, manifestaciones peligrosas de necedad, posesión, adicción a las drogas, etc.

Por lo tanto, es mucho más fácil distinguir el Bien en el caos total del mal en la gente y ayudarlo a crecer.

Aquellos que han desarrollado la clarividencia pueden ver al mal directamente como oscuridad del alma y de las energías del capullo. (Pero uno tiene que tomar en consideración que las enfermedades agudas como la gripe también pueden causar una oscuridad en el capullo de personas normales).

Los clarividentes ven el bien como el corazón espiritual desarrollado y la pureza del alma. (No obstante, esto no es un criterio absoluto, porque algunas de tales personas también tienen las cualidades de falsedad, necedad, etc.).

Por lo tanto, lo más importante es desarrollarse a uno mismo. Y en el proceso del crecimiento personal y la acumulación de la experiencia personal de proveer ayuda espiritual a otros, uno gana la habilidad de distinguir a la gente.

La cima del mal es el estado diabólico.

El Bien absoluto es nuestro Creador y Sus Manifestaciones en la forma de los Espíritus Santos y Mesías.

Pero para entender esto más profundamente e ir más allá de las palabras, tenemos que crecer en la dirección a la Divinidad.

También uno tiene que entender que nuestros encuentros con el mal son necesarios para nuestro crecimiento espiritual. En ese sentido es correcto decir que «¡todo es bueno!».

El proceso de nuestros encuentros con el mal y el bien es controlado por Dios.

Y todo esto ocurre dentro del Cuerpo Universal de Dios-Absoluto. Nosotros estamos en Él.

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