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Connaissance contemporaine au sujet de Dieu, de l'Évolution, et de la signification de la vie.
Méthodologie du développement spirituel.

 
Retribución
 

Comment Dieu Peut-Il Être Connu/Retribución


Retribución

Mi última charla en Moscú fue grabada en un casete de audio, el cual llevé a San Petersburgo y se lo di a otras personas que estaban involucradas en nuestro trabajo en esta ciudad.

También se lo di a una joven mujer estudiante universitaria quien había tomado clases organizadas por uno de mis antiguos estudiantes. ¿Por qué se lo di a ella? Para refrenar su obsesión con el sexo, ya que observé un aumento de esta tendencia en ella.

De esta grabación de audio ella aprendió que Dios dio a las personas una oportunidad de sentir la alegría de la armonía de las relaciones sexuales y de desarrollar la sutileza, armonía y amor emocional a través de esto. Sin embargo, Él ordenó también: «¡No cometan adulterio!», es decir, ¡no se obsesionen con el sexo, no lo conviertan en lo más importante de sus vidas!

La reacción de esta mujer fue completamente inesperada para mí: ella se sintió tan ofendida que decidió vengarse de mí. Divulgó calumnias sobre mí entre sus amigos del grupo; estas calumnias eran tan espantosas que después yo ni siquiera pude repetir sus palabras por largo tiempo. Ella les dijo que yo supuestamente la había violado…

Naturalmente yo no supe acerca de este acto suyo.

Organicé en San Petersburgo una reunión con los miembros de la Escuela para informarles acerca de los eventos en el Centro de Moscú y para discutirlo.

En la mañana del día de la reunión salí de mi departamento con una mochila pesada con libros. Repentinamente en el primer piso fui atacado por sorpresa. Un hombre de dos metros de altura me atacó y me arrojó al suelo sin darme oportunidad de sacarme la mochila ceñida a mi cuerpo con las correas de la cintura. Él me ordenó que lo llevara a mi departamento. Yo no podía permitir eso: en el departamento estaba mi madre con otras mujeres de edad. Conseguí sacarme la mochila y le di un puñete en la barbilla. Él voló a la pared y se agarró de la tubería del radiador. Yo podría haberlo golpeado otra vez en la cabeza, pero no lo hice: soy una persona muy pacífica y cualquier violencia es completamente ajena a mí; con mi primer golpe yo simplemente quería detenerlo y salvar a otras personas. Toqué el timbre de otro departamento y pedí que llamaran a la policía. Él me arrojó gas nervioso y caí inconsciente al piso de piedra desde una altura de alrededor de dos metros.

Recobré la conciencia después de aproximadamente diez minutos. Mi primer pensamiento fue: «¡¿Realmente me pasó esto?!». Me toqué la cabeza: afortunadamente la cabeza se había apoyado en la pared cuando caí, de otro modo me habría roto el cráneo. Me levanté y fui a mi departamento.

Pronto la policía y el servicio de emergencias médicas llegaron. La policía inició la investigación del caso.

Y varios días después… la organizadora de este crimen vino a verme. Llena de lástima por ella misma por estar «tan perturbada emocionalmente», ella me contó acerca de la razón de este ataque… ¡Su intelecto era tan primitivo que no entendía que estaba sujeta a responsabilidad criminal por este hecho!

… Yo no quería vengarme. Primero, la venganza es una cualidad muy distante de la Divinidad. Segundo, entendí que si me había pasado, debía haber un significado profundo detrás de esto, un significado para mí. Por lo tanto, empecé a pensar cómo podía ayudar a estos criminales a reformarse, a volverse mejores.

Habiendo considerado esta situación, decidí no decir a la policía los nombres de los criminales: sería mejor para esta estudiante terminar la universidad, y para todos los otros sería mejor arrepentirse fuera de prisión. Les expliqué a los oficiales de la policía que yo quería lograr que estos criminales se arrepintieran en lugar de desquitarme. Los policías estuvieron de acuerdo, diciendo: «Sí, en la prisión los métodos de educación son más rudos que los suyos»…

En mi intento por lograr que se arrepintieran, yo quería contar con la ayuda de la líder de su grupo; ella era una antigua estudiante mía y una buena amiga según creía. Cuando estos eventos ocurrieron ella estaba fuera de la ciudad y no supo al respecto. Le envié una carta.

Ella volvió, se encontró con sus estudiantes criminales y… en su carta de respuesta ella los justificó y me calumnió…

Yo entendí que ella me odiaba porque algún tiempo atrás yo había tenido que retirarla de los estudios debido a que ella no era capaz de avanzar más…

Y nunca recibí de los miembros de esta pandilla ni disculpas ni gratitud por la libertad que les había concedido.

… Yo tenía una conmoción cerebral, algunos dientes rotos, una hinchazón en la cara que asemejaba un tumor canceroso gigante, la espina dorsal rota, la cual estaba hinchada como una joroba y algunas costillas rotas. Me rehusé a ir al hospital y decidí confiar en Dios, esperar explicaciones de parte de Él.

Y Él comenzó a hablarme:

—¡Llegarás a agradecerme por esto!

»Soy Yo Quien castiga a todos los criminales. Tú no debes hacerlo.

»¡Encuentra calma y bienestar en Mí! ¡El cuerpo no debería ser nada para ti ahora! ¿Por qué te preocupas tanto por él? ¡Dios existe, en todas partes y en todas las cosas! ¡En todas partes! ¿Lo entiendes?

»Te doy Mi promesa de que es la última vez que te pasa algo así. ¡La próxima vez tú morirás para levantarte en Dios! En caso de un ataque, tienes que aceptar la muerte como tu destino. ¡Acuérdate de Mí en todo lugar!

»¿Por qué le asignas tanta importancia al cuerpo? ¡Sé en el universo! ¡El cuerpo es nada! ¡Tienes que estar preparado para morir en cualquier momento, por lo tanto, no tengas ningún trabajo inacabado en la Tierra!

»¡Soy Yo Quien mata a los cuerpos cuando llega el momento! ¡Fui Yo Quien hizo daño a tu cuerpo ayer! ¡Y Yo causaré incluso más daño si no Me entiendes!

»¡Casi no hay libre albedrío para ti! ¡Fui Yo Quien te “doblegó” de manera que pudieras llegar a ser mejor, de manera que pudieras entender esto! ¡Acéptalo, y entonces Yo no tendré motivo para hacerlo de nuevo!

—¿Estaba en lo correcto cuando lo golpeé?

—Sí, fui Yo quien lo golpeó con tu mano para detenerlo. Él quería demasiado.

»¡No te preocupes por tu cuerpo! ¿Qué es el cuerpo para ti ahora? ¡La muerte es un buen final para ti: la Eternidad de la vida en Dios! ¡Estate preparado a morir todos los días!

»Recuerda: ¡tienes que volverte absolutamente libre de todo lo que te retiene aquí en la Tierra!

»Nosotros estamos desarrollando un programa para que puedas actuar desde Mi Morada mientras vives en el cuerpo en la Tierra.

»Tú puedes convertirte en la primera persona en este país en alcanzar la meta de la disolución ideal en Mí.

—¿Me enseñarás la desmaterialización del cuerpo?

—Sí, por supuesto.

»¡Y ahora, la felicidad de estar en Mí se ha convertido en un deber principal para ti!

—Dime ¿cuál es la razón para llevar el cuerpo a Ti mediante la desmaterialización? Después de todo, Krishna, Gautama Buda, Babaji en la última encarnación, todos Ellos partieron sin realizar la desmaterialización del cuerpo.

—¡El apego al cuerpo es el problema! Tú te liberas de este apego cuando te esfuerzas por realizar la desmaterialización. De esta forma, en este proceso, te unes a Mí. Pero en general uno puede venir a Mí sin desmaterialización también.

»Tu principal problema es tu separación. ¡Libérate de ella, y te convertirás en Mí! ¡Libérate de ella, y Yo te dejaré entrar sin ningún problema! ¡Tú entrarás por ti mismo! ¡Entra!

»¡Uno no puede liberarse de la separación después de la muerte del cuerpo! ¡En este caso uno tiene que encarnarse otra vez en un nuevo cuerpo!

»Tú me has conocido. ¡Y ahora debo quedar sólo Yo para ti!

—¡Señor! ¿Qué necesita hacer uno para dominar la desmaterialización?

—Es un proceso difícil y complejo. Primero uno tiene que preparar el cuerpo. Luego, con la ayuda de métodos especiales, uno tiene que llevar la conciencia al estado donde se vuelve capaz de tomar el control completo que pertenecía al cuerpo. Después de eso, la conciencia llega a ser libre.

»Y entonces la conciencia tiene que encontrar un nuevo fundamento para sí, es decir, Dios.

»Como sabes ahora, este es un proceso extremadamente difícil.

»Y cuando la conciencia se une con Dios en lugar de con el cuerpo, entonces la meta se ha realizado.

»No obstante, un proceso intermedio queda inconcluso… Uno no debe apurarse a ocuparse de él. Te lo explicaré más adelante…

»…¡Es una lástima que no hayas conseguido traerme un ramo de flores de la Tierra! Pero no es tu falta: así es el clima en la Tierra ahora…

»… Se acerca al final de tu tiempo en la Tierra. Has alcanzado el umbral después del cual sólo existe el mar del Fuego Divino. ¡La desmaterialización del cuerpo en Él, esta es la meta que Yo estimo como la más alta para el ser humano!

»¡Sólo existo Yo! ¡Conviértete en Mí!

»¡Y disuelve en Mí a toda la gente merecedora que Yo llevo a ti!...

* * *

Por supuesto que reflexioné acerca de las personalidades de estos criminales.

¿Qué clase de personas formaban este «grupo espiritual» que se transformó en una banda criminal? ¿Y qué estudiaban ellos?

Se trataba del caso de una ex instructora que fue dejada sin discípulos por Dios, pero que ya no podía imaginar para sí misma otro papel social que no sea ser «una líder espiritual».

Sí, ella había recibido conocimiento espiritual, incluyendo métodos serios de trabajo psicoenergético en sitios de poder.

Y ella trató de enseñar a sus alumnos este conocimiento excepto por lo más importante, el aspecto ético. ¿Qué clase de estudiantes aceptó? Cualquiera que deseara unirse a su grupo. Su propósito era ser una líder entre ellos.

De esta manera, aceptó entre sus estudiantes a un hombre que podía hablar mejor con los puños que con el aparato vocal, para quien la violencia era un estado bastante natural… Otra estudiante era una mujer gorda típica de nuestro pasado comunista, una persona enojada que hervía de odio hacia cualquiera que osara criticarla. Traté de disuadirla del trabajo psicoenergético, sugerí que pasara a hacer trabajo intelectual, pero no lo logré. Ella fue la persona que se convirtió en la organizadora y partícipe del crimen… Otra estudiante era una mujer egoísta, caprichosa, infantil… Había otros como ellos…

En una ocasión pregunté a la mujer gorda: ¿qué práctica espiritual estudiaron en el curso de verano? El único ejercicio que ella podía recordar y del que estaba encantada era el siguiente: uno tenía que caminar sosteniendo una moneda entre las nalgas… Ellos llamaron a este ejercicio «el paso de la geisha»…

Pero ¿para qué necesita uno esta forma de caminar? ¿Es más fácil entrar en el Reino Celestial con una moneda entre las nalgas? ¿Le gustamos más a Dios por esto? ¿Realmente consiste el trabajo espiritual en esto?

… Pude conocer otro ejercicio inventado por esta instructora. Lo vi personalmente al final de una clase dada por ella. Los estudiantes meneaban sus nalgas. Lo llamaban «menear la cola». De esta forma el grupo expresaba gratitud a la instructora al final de la clase. Y ya que ellos no tenían colas, ellos meneaban las nalgas.

Y yo pensé que ellos estaban involucrados en religión…

* * *

De esta manera Dios me explicaba que esta era la única posibilidad de hacerme cambiar a un nuevo estilo de vida, de hacerme abandonar mi anhelo incesante de preocuparme por mis estudiantes, de abandonar el trabajo al cual yo solía dedicar todo mi tiempo. Él explicó que mi crecimiento posterior podría continuar sólo si yo vivía la vida de un monje ermitaño con toda la atención dirigida solamente a Él, al Creador, a la Meta Final y Más Alta de todo ser humano.

Yo estuve de acuerdo con esta razón. Sí, cuando estás en la punta de la pirámide, es difícil llegar a desapegarse de toda la pirámide: yo me sentía uno con mi creación. Y mi amor por cada uno de sus elementos consistía no en un apego a este elemento particular o en desear algo de él, sino en hacer los intereses del trabajo más importantes que mis propios intereses.

Es tal actitud la que lleva a la disolución de uno mismo en el objeto de su amor, al estado en el cual existe sólo el objeto del amor y no el que ama.

Cuando tal amor es dirigido hacia el Creador, entonces su poseedor se disuelve en Él, se une a Él, y se convierte en Él.

Y Dios quería esta mismísima cosa de mí.

¿Pero qué debía hacer yo con mi cuerpo mutilado e incapaz de vivir? Por ejemplo, ¿cómo se puede parar uno, sentar o acostar si cualquier movimiento de la columna vertebral o simplemente una presión sobre ella causan un intenso dolor?

Por cuatro meses soñé sólo con una cosa: ¡morir pronto!

Y Dios me dio tal posibilidad: Él me dio la posibilidad de experimentar la muerte clínica.

Ocurrió debido a una sobredosis de una de mis medicinas.

Repentinamente me experimenté como una condensación gigante de luz blanca muy por encima del cuerpo. Sentí que quedaba una conexión con el cuerpo, pero después de unos pocos movimientos parecidos a los del péndulo, se rompió la conexión con el cuerpo y yo me moví hacia el profundo estrato del Espíritu Santo y me uní a Él. Era muy cercano a la Morada del Creador, donde yo había estado muchas veces en las meditaciones, era a sólo un paso de distancia. Pero yo no podía dar este último paso: después de la muerte del cuerpo uno aparece en aquella dimensión espacial en donde se ha acostumbrado a estar durante la vida en el cuerpo. Yo sabía cómo entrar en la Morada del Creador, pero no se había vuelto un Hogar para mí todavía.

Sí, me encontré a mí mismo en profundo Amor Divino y Calma. ¡Pero yo aspiraba a Dios Padre más que al Espíritu Santo!...

E hice superesfuerzos para retornar de esta muerte deseada de nuevo al cuerpo lleno de dolor…

Más adelante tuve otra experiencia más de muerte…

* * *

Pasaron meses. Seguí aprendiendo, continué dominando el papel de monje ermitaño. Y continué uniéndome más íntimamente con el Creador.

Eventualmente alcancé el estado, aunque no firmemente, que Jesús describió con las siguientes palabras: «Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí».

Entonces Dios me dio la posibilidad de experimentar la muerte otra vez.

Esta vez ocurrió en el contexto del más agudo dolor en la columna vertebral, el calor del verano y la fatiga extrema por los medicamentos.

Acosté mi cuerpo sobre la cama para descansar, pero repentinamente caí en la profundidad multidimensional del Absoluto. Hubo un sonido de trueno como el producido por un avión que rompe la barrera del sonido. Parecía que este trueno había sido producido al romperse una especie de membrana que separa la Creación del Creador. Y me encontré a mí mismo en completa Unión con mi Amado…

… Al día siguiente el dolor en mi espalda desapareció, aunque ni la fisioterapia, ni los ungüentos ni los pranayamas habían podido curarlo. Incluso me confundí ya que durante siete meses estuve acostumbrado a vivir con dolor.

… Pero de repente sentí dolor en la articulación del dedo pulgar de mi pie. Recordé que se había golpeado con la pared del cuarto mientras dormía…

—Señor, ¿y esto por qué?

—Ahora no puedes salir de tu casa… ¡Así que siéntate y escribe un libro!

Me senté y escribí lo que ustedes están leyendo ahora.

* * *

«Ustedes serán bautizados con el bautismo con el que Yo fui bautizado», dijo Jesús el Cristo a Sus discípulos cercanos (Mateo 10:39).

De esta manera terminó mi «Calvario», al cual caminé a partir de pronunciar mi oración en la Galería Tretyakov.

El Señor ayudó a mucha gente a través de mí. Luego fui traicionado y ejecutado por aquellos a quienes dediqué mi vida, a quienes ayudé y salvé del infierno.

Morí dos veces y volví a la vida en el cuerpo nuevamente.

Como resultado, alcancé la Unión con el Padre.

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